Muchas veces entramos en nuestro entorno laboral con una disposición de "armas tomar" porque a lo largo de nuestra vida profesional hemos crecido con la creencia de que la competencia es un aspecto intrínseco de todos los diferentes campos de batalla del nuestro sistema de producción capitalista. Pero la neurociencia ha encontrado que el cerebro se desempeña mucho mejor cuando estamos en un ambiente colaborativo y una de las mejores evidencias que existen de esto es las empresas tecnológicas modernas, porque para poder "pararse en los hombros de gigantes" debe imperar la colaboración y la cooperación antes que la competencia.