Plantas medicinales, aromáticas o venenosas de Cuba (Tomo I)
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Juan Tomás Roig y Mesa
Juan Tomás Roig y Mesa (1877-1971). Célebre científico cubano dedicado a la botánica. Sus estudios y aportes al saber científico trascendieron su época y son consulta obligatoria para todo estudioso de esa especialidad científica u otras disciplinas afines. Roig dedicó más de cincuenta años de su prolífica vida a la investigación, aportando elementos incuestionables acerca de la flora cubana, fundamentalmente de las plantas medicinales. Su ingenio científico lo llevó a estudiar y profundizar en diversas temáticas como: la botánica económica, la fotoquímica, la ecología, la metódica, la protección, la conservación y la propagación de especies endémicas o exóticas; sin eludir la necesidad de crear reservas naturales, áreas protegidas, jardines botánicos y parques naturales. Autor de relevantes textos como: Diccionario botánico de nombres vulgares cubanos (1928), La albahaca morada, plantas aromáticas cultivables en Cuba (1945) y Plantas medicinales, aromáticas o venenosas de Cuba (1945).
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Plantas medicinales, aromáticas o venenosas de Cuba (Tomo I) - Juan Tomás Roig y Mesa
Esta obra se publicó por primera vez, en Cuba, en 1945.
Primera edición, 1974
Primera reimpresión, 1988
Segunda reimpresión, 1992
Segunda edición, 2012
Edición: Gilma Toste Rodríguez
Corrección: Natacha Fajardo Álvarez
Diseño interior y diseño de cubierta: Yadyra Rodríguez Gómez
Realización de imágenes: Elvira Corzo Alonso
Emplane digital: Belkis Alfonso García
© Herederos de Juan Tomás Roig y Mesa, 2012
© Sobre la presente edición:
Editorial Científico-Técnica, 2015
ISBN 978-959-05-0809-7 Obra completa
ISBN 978-959-05-0811-0 Tomo I
INSTITUTO CUBANO DEL LIBRO
Editorial Científico-Técnica
Calle 14 no. 4104, entre 41 y 43, Playa, La Habana, Cuba
editorialmil@cubarte.cult.cu
NOTA A LA PRESENTE EDICIÓN
La primera edición de Plantas medicinales, aromáticas o venenosas de Cuba (1945) trataba solo las especies medicinales, aromáticas o venenosas, nativas o naturalizadas. Para la segunda publicación (1974) se incluyeron ochenta artículos adicionales sobre especies exóticas cultivadas en Cuba, se rectificaron los índices de los nombres vulgares cubanos, los científicos y la relación de plantas, según sus aplicaciones. El apartado sobre las aplicaciones de las plantas medicinales se reformó con un fragmento sobre plantas comestibles o alimenticias, sustituyendo el tema de los analépticos. Las nuevas especies incorporadas fueron las plantas exóticas aclimatadas, o que es posible cultivar después de un intenso trabajo de introducción, aclimatación y cultivo desarrollado durante muchos años.
Es incuestionable la trascendencia de esta obra, que se reimprimió, por última vez, en 1992. En la actualidad constituye —aun–bibliografía de consulta obligatoria para todo estudioso de la especialidad u otras disciplinas afines. Para nuestra casa editorial este trabajo representa, no solo un compromiso con el genial sabio, es también una forma de enaltecer el trabajo de los profesionales, técnicos y estudiantes vinculados al fascinante mundo de la Botánica.
Las fotografías que aparecen en esta nueva impresión no son las que muestran las ediciones anteriores. Las imágenes utilizadas por el autor no pudieron recuperarse, ni localizarse en los archivos personales de la familia Roig. Para lograr un trabajo decoroso de diseño, fue imprescindible (con el consentimiento de los herederos del Maestro) realizar una cuidadosa búsqueda y selección de fotografías, tratando de ser lo mas fiel posible a las propuestas de Roig. Vale destacar que sin el asesoramiento del licenciado en Ciencias Biológicas y máster en Geomática Carlos Martínez Bayón, especialista del Instituto de Oceanología, esta minuciosa labor no hubiera sido posible.
El ingenio científico de Juan Tomás Roig y Mesa demostró las potencialidades de nuestra flora y los beneficios de la medicina verde, legitimando el increíble patrimonio popular del que somos dueños. La esencia misma de esta obra está implícita en una de sus eruditas máximas: ...estimular a nuestros hombres de ciencia para que estudien dichas plantas, a fin de comprobar si son ciertas las virtudes que se les atribuyen, para que ellas sean utilizadas científicamente, sustrayendo el comercio de esas drogas de manos inexpertas, cuando no de charlatanes, cuyas recomendaciones más de una vez han producido fatales consecuencias
.
Lic. Gilma Toste Rodríguez
Editora
La Habana, 2012
NOTA A LA SEGUNDA EDICIÓN
Hablar de la persona y de la obra de Juan Tomás Roig y Mesa no es asunto fácil. A veces las palabras no pueden expresar en su justa dimensión lo que se quiere decir o comentar. En esta breve introducción, trataremos de ofrecer al lector una modesta visión de ese cubano genial que supo reunir en sí las virtudes de sabio, maestro, científico, hombre y revolucionario. Nacido casi al finalizar la gloriosa epopeya de los Diez Años, pudo conocer en otros y en si mismo las penurias y miserias del oprobioso régimen colonial imperante en la época. Joven aun, tuvo que hacerse cargo, a la muerte del padre, del sostén de su madre y tres hermanos más; conoció la emigración y sus vicisitudes, siempre con la mirada fija en un futuro más luminoso, al que solo el triunfo de la Revolución, en 1959, pudo dar cuna. Le tocó vivir los 58 años de república mediatizada, sometida al capital yanqui y regida por los desgobernantes de turno siempre al servicio del amo norteño. En esa propia seudorrepública, donde pudo llevar a cabo, contra viento y marea, la mayor parte de su obra científica, le tocó padecer en carne propia las injusticias, la incomprensión, el oportunismo, la ignorancia, el desprecio y toda esa gran cadena negativa, hija legítima del sistema que las engendraba. No obstante, su animoso tesón y dedicación le llevaron siempre, venciendo todos los obstáculos, a lograr la publicación de sus obras, que hoy constituyen no solo una gloria de la ciencia cubana sino también de la universal.
Es de esta gran, aunque modestísima figura, de quien toca el honor a esta Editorial Científico-Técnica de publicar esta tercera edición de Plantas medicinales, aromáticas o venenosas de Cuba, coincidiendo con el 110 aniversario del natalicio del sabio.
Esta obra se editó por primera vez en 1945, reeditándose casi una treintena de años después. Libro de gran demanda, no tardó en agotarse esta última edición, por lo que la Editorial está segura que esta nueva reimpresión contribuirá de modo decisivo a llenar un vacío con una obra que no solo es del interés de los profesionales, técnicos y estudiantes ligados a la materia, sino también de todo aquel que desee conocer más la rica flora de nuestra Patria. Sea pues esta edición un modesto homenaje del Ministerio de Cultura a ese gran sabio, científico y revolucionario, autor del Diccionario botánico de nombres vulgares cubanos, La albahaca morada, Plantas aromáticas cultivables en Cuba, y tantas obras que nos llenan de orgullo, que fuera Juan Tomás Roig y Mesa.
Lic. Ricardo Barnet Freixas
La Habana, 1988
PRÓLOGO A LA SEGUNDA EDICIÓN
En la primera edición de esta obra tratamos solamente de las especies medicinales, aromáticas o venenosas, nativas o naturalizadas, y dejamos para el futuro la información obtenida sobre las especies exóticas introducidas en el país, que ampliaría esta segunda edición. En esta nueva edición incluimos unos ochenta artículos adicionales que tratan de las especies exóticas que hemos venido cultivando desde hace varios años. Algunos de esos artículos son simples ampliaciones de otros que aparecieron en la primera edición, por haber sido tratados muy someramente; otros son tomados de revistas donde los habíamos publicado con anterioridad, por lo que, en general, son más extensos. Estas adiciones aparecen señaladas en esta edición con un asterisco.
En estos últimos años hemos recibido centenares de muestras de semillas de diversas especies, por intercambio con los jardines botánicos de distintos países. De estas semillas algunas no germinan por ser muy atrasadas o por otras causas; otras germinan y las posturas mueren al poco tiempo por no adaptarse a nuestro clima o al suelo, y otras, en fin, germinan muy bien, se adaptan al clima y a los suelos, y hasta llegan a escaparse del cultivo, muchas veces con tendencia a convertirse en malezas, como sucede con la visnaga, la achicoria y el diente de león.
