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HETRÍA
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Libro electrónico159 páginas1 hora

HETRÍA

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Información de este libro electrónico

Frank Mosquera

Nace en Managua, Nicaragua, Centroamérica.
Actualmente reside en Philadelphia, Pennsylvania, Estados Unidos de Norteamérica.
Graduado en Economía (Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua - UNAN) 1981.
Especialista en Formulación y Evaluación de Proyectos de Inversión Agroindustrial (Ministerio de Desarrollo Agropecuaria y Reforma Agraria - MIDINRA) 1982.
Associate in Arts - Lasalle University, program Busca (Bilingual Undergraduate Studies for Collegiate Advancement).
Desde su adolescencia escritor de poemas, narraciones, noveletas y ensayos filosóficos.
Ha publicado en algunas revistas y periódicos de Nicaragua y actualmente en grupos literario y páginas personales en Facebook.
En 1984 publicó " Los estertores de una Dinastía sangrienta"- síntesis de la victoria de un pueblo (colección de poemas socio-políticos).
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento29 feb 2024
ISBN9781506552613
HETRÍA
Autor

Frank Mosquera

Frank Mosquera Nace en Managua, Nicaragua, Centroamérica. Actualmente reside en Philadelphia, Pennsylvania, Estados Unidos de Norteamérica. Graduado en Economía (Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua - UNAN) 1981. Especialista en Formulación y Evaluación de Proyectos de Inversión Agroindustrial (Ministerio de Desarrollo Agropecuaria y Reforma Agraria - MIDINRA) 1982. Associate in Arts - Lasalle University, program Busca (Bilingual Undergraduate Studies for Collegiate Advancement). Desde su adolescencia escritor de poemas, narraciones, noveletas y ensayos filosóficos. Ha publicado en algunas revistas y periódicos de Nicaragua y actualmente en grupos literario y páginas personales en Facebook. En 1984 publicó " Los estertores de una Dinastía sangrienta"- síntesis de la victoria de un pueblo (colección de poemas socio-políticos).

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    HETRÍA - Frank Mosquera

    HETRÍA

    Frank Mosquera

    Copyright © 2024 por Frank Mosquera.

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Fecha de revisión: 19/02/2024

    Palibrio

    1663 Liberty Drive

    Suite 200

    Bloomington, IN 47403

    856827

    CONTENIDO

    I — IMPACTOS ONIRICOS

    Desde Entonces, Enemigo Del Sueño

    Apocalipsis XXI

    Drenka

    Sirphiki

    Celimar

    II — ENTRE LOS PLIEGUES DEL ABSURDO

    Tres Siluetas Blancas

    Un Inesperado Visitante

    Suely II

    Reclamo Inusual

    III — EN LOS BORDES DE LA REFLEXIÓN

    Tabito

    Las Influencias Negativas

    Moraleja

    La Bicicleta

    Riesgos Innecesarios

    Yang Ling

    Su Majestad

    Madre Electrónica

    Toño, El Mecánico

    IV — EN LAS PIELES DEL ALMA

    Mentalmorfosis

    Tres Bolsitas De Cuero

    Un Extraño Viaje

    Angelita

    Cisticercosis

    V — MERODEANDO POR EL MUNDO

    Kuzma

    El Antifaz

    Hetria

    Estimados lectores:

    Les agradezco la decisión de haber adquirido esta colección de relatos y poemas donde sintetizo diversas situaciones que me han permitido conocer vivencias extraordinarias, muchas hasta increíbles, las cuales desde hace tiempo quería compartirlas con todos ustedes.

    Son experiencias personales que me han servido para conocer a Dios y su poder, revelándome en muchos casos fenómenos o hechos que están más allá de nuestro lógico razonamiento. Pretendo hacerlos reflexionar, esperando les ayude a tener un concepto más entendible de lo que sucede más allá de nuestra realidad cotidiana.

    ¡Bienvenidos a mi mundo!

