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El Eterno Joseph
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Libro electrónico103 páginas1 hora

El Eterno Joseph

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Es la historia de un anciano que fue abandonado por su familia en un asilo para que muriera de soledad.
Agobiado por las enfermedades y el abandono de sus hijos desea morir lo ms pronto posible. Un da, se le presenta la muerte y lo atormenta, le avisa que pronto va a ir por l, y le muestra una ficha de marfil en donde aparece el da de su muerte.
En una lucha poco usual con la muerte, y sin que ella se d cuenta le roba la ficha. Con este acto el anciano esta privado de morir, pues ha adquirido el don de la eternidad.
El saber que es eterno lo oblig a meditar profundamente en su actual forma de vida, pero sobre todo, en la forma que l debera de morir.
Fue tanto el pesar que el anciano padeci al final de su vida, que pareca que el destino se haba vuelto implacablemente hostil, y busc a la muerte como ltima alternativa para poner fin a su sufrimiento. E ignorado por la muerte, y revolcndose de dolor se resign a seguir viviendo.
Entonces, l tuvo que aceptar los fenmenos sobrenaturales que acontecan a su alrededor como parte de su vida cotidiana. Y comenz a ver la figura terrible de la muerte como algo cotidiano y familiar pues debido al don de la eternidad, l pronto se iba a convertir tambin en muerte, una raza especial de seres que no mueren.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento20 nov 2013
ISBN9781463369231
El Eterno Joseph
Autor

Rubén Amaro Soriano

Ruben Amaro Soriano was born in Puebla, Mexico. He received his primary education in Pachuca Hidalgo, Mexico. He later went to secondary number XXIII in Tlalpan, DF. Later went to high school number 7 in the same city. He then studied at the faculty of chemistry. Also he studied at the faculty of science on the area of physics at the UNAM. When he immigrated to the United States, he took up liberal arts at the University of La Salle, and it was when he began writing his first short stories. He has authored several books: “The Eternal Joseph” “The Punking Plant” “5 de Mayo de 1862” (the paranormal story of a dying soldier), “Cuhichilicoatl” (Gallo Reptil).

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    El Eterno Joseph - Rubén Amaro Soriano

    El eterno Joseph

    Rubén Amaro Soriano

    Copyright © 2013 por Rubén Amaro Soriano.

    Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.:   2013919666

    ISBN:   Tapa Dura               978-1-4633-6922-4

                 Tapa Blanda            978-1-4633-6924-8

                  Libro Electrónico   978-1-4633-6923-1

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Esta es una obra de ficción. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Todos los personajes, nombres, hechos, organizaciones y diálogos en esta novela son o bien producto de la imaginación del autor o han sido utilizados en esta obra de manera ficticia.

    Fecha de revisión: 14/11/2013

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    1663 Liberty Drive, Suite 200

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    500405

    ÍNDICE

    UNA TARDE TRISTE, PARA UN ANCIANO TRISTE

    UN ANCIANO OLVIDADO EN EL TIEMPO

    EL ANCIANO MAS VIEJO DEL MUNDO

    UNA VIDA ARDUA DE TRABAJO

    158 AÑOS, LA SORIDEZ DE LA VEJEZ

    ADQUIRIR EL DON DE LA ETERNIDAD, ES CONVERTIRSE EN MUERTE

    ROBARLE VIDA A LA MUERTE

    AMPUTARLE LAS PIERNAS A UN ANCIANO, Y AMPUTARLE LAS MANOS A LA MUERTE

    LA MUERTE CON SU RABIA CAUSTICA SE ESTABA MURIENDO

    LA MICTLANTECUHTLI

    Historia dedicada a, Pilar J. Arrevillaga de Amaro y a mis cinco nietos

    Caibryn yang

    Summar Jeudy Amaro

    Ellissa Jeudy Amaro

    Jaden Jeudy Amaro

    Nicklause Jeudy Amaro

    El anciano había estado sentado en su silla de ruedas, y en ella había dormido por dos días esperando que La Muerte llegara a visitarlo. Él se despertó sobresaltado en medio de la noche y puso su atención en los sonidos de la casa hogar. En la quietud que se respiraba, parecía que todo estaba en paz y en silencio, y la noche se hacía inmensa. A través de la ventana de su cuarto miró para el jardín para ver si aparecía su huésped. Con cierto estremecimiento que no puedo evitar, el anciano se dio cuenta que la noche no era muy oscura y estaba iluminada por una fría y pálida luna, y algunas nubes obscuras cargadas de lluvia de vez en cuando la cubrían empujadas por el suave viento de la madrugada que ya se aproximaba. La sensación de ver un nuevo día, al anciano lo obligó a meditar profundamente en su actual forma de vida, pero sobre todo, en la forma que él debería de morir.