A los artículos aparecidos en la primera edición se les han hecho correcciones y adiciones para incluir datos e informes adquiridos en el lapso transcurrido desde la publicación de la primera edición, hasta nuestros días. Además de la revisión de dichos artículos, ha sido necesario rectificar los índices de nombres vulgares cubanos, de nombres científicos y la relación de plantas, según sus aplicaciones; así como la clasificación botánica de las plantas, para incluir los nombres que figuran por primera vez en esta edición. Para esta labor nos hemos servido principalmente de nuestro Diccionario de nombres vulgares cubanos y de la Flora de Cuba del Hno. León y colaboradores. Hemos considerado útil suprimir el índice de nombres vulgares extranjeros que figuraba en la primera edición, por considerarlo incompleto y, por lo tanto, de aplicación muy restringida.
En el inciso de las aplicaciones de las plantas medicinales agregamos una pequeña sección de las plantas comestibles o alimenticias, que sustituye el artículo sobre analépticos, que ha sido suprimido. Las nuevas especies, incorporadas a la obra, corresponden a plantas exóticas que se han aclimatado o que es posible cultivar. Ellas representan el resultado de nuestro trabajo de introducción, aclimatación y cultivo desarrollado durante muchos años. Expresamente; habíamos evitado en la primera edición dar recetas, fórmulas y dosificaciones, así como la composición química de muchas plantas; pero en esta nueva edición damos aquellas recetas que indican los autores, de quienes hemos tomado los datos, bajo la responsabilidad de estos. También incluimos la composición química, cuando hemos podido obtenerla, de algunas plantas medicinales, y las características de los aceites esenciales, de acuerdo con los autores consultados, y que se mencionan en la bibliografía de cada artículo.
Los artículos correspondientes a las especies incorporadas, se han descrito de la misma forma y con el mismo plan que las restantes, a fin de darle uniformidad al trabajo; pero las descripciones científicas son más condensadas por tratarse de plantas, en su mayoría europeas y americanas, muy conocidas y que figuran en todas las farmacopeas.
Nosotros contamos actualmente, en el Instituto de Investigaciones Tropicales con unas tres hectáreas dedicadas a lantas medicinales y aromáticas. En estos terrenos existen parcelas experimentales,lotes de plantas anuales o bienales, lotes de arbustos medicinales y aromáticos, y lotes de árboles de la misma clase. Es decir, que tenemos un Herbetum de plantas herbáceas y subarbustosas, un Fructicetum o lote de arbustos y un Arboretum o colección de árboles. En el prólogo de la primera edición manifestábamos cierto pesimismo en cuanto a la posibilidad de que se crease en Cuba un Instituto de plantas medicinales, aromáticas y enenosas, que tuviese a su cargo el estudio químico y farmacológico de las especies medicinales nativas; pero hoy nos sentimos optimistas en vista del interés demostrado por nuestro Gobierno Revolucionario, con la creación de diversos institutos de investigación y con el establecimiento devarias granjas para el cultivo de plantas medicinales y aromáticas. Además se cuenta con químicos extranjeros de alto prestigio y se hacen investigaciones con plantas medicinales en el Instituto Cubano de Investigaciones Tecnológicas (ICIT) y en el Hospital Oncológico. También nosotros contamos con un pequeño laboratorio químico de plantas medicinales, al frente del cual se encuentra el Dr. Evelio Villar, químico que colabora con nosotros y que ha facilitado, generosamente su ayuda. Tenemos, además, una planta piloto de destilar aceites esenciales.
En la preparación de esta obra han colaborado distintas personas, a quienes por este medio expresamos nuestro agradecimiento; son ellos, el Dr. Joaquín Jiménez Laborí, que nos facilitó plantas y valiosos informes; el Ing. José M. Mendiola, por la traducción del idioma ruso de varios artículos y por su asistencia como segundo jefe del Departamento de Plantas Medicinales; el técnico auxiliar Pedro Rodríguez, a cargo de las plantas aromáticas y de la destilación de aceites esenciales; el técnico del Instituto Cubano de Investigaciones Científicas, Guillermo Cid, que nos facilitó numerosas obras de consulta; y Haydee González Cejas y Arsenio Roig, mi secretaria y mecanógrafo respectivamente; así como, los maestros agrícolas José M. Dueñas, Oscar Suárez y Ernesto Herrera, auxilires en los trabajos de campo.
Dr. Juan T. Roig Mesa
Estación Experimental Agronómica
Santiago de las Vegas,
Enero de 1967
PRÓLOGO A LA PRIMERA EDICIÓN
Al escribir esta obra nos proponemos los siguientes objetivos: primero, dar una información —lo más completa y exacta que sea posible— acerca de nuestras plantas medicinales o venenosas segundo, proporcionar a los estudiantes de Botánica, Farmacia, Medicina, Agronomía y Veterinaria una fuente de consulta, utilizable en sus estudios respectivos; tercero, estimular a nuestros hombres de ciencia para que emprendan el estudio metódico de nuestra flora médica y toxicológica; y, cuarto, estimular el cultivo y la explotación de las plantas medicinales indígenas o naturalizadas, para llegar quizás a la creación de una industria farmacéutica, que podría proporcionar trabajo a muchos obreros en el campo, y empleo a numerosas personas en los laboratorios y oficinas comerciales.
En diversos artículos y conferencias hemos llamado la atención repetidas veces acerca de la conveniencia de formar una comisión científica compuesta por botánicos, médicos, farmacéuticos, veterinarios y químicos, que estudien nuestras plantas reputadas como medicinales o calificadas de venenosas, sometiéndolas a la prueba clínica, al análisis químico, y a la preparación y dosificación farmacéutica; mas, como estas prédicas parecen haber caído en el vacío, hemos decidido publicar este trabajo, que solamente abarca la parte botánica y ecológica. Confiamos en que nuestra obra servirá de base para estudios posteriores más detenidos y completos. No nos hemos propuesto escribir un tratado de materia farmacéutica vegetal, ni pretendemos tampoco haber agotado el tema en lo que a las investigaciones botánicas y ecológicas se refiere solamente hemos querido dar nuestro aporte o contribución a la flora médica cubana, que algún día habrá de publicarse.
En modo alguno hemos pretendido tampoco estimular con el presente trabajo el uso empírico de nuestras plantas medicinales por el contrario, hemos querido estimular a nuestros hombres de ciencia para que estudien dichas plantas, a fin de comprobar si son ciertas las virtudes que se les atribuyen, para que ellas sean utilizadas científicamente, sustrayendo el comercio de esas drogas de manos inexpertas, cuando no de charlatanes, cuyas recomendaciones más de una vez han producido fatales consecuencias.
Como la obra será utilizada no solo por personas de cultura científica, sino también por el pueblo en general y mayormente por la población rural, hemos creído conveniente incluir un glosario de los términos técnicos empleados para designar algunas enfermedades y las propiedades medicinales de las plantas, así como las principales preparaciones farmacéuticas, sin pretender dar definiciones precisas, sino simplemente poner al alcance de todos el significado de aquellos términos. También incluimos la equivalencia de las medidas antiguas y las empíricas mencionadas en el texto.
De todas las plantas medicinales, venenosas o aromáticas de alguna importancia, hacemos una pequeña monografía que comprende el nombre científico, los nombres vulgares cubanos y extranjeros; el hábitat y la distribución geográfica, la descripción botánica, las partes que se emplean del vegetal, sus aplicaciones en la medicina casera, la composición química en algunos casos, y los mercados locales de las drogas crudas.
Además del nombre científico más moderno y válido de cada especie, incluimos todos aquellos sinónimos que puedan servir para estudiar la planta, por haber sido empleados en las obras de botánica más utilizadas en Cuba, como son las de La Sagra, Sauvalle, Gómez de la Maza, Grisebach, Urban y Britton.
Encabezamos cada monografía con el nombre vulgar más empleado de la planta, anotando también los demás nombres vulgares con que se le conoce en las diversas localidades de la Isla, para de ese modo facilitar la búsqueda de esas especies en los lugares donde ellas crecen y son conocidas por la población campesina. La inclusión de los nombres vulgares de otros países de América tiene por objeto facilitar la adquisición de nuevos informes sobre plantas que también se usan como medicinales en esos países. También nos proponemos que nuestra obra sea utilizada en los demás países del Continente, especialmente los de habla española.
El conocimiento de la distribución geográfica y el hábitat de las especies servirá para facilitar a los interesados en una especie determinada localizarla, indicándole a la vez el medio más favorable para su cultivo, así como los países que pueden ser competidores nuestros, en el caso de que la planta se llegue a cultivar en escala comercial para la exportación.
