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Extraños No Humanos
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Libro electrónico314 páginas4 horas

Extraños No Humanos

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Estados Unidos de América, en la actualidad, el joven Daniel Miles sufre un accidente en su motocicleta al impactarse contra una extraña nave, que al ser golpeada por un rayo, se descontrola y casi cae al suelo, y por alguna razón, sus raros tripulantes, al ver a Daniel inconsciente, deciden subirlo a la nave y llevarlo con ellos, a otro planeta, en otra galaxia.
Después de días desaparecido, Daniel se ve de vuelta en casa, pero no recuerda nada, y días después, comienza a sufrir importantes cambios en su persona, para luego verse involucrado en una serie de eventos, que lo llevan a confirmar la existencia de seres ajenos a nuestro planeta, entre nosotros, y muy cerca de él, y luego de conocer su origen y propósito, y saber que han estado aquí por cientos de años, se ve obligado a intervenir en el conflicto que libran las dos partes de estos extraños seres, los buenos, y los malos, tanto en su planeta, como en el nuestro.
IdiomaEspañol
EditorialXlibris US
Fecha de lanzamiento30 sept 2020
ISBN9781664126718
Extraños No Humanos
Autor

El Origen

Josep H. Ramos (Junio de 1970) escribe su primer obra de ciencia ficcion y fantasía, de manera simple y entretenida, que te hace viajar al pasado y al futuro, y te lleva a creer en la existencia de seres diferentes y superiores, en el mundo que conocemos, y en el mundo que imaginamos.

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    Extraños No Humanos - El Origen

    EXTRAÑOS

    NO HUMANOS

    Josep H. Ramos

    Copyright © 2020 by Josep H. Ramos.

    All rights reserved. No part of this book may be reproduced or transmitted

    in any form or by any means, electronic or mechanical, including photocopying, recording, or by any information storage and retrieval system,

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    This is a work of fiction. Names, characters, places and incidents either are the

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    to any actual persons, living or dead, events, or locales is entirely coincidental.

    Any people depicted in stock imagery provided by Getty Images are models,

    and such images are being used for illustrative purposes only.

    Certain stock imagery © Getty Images.

    Rev. date: 11/10/2020

    Xlibris

    844-714-8691

    www.Xlibris.com

    818138

    CONTENTS

    CAPÍTULO I

    EL ACCIDENTE DE

    DANIEL MILES

    Esa noche, una tormenta azotaba con fuerza aquella pequeña población texana, a las afueras de la ciudad, casi frontera con México. Aquel artefacto se detuvo en una loma, a un costado del camino. Al interior se apreciaban unas pequeñas luces, que de pronto se apagaron casi por completo, luego se escuchó un ruido que provenía de ahí mismo, era una rara nave, como sacada de una película de extraterrestres. Una puerta lateral se abrió, y se lograron observar dos siluetas extrañas. Aquellos personajes bajaron y se dirigieron hacia donde estaba Daniel, completamente inconsciente. Los ocupantes de la nave tenían su cabeza cubierta por una burbuja transparente y reflejante a la vez, y su forma de desplazarse era extraña. Uno de ellos hizo un movimiento de brazos por un lado del chico, y de ambas manos del extraño, brotó una especie de burbuja, algo parecido a lo que cubría su cabeza, y fue envolviendo por completo al chico, y la burbuja con él dentro comenzó a levantarse, y aquellos seres comenzaron a guiarla hacia la puerta de la nave, quizá la burbuja protegía a los extraños seres del medio ambiente, y con eso mismo trataron de proteger al chico de alguna posible afectación al interior de su nave. Ya dentro, lo colocaron en una especie de camilla, ahí había otro tipo con las mismas características, pero éste no tenía aquella burbuja en la cabeza, la habían utilizado solo para salir al exterior. Los extraños seres se asomaban por una pequeña ventana de cristal grueso, luego observaban los controles, las pantallas, y volvían a la ventana, algo no andaba bien, entonces comenzaron a debatir acerca de la situación, no dejarían al chico ahí tirado, era muy probable que no pasara la noche, incluso había sangre en su costado. La decisión no era sencilla, había que darle atención, no se miraba bien, pero ellos no tenían lo adecuado para hacerlo, y por otro lado, no podían llegar en su extraña nave al hospital más cercano o pedir una ambulancia. Los extraños personajes parecían también tratar de comunicarse con alguien más, pero no lo conseguían, y la desesperación comenzaba a notarse en cada uno de sus rostros, también extraños.

