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Habilidades en la redacción de artículos científicos: Estrategias lingüísticas, estilísticas y retóricas
Habilidades en la redacción de artículos científicos: Estrategias lingüísticas, estilísticas y retóricas
Habilidades en la redacción de artículos científicos: Estrategias lingüísticas, estilísticas y retóricas
Libro electrónico131 páginas1 hora

Habilidades en la redacción de artículos científicos: Estrategias lingüísticas, estilísticas y retóricas

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"En el mundo globalizado de hoy, la redacción de artículos es una actividad imprescindible para los miembros de la comunidad académica y científica. El artículo científico es el género por excelencia para divulgar resultados de investigaciones y nuevos enfoques en las diversas ramas del conocimiento, y está presente en revistas con alcance nacional e internacional. Además, su impacto es medido por universidades e institutos de investigación mediante indicadores que analizan variables como el número de citaciones en textos, la cantidad de consultas en línea y el número de descargas. No obstante, escribir un artículo científico requiere de una serie de habilidades relacionadas con el análisis, la escritura y la lectura que todo académico e investigador, independientemente de la disciplina, debe conocer, desarrollar y practicar.

Este libro tiene su origen en la investigación doctoral de la autora sobre la escritura científica de los profesores universitarios colombianos, que estuvo orientada por las siguientes preguntas: ¿cómo inició la escritura científica? ¿Qué significa realmente escribir científicamente? ¿Qué dicen los expertos sobre la escritura científica? ¿Tengo habilidades para escribir textos científicos? ¿Qué habilidades debo mejorar en mi escritura? Luego de hacer un breve recuento de los inicios de la escritura científica a nivel mundial, la autora propone una serie de procedimientos para la redacción de artículos científicos, ofrece recursos lingüísticos y discursivos para el proceso de escritura, introduce algunas movidas retóricas y aspectos estilísticos propios del género, y finaliza con una reflexión sobre la importancia de la lectura en la escritura académica. La obra invita a los interesados en la escritura a reflexionar, analizar y planear este quehacer científico fundamental mediante la identificación de las habilidades cognitivas necesarias para ejecutarlo de manera exitosa."
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento13 jul 2020
ISBN9789587874129
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    Habilidades en la redacción de artículos científicos - Adriana Gordillo Alfonso

    Capítulo 1

    La escritura en la ciencia y algunos elementos de su redacción

    En el campo científico la publicación y difusión de los resultados de las investigaciones se remonta al siglo XVII, cuando en 1655 empezaron a publicarse —por casualidad en el mes de enero— las revistas científicas Journal de Savants (Revista de los Sabios), en Francia, y, en marzo, Philosophical Transactions of the Royal Society (Transacciones filosóficas de la Real Sociedad), en Inglaterra. Desde aquella época, las revistas han sido un medio importante y principal de difusión del conocimiento científico, cuyo objetivo esencial ha sido comunicar los resultados de la investigación por medio de la escritura.

    A partir de ese momento, el número de publicaciones ha aumentado vertiginosamente, gracias a los esfuerzos llevados a cabo, en principio, por asociaciones científicas, a las que posteriormente se unieron las instituciones de educación superior, las agencias gubernamentales y diversas entidades privadas, entre otros estamentos (Abadal y Rius, 2006).

    Las primeras revistas del siglo XVII publicaban artículos descriptivos. Es decir, el científico informaba qué hizo primero y que observó después, en estricto orden cronológico. Para ese momento, el estilo descriptivo resultaba apropiado para el tipo de ciencia sobre el cual se escribía. Hacia la segunda mitad del siglo XIX, la ciencia empezaba a moverse rápidamente y de manera más compleja con grandes adelantos, gracias a la labor de Louis Pasteur (1822-1895), quien confirmó la teoría microbiana de las enfermedades y estructuró métodos de cultivo puros para el estudio de microorganismos.

    Pasteur consideraba necesario describir sus experimentos con sumo cuidado, sin perder detalle. En adelante, muchos de sus colegas pudieron reproducir sus experimentos gracias a la descripción que él había realizado en detalle. De ese modo, el principio de la reproductibilidad de los experimentos se convirtió en dogma fundamental de la filosofía de la ciencia.

    La investigación médica fue pionera en la producción de ciencia. La Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, impulsó el descubrimiento de la penicilina, cuyo proceso fue descrito de modo pormenorizado en 1929 por Alexander Fleming (1881-1955). Después seguirían la estreptomicina (1944), las tetraciclinas (1950) y muchos antibióticos que resultaron eficaces en el control de enfermedades como la difteria, la tuberculosis, la tifoidea, la peste y la viruela, entre otras.

    En consecuencia, las inversiones en investigación científica aumentaron considerablemente. Como afirma Day (2005), el dinero produjo ciencia y la ciencia produjo artículos. Montañas de ellos (p. 6). Asimismo, hubo una gran presión sobre las revistas de ese momento y los directores de las revistas científicas comenzaron a exigir que los manuscritos estuvieran escritos de manera sucinta y bien estructurada.

    Este tipo de publicaciones, con el tiempo, se materializó en lo que hoy conocemos como artículo científico y que mucho antes de las primeras revistas científicas se conocía como comunicación científica epistolar, pues daban a conocer la investigación por medio de cartas. Posteriormente, aparecieron las editoriales con sus prácticas particulares, por lo que se habló de la ética científica, lo que tuvo, desde luego, una gran influencia en la redacción y los procedimientos de impresión y publicación. En últimas, esto condujo al formato Introducción, Metodología, Resultados y Discusión (IMRyD).

    Este formato se hizo universal en las revistas científicas, que se convencieron de que esta estructura era la manera más sencilla y lógica de comunicar los resultados de la investigación, pues facilitaba la evaluación por parte de los árbitros, ahorraba espacio y gastos a las revistas, ayudaba al autor a organizar y escribir su texto, y permitía a los lectores comprender el artículo. En consecuencia, la publicación se convirtió en el principal instrumento de promoción y evaluación de las instituciones universitarias (Tolchinsky, 2014).

    La evaluación de la actividad y de la producción científica de los profesores, soportada en su escritura y expresada en las publicaciones, se volvió una cuestión de interés desde muchas perspectivas: la financiación, la recompensa salarial por publicar un artículo científico, el apoyo económico para asistir a eventos académicos, la dotación de plazas de profesorado universitario y la concesión de becas, entre otras. De esta manera, la escritura científica ha sido un dispositivo social situado que, además de los contextos mencionados, participa directamente de la producción y la transformación del

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