Tal vez se piense que en una obra de carácter popular como la nuestra no debieran figurar las descripciones científicas de las plantas; pero no debe olvidarse que la obra se publica para ser utilizada a la vez por los hombres de ciencia y por personas sin preparación científica. Además, la descripción botánica de las especies ofrecerá una garantía sobre la identidad de éstas, a los químicos y clínicos que hayan de trabajar con esas plantas, evitándose las posibles confusiones de unas plantas inofensivas, con otras quizás peligrosas o sin valor medicinal, error muy fácil de cometerse cuando se trata de especies que reciben iguales nombres vulgares en las diversas localidades y regiones. Esta parte del libro, utilizada principalmente por los hombres de ciencia, aparecerá en el texto con un tipo de letra más pequeña.
En la descripción de las especies hemos seguido, en la mayoría de los casos, la Flora de Puerto Rico y las Islas Vírgenes, por Britton y Wilson; pero también hemos utilizado con frecuencia la North American Flora, publicada por el Jardín Botánico de New York, el Catalogus Plantarum Cubensium, de Grisebach; la Flora of the West Indian Islands del mismo autor, la Simbollae Antillanae, de Urban; la Flora habanera, del doctor Gómez de la Maza, y otras descripciones publicadas en revistas y artículos botánicos.
En lo que se refiere a las partes de las plantas que se emplean en la medicina casera o como drogas oficinales, no hemos querido hacer gran hincapié, porque creemos que ese aspecto del trabajo, así como todo lo que se refiere a la dosificación de los medicamentos, debe ser objeto de revisión y estudio por parte de los médicos y farmacéuticos. En general, los principios activos están más concentrados en unos órganos que en otros: unas veces en la raíz, otras en la corteza, en las hojas o en los frutos; y el farmacologista es quien ha de decir la época más favorable para colectar las plantas y la manera de prepararlas y conservarlas.
Por lo que toca a las virtudes o propiedades medicinales atribuidas a las plantas mencionadas en nuestro trabajo, nosotros no nos hacemos responsables de las informaciones obtenidas de otras personas o tomadas de otros autores, ni podemos garantizar la autenticidad de esos informes, ni asegurar que dichas plantas poseen realmente todas las virtudes que se les atribuyen y en el grado que se afirma. Solamente nos consideramos responsables de las afirmaciones que hacemos por nuestra propia cuenta, bien por haber empleado personalmente las plantas o por haber obtenido los informes de personas dignas de confianza. La mayor parte de los datos habían sido facilitados por amigos nuestros, por vendedores de yerbas, o han sido tomados de otros autores.
En realidad, nuestra principal tarea en la preparación de esta obra, ha consistido en identificar las especies botánicas consideradas como medicinales, anotar las localidades donde crecen y agregar las informaciones que sobre esas especies hemos obtenido en el país o en las obras consultadas.
Muchas de las propiedades que se atribuyen a las plantas son exageradas y a veces imaginarias. Una buena parte de nuestro pueblo cree que ciertas plantas actúan por su sola presencia, esto es, que basta llevarlas encima o en el bolsillo para lograr la curación de una dolencia. Atribuyen a otras especies poderes sobrenaturales o misteriosos, y así creen que basta con tener las plantas en una habitación o regarlas por el suelo para librarse de males físicos o morales. En Oriente, dicen que esas plantas sirven para reguíos en Camagüey para despojos. Otras personas las usan para obras, es decir, para ponerlas en un vaso, a manera de ofrenda, y formular entonces una petición o un deseo en beneficio propio o de alguna persona amada. Conocemos algunas personas de reconocida cultura que llevan siempre en el bolsillo, a manera de amuleto, una semilla de mate o cayajabo y dicen que de esa manera se libran de los ataques de hemorroides. Si hacemos mención en el texto de esas virtudes imaginarias, es a título de información, y porque en algunos casos esas creencias pudieran tener relación con hechos reales.
En el inciso de las aplicaciones, ponemos con un tipo de letra más pequeño los datos que copiamos textualmente de alguna obra.*
En cuanto a los informes obtenidos en el país, conservamos cuidadosamente en nuestro archivo los nombres de las personas que nos los facilitaron y las localidades donde se emplean esas plantas.
Hubiéramos deseado en todos los casos agregar una referencia a las especies afines de otros países mencionadas en las distintas farmacopeas; pero ello obligaría a dar a esta obra una extensión demasiado amplia. En algunos casos hemos agregado la composición química de las plantas medicinales; pero la mayoría de las plantas cubanas no han sido analizadas en lo que se refiere a sus principios activos, aunque un buen número de ellas han sido estudiadas como forrajeras o como alimenticias para el hombre. Por otra parte, la composición química de algunas de ellas, anotada por Grosourdy y otros autores antiguos, posiblemente no está de acuerdo con la nomenclatura química actual, por lo que preferimos dejar esta parte para ser estudiada por los especialistas en la materia.
Tenemos noticias de que unas pocas personas se han dedicado a exportar algunas de nuestras plantas medicinales, como el guayacán y la yamagua; pero, en realidad, no existe un mercado importante para nuestras drogas nativas. El negocio de la venta de yerbas medicinales está en manos de yerberos ambulantes o establecidos en pequeños puestos fijos en los mercados de abastos y en otros lugares céntricos de La Habana, Santiago de Cuba, Cienfuegos y Camagüey. En general, los yerberos son personas desconocedoras de la botánica y la farmacia, y muchos de ellos son enteramente ignorantes. Los precios de las yerbas y productos de las plantas son, generalmente, muy bajos, y el comercio de esas drogas crudas es casi insignificante, desde el punto de vista económico. Algunas de las droguerías de la capital tienen agentes yerberos que las proveen de ciertas plantas indígenas que tienen alguna demanda en el mercado, como la doradilla y la grama, y también adquieren cantidades de otras especies cultivadas, como el romero, los eucaliptos, etc.; pero siempre en escala reducida, y en muy pocos casos, se destinan esas plantas para ser utilizadas en los laboratorios para la preparación de especialidades farmacéuticas
La nota bibliográfica al final de cada monografía tiene por objeto dar al estudiante mayor facilidad para completar los informes contenidos en el texto y para comprobarlos.
El capítulo en que se grupan las especies, según la clasificación botánica adoptada por nosotros, se destina también para el uso de los estudiantes de Botánica, Farmacia y Medicina, que así podrán rápidamente hallar todas las especies medicinales que pertenecen a una misma familia y localizarlas en el texto por sus nombres científicos y vulgares.
La agrupación de las plantas en otro capítulo, según sus propiedades medicinales, servirá para facilitar la búsqueda de una especie cualquiera, cuyas propiedades se deseen conocer o comprobar, y para encontrar rápidamente aquellas plantas que, como las hemostáticas y los antídotos o contravenenos, sea necesario usarlas en el caso de un accidente en el campo, donde no se disponga de un botiquín o no haya médicos ni boticas cercanos. Como a ciertas plantas se les atribuyen muchas propiedades diversas, y a menudo contradictorias, nosotros solo agrupamos en ese capítulo aquellas especies que tienen propiedades bien notorias y reconocidas. Suprimimos la lista de los analépticos, que aparece en la obra de Grosourdy, por no ser realmente medicinales.
La inclusión de un índice de nombres vulgares cubanos y otro de nombres vulgares extranjeros, se justifica por el hecho de que muchas plantas tienen el mismo nombre cubano en otros países y si pusiéramos todos los nombres vulgares en un solo índice ello se prestaría a confusión. Aunque la obra está dispuesta por orden alfabético de los nombres vulgares cubanos, son necesarios también esos índices porque, además de la especie principal, se mencionan en cada monografía otros nombres vulgares usados en las diversas localidades y en los otros países americanos. Dichos índices serán útiles, además, para que los extranjeros puedan hallar fácilmente las plantas que se mencionan en el texto.
El índice de nombres científicos será útil para los botánicos y los hombres de ciencia extranjeros, no familiarizados con nuestros nombres vernáculos y también para hallar rápidamente una especie, cuyo nombre vulgar no se conoce.
La bibliografía general dará a los estudiantes de Farmacia y Medicina una información sobre todos los trabajos que se han publicado en Cuba o en el extranjero sobre plantas medicinales cubanas, pudiendo también seguirse por el orden cronológico la evolución de esos estudios en Cuba.