    Ya se habían despojado de su burbuja, y era claro que no eran seres de la Tierra, el color de su piel era entre azul y verde, o quizá gris. Pero haciendo a un lado el color, el parecido con los seres humanos era mucho, tenían orejas, nariz y boca, la dentadura de un blanco opaco, pero las piezas digamos que eran similares, quizá en los ojos estaba la diferencia más grande, si bien la forma era similar, los colores de la córnea y el iris estaban cambiados, en azul claro y azul oscuro, con un brillo extremo, y para colmo, no contaban con absolutamente nada de cabello, ni cejas, ni pestañas, contaban solamente con marcas producidas por el gesto natural, eran como nervios que se contraían y estiraban al momento de expresar algo, pero en general, en cuanto a los rasgos, eran muy parecidos a los humanos. Su complexión física también era parecida a la de los humanos, tenían brazos y piernas de manera proporcionada, y si bien eran delgados, se podían apreciar sus músculos marcados donde su vestimenta lo permitía. Uno de los extraños seres notó que la burbuja contenía ya una cantidad considerable de líquido hemático, así que continuó la discusión con los demás en un tono más fuerte, obvio había preocupación, entonces la nave comenzó a emitir un leve ruido, y comenzó a moverse por entre los matorrales y el suelo ya lodoso por la lluvia. La nave tenía ruedas esféricas, sus desplazamientos eran rápidos y precisos, apenas si rozaba el suelo a gran velocidad, alejándose con dirección al llano, y ya entonces más alejada de los vecindarios y la carretera, comenzó a levantarse de manera casi vertical, y su exterior parecía haber cambiado de color, a manera de camuflaje para no ser vista, y luego se internó en la densa nubosidad.

    Minutos después, en el mismo sitio, se observaron un par de luces, y se escuchó el ruido de un motor acercándose al lugar, una cuatrimoto dio algunas vueltas por el área, y subió un poco las lomas y volvió a la carretera, ni siquiera observó la motocicleta del chico tirada en la orilla, estaba claro que buscaba algo más grande.

    En la nave, uno de los extraños seres había logrado contener la hemorragia en el chico, que ya mostraba dificultad para respirar, así que procedieron a conectar un par de tubos directamente en la nariz, la nave estaba equipada con algo que parecía ser oxígeno. El personaje que pilotaba la nave se veía nervioso, casi alterado, entonces los otros preguntaron la situación, obvio no eran de este planeta, y no era la primera vez que lo visitaban, pero quizá sí la primera vez que tenían que dejarlo de esa manera. El piloto explicó rápidamente la situación, habría que atravesar todo un sistema satelital sin ser detectados, luego un campo de chatarra espacial, y viajar por algunos miles de kilómetros hasta llegar a un portal intergaláctico que solo se abriría por un espacio de tiempo ya conocido, y el suceso los había retrasado, y la pregunta entonces era: ¿porque no simplemente dejar a Daniel a su suerte?

    Después de un tiempo, habían logrado cruzar con éxito la zona de satélites y chatarra espacial, llevaban miles de kilómetros viajando a gran velocidad, entonces, a una señal del piloto, uno de ellos aseguró al chico en la camilla, y se acomodó en un asiento, abrochó un cinturón en forma de X y fijó su mirada al frente. Por el grueso cristal semi oscuro de la nave, se apreciaba una densa capa de algo parecido a un polvo de colores, brilloso, parecia una nube, y detras habia un hoyo negro, que se hacía cada vez más pequeño, a pesar de que la nave se acercaba más y más, y el rostro de aquellos seres cambiaba de expresión a cada segundo, y observaban que el agujero se cerraba más, y apretaban su cuerpo contra los asientos, y comenzaron a gritar, y la nave avanzaba, y parecía que sólo chocarian contra aquel polvo brillante, y no sabían que pasaría después, pero al tiempo que los desesperados gritos eran cada vez más fuertes, la nave se acercó al único resquicio del agujero y logró cruzar, al fin estaban del otro lado, y aunque todo parecía igual, oscuro, silencioso, y con luces que se veían muy lejanas, la tranquilidad volvió a los extraños, habían logrado su objetivo.

    En casa de Daniel, Clara, su madre, colgaba el teléfono por enésima vez, éste no llegaba a casa, y su amigo Jona ya le había dado la corta lista de posibles contactos que podrían saber de él, así que ahora habría que buscar en hospitales y dar aviso a la policía, por el momento, y dadas las circunstancias del tiempo, solo esperarían, de noche no se podía buscar al chico, así que la familia decidió retirarse a descansar.

