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Un viaje histórico con el Ché
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Libro electrónico201 páginas2 horas

Un viaje histórico con el Ché

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En los albores del triunfo revolucionario, una delegación presidida por el comandante Ernesto Che Guevara recorrió varios países afroasiáticos en misión de buena voluntad, en la que estaban incluidas las relaciones comerciales, culturales, técnicas y políticas. A más de cuarenta años del primer viaje del Che como representante de la Revolución Cuba
IdiomaEspañol
EditorialNuevo Milenio
Fecha de lanzamiento15 ene 2020
Un viaje histórico con el Ché
Autor

Omar Fernández Cañizares

(Santiago de Cuba, 1930). Fue dirigente estudiantil del Instituto de Segunda Enseñanza en Santiago de Cuba y en 1956 fue electo Presidente de la Escuela de Medicina de la Universidad de La Habana bajo la presidencia de José A. Echeverría. Llegó a la Sierra Maestra en un avión cargado de armas en lo que se denominó Operación FEU, obtuvo el grado de capitán del Ejército Rebelde en el combate por la toma de Puerto Padre el 24 de diciembre de 1958. Al principio del triunfo de la Revolución organizó la Expo de Productos Cubanos y la Acción Ferrocarril. Participó en una Feria Comercial en Nueva York, exponiendo estos productos. Después hizo el viaje con el Che a varios países afroasiáticos. Al regreso lo designaron Director General de la Aduana de La Habana. Dirigido por el Che formó parte del grupo operativo, de las Fuerzas Armadas Revolucionarias para la defensa del país en Pinar del Río. Fue Jefe de Retaguardia cuando la limpia de alzados contrarrevolucionarios en el Escambray. A la creación del Ministerio de Industria, el Che lo designó viceministro de Industria Ligera. Fue Ministro del Transporte, posteriormente continuó en el Ministerio de Industria como inversionista del kenaf.Pasó a los Servicios Médicos de las FAR. Graduado de licenciado en Ciencias Sociales en la Escuela Superior del Partido Ñico López. Trabajó más tarde en el Ministerio de la Agricultura. En 1975 fue designado Jefe de los Servicios Médicos en Cabinda, Angola. A su regreso ocupó diferentes cargos en empresas pertenecientes al Ministerio de la Agricultura. Luego se desempeñó como Director de Exportaciones del Ministerio de Comercio Exterior.

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    Un viaje histórico con el Ché - Omar Fernández Cañizares

    Omar Fernández Cañizares (Santiago de Cuba, 1930).

    Fue dirigente estudiantil del Instituto de Segunda Enseñanza en Santiago de Cuba y en 1956 fue electo Presidente de la Escuela de Medicina de la Universidad de La Habana bajo la presidencia de José A. Echeverría. Llegó a la Sierra Maestra en un avión cargado de armas en lo que se denominó Operación FEU, obtuvo el grado de capitán del Ejército Rebelde en el combate por la toma de Puerto Padre el 24 de diciembre de 1958. Al principio del triunfo de la Revolución organizó la Expo de Productos Cubanos y la Acción Ferrocarril. Participó en una Feria Comercial en Nueva York, exponiendo estos productos.

    Después hizo el viaje con el Che a varios países afroasiáti-cos. Al regreso lo designaron Director General de la Aduana de La Habana.

    Dirigido por el Che formó parte del grupo operativo, de las fuerzas Armadas Revolucionarias para la defensa del país en Pinar del Río.

    Fue Jefe de Retaguardia cuando la limpia de alzados contrarrevolucionarios en el Escambray. A la creación del Ministerio de Industria, el Che lo designó viceministro de Industria Ligera. Fue Ministro del Transporte, posteriormente continuó en el Ministerio de Industria como inversionista del kenaf.

    Pasó a los Servicios Médicos de las FAR. Graduado de licenciado en Ciencias Sociales en la Escuela Superior del Partido Ñico López.

    Trabajó más tarde en el Ministerio de la Agricultura.