Después de la entrega de los originales de este trabajo recibimos la obra Standardized Plant Names, preparada por la Comisión Conjunta Americana de la Nomenclatura Hortícola, en la cual se revisan muchos nombres científicos, de conformidad con los últimos acuerdos de los congresos botánicos. Por la falta material de tiempo, se han hecho las correcciones solamente en el índice de nombres científicos y no ha podido hacerse en el texto. Si la publicación de este trabajo logra despertar algún interés por el estudio de nuestra flora médica y hacer llegar alguna valiosa información hasta aquellos habitantes del país que viven en regiones aisladas, donde se carece de los recursos de los centros urbanos, nos consideraremos satisfechos, por haber realizado algo útil a nuestra patria y a nuestros conciudadanos.
Dr. Juan T. Roig Mesa
Estación Experimental Agronómica
Santiago de las Vegas
Febrero de 1945
* Las citas textuales aparecen entre comillas dentro del texto con igual puntaje e interlineado o entrecomilladas con un puntaje menor (N. de la E.)
PANEGÍRICO DEL SABIO BOTÁNICO
JUAN TOMÁS ROIG
Compañeros miembros del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.
Compañeras y compañeros:
En nombre de los familiares del doctor Juan Tomás Roig, del Partido Comunista de Cuba y del Gobierno Revolucionario, tenemos la triste misión de despedir el duelo del insigne patriota, del maestro, del revolucionario, del científico, del hombre pleno, a quien damos sepultura en su querida patria.
Encarna Juan Tomás Roig el singular ejemplo de una vida que finaliza a los 94 años de edad, y que desde los 17 comienza a luchar en el exilio al lado de José Martí, por la independencia, terminando como miliciano de la patria y militante del Partido Comunista de Cuba, desde donde luchó, día a día hasta su último aliento por el desarrollo del Socialismo. Así, lo vimos una noche frente a la ex embajada yanqui, en La Habana, ante el mar de pueblo que le escuchaba, demandar, con voz vibrante todavía, la libertad de los pescadores cubanos secuestrados por el imperialismo.
Esas virtudes cívicas y patrióticas no constituyen, con ser tantas, su único legado a la posteridad, pues esta actividad revolucionaria se entrelaza, como los átomos de un mismo elemento, con su devoción científica en los campos de la Agronomía, la Farmacia y muy especialmente en las disciplinas botánicas, donde figura como un maestro y erudito sin par.
Todos los que tuvimos el privilegio de tratarlo, de conocerlo y amarlo, admiramos en él su infinita sabiduría y bondad, su valor y su modestia singular, siempre enriquecidas con ésa, su mayor calidad humana, que le ha hecho el Maestro por excelencia.
Nacido el 31 de mayo de 1877 en Santiago de las Vegas, pueblo donde transcurre casi toda su vida, queda huérfano de padre a los 4 años, sintiendo los zarpazos de la pobreza; a los 7 años comienza su enseñanza primaria en la escuela municipal para pobres, de su villa natal, enseñanza que tiene que abandonar a los 11 años por duras razones económicas, empezando desde los 11 años a trabajar como aprendiz de tabaquero en la fábrica La Crema de Cuba; a los 14 años es promovido a operario de esta, iniciándose como obrero tabaquero, lo que influyó en su formación, por las profundas tradiciones proletarias y revolucionarias de ese sector de nuestra clase obrera, tradición que enraiza precisamente en sus tierras de Santiago de las Vegas, de donde partieron los vegueros que se alzaron contra el despotismo español en 1723 y que se mantuvo viva durante los preparativos de la Guerra de Independencia en las fábricas de Tampa y Cayo Hueso, donde labora Juan Tomás Roig desde 1894 a 1898, en que regresa a Cuba después de militar en las organizaciones dirigidas por el Partido Revolucionario Cubano.
A los 21 años, finalizada la Guerra del 95, regresa a Cuba, donde continúa trabajando como tabaquero. A las duras jornadas de trabajo suma horas y horas preparándose para lograr el certificado de
Maestro de Instrucción Pública e Inglés, que obtiene en 1901 con las más altas calificaciones, que le valen la asistencia a un cursillo de verano para maestros de inglés en la Universidad de Harvard. A este respecto señalamos que a Juan Tomás Roig, cubano vertical de siempre, no le contaminó nunca, ni en el exilio, ni en la República mediatizada, el veneno imperialista; antes bien lo incitó a la rebeldía como cubano digno. Del pueblo de los Estados Unidos bebió lo mejor de su cultura, rechazando y combatiendo las influencias negativas del régimen social imperante en Norteamérica.
Ejerció en Cuba como maestro durante años. En 1902 comienza sus estudios de Bachillerato y 4 años más tarde ingresa en la Universidad de La Habana como estudiante de Farmacia y Perito Químico, graduándose igualmente en Ciencias Naturales; en esta última obtuvo la calificación de sobresaliente con su tesis Las Cactáceas de la Flora Cubana
.
En 1913 es designado Jefe del Departamento de Botánica de la Estación Experimental Agronómica, institución a la que estaría ligado indisolublemente; en 1917 obtiene por oposición la cátedra de Cosmología, Biología e Historia Natural en el Instituto de Segunda Enseñanza de Pinar del Río.
En 1914 comienza a explorar los campos y las montañas de Cuba; se adentra en los bosques, atraviesa las ciénagas, y en todos estos paisajes investiga el maravilloso mundo vegetal; trabaja con miles de especies, descubre decenas de estas y publica numerosas monografías.
En 1928, producto de sus estudios, publica la primera edición de su Diccionario Botánico de Nombres Vulgares Cubanos, obra trascendental de nuestra cultura, que mereció sucesivas ediciones. En 1964, un decreto del Gobierno Revolucionario firmado por el comandante Fidel Castro y el presidente de la República Osvaldo Dorticós Torrado, designa a Juan Tomás Roig, miembro de la Comisión Nacional de la Academia de Ciencias de Cuba, figurando desde entonces, por su trabajo paciente y abnegado, como uno de los fundadores de la primera Academia de Ciencias Socialistas en el hemisferio occidental.
El compañero Fidel ha sentido siempre un cariño y una admiración entrañables por el Maestro Juan Tomás. Muchas veces se interesó por sus condiciones de vida, por su trabajo. Recuerdo que el 8 de enero de 1969, en ocasión de inaugurarse el Instituto de Física Nuclear, Fidel conversó con el eminente sabio, inquiriendo por la nueva edición de su obra Las Plantas Medicinales, Aromáticas o Venenosas de Cuba y apremiando a los compañeros de la Academia de Ciencias a que continuaran a su lado, grabando y escribiendo sobre sus experiencias científicas, recuerdos que ahora serán tesoros inestimables de nuestra cultura nacional.
No es este el momento de hacer una exposición de sus obras científicas. Quisiéramos resaltar, eso sí, el ejemplo que como revolucionario, patriota y científico deja a la presente y a las futuras generaciones el doctor Juan Tomás Roig, ejemplo de hombre bueno que, próximo a cerrar sus ojos para siempre, llamó a sus discípulos y les pidió, no hace muchas horas, que al morir le dieran sepultura en la tierra roja de su querido Santiago de las Vegas, que sobre su túmulo funerario se plantara un árbol, y que cuando alguien lo contemplase, pensase que él lo había alimentado para vivir en la belleza de su tronco, de sus ramas y de sus flores. En ese árbol se simbolizará aquélla, su voluntad de vivir, de servir, de sólida sabiduría, que lo hizo enfrentarse victorioso a todos los obstáculos económicos, sociales y políticos; voluntad ejemplar, ahora transfundida en la naturaleza imperecedera de su Cuba, así como su memoria será para siempre en nuestro pueblo.
Antonio Núñez Jiménez
Santiago de las Vegas, Cuba
21 de febrero de 1971
Glosario
Propiedades medicinales
²
² No se incluyen los términos muy conocidos, como abortivos, antirreumáticos, etcétera (N. del A.).
Enfermedades
Preparaciones farmacéuticas
DECOCCIÓN: Cocimiento
INFUSIÓN: Consiste en echar agua hirviente sobre alguna parte de la planta, ya sea en forma de polvo, de hojas secas, raíz, etcétera, o viceversa, estas partes sobre el agua hirviente, como se procede con el té; sin cocer la materia medicinal en el líquido.
LOCIÓN: Preparación acuosa que contiene alguna sustancia insoluble que se aplica sobre la piel sin friccionarla. También sirve para lavados.
TÓPICO: Medicamento aplicado exteriormente, como una pomada.