    Su padre se levantó temprano al otro día, en realidad ni siquiera había podido dormir, avisó a la agencia de autos donde trabajaba lo ocurrido, y salió a recorrer el vecindario sin tener mucho éxito. Clara salió a llevar a su hija menor a la escuela, Rex, la mascota de Daniel también la acompañaba, y de regreso a casa, comenzó a ladrar cuando pasaron a un lado de la curva en donde pasó el accidente, fue así como descubrieron la motocicleta de Daniel, y su teléfono tirado a un lado.

    Se dio a conocer la noticia en toda la ciudad, buscaron en hospitales y refugios, pero no había rastro del chico, solo las marcas en el camino y en las lomas de tierra y hierba que había dejado aquella nave, pero no lograron entender que había pasado, por el momento, lo más importante era localizar a Daniel, ya luego él explicaría mejor lo ocurrido. Todo mundo se enteró del caso por medios locales, diario y televisión, todos hablaban de la extraña desaparición de Daniel Miles. Las colinas en donde se encontrara la motocicleta fue completamente peinada por suelo y por aire, y no se encontró nada, no había rastro del chico.

    En ese momento, la nave de los extraños tripulantes se aproximaba a lo que parecía ser una nave nodriza, quizá mil veces más grande, que se encontraba digamos estacionada en medio del espacio. La nave pequeña ingresó en aquella nave más grande, y rapidamente abrió una de sus puertas, los tripulantes descendieron al chico en la misma forma en la que lo ingresaron a la nave, flotaba en una burbuja transparente, completamente inconsciente, al parecer ya los esperaban, había cerca de seis también extraños seres aguardando, todos parecidos, pero no iguales. Un personaje que parecía ser el líder, se aproximó escoltado por otros seres, se observó su rostro asombrado, luego se tornó molesto y comenzó a cuestionar la presencia del terrestre en la nave. El rango del tripulante que respondió también era alto, y pidió primero ayuda para salvar la vida del chico, las respuestas vendrían luego, entonces lo ingresaron a una pequeña estación que parecía un quirófano, o al menos contaba con un equipo parecido, y un tipo con atuendo color púrpura llegó, despojó al chico de su ropa, le colocó un par de sondas en la boca y comenzó a intervenirlo.

    Después de varios minutos la operación había concluido, se detuvo la hemorragia, se reparó una costilla que comenzaba a presionar otros órganos, y curaron completamente las heridas, pero el estado del joven era delicado, había perdido sangre, y su físico no era precisamente fuerte, y las condiciones de oxígeno y ambiente extraño agravaban la situación. Las miradas de los seres que atendían al chico comenzaron a cruzarse con nerviosismo, dos de ellos se apartaron a donde estaba un alienígena de sexo femenino, y comenzaron a debatir, luego uno de ellos se retiró mientras la joven alienígena observaba al chico, era la primera vez que veía a un terrestre en su vida, y no se veía nada bien.

    Hacía ya algunos años, que la familia Miles se había mudado del bullicioso estado de California, a esa pequeña población en Texas. Daniel Miles era un inteligente joven preparatoriano, con excelentes grados, mención honorífica en concursos nacionales de física y matemáticas, y apasionado en temas extraterrestres. Era el hijo mayor de la familia, digamos que un chico normal, le gustaba una chica de la escuela, tenía pocos amigos…dos, los otros matados de la clase, y una familia también normal. Jamás fue aceptado en el equipo de americano debido a su delgado físico, las chicas no lo veían popular...no sabia bailar, aunque le gustaba, no era lo suyo, decidió entonces aceptar la invitación del coach Charles para jugar fútbol, de ese que ahí llaman soccer, en la escuela eran pocos los que jugaban eso, así que no había manera de ser rechazado, aunque a veces fuera incómodo ser el único jugador en la banca.

    Esa tarde tomó su mochila y trepó su motocicleta, había un proyecto pendiente con su amigo Jonathan, solo su perro Rex era más fiel que Jona, como él le decía, ahí también estaría su amiga Sophie, la de brackets y anteojos, y juntos eran algo así como el trío de perdedores del salón.

    Doña Laura, madre de Jona, gritaba desesperada sin que éste lograra escucharla, no era bueno en la batería, pero la golpeaba sin piedad, así que la señora decidió entonces bajar el interruptor, dejando en penumbras todo el garaje, y acto seguido se escuchó un fuerte grito, se encendió de nuevo la luz, y Jona salió de debajo de su batería, con cara de espantado.

