Instantáneas
Por Pury Estalayo
()
Información de este libro electrónico
El texto narra, a través de imágenes, de instantáneas, la vida de Rosa y su familia, desde su infancia hasta su madurez. Rosa forma
parte de una familia en la que las mujeres llevan nombres de flores, y los hombres, de reyes (excepto su padre, que se llama, simplemente, Paco). Siempre ha sido así, pero ella romperá con esa tradición y pondrá a su hija el nombre de Laura. Tiene dos hermanos, Violeta y Jaime. La relación de sus padres no es
excesivamente buena; su madre tiene un carácter depresivo, y su padre, cierta debilidad por las bebidas espirituosas. Pasan muchos momentos con Hortensia y Sancho, un matrimonio amigo de la
familia que, desgraciadamente, no puede tener hijos. La trama se desarrolla intercalando escenas de la infancia y la madurez de
estos personajes tejidos alrededor de una secreto de familia. Las historias interpersonales mantienen al lector pendiente de su desarrollo, y cada una de las instantáneas va aportando pinceladas de información, hasta que el puzle se recompone y todos los relatos tienen sentido dentro del texto general.
Pury Estalayo
Actriz, profesora de Expresión Artística y escritora. Su actividad profesional siempre ha llevado el signo de la confluencia del Arte y la Pedagogía. Pury Estalayo escribe de manera habitual para la infancia y la juventud. Han sido publicados, por la editorial española CCS, sus textos teatrales: "La Canción de Selene”, " El Sueño de la Mariposa” y “Sueño, ven”. Su cuento "Groucho", dirigido a niños de 3 a 7 años, ha servido de argumento para el corto cinematográfico del mismo título, producido por Lapotínguele Producciones. Desde hace algunos años, en el campo de la narrativa dirigida a adultos, su motivo de reflexión ha girado alrededor de lo femenino en el sentido más amplio de la palabra. La editorial Fuentetaja publicó "Su nombre", relato de la autora incluido en el libro que lleva por título "Desvelados". Recientemente ha sido presentada su primera novela "Instantáneas" que aborda, a través de relatos fragmentados, la vida de una mujer a modo de puzle. En breve se editará la novela juvenil "Elena y los espejos" que reflexiona sobre problemas e intereses ligados al momento evolutivo de la adolescencia. Coordina la revista "ECOS, Cultura y Arte para la Infancia" dirigida a maestros, artistas, padres y –en general- a todo lector interesado en la infancia y la cultura
Relacionado con Instantáneas
Libros electrónicos relacionados
Reversaglio/Nigredo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMujeres de familia Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Valkirye La Princesa Vampiro: Versión Eros Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl sauce llora Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTrilogía: justicia, utopía y militancia Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl café de los gatos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesArderá la memoria Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHasta el Último Aliento Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLazos de sangre Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesFAR Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesClandestino Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Ana, ¿verdad? Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Spells (Hechizos): Una chica corriente. Un hechizo prohibido. Y… una bruja Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La hija del maestro: Álava en tiempos de la Guerra Civil Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesContrato familiar Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos muchachos no escriben historias de amor Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Intensa levedad Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa mecánica secreta del mundo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDiario Perdido Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUna Parte de Mí: Una parte de mí, #1 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl libro salvaje Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La colina de los gatos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUn cuento triste no tan triste Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cartas a Leonor Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSiete días de verano Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPalabras bajo la almohada Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Pol Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAlicia, la piñata y una serie de problemas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAsí me tiemble la voz Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUn espejo para Sol Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Sagas para usted
Bodas de Odio Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los secretos de Saffron Hall Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Vendida al mejor postor Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Matrimonio por contrato: Lorenzo Bruni, #2 Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Mi Flor Escocesa: Sangre Escocesa, #2 Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Antes de Desposarte: Solteronas, #6 Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Vendida al mejor postor II: Castelli, #2 Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Antes de Enamorarme: Solteronas, #5 Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La trampa del diablo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl dios de las pequeñas cosas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Torbellino I y II: La Sombra de un Pasado/Verdades a la luz: Torbellino, #1 Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Rescatado por la Institutriz: Cuatro Destinos, #1 Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Pasiones Salvajes Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl último riesgo: Match Point, #1 Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Guerreros de la tormenta: Sajones, Vikingos y Normandos, IX Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Ardiente enemigo: Doncellas cautivas, #2 Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Bombón: Serie Sintonías, #1 Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El trono vacante: Sajones, Vikingos y Normandos, VIII Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El diablo de Milán Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Omegaverso: Compañeros de viaje Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesObras - Coleccion de Fiódor Dostoyevski Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El Señor de la Guerra (XIII) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEsposa de subasta Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPasión Desatada Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La canción de la espada: Sajones, Vikingos y Normandos, IV Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La esposa secreta: Montfault, #2 Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Los generales Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los lobos del águila Calificación: 4 de 5 estrellas4/5A merced del enemigo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl manzano Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Comentarios para Instantáneas
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
Instantáneas - Pury Estalayo
INSTANTÁNEAS
Pury Estalayo
--------------------
Copyright 2011 Pury Estalayo
First Edition
Published by Pury Estalayo at Smashwords
ISBN: 978-1-936886-50-0
Smashwords Edition, License Notes
This ebook is licensed for your personal enjoyment only. This ebook may not be re-sold or given away to other people. If you would like to share this book with another person, please purchase an additional copy for each recipient. If you’re reading this book and did not purchase it, or it was not purchased for your use only, then please return to Smashwords.com and purchase your own copy. Thank you for respecting the hard work of this author.