Medidas del sistema farmacéutico y otras en uso
PESO
1 grano (gr) = peso de un grano de cebada — 64,8 miligramos
1 escrúpulo = 20 granos = 1,296 gramos = 0,333 dracma
1 dracma (dr) = 60 granos = 3 escrúpulos = 3,888 gramos
1 onza (oz) = 480 granos = 24 escrúpulos = 8 dracmas = 31,1035 gramos
1 gramo (g) = 15,4324 granos = 0,7716 escrúpulos = 0,2572 dracma
CAPACIDAD
1 dracma fluida o medida = 3,552 centímetros cúbicos (cc) = 60 mínimas (mín)
1 onza fluida (oz fl) = 8 dracmas fluidas = 28,4123 centímetros cúbicos = 480 mínimas
1 pinta = 20 onzas fluidas = 0,568 litro =16 onzas medidas
1 cucharadita = 5 centímetros cúbicos = 5 gramos = 1 dracma medida
1 cucharada de postre = 10 centímetros cúbicos = 2 dracmas medidas
1 cucharada media =15 centímetros cúbicos
1 cucharada de sopa = 20 centímetros cúbicos = 4 dracmas medidas = 20,5 onzas fluidas
1 tacita = 3 cucharadas completas =1,5 onzas fluidas
1 taza = 10 cucharadas completas = 150 onzas fluidas
1 copita de licor = 2 cucharadas = 40 gramos = 1 onza y 2 dracmas
1 copa de vino = 4 cucharadas = 80 gramos = 2 onzas y 4 dracmas
1 copa grande = 200 gramos = 6 onzas y 2 dracmas
1 copa de agua = 8 cucharadas =160 gramos = 5 onzas
1 vaso = de 20 a 24 cucharadas = de 10 a 12 onzas fluidas
0,5 botella = 2 vasos y medio
1 botella = 725 gramos = 24 onzas
Medidas usadas por Grosourdy
UN MANOJO: Es lo que se puede coger a mano llena y equivale a 1 oz y 2,5 dr de hojas o de flores secas y a 1,5 g de una raíz seca y 2 oz de una corteza. Estas sustancias cuando están verdes pesan el doble. El hacecillo equivale a 2 manojos.
UN PUÑADO: Es lo que se puede coger con la punta de los dedos; es igual a 1 dr de flores o de hojas secas y como 2 dr de una raíz cualquiera y 3 dr de una corteza.
EL POLVO: Es lo que se puede tomar entre el pulgar y el índice y pesa unos 7 g. Una cucharada de las de sopa de un polvo vegetal pesa de 1,5 a 2dr; una cucharadita de las de café pesará de 27 a 30 gr, algo más de un escrúpulo.
Agrupación de las plantas según sus aplicaciones
ABORTIVOS:
Agrimonia
Aguacate
Algodón
Anacahuita
Anamú
Aroma blanca
Azafrán cimarrón
Bejuco amargo
Cabo de hacha
Cerezo macho
Ciprés
Culantro cimarrón
Cúrbana
Dormidera
Guacamaya
Ítamo real
Junco marino
Licopodio
Macusey
Mate de costa
Perejil
Piña
Ruda
Sabina
Sabina japonesa
Sanguinaria
Sasafrás
Tamarindo chino
Tuatúa
Tuya
Yamagua
ABSORBENTES:
Boniato
Licopodio
Yuca agria
AFRODISÍACOS:
Aguacate
Avena
Bija
Caña brava
Cocotero
Cola
Culantro cimarrón
Cúrbana
Eucalipto
Jengibre
Macío
Mangle prieto
Marañón
Mate colorado
Palo boniato
Ortiguilla
Picapica
Pimienta
Pino
Puente de mono
Raíz de indio
Rompe camisa macho
Sterculia foetida L.
Vainilla
ALEXIFÁRMACOS:
Afió
Bejuco de perdiz
Bejuco de terciopelo
Dormidera
Genciana de la tierra
Salvia del país
ALTERANTES:
Achicoria de cabra Álamo
Algodón de seda
Añil
Ayúa
Bledo carbonero
Guayacancillo
Maguey
Majagua de Florida
Oreja de ratón
Pepinillo loco
Pringamoza
Verdolaga
Yerba mulata
AMARGOS:
Aceitillo
Aguedita
Aguedita macho
Aroma de laguna
Ayúa
Bastón de San Francisco
Bejuco amargo
Bejuco leñatero
Brasilete
Caña de limón
Caoba
Carey
Cerillo de loma
Cuasia
Cúrbana
Dagame
Escoba amarga
Gallito
Gavilán
Genciana de la tierra
Guacamaya
Guizazo de caballo Macuillamia repens (Sw.)
Pennell
Malva de caballo
Murallera
Najesí
Naranja agria
Naranja de China
Oreganillo
Oreja de ratón
Paraíso
Piñi-piñí
Raíz de indio
Romero
Romero de costa
Salvia de Castilla
Salvia de costa
Tabaco de sabana
Trébol de agua
Verdolaga de playa
Victoriana
Vigueta
Yabilla
Yanilla prieta
Zancaraña
Zarza blanca
ANAFRODISÍACOS:
Alcanfor
Café
Dicha
Flor de agua
Lechuga
Lentejuela
Sauce
Yerba buena
ANALGÉSICOS:
Guamá candelón
Palo amarillo
Papa
ANASÁRQUICOS:
Escudo de La Habana
ANESTÉSICOS:
Coca
ANODINOS:
Ayúa
Aguacate Berenjena
Boniato de playa
Chamico
ANTIAFTOSOS:
Curaboca
Júpiter
Limón
Nigua
Peralejo
Romerillo blanco
Yerba de la niña
ANTIALMORRÁNICOS:
Aguinaldo rosado
Ají común
Ají picante
Alacrancillo
Algarrobo de olor
Apasote
Araña gato
Aroma amarilla
Cabalonga
Cocotero
Curujey
Chamico
Chamico blanco
Escoba amarga
Guajaca
Guásima
Guayaba
Güira
Higuereta
Jiquí
Jíquima
Majagua
Mangle prieto
Oreja de ratón
Papa
Piñón botija
Platanillo de Cuba
Sábila
Saúco blanco
Tabaco
Tapa camino
Tomate
Tuatúa
Túnica de Cristo
Uva caleta
Vetiver
Yerba caimán
ANTIALOPÉTICOS:
Aguacate
Avellano de América Cañuela Carey
Cocotero
Eclipta blanca
Gúasima Tabaco
Incienso
Junco Pasa de negro
Pobladora
Poja
Tabaco
Verbena americana
ANTIARTRÍTICOS:
Arroz
Ayúa
Bayúa
Bejuco de verraco
Boniato de playa
Cabalonga
Calaguala
Chivo
Graciola Mamey colorado
Pendejera
Raíz de China
Salvia marina
Siguaraya
Tengue
ANTIASMÁTICOS:
Ajo
Alcanfor
Almendro de la India Apasote
Ayúa
Ayúa varía
Bejuco guará
Bija
Caguairán amarillo Café
Calaguala
Campana
Cañuela
Cocotero
Cuaba blanca
Cuajaní
Cuajaní hembra
Chamico
Chamico blanco
Diamela
Eclipta blanca
Estropajo
Eucalipto
Filigrana
Fríjol caballero Guairo santo
Güirito de pasión
Jaboncillo
Jazmín poético
Justicia
Lágrimas de Job
Lengua de vaca
Lirio blanco
Malacara
Manajú
Mango
Matemaco
Nuez vómica cubana
Orégano francés
Orozuz
Picapica
Plátano
Raíz de China
Revienta caballo
Salta perico
Salvia del país
Salvia marina
Tabaco
Tamarindo
Tapa camino
Tebenque
Tila
Tostón
Túnica de Cristo
Uva caleta
Vejiga de perro
Yagruma
Yerba de la niña
Yerba mora
Yerba hedionda
ANTIBILIOSOS:
Aguedita
Bergamora
Chichicate
Guanábana
Jayajabico
Mamoncillo chino
Mirobalanos
Piña
Tostón
Uña de gato
Vetiver Vinagrillo
Yagruma
Yáguma
Yerba de la niña
ANTIBLENORRÁGICOS:
Albahaca
Alcanfor
Anamú
Aroma de laguna