    —¿Porqué haces eso mamá, me quieres matar?

    —Solo así tuve tu atención, Jonathan, quería saber si vendrán tus amigos, acaban de anunciar tormenta —dijo Doña Laura.

    —Ninguno ha cancelado, supongo que vendrán —respondió Jona.

    —Prepararé algo entonces —concluyó su madre.

    Minutos después llegaba el auto de la mamá de Sophie, casi de inmediato llegó Daniel en su motocicleta, y apenas se habían reunido en el amplio garaje, cuando comenzaron a escucharse los primeros truenos, se presagiaba una tormenta, que no sería motivo para cancelar la reunión, además de que la señora Laura ya preparaba los postres para motivar a los chicos. Y al fin cerebritos, la maqueta de la vía láctea y sus posibles conexiones con otros mundos estaba quedando de genios, la fuente de energía que movería a su tiempo toda la maqueta estaba lista, la base de baterías recargables conectada a la fuente principal, cada pieza debidamente colocada en su órbita, con el peso perfectamente calculado, y todo listo para las primeras pruebas. Pero el timbre de la casa de Jona se escuchó en repetidas ocasiones, eran los padres de Sophie, quienes tuvieron que interrumpir la reunión de los chicos por motivos personales, la tía de ésta había llegado de sorpresa, y había que recogerla en el aeropuerto, y luego llevarla a cenar.

    —Lo siento chicos, me encantaría continuar con esto, pero tengo que irme —dijo Sophie a sus amigos.

    —No hay problema, vamos a hacer solo un par de pruebas y te pasamos los resultados más tarde, ¿qué te parece? —preguntó Daniel.

    —¡Me parece bien Dan! —dijo Sophie sonriendo.

    Ya solos en el garaje, Jona cuestionó a Daniel acerca de Sophie. —¿En verdad nunca has notado que Sophie quiere contigo Dan?

    —¡Estás loco Jona, somos amigos!

    —¿Y…?, ahora son amigos, pero ella quiere algo más Dan, solo que estás aturdido con Paula y no lo ves —dijo Jona—, ¿en verdad crees que algún día Paula se va a fijar en ti?

    —¡Gracias amigo!, y tampoco es para tanto, no estoy tan horrible, sabes, creo que no debemos seguir hoy sin Sophie, además el tiempo se puede poner peor, mejor me voy.

    —¡Pero está lloviendo demasiado Dan!, ¿quieres que le diga a mamá que te lleve?, puedes poner la moto atrás en la camioneta.

    —No es necesario, Jona, adoro este camino a casa en moto, el auto me da flojera.

    —Como gustes, ve con cuidado.

    Afuera el aguacero era cosa seria, truenos, relámpagos y ráfagas de viento y agua que hacían que la motocicleta se moviera fuertemente, y sumándole que el camino era cuesta abajo, la motocicleta se comenzó a descontrolar. El vecindario estaba como a diez minutos en dirección a la carretera, y tenía en su recorrido curvas pronunciadas, y a un lado del camino solo había llano, para colmo, el alumbrado no era bueno, y lo fuerte de la lluvia hacía que la visibilidad se hiciera más complicada. Casi a mitad del camino, la motocicleta tomó una velocidad alta, y se aproximaba a una de las curvas más pronunciadas, cuando un extraño brillo llamó su atención al frente, y de pronto aquel brillo se movió abruptamente hacia el camino por donde venia Daniel, éste intentó girar para evitar el contacto, y aunque logró hacerlo, la motocicleta derrapó, y el chico salió volando varios metros, impactando de lleno contra el suelo, y aunque llevaba puesto el casco de protección, el golpe al caer, y el brusco movimiento, hicieron que el chico quedara inconsciente a un lado de la carretera.

