Diseñadora industrial de formación, después de trabajar con Denis Santachiara en Italia y Philippe Starck en su país, Francia, Matali Crasset fundó su propio estudio con el milenio, y desde entonces ha firmado centenares de proyectos de todo tipo. Pese a su imagen dura–ese corte de pelo entre monacal y futurista y sus sempiternas gafas de pasta XXL–y la seriedad concentrada que la acompaña, un encuentro con ella entraña tantos descubrimientos que es imposible no sentirse afortunado.
“LO QUE ME INTERESA DEL DISEÑO ES PODER OFRECERLE A LA GENTE HERRA-MIENTAS