Ayúa
Azucarito
Bejuco amargo
Bejuco fideo
Bejuco guará
Bejuco ubí
Bejuco de purgación
Bejuco de verraco
Bejuco leñatero
Bija
Boja
Boniato de playa
Brasilete falso
Cabellos de ángel
Caisimón
Calaguala
Caña de arroyo
Caoba
Cayeput
Chichicate
Escobilla
Estropajo
Flor de la calentura
Flor de muerto
Fustete
Gandul
Guacamaya francesa
Guaco
Guamá candelón
Guásima
Guizazo de cochino
Icaco
Ítamo real
Jagua
Jambolán
Jayajabito
Jenjibre
Jibá
Lirio de costa
Manzanillo
Mate de costa
Mil flores
Mostacilla
Nigua
Palo de caja
Palo de Santa María
Pino macho
Pipa de turco
Platanillo de Cuba
Pringamoza
Raíz de china
Revienta caballo
Sábila
Salvia marina
Salta perico
Siguaraya
Tarro de chivo
Tuatúa
Uva caleta
Vainilla
Verberna cimarrona
Yabilla
Yagruma
Yanilla prieta
Yerba de la niña
Yerba hedionda
Yerba mala
Zarza
ANTICATARRALES:
Ajo
Ajonjolí
Albahaca
Albahaca cimarrona
Algodón
Almácigo
Anamú
Anís
Anón
Bálsamo de Tolú
Bastón de San Francisco
Bejuco amargo
Bejuco fideo
Bejuco de terciopelo
Bejuco de tortuga
Bejuco de verraco
Calaguala
Caña de limón
Cañuela
Cañuela hembra
Caoba
Col
Colonia
Coralitos
Diamela
Eucalipto
Frijol
Frijol caballero
Fustete
Gandul
Garro morado
Girasol
Guacamaya
Guairaje
Guanábana
Güira cimarrona
Güirito de pasión
Higuera
Ítamo real
Jenjibre
Lentejuelas
Limón
Llantén
Mamey colorado
Mango
Mar Pacífico
Marañón
Maravedí
Mastuerzo
Mejorana
Muralla
Naranja agria
Orégano francés
Orozuz
Palo de caja
Peralejo
Polígala
Quimbombó
Real té
Romerillo blanco
Romerillo de loma
Romero
Romero de costa
Sábila
Salta perico
Salvia de Castilla
Salvia marina
San Diego morado
Sanguinaria
Saúco blanco
Tebenque
Tuatúa
Tuya
Uva caleta
Varía
Yuquilla
ANTICOLÉRICOS:
Aguedita
Ajo
Ayapaná
Cayeput
Guaco
Ortiguilla
Picapica
Rompezaragüey
Salvia del país
Vejiga de perro
ANTICOLÍTICOS:
Bejuco de tortuga
Colchón de perro
Cucaracha
Cundeamor
Hinojo de sabana
Mamey colorado
Sanguinaria
Vinagrito
Yerba de la virgen de la Caridad del Cobre
ANTIDIABÉTICOS:
Albahaca morada
Brasilete
Jambolán
Mastuerzo
Mata diabetes
Palo de caja
Saúco amarillo
Yerba hedionda
Yerba de la niña
Yerba de San Martín
ANTIDIARRÉICOS:
Albahaca
Algodón
Almácigo
Almendro de la India
Anón
Arroz
Ayúa
Baobad
Bastón de San Francisco
Bejuco fideo
Cedro de Himalaya
Celestina azul
Clavel chino
Cocotero
Comino cimarrón
Coralín
Culantrillo
Culantro de Cartagena
Chirimoya
Escobilla
Gavilán
Girasol
Guaco
Guairo santo
Guanábana
Guara
Guayaba
Güira
Guizazo de cochino
Hernandía
Hierbabuena
Hinojo de sabana
Icaco
Jayajabico
Lechuga cimarrona
Licopodio
Llantén
Majuito
Malva de cochino
Mangle prieto
Mango
Marañón
Mirobalanos
Moco de pavo
Nabaco
Najesí
Nigua
Palma real
Palo campeche
Palo de Santa María
Picapica
Pomarrosa
Ramón de caballo
Rompezaragüey
Santa Rita
Tribulillo
Uva caleta
Verbena cimarrona
Yerbabuena
Yerba caimán
Yerba de la niña
Yerba de la vieja
Zancaraña
ANTIDISENTÉRICOS:
Achicoria de cabra
Agalla de costa
Aguedita
Aguenaldito rastrero
Ajonjolí
Alacrancillo
Albahaca
Algodón
Almácigo
Amor seco
Anón
Araña gato
Aroma amarilla
Arraigán
Arroz
Ayúa
Baobad
Bejuco amargo
Bejuco fideo
Bija
Bijáguara
Bledo blanco
Boniato de playa
Brasilete falso
Caimitillo
Cambustera cimarrona
Cartagena
Cedro de Himalaya
Clavelina
Conchita azul
Copey vera
Coralín
Cuasia
Cucaracha
Damiana
Dormidera
Gandúl
Garro morado´
Gavilán
Granado
Guacamaya americana
Guairo santo
Guara
Guásima
Guayabo
Hinojo de sabana
Jambolán
Jazmín del cabo
Jíquima
Jobo
Lengua de vaca
Licopodio
Llantén
Llantén cimarrón
Malva bruja
Malva de caballo
Malva de cochino
Mamey colorado
Mango
Maní
Maní cimarrón
Marañón
Marvilla
Mastuerzo
Membrillo de Bengalá
Moco de pavo
Peralejo
Platanillo de Cuba
Ponosí
Raíz de indio
Romerillo blanco
Sábila
Salta perico
San Diequillo
Sanguinaria
Seso vegetal
Tamarindo chino
Tapa camino
Tebenque
Tostón
Trencilla
Uva caleta
Yagruma
Yerba de la niña
Yuca agria
ANTIDISMENORRÉICOS:
Aguacate
Albahaca
Alcanfor
Culantro cimarrón
Chamico
Dicha
Icaco
Ítamo real
Malva de caballo
Marilope
Palo caballero
Perejil
Raíz de indio
Ruda
Saúco blanco
Tabaco
Verraco
Yerbabuena
Yerba hedionda
ANTIDISPÉPTICOS:
Apasote
Aroma amarilla
Coca
Gavilán
Genciana de la tierra
Hinojo
Limón
Mostaza negra
Papaya
San Dieguillo
Trébol de agua
Yerba mulata
ANTÍDOTOS:
Algalia
Algarrobo de olor
Anamú
Azúcar (de caña)
Bejuco amargo
Bejuco de perdiz
Bejuco de terciopelo
Bejuco de verraco
Bija
Cabo de hacha
Café
Caisimón
Cardo Santo
Cedro
Contraguao
Contraguao cimarrón
Chicharrón
Filigrana
Flor de la Y
Guacamaya francesa
Guaco
Llerén
Malagueta
Mate de costa
Peralejo
Picapica
Piñón de pito
Platanillo
Rabo de gato
Roble blanco
Sagú
Salvia del país
Vinagrillo
Yaba
Yabilla
Yerba de la niña
Yerba de la plata
ANTIEBRIÉTICOS:
Ají picante
Café
Limón
Gavilán
Tabaco
ANTIEPILÉCTICOS:
Añil
Bija
Cayeput
Cedro
Galán de noche
Jaboncillo
Junco marino
Llantén cimarrón
Mamey colorado
Orégano francés
Pomarrosa
Tostón
Túnica de Cristo
Varía
ANTIERISIPELATOSOS:
Aguedita
Brasilete falso
Canina de perro
Macurije
Malacara
Ponasí
Yerba mora
ANTIESCORBÚTICOS:
Ajo
Barrilla
Berro
Berro de costa
Cabrito
Caisimón
Carey
Col
Estragón
Guanábana
Guayacancillo
Jayajabico
Limón
Maguey
Mango
Maní
Marañuela
Mastuerzo
Moco de pavo
Mostaza
Naranja de China
Paraíso francés
Ponosí
Rábano
Rábano de caballo
Salvia marina
Tostón
Trébol de agua
Uña de gato
Verdolaga
Verdolaga de playa
Vinagrillo
Yuquilla
ANTIESCROFULOSOS:
Barilla
Berro
Caisimón
Dormidera
Güiro amargo
Guizaso de caballo
Lechuga de mar
Llerén
Marañuela
Mastuerzo
Mataguao
Nogal del país
Paraíso
Pendejera
Sargazo común
Trébol de agua
ANTIESPASMÓDICOS:
Abrojo
Adormidera