    CAPÍTULO II

    EL PLANETA TRIGAX

    Amós era el líder en TRIGAX, y la noticia de que un terrestre había sido llevado a la nave nido, como ellos le llamaban a la nave nodriza, no le había gustado nada, así que ordenó al líder a bordo, regresar de inmediato a TRIGAX, su planeta. TRIGAX era un planeta pequeño, mucho más pequeño que la Tierra, había algo de vegetación, poca agua, mucho hielo, y la luz del sol era pálida y solo duraba unas cuantas horas. El planeta era iluminado por las noches por tres lunas, era un planeta en donde reinaba el silencio, que se rompía muy poco con el ruido de algunos animales extraños. Además de no ser un planeta muy grande, un gran porcentaje de la superficie no era habitable, y se podía observar sobrepoblación en la mayoría de la superficie habitable. Sus pobladores no eran del todo diferentes a los terrestres, ni siquiera en sus estructuras, había gobiernos o reinos, divididos entre los cuadrantes de cada hemisferio, de los cuales algunos eran completamente inhabitables, pero aun así, se aprovechaban los pocos recursos, y alguien tenía que administrarlos, y a pesar de los diferentes gobiernos, jamás se habían presentado conflictos de importancia en el planeta, y eso se debía en parte a Amós, el anciano líder del cuadrante más habitado. Amós gobernaba al mayor número de habitantes de TRIGAX, y tenía como base, la Roca, un fuerte político y militar, en donde también se concentraban la mayoría de los científicos y sabios más importantes. La Roca era algo parecido a un enorme cráter, rodeado de heladas montañas, su superficie aproximada era de unos 200 mil kilómetros cuadrados, una superficie poco menor a la del Reino Unido, y estaba rodeada casi en su totalidad por estaciones de resguardo militar, trincheras, vigías por todas partes, y esto a su vez, rodeado por varios kilómetros de nada, un oscuro y frío desierto, que garantizaba que la maltrecha población del planeta, no tuviera la más mínima oportunidad de acercarse a la base sin ser interceptados. Habían elegido ese lugar precisamente porque albergaba las mejores condiciones de vida, aunque muy pocas en realidad, era lo que había, o lo que quedaba.

    En la Roca había una especie de campo de entrenamiento, y a un lado, un campo de aterrizaje de naves, y en la montaña de a lado, había algo especial, con caminos bien trazados hacia diferentes entradas, rodeadas por lámparas que alumbraban por completo la montaña, era el lugar en donde la pálida luz del sol duraba más, por obvias razones era el lugar más cálido del planeta, con mayor vegetación y agua, de alguna manera, las condiciones eran poco parecidas ahí a lo que hay en la Tierra. Había fauna, de todos tamaños y características, cuadrúpedos y alados, herbívoros y carnívoros. Habían logrado domesticar a algunos, que utilizaban tanto para desplazarse por los diferentes lugares del planeta, como para trasladar víveres, productos del suelo y de lo que había en las heladas aguas y podía comerse, y otros más que parecian mas bien entrenados para posibles batallas, o para mover carga, una especie de perros enormes, y unos animales con frente de mazo, enormes e imponentes. Tenían fuego, un fuego color púrpura, quizá debido al diferente oxígeno existente, pero casi todo esto se concentraba dentro, cerca, o a las afueras de la Roca.

    La nave de Silas se detuvo, solo dos extraños lo acompañaban, otros ya los esperaban en un vehículo de cuatro ruedas esféricas, en ese momento no había luz natural, así que el camino hacia donde se encontraba Amós era iluminado con lámparas perfectamente alineadas y distribuidas. Silas llegó hasta una enorme puerta con acabado rocoso, que sin más ni más se abrió, saludó asentando la cabeza al acercarse a Amós, éste devolvió el saludo a Silas, y lo invitó sentarse. Entonces Silas habló, —¡creo que te debo una explicación!

    —¿Qué fue exactamente lo que sucedió en la nave nido Silas? —preguntó Amós.

    —La nave que fue enviada a la Tierra sufrió un accidente, y no logró llegar donde Elí, y en el suelo golpeó al terrestre, Amós, no se sabía exactamente que logró observar, además necesitaba ayuda.

    —¿Y saben ya si logró observar algo?

    —No, Amós, el terrestre sigue inconsciente, no sabemos si logre sobrevivir.

    —¿Y sabes qué le pasó a la nave?

    —Al parecer fue un rayo, había tormenta, la nave se descontroló, pero no sufrió más daño.

    Amós se levantó y caminó, observaba a su alrededor, y luego prefirió ocultar su rostro afligido, pero su voz así se escuchó. —Cosas así pueden pasar, Silas, ve a descansar, hay algo más antes de que vuelvas a la nave nido, por cierto…Julius preguntó cuándo volvías, ¿tienes algo para él?

    —Es solo para mantenerlo contento y quieto, no te preocupes.

    Julius Saja era pariente directo de Amós, hijo de un hermano de tiempo atrás, en ese planeta algunos de sus habitantes lograban vivir mucho, de manera que era común ver mezcladas varias generaciones. Hacía ya mucho tiempo Julius y su padre habían viajado a la Tierra, en las primeras expediciones que lograron hacer tuvieron éxito, tanto que Amós les confió a ambos una muy

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