No Todo Será Como Pensabas Que Sería

Por Ann-Christine Broberg Piller

¿Qué tan frágil es la vida? A veces, en realidad, no es lo que has imaginado. Estaba a segundos de perder a mi hija al final del embarazo. A partir de ese momento, la vida se puso patas arriba. Pasaron muchos años antes de que el sistema de salud comprendiera lo que realmente me había sucedido. El viaje de los últimos 14 años con una lesión cerebral adquirida y también cáncer derrotado es difícil para la madre de un niño feliz de 3 años. Una historia genuina y abierta sobre un viaje con crisis, desesperación, tristeza, experiencias cercanas a la muerte, sobre los desafíos de la vida y cómo adaptarse lentamente a una nueva vida como humano y madre.

• Idioma: Español
• Editorial: nordicsuccesspublishing
• Fecha de lanzamiento: 27 dic 2019
• ISBN: 9789198536881

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No todo será como pensabas que sería

Escrito por Ann-Christine Broberg Piller

Es publicado por Nordic Success Publishing

Hice este audiolibro de acuerdo con mis calificaciones. Mis propias calificaciones. En mi serie sobre vivir con una lesión, vuelvo con diferentes historias sobre mis propias experiencias. Es tanto lo que está entrelazado y es importante volver a hacerlo.

El audiolibro que hice de acuerdo con mis calificaciones y mis propias experiencias. Las palabras y las expresiones pueden no ser siempre como deberían ser, pero reflejan lo que es en mi vida diaria. Sin embargo, he hecho lo que puedo porque lo que escuchas es lo más comprensible posible y eso significa algo. Así que disfruta y bienvenido a mi mundo lleno de experiencias. Doy consejos y apoyo tanto a usted como miembro de su familia como a usted que ha sufrido una lesión cerebral. No importa si es pequeño o grande. Lo que quiero transmitir es que debes ser capaz de comprender y dar respeto y apoyo, pero lo más importante es que debes ser capaz de transmitir esperanza al tema. En mi serie sobre vivir con una lesión, vuelvo a varios eventos en mi vida. Está tan entrelazado que es importante volver a él.

En 2003 esperábamos a nuestra hija Emma. Yo era una madre feliz que tenía dos hijos, William y Michael. A menudo jugaba afuera con ellos. Les encantaba el fútbol y lo hacen incluso hoy. Realmente disfrutaron corriendo y estaban felices y despreocupados. Yo era una futura madre feliz que esperaba a nuestra hija Emma.

Todavía estoy felizmente casado con mi esposo Joseph. Era una persona viva y extremadamente curiosa sobre varias cosas.

Siempre disfruté ir al trabajo y usar aceleración extra de energía, concentración y placer cuando había mucho que hacer en el trabajo.

Tenía muchas ideas y vi muchas oportunidades que podrían conducir a buenas soluciones. También me apreciaron porque soy bueno resolviendo problemas y conflictos. Fui muy leal y me atreví a ir en contra de lo que no estaba bien. He pasado mucho tiempo con mis seres queridos.

Fue un hermoso día de otoño, para ser específicos, el 16 de septiembre de 2003, y me sentí realmente bien. Había reservado la lavandería. Como muchas futuras madres, quería anidar un poco, como se llama. Fue un hermoso día con sol, calor y viento fresco. Vientos que olían a caída. Me sentí descansado y feliz. Una felicidad se extendió en mi cuerpo y me sentí listo. Realmente listo

Reservé un tiempo para la lavandería porque quería lavar algunas mantas y manteles. Quería prepararme en paz. Realmente terminé de una manera extraña. Lavé y sequé una manta en la secadora. Fue para nuestro bebé y cuidadosamente seleccionado, con colores rosa, beige y verde. Ansiaba rodearla.

Cuando terminé, saqué la manta y quise quitar la pelusa. Cuando comencé, tuve la fuerte sensación de no hacerlo.

Escuché el sentimiento y me disculpé pensando en voz alta: "Oh, no hay mucha pelusa, así que no importa si la próxima persona verá algo de pelusa. Clásicamente, ¿no? Imagina que esta pelusa causa tanta emoción.

Pensé en el libro de David Batra. La persona que no quite la pelusa morirá. Sonreí levemente. Que irónico.

Cuando agarré la manta y estaba a punto de salir del baño, me detuve y le di más tiempo al armario de secado donde colgaban los cuatro pequeños manteles. Las llaves colgaban del gancho en la puerta del lavadero. No tenía bolsillos en mi vestido, así que por el momento pensé que era un buen lugar para colgar las llaves.

Fui a la puerta. De repente me doy la vuelta y regreso a la secadora. Lo miro por unos segundos. Luego me inclino hacia adelante, agarro la escotilla y la tiro. La escotilla es inusualmente terca hoy.

Respiro hondo, lo agarro con toda su fuerza, me inclino más hacia adelante y tiro con fuerza.

Entonces siento algo rompiéndose en mi espalda en mil pedazos. Parece que alguien está arrojando cien piedras y clavos en mi espalda baja.

Así fue como se sintió. Un dolor increíble. Inmediatamente sentí que algo andaba mal.

Inmediatamente comencé a sentirme mareado, a ver borroso y a volverme inestable. Empecé a sentirme mal y el instinto me dijo que dejara el