    En 1975 fue designado Jefe de los Servicios Médicos en Cabinda, Angola. A su regreso ocupó diferentes cargos en empresas pertenecientes al Ministerio de la Agricultura. Luego se desempeñó como Director de Exportaciones del Ministerio de Comercio Exterior.

    Edición, corrección y diseño interior: Pilar Jiménez Castro

    Diseño de cubierta: Deguis Fernández Tejeda

    Emplane automatizado: Teresa Bernabeu Castrisano

    Realización de imágenes: Yuleidis Fernández Lago

    Dibujo de cubierta: Carboncillo sobre cartulina, autora Deguis Fernández Tejeda

    Corrección para e-book: Gladys Estrada

    Maquetación para e-book: Madeline Martí del Sol

    Primera edición, 2005

    Primera edición e-book, 2014

    © Omar Fernández Cañizares, 2008

    © Sobre la presente edición:

    Editorial de Ciencias Sociales, 2014

    ISBN 978-959-06-1562-7

    Estimado lector le estaremos muy agradecidos si nos hace llegar, por escrito, su opinión acerca de este libro y de nuestras ediciones.

    Instituto Cubano del Libro

    Editorial de Ciencias Sociales

    Calle 14 no. 4104 e/ 41 y 43, Playa, La Habana, Cuba

    editorialmil@cubarte.cult.cu

    Índice

    Agradecimientos / VI

    Prólogo / IX

    Una introducción necesaria / 1

    Con uniformes guerrilleros / 9

    Anuncio, preparativos y despegue / 9

    Refugiados palestinos en el desierto / 19

    Egipto y Siria: la RAU / 19

    La pregunta que daba sueño / 59

    India y Birmania (Myanmar) / 75

    Escapados a Hiroshima / 79

    Japón / 79

    Con los subdesarrollados es más útil / 99

    Indonesia / 99

    Sembrando el árbol de la amistad / 112

    Ceilán y Paquistán / 117

    Quiero hablar con los revolucionarios de América / 122

    Yugoslavia / 122

    Tengo un asma terrible / 147

    Sudán y Marruecos / 153

    Toros y museos en Madrid / 158

    Llegada y resumen / 158

    Conferencia de prensa al regreso del viaje / 163

    Comparencia en el programa Comentarios económicos / 181

    Cronología / 191

    Agradecimientos

    Quiero agradecer el aliento, colaboración y ayuda que he tenido para realizar este empeño y, por ello, me place mencionar a los organismos y compañeros siguientes: Registro Cubano de Buques (RCB), Sistema Informativo y Software (SIS), Periódico Granma, Marina Pantiga Díaz, Noemí Bermúdez Villafaña, Jean M. Ferrer Fernández, Carlos M. Menéndez, Gustavo Robreño, Giraldo Mazola, Amadeo Blanco Valdés-Fauly, Carmen Fernández del Busto, Ismael González (Manelo) Julio César Guanche y a la editora Pilar Jiménez Castro. También un especial agradecimiento para el Exmo. Sr. Abdel Satáh Ezzeldin, Embajador de la República Árabe de Egipto.

    Prólogo

    Cuando el avión Douglas, al aterrizar y apagar los dos motores, aquel 13 de octubre de 1958, en un improvisado aeropuerto cercano a Cieneguillas, Territorio Rebelde al mando del capitán Felipe Guerra Matos, y bajar a suelo cubano los dirigentes estudiantiles, Omar Fernández, José Fontanills y Juan Nuiry, haciendo realidad la Operación FEU, (Federación Estudiantil Universitaria), luego de un largo y arduo proceso, ya había salido de la Sierra Maestra la columna invasora no. 2 Antonio Maceo, hacia occidente, y no. 8 Ciro Redondo hacia Las Villas, al mando de los comandantes Camilo Cienfuegos y Ernesto Guevara.

