PUNTAS DE LANZA AL CORAZÓN: poemas directos al alma

Por Frank Spoiler

Poemas donde el alma y el corazón del autor permanecen desde el principio al fin salpicados por las duras enseñanzas que vienen intrínsecos en nuestras vidas. No es ni más ni menos de lo que pueda haber padecido o vivido cualquier otro ser humando, salvo por una cosa: este autor lo dejó escrito en cada uno de sus poemas. Espero los disfruten.

• Idioma: Español
• Editorial: Frank Spoiler
• Fecha de lanzamiento: 12 mar 2015
• ISBN: 9781484902738

Vista previa del libro

Nada más difícil

que manejar lo que crees imposible.

⃰Frank Spoiler⃰

Texto y autor ― 2015 ―Frank Spoiler

©

―Todos los derechos reservados―

Agradecimientos

A mis mejores amigos, Isabelle Lebais,

Isabel María Oliva Yanes y Ricardo Plantagenet Médano.

Con todo mi afecto,

Admiración, agradecimiento y cariño.

Me asombro preguntándome

Navego sumergido en la duda; ¿me asemejo a lo humano? Quedando perplejo ante lo extraño de mi propia pregunta,  asombrándome más de mi absurda respuesta «Soy humano».

II

Como el perdón dado sin fe, soy el culpable de su inocencia... aunque un día después de amarla, lo fui mucho más. La olvidé en el desván de la más pura hipocresía, luego ya, ¡nunca me lo pude perdonar!

Callado y oculto en tu conciencia

Hice caso omiso al silencio del ayer, surcando a la aventura mil batallas y una sola desgracia. Me quité la máscara ingrata de sentir, gozar y... ¡de amar! bebiendo de tantas frustraciones que, aún confusa sé, no podrías no, dudar de mí.

Soy como el decadente sonido al que ejecutará la muerte cuando venga a por ti. Soy idéntico al más absoluto silencio, callado y oculto en tu conciencia, esperando cogerte desprevenida y  arrastrarte a las profundidades de la no existencia.

No hay escapatoria... nadie puede huir, las garras de la muerte son firmes, tan seguras que, una vez se cierran, nunca se vuelven a abrir.

Rumbo a lo desconocido

Destinos desconocidos, fueron compañeros de fatigas y de travesía a mis penas. Mi barco sufrió las iras de mil tormentas, maremotos y... hasta de sirenas.

Y de todas ellas, salió ileso, hasta naufragar en una isla misteriosa, lugar extraño... plagado de sombras y pobreza.

No dejé a mi corazón participar de sus tristezas, lo guardé tan profundo y tan lejos de sus flaquezas que, cuando abandoné la isla...

se me rompió el alma a pedazos, y no sabiendo recomponerlos ¡me hundí en la selva de mis miserias!

¿Mí fuerza...? ¡Mis hijos!

Jamás podré decir que fue fatuo tu modo de proceder, no, tú no tienes la culpa de olvidar un sueño en el cual, solo yo soñé.

Me diste los mejores años de tu vida, más todos los que yo me regalé, dejando en el camino mis sentidas palabras, secas ya hasta el punto de enloquecer.

Nos llegaron dos regalos que son mi vida, entrañas de mis entrañas que a mi sangre trajeron el aire y la fuerza que tanto necesitaba.

No existe para mí amor más sublime ni más sincero, el amor de unos hijos hacia su padre

y el de un padre, para los que de él, descendieron.

Entre olivos, huerta y limoneros

Entre olivos, huerta y limoneros

alzándome por encima de los árboles o pateando las piedras, en el bosque de mi niñez. Se ensalzó alegre y gozosa, una quimera, besando y acariciando lo que yo creía era una vida feliz.

Jardín de rosas y arcoíris fui tejiendo entre las manos desnudas, bebiendo de sus pétalos el roció de la mañana hasta emborracharme con la fragancia e inocencia de su sutil aroma.

Bajo un limonero, caí en desgracia, la inocencia del niño que fui se alejó huyendo... cual ave ante el cazador que, asustado y perdido, pierde el vuelo, estrellándose contra el suelo.

jamás volví a ser el mismo niño, ni lo fueron mis rosas, ni mi bosque... todo quedó truncado y roto y hasta mi sangre en mi pequeño cuerpo, envejeció.

Entonces fue que el olvido huyó despavorido...

Dejando como leño seco mi corazón. Ni las sombras quisieron seguir mis pasos, ni nadie estuvo allí para confortarme dándome un abrazo y poniendo en ello el  corazón...

Labios de pimienta negra

Me dices con tus besos que me quieres,

con tus caricias que me amas, que soy solo tuyo.

Y yo sigo sintiendo que estás muy lejos...

y mi alma sin tu presencia, huye y se me evade.

Me dejas al marchar esa esencia pasajera,

causa y obsesión de mis pesares, reteniendo en mi retina

esos pasos que se alejan, cortando como cuchillo