--------------------
ÍNDICE
I. INSTANTÁNEAS
INSTANTÁNEA 1
LA FERIA
INSTANTÁNEA 2
HUELES A LECHE
LA ESPERA
INSTANTÁNEA 3
LOS ESPEJOS
INSTANTÁNEA 4
MANOS
INSTANTÁNEA 5
LOS PIOJOS
INSTANTÁNEA 6
LOS ZAPATOS NUEVOS
INSTANTÁNEA 7
INSTANTÁNEA 8
SIN VIOLETA
INSTANTÁNEA 9
MOVIMIENTOS
INSTANTÁNEA 10
FILTROS
LEJOS
INSTANTÁNEA 11
NANAS
INSTANTÁNEA 12
PRIMER AMOR
II. EL REVELADO
Revelado No. 1
Revelado No. 2
Revelado No. 3
Revelado No. 4
Revelado No. 5
Revelado No. 6
Revelado No. 7
Revelado No. 8
Revelado No. 9
Flash 1
Flash 2
Revelado No. 10
Revelado No. 11
Revelado No. 12
III ALBUM ROTO
--------------------
I. INSTANTÁNEAS
INSTANTÁNEA 1
El mundo vacila en esa silla. Acaricio la cámara de fotos de juguete que llevo en el bolsillo de la chaqueta, que no me he quitado durante toda la entrevista a pesar del calor. Su hechura, de tipo sastre, oculta un cuerpo al que hace algunos años resulta muy difícil mantener en forma.
Los ojos de la mujer que tengo enfrente me escudriñan de manera sutil. Es un mirar inteligente, semejante al de su padre, que, hace aproximadamente treinta años, me observaba de manera similar.
El mismo despacho, otros muebles de oficina, modernizados. Mis manos, temblorosas como entonces, revelan muchas más arrugas ahora.
Toco, sin apretarlo, el botón rojo de esa cámara que mi padre me un día perdido, en un tiempo que siempre parece presente.
LA FERIA
La feria anual siempre llevaba al barrio olor a patatas fritas y pepinillos en vinagre, ruido de tómbolas, tiros de escopeta para conseguir regalos y un tiovivo blanco y dorado que parecía ser el mismo cada año.
Subí sonriendo a él, con los ojos plenos de luz, mientras mi madre y mi abuela me observaban desde abajo. Ellas también habían subido, en otro tiempo, al carrusel de la feria, con sus nombres, también de flores, y la cara contenta. Siempre había oído contar que en la familia de mi madre era tradición llamar a las niñas así, con nombres de flores, desde mi tatarabuela por lo menos. Los varones, nombres de reyes.
Mi madre se llamaba Marga. La abuela, Azucena. A mi hermana, le habían puesto Violeta. Siempre me gustó mucho su nombre.
