Impotencia

Por WILLIAM DE JESUS CORREA ESCOBAR

El hombre está llamado a investigar  y a conocer cada vez más y mejor, las leyes  que rigen  el universo y la sociedad, porque solo con este conocimiento,  podrá enfrentar y controlar, las fuerzas y fenómenos negativos, que éstas puedan generar, al interactuar con nosotros.

En  primer  lugar, el hombre  enfrenta  las fuerzas de la naturaleza: terremotos, tsunamis, temblores de tierra, huracanes, tornados, inundaciones e incendios, derrumbes, asteroides, virus, bacterias y muchos más fenómeno frecuentemente, sorpresivos e impredecibles.

Se somete también a la muerte, aliada y cómplice de la peores enfermedades y perversidades humanas, cual ley inexorable a la que todos los seres humanos, nos debemos acoger.

El hombre en su vida personal,  es víctima de sus instintos, ignorancia, deseos y debilidades, que lo  llevan a caer en los peores vicios y en las drogas, sometido a la persuasión y al   engaño que le imparten los poderosos, diciéndole que estas cosas no hacen daño, sometiéndolo así la  esclavitud de la cual no puede liberarse.

Lo acompaña también en la vida una fuerza sutil y  poderosa, como es la del sexo, con su ambivalencia de hacernos muy felices y unirnos en  nuestras relaciones de pareja o por el contrario causarnos las peores depresiones, apegos, manipulaciones, burlas, soledades, pobreza, destrucción, traiciones, odios y problemas legales.

Y por último, hablemos de la maldad de los poderosos y los tiranos, con sus leyes inhumanas y el sometimiento que ejercen sobre la gente   a través de  las  armas, la tecnología, los sistemas  y las teorías injustas creadas por los intelectuales al servicio de la desgracia del hombre. Dictadores que utilizando ideologías injustas, quieren resetear nuestro cerebro, unificarnos mentalmente y convertirnos en títeres o maquinas manipulables e indefensas.

Ya sea que el hombre se considere creado por Dios a su imagen y semejanza o que se considere fruto del desarrollo de la naturaleza a través de la evolución, tiene consigo mismo y con su especie un compromiso ético, moral y espiritual;  un compromiso ineludible de vencer las fuerzas del mal en la tierra  y dirigir la  a su vez la conquista del espacio y del universo. Y para lograr esto debe superar  su impotencia, que resulta casi siempre de su ignorancia y del miedo a enfrentar todo lo que le hace daño.

Lee los escritos que  te ofrezco en este documento, analízalos y encontrarás armas para vencer tu impotencia. Y ayudarle al hombre a ser mejor.

• Idioma: Español
• Editorial: CARLOS A OROZCO
• Fecha de lanzamiento: 3 abr 2023
• ISBN: 9798215943380

WILLIAM DE JESUS CORREA ESCOBAR

William de Jesús Correa Escobar, colombiano nacido en Medellín Ingeniero electricista de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional; Ser un gran escritor y un buen músico son sus más grandes ideales En la década de los 80, asistió durante varios años al taller de escritores que dictaba en la biblioteca Publica Piloto de Medellín, el maestro Mario Escobar Velásquez. Así mismo en el 2016, al taller de escritores de la biblioteca de EPM (Empresas Públicas de Medellín), dictado por Lucas Maya Correa. El resultado de estos estudios son algunos escritos que pone a consideración con el nombre de “Impotencia”.  Y en el campo de la música es aficionado a la guitarra y tuvo como maestros a su padre y al gran compositor de cumbias colombianas y otros géneros musicales, Edmundo Arias. Ha compuesto cerca de 40 canciones, veinte de las cuales se encuentran en “YouTube” bajo el canal de suscripciones @williamcorrea949429 y el nombre artístico de William Cesco. Próximamente publicara nuevos escritos,  novelas y cuentos

Vista previa del libro

Impotencia

El autor:

William de Jesús Correa Escobar

(William Cesco)

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Biografía

Mi nombre real es William de Jesús Correa Escobar. Nací en Medellín, el 28 de abril de 1953. Soy hijo del tipógrafo, Francisco Correa Mejía, oriundo del municipio de Caldas, departamento de Antioquia y del ama de casa, Argemira Escobar Vélez nacida en el municipio de Frontino.  Hice mis primeros grados de escuela en las instituciones Jesús Tobón Quintero y Julio Cesar García, cerca de la Placita de Flores. Los estudios superiores los realicé en el Liceo Antioqueño en Robledo y me gradué como ingeniero electricista en la Facultad de Minas de la universidad Nacional de Medellín.

