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Sakura: el árbol koibito
Sakura: el árbol koibito
Sakura: el árbol koibito
Libro electrónico124 páginas1 hora

Sakura: el árbol koibito

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San Carlos, ciudadela ubicada en la serranía de un país latinoamericano, rescata escenas de amor para la posteridad. En medio de un cielo estrellado y valles enlazados por un beso perpetuo, conocemos a nuestros personajes: Pedro y María, una pareja incontrastable, que vivía a plenitud el fuego sagrado de su amor, son testigos de un hecho sin precedentes: ven convertido su sueño en un calvario a raíz de una desgracia. A partir de ese instante, ¿podremos hablar de la promesa de un amor eterno? ¿Qué secretos esconde este relato inmerso de giros constantes y golpes emocionales? Una historia de amor concebida por el peruano Dolph Apaéstegui, escritor otaku y empresario anime, que fue testigo de un hecho escabroso y, a partir de estas páginas, decidió contarlo todo, sacar de una vez esa espina que le impedía respirar con normalidad. Basado en hechos reales, bajo la influencia oriental del manga, Sakura: El arbol Koibito espera por ustedes para ser decodificado.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento25 ago 2021
ISBN9798201264796
Sakura: el árbol koibito
Autor

Dolph Apaestegui

Dolph Apaestegui es un autor de novelas de ficción romántica, también ha realizado traducciones para la serie Historias y Cuentos del Mundo. Es parte del grupo editorial Sakura Books, cuya misión es llevar la lectura y escritura a la mayor cantidad de habitantes del mundo, llevar las palabras de autores jóvenes a todos los rincones del mundo. Dolph siempre está buscando nueva inspiración, y mucha de ella proviene de sus viajes y de la cultura otaku. Sus historias suelen estar llenas de referencias a distintos animes y mangas, además de referencias históricas.

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    Vista previa del libro

    Sakura - Dolph Apaestegui

    PRÓLOGO

    Leer solía ser uno de mis pasatiempos favoritos cuando era adolescente, pero mientras fui creciendo la idea de abrir un libro y usar mi imaginación se tornó tediosa hasta que me llegó una inesperada propuesta de parte de un desconocido. En un inicio no quise aceptarla, pero luego pensé ¿No es genial que alguien te pida algo así? Que una persona te dé la oportunidad de participar en algo tan importante para él. Y ahí es cuando me sumergí nuevamente en la lectura, en la imaginación y la percepción de personajes tan llenos de emociones como los de esta obra. Giros de la trama que te atrapan desde las primeras páginas. Un par de líneas fueron suficientes para quedar atrapada en esta increíble historia de amor y adversidades. Para mi hambre, fue muy corto, pero con pocas páginas logró capturar entregarme las emociones de cada uno de los personajes, hacerme llorar, indignarme y hasta enojarme. Espero con ansias recibir una copia del libro y compartirla con mis amigos y familia.

    Cristina Arakaki Kume

    CAPITULO I

    UN SUSPIRO Y UNA FLOR

    DE DÓNDE VENGO LOS valles se entrelazan como un abrazo perpetuo, como si estuvieran perenne un beso milenario; tal vez cándidos gigantes petrificados ante el oprobio de la humanidad. En invierno, las nubes logran tocar sus copas, siendo el testigo más cercano de un latente amor. Cuando hace calor, los foráneos trepan las faldas de los valles para eternizarse en fotografías que estarán enmarcadas en el living de alguna oficina o en la mesa de noche de un furtivo amante. Si en caso los viajeros eran jóvenes, perpetuaban la inmensa naturaleza en el fondo de pantalla del smartphone.

    A los valles enamorados lo rodea un traslúcido río, que bebe directo del Amazonas, atiborrado de truchas que son el deleite de las mesas a lo largo del pueblo. Como escuché de algún tío, las truchas es el salmón de los pobres. A María eso no le importaba, ella asaba el pescado como malvavisco a fuego lento, así como la canción de Rossana a la luz de la noche.

    Nos sentíamos vívidos en esas noches estrelladas, los valles eran rodeados por un cinturón morado en medio de la penumbra. Cada parte de la naturaleza adquiría importancia porque ella estaba a mi lado. De pronto, el mutismo capturaba nuestras palabras, tan solo daba apertura al viento para hacer toda la bulla en un extenso susurro. María escuchaba el viento con los poros de su piel.

    Cuenta el poeta italiano Erri de Luca que, la piel de la piedra cambia según el viento, la temperatura. Cambia cuando la nube se agazapa sobre la montaña y se desmigaja en un polvillo de gotas. Cambia ante el ruido del trueno que avisa desde lejos y se va acercando. Le contaba estas lecturas en soledad. María escuchaba atenta, ojalá si tuviéramos un hijo leyera tanto como tú a esos poetas que escriben como el río diáfano, me dijo como si fuera susurro de viento.

    Durante la primavera, éramos testigos de varios acontecimientos naturales. Las faldas de los valles lograban atrapar el polen de las flores que había atravesado el pueblo a manera de mensaje que la estación más romántica se abría paso. Con el pecho henchido, de respirar el verdadero aire de los dioses, se me vino a la memoria una pequeña historia.