    Frank Mosquera

    Autor

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    I

    IMPACTOS ONIRICOS

    DESDE ENTONCES, ENEMIGO DEL SUEÑO

    (Parte I)

    Petra

    Dedicado a Petra de quien estuve perdidamente enamorado a los 19 años y ella 17. Por razones familiares nos separamos forzadamente, me rogó que nos casáramos para romper con la exigencia de su madre, pero me negué porque era el sostén de mi familia. La enviaron fuera del país a estudiar. No podía olvidarla y buscando consuelo embaracé a una amiga y debí casarme, pero continué amándola. Con este sueño logré superar mi amor por ella. Me liberé.

    La noche era totalmente oscura, calurosa. Los seres estaban inermes ante las fuerzas sutiles del sueño y el dinamismo de las cosas parecía estar atado a la inactividad misma. La habitación estaba tenuemente iluminada por resplandores que se escapaban del poste cercano a las ventanas amplias. Miró a su esposa que dormía profundamente. Se relajó. Percibió entonces que una densa niebla lo envolvía todo. Se acordó que en el sueño anterior había hecho cita con la bella Petra. Sabía que quedaría al lado de su esposa, pero tenía que acudir al lado de Petra que lo esperaba en la lentitud de la noche confusa. La densa niebla fue extinguiéndose. Apareció en una calle solitaria de una ciudad desconocida. Se dirigió a una casa de murallas altas con un portón enorme, decorada con adornos metálicos. Oprimió el timbre. La puerta fue abierta por un empleado que locondujo a un salón alfombrado (verde intenso). Esperó pacientemente (no sé por cuanto tiempo). Apareció la exuberante Petra, hermosa, muy alta, por una puertecilla verde, camuflada al fondo de la pared de igual color. Se abrazaron con impetuosa pasión. Petra le preguntó si esa noche se marcharían. Se turbó. Recordó que debía regresar al lado de su esposa, porque su cuerpo había quedado al lado de ella en la lejana habitación, sobre la cama. Contestó afirmativamente, tengo que engañarla -pensó- es imposible quedarme con ella todo el tiempo, debo regresar a mi dimensión donde está mi esposa. Aprovecharé toda la noche con ella, pero será la última vez.

    (Parte II)

    Irrealidades fascinantes

    No supo cómo, pero de repente iba de lamano con la joven, caminando por las desiertas calles que finalizaban junto al muelle en la distancia rojiza, que auguraba un pronto amanecer. Se detuvieron a orillas de unas escalinatas. Subieron. Ella abrió la puerta y apareció una habitación exquisitamente decorada. Rápidamente se entregaron a las delicias sensuales y a los embates del licor. Eran momentos de pasión intensa, donde el licor y el éxtasis de las caricias los sumergía cada vez más en la profundidad fascinante de una irrealidad ignorada. En medio del torbellino de caricias se acordó que debería regresar. Se incorporó, pero cayó pesadamente en la cama. Se levanta, pero cae nuevamente. Logra levantarse otra vez, pero frente a él unas bellas manos sostenían una copa desbordante. Quiere embriagarme y retenerme, pensó. Tomó la copa y la arrojó al suelo. Se levantó y con paso zigzgueante se dirigió a la puerta. Petra lo abrazó queriendo retenerlo. Ambos cayeron al suelo alfombrado. La empujó, se levantó, abrió la puerta, bajó las escalinatas y corrió sin rumbo. Llegó a una esquina. Sólo calles desiertas. Su mente se nubló, todo daba vueltas y se desplomó. No pudo incorporarse y gateó sobre la acera. Vio con espanto que Petra se aproximaba. ¡Gritó!, gritó fuertemente pidiendo auxilio, pues no quería quedar inmerso en el ignoto.