Los caballitos de la feria ascendían y bajaban en cada giro, con sus crines y colas doradas reflejándose en los espejos del soporte del tiovivo con forma de prisma. También se plasmaban en esos cristales mi vestido nuevo, verde y con muchos lazos, que me había cosido la abuela Azucena para las fiestas y la cámara fotográfica de juguete que mi padre me había comprado el día anterior y que llevaba colgada del cuello. Cada vez que apretaba el botón rojo de esa cámara un rostro de payaso salía de su escondite y se reía como me reía yo viéndolo salir. En cada vuelta del carrusel, probaba a soltar la mano de las riendas siempre en el mismo sitio, para saludar a mi madre y a la abuela. Ellas devolvían el saludo con ojos luminosos, sin fallarme ni una sola vez.
Sin embargo, en una de las vueltas, mi madre no levantó la mano, tenía las dos sujetándose el vientre. En ese momento, miré hacia dentro y los espejos reflejaron en el giro mi imagen de niña con el vestido nuevo y verde un poco arrugado. Miré después hacia arriba y cerré los ojos. Mi cuerpo se acopló aún más al movimiento continuo y alterno del caballo de sube y baja en vueltas y vueltas que parecían no tener tiempo. Pero el silbido grabado que marcaba el final del trayecto, abrupto como siempre, hizo que abriera los ojos. La abuela subió con urgencia a la calesa para ayudarme a sacar los pies de las espuelas.
—Una vuelta más —dije sin mirar a mi madre.
—Mañana —contestó la abuela Azucena tirándome de la mano y comenzando el camino hacia la casa con un andar tan rápido que mis pasos se transformaron primero en trote y después en una carrera que movía la cámara fotográfica golpeando suavemente a un lado y otro del pecho.
Mi madre se quedaba, en ese andar, un poco atrás, aunque era la que parecía dirigir el caminar de las tres, ya que la abuela Azucena la miraba continuamente apretando mucho la mandíbula y con el rostro enrojecido y sudoroso.
Mientras la abuela abría la puerta de la casa, volví el rostro hacia mi madre, pero no me pareció el de ella, era mucho más feo: los ojos estaban arrugados, empequeñecidos, y la boca, todavía más apretada que la de la abuela; no quise seguir mirando esa caricatura de la cara de una mamá que siempre me pareció tan guapa, mucho más que las margaritas; tampoco quise ver las dos manos que continuaban sujetando el vientre, cada vez con más presión.
Mi padre, que no tenía nombre de rey —se llamaba simplemente Paco— llegó a casa muy pronto. Sólo le vi un momento, ya que se llevó a mi madre tan rápido que a ninguno de los dos les dio tiempo a darme un beso.
—¿Qué pasa abuelita?
—Nada, Rosa. No pasa nada.
—¿Por qué se han ido mamá y papá?
—Pronto volverán.
—¿Mamá está enferma?
—Vamos Rosa, a la cama, que se ha hecho muy tarde. Te llevaré un vaso de leche cuando estés acostada.
Encendí la luz amarillenta de la habitación y guardé, con mucho cuidado, mi cámara de fotos en el cajón de la mesilla. Sentí la ausencia de mi hermana Violeta, que pasaba grandes temporadas en casa de mi otra abuela sin nombre de flor. La muñeca que mi madre me había comprado en el último cumpleaños me miraba con los ojos muy abiertos. La cogí en brazos, le di un beso en la mejilla y la acosté en la cama. Pero esa noche, la muñeca rubia, con lazos blancos y pecas como las mías, me pareció otra muñeca, con los ojos demasiado fijos, muy abiertos. Me levanté y la dejé en la estantería donde solía pasar la jornada hasta que yo volvía del colegio y la rescataba de ese lugar.
Cuando mi madre regresó después de una ausencia de tres días, la miré esperando los fuertes abrazos que siempre me daba cuando volvía de la escuela o cuando, algún día, en verano, me había ido a pasar un fin de semana con tía Hortensia, la hermana rica de mi madre que tenía una casa muy grande en un pueblo de la sierra. Pero no me acarició, sino que se sentó, muy quieta, en una silla de la cocina mirando hacia la calle, con las manos juntas, como cuando mi hermana Violeta rezaba.
Por la noche, llevé a esa silla el frasco de crema para las pecas. Quería que ella lo abriera con sus largas manos y recibir ese olor a lirios, tan cotidiano. Deseaba sentir las yemas de los dedos de mi madre moviéndose suaves por mi rostro. Ella miró un momento ese bote blanco de letras