Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

El Pez Globo
El Pez Globo
El Pez Globo
Libro electrónico99 páginas1 hora

El Pez Globo

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Un misterio comienza en la Perrera Municipal, una detective amateur con rasgos de Miss Marple y un asesino inspirado en un pez globo.

IdiomaEspañol
EditorialBadPress
Fecha de lanzamiento9 sept 2021
ISBN9781667412740
El Pez Globo

Relacionado con El Pez Globo

Libros electrónicos relacionados

Thriller y crimen para usted

Ver más

Artículos relacionados

Categorías relacionadas

Comentarios para El Pez Globo

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    El Pez Globo - Gabriella Gumina

    El Pez Globo

    Gabriella Gumina

    Novela

    Ediciones Hogwords

    Prólogo

    Existen personas que creen que todo se les debe. No les importa los demás. Piensan solo en sí mismos y non se preocupan si con su comportamiento dañan al prójimo. Ejercen su ridícula prepotencia y los más débiles sufren, sucumbiendo a la indiferencia de los demás.  

    Sucede todos los días y nadie hace algo para intervenir.

    Esto no es tolerable.

    La violencia no es castigada por la ley si no llega a niveles extremos y, en estos tiempos, ni siquiera los delitos más graves tienen la garantían de ser penalizados.

    No me gusta discutir, siempre he buscado la conciliación. Además entre personas razonables se puede encontrar una solución que satisfaga a todos. No obstante, existen personas que no usan el cerebro. Y he conocido muchas. He aguantado tanto. He soportado demasiado por mucho tiempo.

    Ahora basta.

    Alguien debe hacer algo.

    Quisiera tanto vivir en paz, en un mundo donde no exista la prepotencia. Solo pido esto: respeto. Mi libertad termina donde inicia la tuya y viceversa. No me parece que pretenda mucho.  Me considero amable, tolerante. Si puedo ayudar, lo hago. No me aventajo sobre los demás. Cuando hago la cola, espero mi turno. No levanto la voz. Respondo a los saludos (es realmente desagradable saludar y no tener respuesta, ¿no le parece?).

    No soy una persona especial, soy como cualquiera. Puede encontrarme en la oficina de correos, en el banco o en el mercado. Puedo vivir en el mismo edificio de apartamento que usted habita y compartir el mismo trayecto de ruta de autobús en la ciudad. Puedo estar entre los lectores de la biblioteca o entre la multitud en un concierto... e incluso puede encontrarse conmigo cuando pasea a su perro. Como un pez trompeta, que se hace invisible al mezclarse con otras formas de vida en el océano Atlántico, así estoy, entre ustedes, observándolos.

    Encuentro fascinante la vida de los peces. De hecho, tengo un acuario tropical del que me ocupo personalmente. Me gusta pensar que mi comportamiento es como el del pez globo. Déjenme en paz y no tendrán problemas conmigo. Pero si me buscan, me encuentran. Están avisados, estén atentos,... ya no perdono, ya no tolero más...

    Yo juzgo, condeno... y castigo.

    ––––––––

    C:\Documents and Settings\Gabry\Documenti\FREE IMMAGINI\pesce palla.JPG

    Capítulo 1

    El secreto de Lucía

    ¡Te tenemos, traviesita!.

    Amelia y Lucia miran con satisfacción a la gatita presa en la jaula trampa.

    Durante dos semanas han estado tratando de atraparla todos los días, poniéndole tazones de buena comida en la trampa y esperando que la gata entrara, impulsada por el hambre.

    La gatita hasta ahora, siempre había logrado salirse con la suya y escapaba.

    Finalmente el hambre y el cansancio te ha traído a nosotras, pequeñita, ¡ahora podemos cuidar de ti!.

    Vamos Lucía, llevemos la jaula al coche y vamos al veterinario..

    Esta gatita no está bien, ¡está muy tranquila! ¡Tiene la panza hinchada, esperemos que...!.

    Tienes razón, vamos rápido. Creo que está por parir.

    Amelia, voluntaria y responsable de la Asociación Colas callejeras dirige la perrera municipal, siente un dolor punzante, mientras ayuda a Lucia a llevar la jaula de metal y meterla en la furgoneta. Defensora incansable de los animales desde siempre; ahora, que ha quedado viuda y sus hijos son independientes, ha aceptado vivir en una pequeña vivienda que forma parte de la arquitectura de la perrera municipal. Reorganizó el local, el que otrora era una enfermería y oficina al mismo tiempo, en un acogedor y bello apartamento, gastando parte de su liquidación (producto de más de treinta años de trabajo como profesora) que ahora puede disfrutar: una cómoda cocina, una sala de estar pequeña, una habitación igualmente pequeña, un baño con una grata bañera en donde pasa momentos de relax. Amelia no paga gastos de alquiler, está estipulado dentro de los acuerdos con el Ayuntamiento, siempre y cuando esté disponible a los problemas de animales del territorio. Una solución que satisface plenamente a ambas partes. Amelia tiene su independencia y puede dedicarse a lo que le gusta: estar todos los días en contacto con la gente y sus amados animales, al mismo tiempo el Ayuntamiento ha encontrado una buena solución para solventar las urgencias relacionadas con los animales. ¿Quién mejor que Amelia Tavella para manejar esto?

    La Asociación Colas callejeras de la cual Amelia es la Presidente, cuenta con unos cincuenta voluntarios que ayudan en las diversas iniciativas en pro de los animales y en el cuidado diario con los huéspedes de la perrera-gatil.

    Amelia tiene su pensión, muy decorosa, está en buena forma y lleva bien sus 63 años. Es enérgica y siempre sonriente. La voluntaria con la que ahora se dirige al veterinario, Lucía, es una mujer simpática, solícita y joven. Todas las mañanas a las nueve en punto llega a la perrera hasta las doce y ayuda en la Asociación a los voluntarios de turno.

    Lucía se ocupa de los gatos. Ella ama a los gatos. Ella se ocupa de cuidar a los felinos hospedados y de las diez colonias de la ciudad. Es alta y delgada, a diferencia de Amelia que apenas llega al metro sesenta y pesa, lamentablemente setenta y siete quilos. Lucia tiene un frondoso cabello color caoba y es bellísimo. Amelia fue conquistada súbitamente por esta chica de aspecto agua y jabón, es decir sin maquillaje, con un carácter gentil, competente con el trabajo con los animales y confiable. Conclusión, completamente diferente a la idea de la chica felina, del común imaginario.

    C:\Documents and Settings\Gabry\Documenti\FREE IMMAGINI\pesce palla.JPG

    ––––––––

    Con  toda la delicadeza de que es capaz, Lucia saca a la gatita de la jaula para permitir a la veterinaria auscultarla. La gata no pone resistencia, parece un trapo roto y podrido.

    La veterinaria, una simpática cincuentona robusta, enseguida se da cuenta de la urgencia de la situación:

    "La gata ha entrado en labor de parto hace varias horas y no ha podido parir. Ese mal olor que tiene es debido a la infección que se está propagando en su cuerpo. Hay que operarla inmediatamente para salvarle la

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1