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Beach Huts
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Libro electrónico31 páginas26 minutos

Beach Huts

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Noches de verano junto al mar, las primeras vacaciones como adultos y sin padres. Locales, luces, el juego de perseguir y ser perseguido. Teo continúa cosechando éxitos, incluso si está interesado, casualmente, sólo en chicas que no se dejan ligar. Y también para Santiago, su mejor amigo, Teo sigue siendo un misterio, la persona con la que se siente más cercano y con quien creció, pero también la persona  a quien supervisar, fascinado a lo lejos. Sin embargo, todas las cosas no dichas están allí, suspendidas en el aire.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento2 jun 2020
ISBN9781071543573
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    Beach Huts - Cathlin B

    P

    asar las noches en la discoteca y destruirse con la música ensordecedora, el alcohol, las drogas, bailar hasta agotarse, desayunar a las seis de la mañana y luego tirarse en la cama y entrar en un estado comatoso hasta bien entrada la tarde.

    Las vacaciones en la costa de Emilia Romaña.

    P

    asear por los negocios a lo largo de la calle principal, entre la multitud de familias ruidosas y los grupos de niños y niñas gritones. Los tándems de cuatro ruedas cargados de abuelos y nietos, pasan a través de la masa de turistas. Pocos coches, temerarios, desafían el asfalto a paso de hombre.

    El calor sube, moviendo lentamente el aire y pegando la ropa a la piel

    Las luces de los letreros de los negocios y de los hoteles, iluminan la noche.

    Levantó la mirada hacia el cielo, con toda esa contaminación luminosa, no se podían ver las estrellas. Su amigo, a su lado, lo observa y por un momento mira él también el cielo, imitando por reflejo el gesto de Teo.

    Están parados en la vereda, afuera de una heladería. Esperan a dos amigos que habían apenas entrado y estaban en la fila para comprar una granita.

    ¿Por qué miras siempre el cielo? le preguntó Santiago.

    Teo baja la mirada hacia el amigo, sonriendo con la mirada.

    Para mirar las estrellas

    ¡No hay estrellas esta noche! Santiago no es poeta como Teo. Algunas cosas, como observar las estrellas, las encuentra inútiles pérdidas de tiempo. Pero respeta los gustos del amigo.

    ¡Oh sí que las hay! Siempre hay estrellas, ¡incluso de día! Sólo que la luz del Sol no nos permite verlas.

    ¡Tú ya has tomado! resopla Santiago, bajando la mirada se encuentra con los ojos de Teo. Últimamente esos ojos lo perturbaban.

    Ale y Simo dentro de la heladería han ligado con tres muchachas. Bonitas y poco vestidas, incluso ellas están solas de vacaciones.

    Mira, Santiago indica la heladería. Están hablando con tres tipas.

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