EXPLORA
ILUMINAMOS LOS MISTERIOS Y LAS MARAVILLAS QUE NOS RODEAN
NATIONAL GEOGRAPHIC
VOL. 53 NÚM. 5
EN NOVIEMBRE DE 2018, un joven misionero estadounidense nadó desde su bote pesquero hacia una playa remota en el océano Índico, donde isleños indígenas que empuñaban arcos y flechas lo asesinaron. Las noticias de ese encuentro letal en la isla Sentinel del Norte, un pequeño territorio en el archipiélago de las islas Andamán, fascinó al mundo entero. La mayoría desconocía que existía un lugar así en nuestra era: una isla cuyos habitantes, cazadores-recolectores, siguen viviendo en total aislamiento.
Confiado, el evangelista John Allen Chau, de 26 años, quería evangelizar a los pueblos nativos de un territorio que, creía, podría ser “el último bastión de Satanás”. Sin embargo, su breve visita le otorgó otra clase de gloria, muy propia del siglo XXI: a los pocos días, la existencia de los isleños se hizo viral sin que ellos tuvieran idea.
En los cinco años desde la muerte de Chau, los sentineleses, como los forasteros llaman a los miembros de esta tribu, han adquirido un séquito global de culto. Basta escribir “isla Sentinel del Norte” en cualquier buscador para pasar semanas leyendo artículos, entradas en blogs, subreddits y publicaciones en las redes sociales, al