Alcanfor
Algalia
Amapola
Anamú
Anón
Añil
Apasote
Aroma amarilla
Artemisa
Asafétida
Bastón de San Francisco
Beleño
Capulinas
Cayeput
Ceiba
Cidra
Ciruela amarilla
Cúrbana
Chamico
Galán de día
Galán de noche
Guairo santo
Guanina
Jayajabico
Justicia
Lengua de vaca
Lentejuela
Licopodio
Limón
Llantén cimarrón
Mejorana
Menta americana
Mostacilla
Muralla
Nigua
Palo amarillo
Palo caballero
Peralejo
Picapica
Resedá
Salvia de Castilla
Salvia del país
Sasafrás
Téraraco
Toronjil
Tostón
Túnica de Cristo
Vainilla
Verbena
Yerba buena
Yerba de la niña
Yerba hedionda
Yerba gatera
Yerba porosa
Yerbaluisa
Yuca agria
ANTIESPLÉNICOS:
Agrimonia
ANTIFLOGÍSTICOS:
Violeta
ANTIGALACTAGOGOS:
Perejil
Vetiver Yerba buena
ANTIGOTOSOS:
Guanina Moco de pavo
ANTIHELMÍNTICOS:
Ajo
Apasote
Bagá
Bauhinia
Bejuco de lombriz
Cabrito
Café
Calaguala
Caña brava
Carey
Cocotero
Cohombro
Domingo
Estropajo
Flor de la calentura
Gavilán
Granadilla
Jayajabico
Lombricero
Mamey colorado
Mamey de Santo Domingo
Mango
Mate de costa
Olivo bastardo
Palo amarillo
Paraíso
Picapica
Piña
Piña de ratón
Piñuela
Piscuala
Pitahaya
Platanillo
Ruda
Sábila
Salvadera
Túnica de Cristo
Vainilla
Verbena cimarrona
Yaba
Yerba lombricera
Yuquilla
ANTIHEMORRÁGICOS:
Véase hemostáticos
ANTIHEMORROIDALES:
Véase antialmorránicos
ANTIHEPÁTICOS:
Alcachofa
Algarrobo
Amor seco
Añil
Azafrán bastardo
Bagá
Bija
Bledo carbonero
Botija
Cardo santo
Cereza del país
Cundeamor
Diamela Diez del día
Doradilla
Frescura
Grama
Guacamaya
Guacamaya americana
Güiro amargo
Guizazo de caballo
Helecho real
Jabilla
Jagüey
Jayajabico
Jibá
Lengua de serpiente
Mango
Manzanilla
Manzanilla del país
Menta americana
Mije
Ocuje
Ombligo de Venus
Palma cana
Palo amarillo
Pepinillo loco
Piñón de pino
Plátano
Raíz de indio
Romerillo blanco
Salvia marina
Salta perico
San Diego morado
Siguaraya
Tamarindo
Uña de gato
Verbena cimarrona
Verdolaga
Yagruma
Yáguna
Yuquilla
Zanahoria
ANTIHERPÉTICOS:
Abey
Aguedita hembra
Alacrancillo
Albahaca cimarrona
Alcanfor
Algodón de seda
Almendro de la India
Anamú
Aroma de laguna
Bastón de San Francisco
Bejuco leñatero
Bledo carbonaro
Boja
Cabellos de ángel
Caisimón
Cañuela
Caoba
Cardo santo
Cimarrón
Colonia
Cubanicú
Cundeamor
Chichicate
Dormidera
Eclipta blanca
Escoba amarga
Escudo de La Habana
Galán de noche
Gavilán
Guao
Guásima
Guayaba
Guizazo de caballo
Helecho real
Hepática
Huevo de gallo
Ítamo real
Jagüeyes
Jayajabico
Lengua de serpiente
Lirio de costa
Llantén
Maguey
Majagua de la Florida
Mala cara
Malva blanca
Mamey de Santo Domingo
Marañón
Maravilla
Mostacilla
Najesí
Nigua
Ocuje
Olivo bastardo
Oreja de ratón
Palo amarillo
Palo bajao
Palo boniato
Palo caballero
Palo de Santa María
Paraíso francés
Pendejera
Pino macho
Piñón botija
Ponosí
Rabo de gato
Raíz de China
Resedá
Romerillo blanco
San Diego cimarrón
Sanguinaria
Santa Rita
Siguaraya
Tostón
Túnica de Cristo
Uña de gato
Uva caleta
Varía
Verbema cimarrona
Vetiver
Victoriana
Yamagua
Yerba graciosa
Yerba hedionda
Yerba mora
Yerba mulata
Yerba de la sangre
ANTIHIDRÓPICOS:
Ajo
Almácigo
Anamú
Ateje
Avena
Ayúa
Azafrán bastardo
Bejuco amargo
Bejuco fideo
Bejuco leñatero
Bejuco verraco
Boniato de playa
Cabellos de ángel
Caisimón
Cardo santo
Cayeput
Cebolla
Curamagüey
Dicha
Estropajo
Guayaba
Higuera
Jía Manzanilla
Lágrimas de Job
Manzanilla
Maravedí
Mastuerzo
Mostacilla
Ombligo de Venus
Palo amarillo
Paraíso francés
Pepinillo loco
Pepino
Perejil
Picapica
Pitajoní
Rabo de gato
Siguaraya
Trébol de olor
Tuatúa
Vejiga de perro
Verbena cimarrona
Yagruma
Yerba de la niña
Yerba hedionda
Zancaraña
ANTIHIPOCONDRÍACOS:
Albahaca
Bejuco amargo
Gavilán
Maguey
Maravilla
Mostacilla
Sábila
Saúco blanco
Yerbabuena
ANTIHISTÉRICOS:
Aguacate
Anamú
Bejuco amargo
Coca
Lengua de vaca
Marilope
Mostacilla
Palma cana
Paraíso
Resedá
Tostón
Yerba gatera
ANTILÁCTICOS:
Véase antigalactagogos
ANTILEPROSOS:
Algarrobo de olor
Algodón de seda
Bejuco colorado
Bija
Boja
Flor de la calentura
Malva bruja
Malva colorada
Mangle
Ombligo de Venus
Oreja de ratón
Pendejera
Pringamoza
Resedá
Salvadera
Uña de gato
Yabilla
ANTINEFRÍTICOS:
Abrojo
Ayúa
Calabaza
Caña de arroyo
Cojate
Cojatillo
Cubanicú
Guacamaya francesa
Guamá
Guayacán
Limón
Ombligo de Venus
Paraíso francés
Peonía
Roble prieto
Tengue
ANTINEURÁLGICOS:
Alcanfor
Coca
Culantro de Cartagena
Escoba amarga
Guamá candelón
Hedyosmum
Paraíso
Salvia de Castilla
Salvia del país
ANTINEURASTÉNICOS:
Tebenque (Evolvulus)
ANTIODONTÁLGICOS:
Ayúa
Cocotero
ANTIOFTÁLMICOS:
Albahaca
Algarrobillo
Algarrobo de olor
Aroma amarilla
Bejuco leñatero
Cardo santo
Clavellina
Diamela
Espuela de caballero
Jabilla
Jagua de costa
Jazmín del Cabo
Lechuga
Llantén
Membrillo de Bengala
Palo amarillo
Palo boniato
Peonía
Perejil
Rabo de gato
Saúco blanco
Túnica de Cristo
Vicaria blanca
Yerba de cuchillo
Yerba de San Martín
Yerba mora
ANTIPARALÍTICOS:
Anamú
ANTIPECOSOS:
Cabellos de ángel
Limón
Maravilla
Pepino
ANTIPERIÓDICOS:
Aguacate
Dividivi
Mate de costa
Paraíso
Victoriana
Yamagua
ANTIPIRÉTICOS:
véase febrífugos
ANTIPSÓRICOS:
Véase Antiherpéticos
ANTIPÚTRIDOS:
Ajo
Alcanfor
Caoba
Cebolla
Piña
ANTIRRÁBICOS:
Anamú
Coca
Coralín
Cebolla
Pina
Chamico
Chamico blanco
Rabo de gato
ANTIRRAQUÍTICOS:
Helecho real
ANTIRREUMÁTICOS:
Aguinaldo amarillo
Albahaca
Alcanfor
Algodón
Anacahuita
Arraigán
Artemisa
Ayúa
Azafrán bastardo
Bagá
Bálsamo de Tolú
Bejuco de verraco
Bejuco ubí
Bijáguara
Bledo carbonero
Boniato de playa
Cabellos de ángel
Caguairán amarillo
Caisimón
Caña de limón
Cardón
Carqueza
Cayeput
Celestina azul
Coca
Copey
Copey vera
Coralín
Cuabilla de costa
Cúrbana
Chamico
Chamico blanco
Chichicate
Chivo
Farolitos
Filigrana