    Escuchó unas voces, le preguntaban sobre su estado, reconoció la voz de su madre, con la impresión de que estaba al otro lado de una pared invisible. Escuchó voces de amigos también detrás de esa pared. Todo seguía girando, girando y girando sin saber dónde estaba. El movimiento cesó. Se incorpora en el preciso momento que un caballero con armadura descargaba un golpe de espada sobre otro que cayó mortalmente herido. El que lo derribó se inclinó para rematar al herido, pero sorpresivamente le cercenan la cabeza, cae al suelo, da tres saltos y rueda sobre la arena. Se estremeció ante tan cruel espectáculo que sólo había visto en el cine. De pronto recibe un fuerte impacto metálico en el costado izquierdo y la sangre empezó a salir en impetuosa hemorragia (la herida se la causó el que cercenó la cabeza del caballero). Al querer tocarse la herida se asusta al contemplar que en su mano derecha tiene una bruñida espada con tonos dorados. No esperó más, tomó impulso, arremetió al atacante y lo destrozó cruelmente. Comenzó a caminar, pero las fuerzas lo abandonaban a causa de la hemorragia. Se desplomó y comenzó a volar entre unas tinieblas espeluznantes.

    (Parte III)

    Confusa dimensión

    Llegó a un extraño lugar. Apareció frente a sus ojos un cementerio lujosísimo, diseñado con numerosas piedras preciosas. ¡Qué lindo!, exclamó. Sintió temor y desesperación. Quería encontrar una salida de la confusa dimensión donde se encontraba. Entró al cementerio, pensó despegar una piedra y llevarla de suvenir, pero sintió miedo nuevamente. Se sentó a esperar cualquier cosa sobre una lápida. Sé que esto es un sueño, pensó, ¿cómo hago para despertar? ... ¿será que estoy trastornado? ... ¿habré muerto y estoy reencarnando? ...

    Esto no es normal. Si salgo de este trance visitaré un siquiatra. Qué raro, no percibo nada,

    solo el silencio absoluto y el color rojizo del cielo que amanecía con colores de crepúsculo. La lápida se abre repentinamente y se precipitó con terror en una profunda oquedad donde descendía vertiginosamente, sin tiempo, sin espacio, sin realidad. Descendió eternamente y pensó que por milenios continuaría precipitándose hacia la nada.

    Sintió caer en una superficie blanda y delicada. Petra estaba junto a él y empezó a besarlo con la misma intensidad de siempre. Le asustó mucho volverla a ver. Eran deliciosas las caricias, pero temía quedarse en ese lugar. Empujó violentamente a Petra. Vos de nuevo, exclamó, déjame libre, apártate de mí, devuélveme a mi realidad. Te lo ruego, te lo ruego, decía, libérame. No puedo, le dijo Petra, ni yo puedo escapar, pero estoy feliz con vos. Sintió nuevamente que todo giraba. No me sueltes, le dijo, no quiero seguir viajando. La joven le sugirió que se duchara. Lo hizo. Se sintió relajado. La joven le ayudó a secarse y aprovechó para acariciarlo nuevamente. Él la aparta, le dice que siente un malestar en sus ojos y se dirige a un gran espejo para revisarlos. Los vio normal y empezó a peinarse. Sus ojos comienzan a girar. Giraban y giraban como ruedas, luego se desorbitan y empiezan a derretirse, ¡Sí!, a derretirse como queso amarillo, como un metal a elevadas temperaturas. Ve sus ojos derretidos resbalar sobre sus pómulos, quedando las cuencas vacías, emanando humo. No pudo resistir. ¡Gritó!, ¡Gritó! y gritó con gran estrépito y los ecos se perdían en la irrealidad. Continuaba viendo a pesar de que sus cuencas estaban vacías y eso lo desesperó más y se lanzó contra el espejo dándole puñetazos y patadas. El espejo se rompió en infinitos pedazos. Petra lo abrazó para calmarlo, pero la empujó con más fuerzas. Empieza a llorar de impotencia. ¡Estoy muerto!, gritó, ¡estoy muerto! ... ¡muerto!

    Siguió llorando sin saber cómo volver a su presente. ¡No! ... ¡muerto no estoy! ... es algo peor, ¡estoy loco! ... ¡estoy loco! ... ¡loco!, iré a parar a un sanatorio. Estoy completamente loco y perdí la conexión con mi mundo. Una enorme distancia nos separa. No hay comunicación. Hay un universo entre nosotros donde la relatividad se ha confundido. Esta

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