    Días después de aquel arribo, tras incansables jornadas bordeando o pasando ríos, ascendiendo empinadas estribaciones montañosas, llegamos al campamento de La Plata, histórica Comandancia del Ejército Rebelde donde tiene lugar el encuentro con el Jefe de la Revolución, Fidel Castro, acontecimiento imborrable en nuestra memoria. No se hizo esperar el diálogo sincero y franco. Nuestra presencia hizo rememorar a Fidel su vida estudiantil. José Antonio Echeverría fue tema permanente: La última vez que lo vio fue en México, ¿Cómo murió?, indaga Fidel. Una y otra vez le detallé todo lo sucedido desde nuestra llegada a Cuba hasta los sucesos del 13 de marzo de 1957. Pensativo, escucha y repite: fue una gran pérdida, expresando todo el cariño y la admiración que le profesaba a José Antonio.

    El propio lugar del encuentro en el mismo escenario de la guerra, constituía una confirmación de las posiciones sostenidas por ambas organizaciones. Solo se escuchó un lenguaje unitario. Luego de lo ocurrido tras disolverse el pacto oposicionista llamado Junta de Liberación, en el cual formaba parte la FEU, nuestra organización de inmediato fijó, públicamente, su posición de respaldo a los planteamientos de Fidel. También, de forma no pública, aceleró su trabajo interno, unificando objetivos de coordinación con el Movimiento 26 de Julio, sobre los preparativos de la Operación FEU, para garantizar nuestra salida a la Sierra Maestra.

    En aquel encuentro con Fidel no hubo un debate entre dos organizaciones, aunque estas estuvieran avaladas por tradiciones y prestigios. Solo se escuchó un lenguaje de reafirmación revolucionaria y de lucha. Teníamos el fusil; solo faltaba señalarnos nuestra trinchera.

    Con verdadero interés, escuchamos al líder de la Revolución hablar sobre el desarrollo de la guerra; el fracaso de la huelga del 9 de abril. La reunión en mayo en El Alto de Mompié; la ofensiva de la dictadura; el reagrupamiento guerrillero; cómo se defendió el baluarte de la Sierra Maestra; de cómo las hazañas realizadas y el heroísmo se hicieron cotidianos; los combates victoriosos; la consolidación del Frente Guerrillero, tras el rechazo de la ofensiva, que hizo posible su desplazamiento hacia el llano; la creación del Segundo Frente Oriental Frank País y del Tercer Frente Mario Muñoz, y de la salida de las columnas invasoras hacia el occidente del país.

    Aquellos encuentros se sucedían y, como siempre, nos sorprendía la luz del día. Eran inolvidables diálogos, en aquel rústico e intrincado escenario del campamento de La Plata. En uno de aquellos encuentros, Fidel nos planteó que, con las armas traídas en nuestro avión, se constituiría una columna que partiría hacia la parte norte de Oriente, al mando del comandante Delio Gómez Ochoa, nuestro compañero de estudios y de lucha en la Universidad de La Habana. Se creó el Cuarto Frente Oriental Simón Bolívar y teniendo en cuenta la presencia de la FEU, se formaría la Columna no. 32 José Antonio Echeverría, en homenaje a nuestro inolvidable compañero y presidente de la FEU. La propuesta de Fidel fue aprobada por aclamación; la columna estaría integrada por Omar Fernández, presidente de la Asociación de Estudiantes de Medicina de la Universidad de La Habana, y por José Fontanills, vicepresidente de la FEU en Oriente.

    Yo, como presidente de la FEU, formaría parte de la Columna no. 1 José Martí al mando del Comandante Fidel Castro; días después, el 30 de octubre, se suscribiría el acuerdo entre el Movimiento Revolucionario 26 de Julio y la Federación Estudiantil Universitaria, por el cual ambas organizaciones Ratifican hoy, el compromiso que hicieron en México y se abrazan en el campo de batalla. ¡Ya el Ejército Rebelde tiene una montaña más ¡La Colina Universitaria!.