    En esa revoltura de pensamientos, él sabía que debido a un deseo puramente natural, él había puesto toda su energía en conseguir un futuro bueno para él y su familia. Al mismo tiempo, él trató que el destino que le había tocado vivir de alguna forma fuera brillante y con amplias perspectivas. También deseaba que los acontecimientos buenos o malos que gravitaban alrededor de su destino de alguna u otra forma fueran felizmente llevaderos, pues uno de sus deseos fue en lo posible no sufrir, ni causar sufrimiento a nadie.

    Pero desgraciadamente, las experiencias pasadas del anciano lo obligaban a comprender que hay pocas cosas estables en la vida. Y existieron momentos en que aquellas expectativas que él llegó a tener no fueron por las que él lucho en su vida. Y en sus últimos años todo lo que emprendió con buena intención comenzó a ir mal, a tal punto que el horizonte que debería de ser brillante se tornó oscuro y poco placentero pues por circunstancias de la vida él había perdido a su esposa y después a su familia, pero para su desgracia y al final, sus hijos lo abandonaron para que muriera. Fue tanto el pesar que el anciano padeció al final de su vida, que parecía que el destino se había vuelto implacablemente hostil, a tal punto que se ensañó en contra de él, pues los seres que lo deberían de amar, lo rechazaron como se rechaza una bolsa de basura. Y agobiado por tanto calamidad, en el asilo, el anciano se sintió perdido en un mar de incertidumbre y soledad, tanto que llegó a creer que las calamidades para el ser humano son una forma común de castigo y el sufrimiento que se padece por ellas son una forma de ablución.

    En aquel punto de su vida, la desdicha que estaba padeciendo el anciano se había hecho insoportable, y él se sintió obligado a perder toda ambición terrenal y el amor por la vida. Y al perder esos bienes tan básicos y preciados se fue sumiendo en la desesperación. En ese momento de su vida él ya había perdido el deseo de seguir viviendo y él tornó su rostro hacia lo desconocido e insondable, y buscó a la muerte como última alternativa para poner fin a su sufrimiento.

    Con cierto desconsuelo, Joseph Zadahar sabía que el destino que le había tocado vivir, era uno de los destinos más sórdidos que llegan a padecer los seres humanos.

    Pero para sorpresa de Joseph que deseaba morir, se entera que tampoco él era motivo de atención para la muerte pues sin él desearlo había adquirido el don de la eternidad. Por alguna razón inexplicable, Joseph no podía dejar de existir en el plano terrenal en que se encontraba. Fueron esos momentos de confusión en que aquel hombre derrotado no sabía para dónde dirigir su vida para poner fin a sus penas. E ignorado por la muerte, él no tenía otra alternativa y revolcándose en su dolor se resignó a seguir viviendo. Al seguir haciendo un análisis de sus experiencias pasadas, él sabía que su vida había estado llena de diferentes vivencias y emociones pero nunca se imaginó que él estaba privado del derecho de morir. Al tener noción de que poseía el don de la inmortalidad, trató de encontrar el motivo de su larga vida, y comenzó a formar pensamientos y a revivir vivencias que él no se las podía explicar.

    Entonces, él tuvo que aceptar los fenómenos sobrenaturales que acontecían a su alrededor como parte de su vida cotidiana. Y deseando adaptarse a su nueva realidad, fue haciendo grandes cambios en él, y comenzó a ver la figura terrible de la muerte como algo cotidiano y familiar. Fue entonces que la presencia de la muerte ya no lo asustó, pues debido al don de la eternidad, él pronto se iba a convertir también en muerte, una raza especial de seres que no mueren.

    Hasta que un día, el anciano encuentra la forma de liberarse del don de la eternidad pues por fin, encontró la manera de morir.

    UNA TARDE TRISTE, PARA UN ANCIANO TRISTE

    El anciano había estado sentado en su silla de ruedas por dos días, y pese a la incomodidad, en ella había dormido. Él se despertó sobresaltado en medio de la noche y puso atención a los sonidos de la casa hogar, bien sabía que esos sonidos misteriosos anunciaban la llegada de alguien siniestro y sobrenatural. En ese estado de tensión permaneció por largo rato. Al transcurrir los minutos, con cierto temor al anciano le pareció que todo estaba en paz y la quietud se hacía inmensa.

    Abrió ligeramente la ventana de su cuarto, y el frio punzante de la madrugada tocó la piel de su mano como si alguien de ultratumba lo hubiera saludado de mano.

    Después de ese momento inicial, el frio, a él rápidamente lo envolvió por completo.

    A través de la ventana y con una mirada penetrante, que no era propia de su edad, el anciano miró hacia afuera del jardín, con la esperanza de ver una visión que ya había tenido sesenta y cinco años antes cuando él estuvo a unos días de morir. Él solamente deseaba ver más allá de lo que le era permitido mirar. El bosque a la distancia

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