Flor del pato
Fustete
Girasol
Graciola
Guaco
Guaguasí
Guajaca
Guamá candelón
Guatemala
Guayacán
Güira
Higuereta
Incienso
Jaboncillo
Jayajabico
Jengibre
Jengibre amargo
Jía manzanilla
Lágrimas de Job
Limón
Malacara
Mastuezo
Moruro rojo
Najesí
Negracuba
Oldenlandia
Ombligo de Venus
Orozuz
Ortiguilla
Palo bajao
Palo María
Paraíso
Pino macho
Piñón de pito
Pitahaya
Ponosí
Rabo de zorra
Raíz de China
Resedá
Romero
Romero de costa
Rompezaragüey
Salvia del país
Santa Bárbara
Sapote
Sasafrás
Saúco blanco
Siguaraya
Tabaco
Tábano
Trébol de olor
Tribulillo
Tuya
Vetiver
Yabilla
Yerba hedionda
Yerba mora
Yerbabuena
Zarza
ANTISÉPTICOS:
Ácana
Ajo
Alcanfor
Algarrobo
Algarrobo del Brasil
Aroma amarilla
Barbesco
Bejuco amargo
Bergamota
Bijáguara
Caisimón
Carey
Cebolla
Cidra
Cucaracha
Chicle
Encina
Jaimiquí
Jayajabico
Limón
Marabú
Mate
Moruro rojo
Nabaco
Naranja agria
Palo campeche
Platanillo de Cuba
Salvia de Castilla
Sapotillo
Tamarindo de Puerto Rico
Tibisí
Yuca agria
ANTISIFILÍTICOS:
Agrimonia
Algodón de seda
Almácigo
Añil
Aroma de laguna
Ayúa
Bejuco codicia
Bejuco colorado
Bejuco de lombriz
Bejuco de verraco
Bijáguara
Bledo carbonero
Boja
Bosborín
Brasilete
Caisimón
Calaguala
Carbonero
Chivo
Diez del día
Escobilla
Espatodea
Framboyán azul
Guaco
Guamá candelón
Guayacán
Guayacán blanco
Ítamo real
Jagüilla
Jayajabico
Lechuga cimarrona
Maguey
Mala cara
Malva blanca
Mango
Manzanilla
Marañón
Mostacilla
Nogal del país
Oreja de ratón
Palo boniato
Palo de caja
Pasa de negro
Pendejera
Polipodio colgante
Ponosí
Raíz de China
Revienta caballo
Saúco amarillo
Siguaraya
Yanagua
Yuquilla
ANTITETÁNICOS:
Abey
Abrojo
Algalia
Ateje
Caoba
Cayeput
Coca
Copey
Cubanicú
Cundeamor
Eucalipto
Guatemala
Guayaba
Manajú
Manzanillo
Najesí
Palo de caja
Paraíso
Rompe camisa macho
Tabaco
Yabilla
Yaya
APERITIVOS:
Achicoria
Apio
Azafrán bastardo
Baobab
Ceiba
Conchita azul
Cuasia
Culantro cimarrón
Cundeamor
Farolitos
Gavilán
Graciola
Guanina
Hepática
Hinojo
Lanero
Macagua
Mar Pacífico
Naranja agria
Ojo de buey
Ombligo de Venus
Sterculina foetida L.
Vinagrillo
Zanahoria
AROMÁTICOS:
Albahaca
Alcanfor
Arraigán
Arraiján
Ayúa
Azulejo
Canela
Caña de limón
Carqueza
Citronela
Cúrbana
Geranio
Hedyosmum
Hinojo de sabana
Ilang-Ilang
Kyllinga odorata Valil.
Laurel de la India
Marañón de la Maestra
Marilope
Mejorana
Murallera
Negracuba
Pachulí
Palmarrosa
Pimienta
Pimienta de Tabasco
Romero
Romero de costa
Rompe camisa macho
Rompezaragüey
Ruda
Salvia de Castilla
Salvia del país
Santa Bárbara
Tostón
Vainilla
Vencedor
Vetiver
Yerbabuena
Zancaraña
ASTRINGENTES:
Ácana blanca
Ácana de costa
Achicoria
Achicoria de cabra
Agalla de costa
Agrimonia
Aguacate
Alancrancillo
Algarrobo
Algarrobo de olor
Algarrobo del Brasil
Almendro de la India
Almiquí
Amapola
Anón
Aroma amarilla
Aroma de laguna
Arraigán
Artemisa
Ateje
Avellano de América
Ayúa
Bauhinia
Bejuco de perdiz
Bejuco de verraco
Bija
Brasil
Brasilete
Brasilete falso
Cacalote
Caimitillo
Caimito
Caléndula
Caoba
Cayeput
Cebolleta
Cedro del Himalaya
Chicle
Chirimoya
Chufa
Cigua
Ciprés
Ciruela amarilla
Cocotero
Consuelda
Copey vera
Coralín
Coralitos
Cordobán
Cuaba amarilla
Cuco
Curaboca
Diez del día
Dividivi
Encina
Escoba amarga
Escobilla
Espatodea
Eucalipto
Flor de agua
Flor de la calentura
Fustete
Gandul
Guacamaya
Guásima
Guatapaná
Guayaba
Güira
Guizazo de caballo
Guizazo de cochino
Hinojo
Icaco
Jaboncillo
Jagua
Jaimiquí
Jambolán
Jayajabico
Jía manzanilla
Jiquí
Junco marino
Júpiter
Levisa
Limón
Llantén
Majuito
Malagueta
Mangle
Mangle prieto
Mango
Marabú
Marañón
Marañón de la maestra
Mate árbol
Mate de costa
Moco de pavo
Moradita
Moral negro
Moruro abey
Moruro rojo
Mostacilla
Nabaco
Najesí
Nogal del país
Ocuje
Oreganillo
Palo boniato
Palo campeche
Peralejo
Pimpinela menor
Piña
Piñón de pito
Pitajoní
Platanillo de Cuba
Plátano
Ponosí
Raíz de indio
Raíz de paciencia
Ramón de caballo
Resedá
Romerillo de costa
Rompe camisa macho
Rosa de monte
Salvia de Castilla
San Diego
Sanguinaria
Santa Rita
Sapote
Sapotillo
Tamarindo de Puerto Rico
Tarro de chivo
Tengue
Tomate
Tribulillo
Uña de gato
Uva caleta
Vacabuey
Varía
Verbena
Vicaria
Yagruma
Yamagua
Yana
Yerba caimán
Yerba de cuchillo
Yerba de la niña
Yerba de San Martín
Yerba mora
Yerba mulata
Zancaraña
Zarza blanca
ATEMPERANTES:
Borraja
Litchi
Mamoncillo
Mamoncillo chino
Prodigiosa
Verdolaga de playa
Vinagrillo
Yanilla prieta
BALSÁMICOS:
Bálsamo de Tolú
Fernandina
Guatemala
Guayacán
Pino macho
Tarro de chivo
BÉQUICOS:
Bejuco de verraco
Cardo santo
Orégano cimarrón
Yagruma
CALLICIDAS:
Cucaracha
Malacara
Rosa francesa
Yaití
Yedra
CALMANTES:
Amapola
Arroz
Cabalonga
Calabaza
Caléndula
Capulinas
Cardo santo
Coralín
Guamá candelón
Palo amarillo
Piñón de pito
Revienta caballos
Sapote
Tila
Yerba mora
CARMINATIVOS:
Aguacate
Aguedita
Albahaca
Alcaravea
Alhucema
Anís
Apasote
Apio
Caña de limón
Celestina azul
Culantro
Culantro cimarrón
Cúrbana
Eneldo
Filigrana
Geranio de manzana
Hinojo
Hinojo de sabana
Jardinera
Jenjibre
Kyllinga odorata Valil.
Laurel de España
Malagueta
Malva bruja
Mejorana
Naranja de China
Orégano cimarrón
Palo caballero
Perejil
Pimienta
Sabina
San Dieguillo
Tila
Toronjil de menta
Vetiver
Yerba hedionda
Yerbabuena
Zanahoria
CATÁRTICOS:
Aguinaldo azul claro
Bejuco de verraco
Cabalonga
Flor de barbero
Gallito
Grosella
Saúco blanco
CÁUSTICOS:
Cardo santo
Cardón
Dicha
Dinamita
Flor de Pascua
Guao
Guao de costa
Guao de peladero
Guao prieto
Higuera
Huevo de gallo
Ítamo real
Macusey
Malacara
Mamey colorado
Manzanillo
Marañón
Palo amarillo
Palo boniato
Papaya
Piñipiñí
Yagruma
Yaití
CEFÁLICOS O CEFALÁLGICOS:
Albahaca
Anamú
Aroma amarilla
Bálsamo