    La partida de Omar Fernández del campamento de La Plata fue emocionante y sentimental. Desde nuestro encuentro en el exilio habíamos caminado juntos un largo trecho. Cuando Omar llegó a la universidad había sido dirigente en el Instituto de Segunda Enseñanza en su ciudad natal, Santiago de Cuba; pronto se distinguió en la Escuela de Medicina, donde estudiaba esa carrera. En el año 1956, últimas elecciones universitarias que tuvieron lugar durante la dictadura de Batista, salió electo presidente de la Asociación de Estudiantes de Medicina. La lucha, lo llevó al exilio, donde nos encontramos y compartimos el rigor y los sinsabores de la lejanía y el trabajo. Se creó la FEU en el exilio, junto con otros dirigentes estudiantiles, se publicó nuestro órgano de difusión Alma Mater, en inglés y español y tuvo lugar una transmisión radial.

    Fueron creadas filiales en distintas ciudades y países, se establecieron coordinaciones y vínculos de trabajo con varias organizaciones internacionales y federaciones estudiantiles de otros países, fundamentalmente con los latinoamericanos, aprovechando los recientes contactos que realicé a raíz de mi participación en la VII Conferencia Internacional en Ibadán, Nigeria, en septiembre de 1957 (José Antonio había participado en la anterior, la VI en Ceilán, en 1956).

    Esto había sido hecho sin perder nuestro objetivo central de regresar a Cuba, por lo que se comenzó de inmediato a buscar los recursos financieros para tal empeño, como tarea priorizada. Ese, a grandes rasgos, era Omar Fernández Cañizares en aquella época, protagonista y autor de estas páginas.

    El otro gran protagonista es Ernesto Guevara de la Serna. El joven Ernesto estudia y se gradúa en Medicina en Argentina. Pronto busca nuevos horizontes. Viaja por países latinoamericanos. En México se encuentra con Antonio Ñico López, combatiente del Cuartel Moncada al que conoció en Costa Rica, y le presenta a Raúl Castro. De ahí a la casa de María Antonia… Fidel. Aquí nace con proa al futuro el expedicionario del Granma. El 2 de diciembre de 1956 desembarca por Las Coloradas en la costa sur de Oriente junto con Fidel. Comienza la leyenda que hoy llega a todos los rincones del mundo.

    Anteriormente señalé que no había coincidido con el Che en la Sierra Maestra. En aquellos tiempos, luego de su partida, quien caminara por aquellas montañas orientales tenía que disponer de tiempo para oír, con la gracia insuperable del guajiro cubano, contar algunas anécdotas de Fidel, Camilo y el Che. Este fue el Che que sentimos y recordamos, por donde había estado o pasado se hablaba de su presencia. Así me sucedió en Las Vegas de Jibacoa, Bueycito, Estrada Palma, Hombrito, La Mesa, en muchos lugares. Oía decir: aquí estuvo o pasó el Che. Y otra vez, algún comentario, bien porque había creado una panadería, un periódico o la emisora Radio Rebelde. Se contaba de la forma como se acercaba al campesino y le hablaba con su inconfundible dejo, bien para curarlo, darle una medicina, o alfabetizarlo. Así definió horizontes. Muy pronto comprendió que más que médico, sería guerrillero. Cruzó montes y ríos y se enfrentó a un ejército superior, llevando sobre el hombro el rifle y en la mochila su aparato para el asma. Sobre todo escribe su rica experiencia en su diario, lo cual constituyó la cantera de sus libros, Guerra de Guerrilla y Pasajes de la Guerra Revolucionaria.

    Ese fue el Che que sentimos, al escuchar su paso por aquellas montañas. Un hombre que combatió y vivió junto a sus soldados. Su ejemplo: la exigencia comenzaba por él. Rechazó privilegios y adulones. Tras ese recuerdo, que iba conformando, nos quedó un Che cálido y cercano.

    Al comandante Ernesto Guevara lo conocí personalmente después del triunfo de la Revolución, cuando yo ocupaba el cargo de Auditor General del Ejército Rebelde. Teníamos reuniones periódicas con él relacionada con los juicios revolucionarios en la fortaleza de La Cabaña, donde era jefe.

    Muy a principio del triunfo de la Revolución, nos encontrábamos junto a los capitanes Omar Fernández y Felipe Guerra Matos, en el estudio de televisión mientras escuchábamos una intervención del Comandante en Jefe Fidel Castro, cuando el máximo líder de la Revolución presentó ante las cámaras

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