Me considero un hombre calmado, que respeta y trata bien a los demás; y que quiere lo mejor para la sociedad en donde vive.

Ser un gran  escritor y un buen músico son  mis más grandes ideales. Aunque tengo claramente definido que este camino no es fácil y requiere de un serio compromiso, voluntad, criterio y experiencia.

En la década de los  80, asistí durante varios años al  taller de escritores que dictaba en la biblioteca Publica Piloto de Medellín, el maestro Mario Escobar Velásquez. Así mismo en el 2016, al taller de escritores de la biblioteca de EPM  (Empresas Públicas de Medellín), dictado por Lucas Maya Correa.

El resultado de estos estudios son algunos escritos que pongo a consideración con el nombre de Impotencia.

Y en el campo de la música soy aficionado a la guitarra y  tuve como maestros a mi padre y al gran compositor Edmundo Arias. He compuesto cerca de 40 canciones, veinte de las cuales se encuentran en YouTube bajo el canal de suscripciones @williamcorrea949429 y el nombre artístico de William Cesco[1].

En la actualidad, vivo en Medellín, Colombia en el barrio Belén La Palma.

Correo electrónico: [e-mail]

Impotencia

Once escritos

(Medellín siglo XXI)

Índice

Prologo

Se murio mi rosa

Reloj de arena

Dictador

El cantante del almendro

Impotencia

Ying-yang

detrás de Bambalinas

Uno se va muriendo

El trasteo

Agua azul

F-31

Prólogo

Cuando visualizamos el olor de la tristeza

y escuchamos la derrota cerca a nuestras vidas

Cuando los seres humanos que forman nuestro entorno, en vez de amarnos nos destrozan el alma.

Aparece entonces la impotencia negra

Cual serpiente venenosa que, al mordernos,

llena de desazón nuestros días

Esos días que se irán arrumando uno tras otro,

Llenando de oscuridad nuestro silencio

Golpeando contra el piso nuestra esperanza

y masacrando la fe que alguna vez nos dio la alegría.

¡Que explosivo y triste es el desamor!

¡Cómo nos vuelve pedazos el deseo de vivir!

Y sin embargo todos los días saboreamos su mentira

y nos volvemos fanáticos de quien nos va a enterrar:

De una rosa que se deja robar en el jardín

De un maestro que se burla con algarabía de nuestro talento

De la informalidad[2] que alimenta a gotas nuestro diario vivir

De la droga que nos vendió el titiritero[3] narcotraficante

Del trasteo[4] que tuvimos que hacer, porque la mujer que amábamos se llevó su sexualidad para dársela a otro

Del robot que nos vendieron porque sabía hacer de todo inclusive hasta matarnos

Del agua azul que bebimos llenos de miedo cuando el agua transparente y limpia desapareció

La impotencia nos abraza a cada momento cual concubina interesada que solo quiere quitarnos hasta el último centavo.

¡¿Por qué será que el desamor aparece como maleza en todas partes?!

Será acaso, porque es lo único que sabemos sembrar cada uno de nosotros...

William Cesco

Se murió mi rosa

I

Se murió mi rosa

Y mi rosa no era como las demás

Hay rosas de florero

Y rosas de San Valentín

Hay rosas que lleva un mensajero

Y rosas que cualquiera compra por ahí.

II

Se murió mi rosa

El día menos pensado

Porque la muerte es así

Sorpresiva y descarada

Cuando mas era feliz.

III

Se murió mi rosa

Y yo siempre la cuide

¿Cuál clavel? ¿Cuál girasol?

¿Cuál amapola? y ¿Cuál pompón?

No estaba sino mi rosa...

¡En todo mi corazón!

IV

Nadie sabe porque lloro

En privado yo la amé

Nadie sabe este secreto

Que despedazó mi fe.

V

Se murió mi rosa

Otro se la llevó

Porque... ¡hasta las rosas muertas

les resulta su ladrón!

Reloj de arena

Porque temer si nos aíslan o nos abandonan

las personas que viven a nuestro alrededor

Cuando lo hemos dado todo de sí

A cada momento y con amor.

¡Qué teman, los que son injustos con nuestros actos!

Los arrogantes

Y aquellos que únicamente se dan a los demás a medias

¡No hay que reclamar fidelidad a nadie!

¡Sólo...! hay que dar amor a todos!: los que comparten cualquier vivencia con nosotros.

El amor siempre es agradecido

Se impone con el tiempo

Va llenando de luz los rincones, las tinieblas, los