silencio Cómo vivir la paz mental y espiritual en un mundo lleno de ruidos

Por Javi Martínez

Hay más en el silencio de lo que crees.

 

El silencio tiene sus secretos que desea revelarte

En la actualidad, 183 millones de personas se exponen al ruido excesivo según las agencias de protección ambiental.

La tecnología llegó para quedarse y nos sigue por doquier.

El ruido está presente de manera constante.

Y, ¿qué del ruido visual? ¿Quisieras más carteles de publicidad en la ruta? ¿Crees que tenemos suficientes negocios y centros comerciales?

 

El silencio nos devuelve lo que somos. Las voces internas dejan de ser tapadas y nos escuchamos a nosotros mismos. Pero, también percibimos la voz divina. Así que se transforma en un espacio de calibración para el espíritu. Nos armonizamos con el Cielo y adoptamos sus pensamientos y palabras.

 

El ruido del mundo nos quita ese espacio esencial para el encuentro con la Divinidad. Así que necesitas sumergirte en el silencio. Dios desea hablarte como un susurro apacible.

 

Es el momento de recuperar el silencio.

• Idioma: Español
• Editorial: Javi Martínez
• Fecha de lanzamiento: 14 may 2021
• ISBN: 9798201484118

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Escritor: Javi Martínez

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A menos que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas han sido tomadas de la versión Santa Biblia, Reina-Valera 1960, RVR. © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina.

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INTRODUCCIÓN:

UN LUGAR PARA EL SILENCIO

Del Silencio Absoluto al Silencio Interior

En Estados Unidos, en las oficinas de Microsoft, existe una cámara anecoica, llamada así porque en ella no hay ecos. Este lugar es el más silencioso del mundo. No hay sonidos del exterior que ingresen y los que se producen en esta se detienen en seco. Incluso, el sonido de un aplauso puede resultar espeluznante.

El ruido de fondo de esta sala es tan bajo que se acerca al umbral más bajo: el cero absoluto del sonido —el siguiente nivel es el vacío, la ausencia de sonido—.

Para la mayoría de las personas que han ingresado la falta de ruido es ensordecedora, experimentan una sensación de abotargamiento en los oídos o zumbidos. Los sonidos que eran muy débiles se vuelven audibles porque el ruido ambiental es excepcionalmente bajo. Si giras la cabeza, escuchas el sonido que produce hacerlo. Puedes oír que tu respiración suena algo fuerte y hasta puedes escuchar el latir de tu corazón.

Es difícil pasar tiempo allí. El mayor tiempo continuo que alguien ha permanecido en su interior es de unos cincuenta y cinco minutos, y el promedio es de treinta minutos. Sin embargo, algunas personas solo han pasado permanecer dentro unos cuantos segundos.

El silencio no es fácil de soportar. Jesús pasaba mucho tiempo retirado de la multitud cultivando su relación con el Padre desde el silencio. Pienso que no solo gozaba de un entorno sin ruidos ni interrupciones, sino también en paz mental, sin el bullicio interior ni la avalancha de pensamientos que muchas veces nos aquejan.

Conocemos a personas que no pueden estar en silencio y esto es porque tiene mucho ruido en su interior. Necesitan llenar el vacío con conversaciones superficiales o contribuir al colchón de ruido que provee el entretenimiento: siempre debe haber música de fondo, una serie, una película, pero no silencio.

Por otra parte, cuando conversamos con alguien que goza de paz interior hasta pareciera que nos la transmite. Tiene un andar tranquilizador y su entorno parece aquietarse, su paz no puede ser ignorada.

El silencio nos devuelve lo que somos. Las voces internas dejan de ser tapadas y nos escuchamos a nosotros mismos. Pero, también percibimos la voz divina. Así que se transforma en un espacio de calibración para el espíritu. Nos armonizamos con el Cielo y adoptamos sus pensamientos y palabras.

El ruido del mundo nos quita ese espacio esencial para el encuentro con la Divinidad. Así que necesitas