    ¿Podrán creer esto? Sakura era el nombre de los árboles japoneses que crecían ante nuestros ojos. Akira Tsuda, un antiguo nipón, había cruzado el Pacífico para cumplir el sueño de una peruanita que conoció en un trasatlántico. Plantar estas hermosas sakura como homenaje de su amor. Cyndi, así se llamaba, había tenido una muerte súbita en sus tempranos veintiún años. Meses antes en pleno crucero, Akira Tsuda cuidaba de ella, se habían enamorado perdidamente.

    Ahora María lograba adornar su extensa cabellera azabache con los pétalos sobresalientes del cerezo. Mis ojos atrapaban el vuelo de su regocijo. Recuerdo que estos árboles orientales fueron motivo de varios reportajes por la historia de amor que llevaba consigo, tan etéreo como esa sonrisa de María, tan profundo como mis silencios cuando a mi lado, en mis viajes a la ciudad, ella no está a mi lado.

    EMPAPADA DE TI

    -  VOLVERÉ POR TI.

    -  Estaré esperándote.

    -  Tengo que volverme un hombre al cual puedas admirar y pueda protegerte.

    -  Ya lo eres, Pedro.

    -  Sin embargo, en este momento no puedo ofrecerte un buen futuro, trabajaré para poder ofrecértelo mi amada María.

    Frases sueltas, silencios extensos. Esas fueron nuestras últimas palabras y aún estoy convencido de ellas, tengo que volverme un gran hombre y profesional para poder darle un futuro a María. Por otro lado, ella también debe elegir su camino. Ya nos estamos haciendo adultos, debemos hacer un futuro junto.

    Han pasado 4 años desde aquella promesa. La tengo presente en mis latidos, cada logro va para ella y mi madre. Al finalizar cada semestre, regreso a San Carlos. María termina el colegio este año y podrá decidir su futuro. Estoy por llegar a mi primera meta académica, Van cuatro años en la facultad de medicina y he aprendido mucho, el internado está cada vez más cerca, ya no puedo esperar.

    La vida en la ciudad ha sido más difícil de lo que pensé. Sin embargo, con el objetivo en mente he podido aprobar todo con buenas notas y mantenerme fiel a María. Sus padres admitieron nuestra relación en la última reunión y aceptaron que a fines del semestre pueda quedarse a vivir conmigo. Quisiera que mis padres puedan ver lo que he logrado, la belleza de María y la fuerza de nuestro amor.

    SMS

    -  Amor, Pedrito... ¿Cómo estás? – mensaje recibido

    -  Amor, aún estoy esperando los resultados. Tan pronto los tenga busco como llegar. – mensaje enviado

    -  No te preocupes, verás que todo saldrá bien. Por cierto... - mensaje recibido

    -  Gracias. Dime ¿qué sucede? – mensaje enviado

    -  Te tengo 2 grandes sorpresas para hoy, quizá no sea lo que teníamos en mente, pero si estamos juntos podremos superar cualquier obstáculo. – mensaje recibido

    -  Ahora me tendrás con la intriga. Te amo, lo que venga haremos lo mejor juntos. – mensaje enviado

    El calor cedía, los olores se arremolinaban en torno al paradero sucio y olvidado. Las frutas podridas y los platos de comida embarraban el suelo y las veredas destruidas. El contraste de las enormes camionetas 4x4 junto a la señora que vende papa rellena y tamales es abrumador.

    Los asientos se llenan de caras desconocidas, de destinos por llegar y de amores desesperados. Cada historia en este relato sigue un camino trazado por amor, deber o placer. Sin embargo, todas ellas son válidas y hermosas a su manera; tan hermosas como los paisajes que van cambiando en la ventana.

    En estas 3 horas de camino, vi los grises edificios desaparecer, el bullicioso gentío callar; las tristes calles de concreto fundirse con las trochas, la arena, el desierto y un sol, aún más ardiente. Conforme pasaba más tiempo, aquel desierto tomaba colores verdes, marrones y se llenaba de vida, de esperanza y de lluvia; la más grande que había visto en mi vida.

    Todo sucedió en cámara lenta. Las cosas dieron vuelta en menos de 5 segundos, la camioneta dio varias vueltas de campana al ser arrastrada por el barro, las aguas residuales y la seguidilla de lluvias. En mi tierra conocemos este fenómeno como huayco, cada cierta temporada se repite y deja varios damnificados o víctimas que lamentar.

    Un gran tronco y muchas piedras golpearon el lado derecho de la camioneta volcándola por completo y cayendo junto a su cauce hacia la base de la montaña. La mujer y el joven sentados del lado derecho murieron instantáneamente; el conductor está gravemente herido, tiene parte de un tronco atravesando su cuerpo. Los que estamos en mejor estado somos el de la izquierda y yo. En cuanto la camioneta se quede quieta podre revisarnos y, con mucha fe, conseguir ayuda.

    La noche es cada vez más fría, logre

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