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Rompiendo el silencio
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Libro electrónico153 páginas1 hora

Rompiendo el silencio

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Información de este libro electrónico

El abuso sexual y la violencia contra mujeres y niños es un asunto de todos.

Este libro está dedicado a todas las víctimas de abuso sexual. Es una invitación para que tanto las víctimas, como sus familiares denuncien este tipo de delito, que no callen por vergüenza o miedo. Los abusos sexuales a veces se mantienen en secreto por largo tiempo, aunque muchos de estos casos han salido a la luz pública recientemente gracias a las investigaciones. Se han hecho publicaciones y hasta películas sobre el tema.

IdiomaEspañol
EditorialCaligrama
Fecha de lanzamiento25 abr 2016
ISBN9788491124979
Rompiendo el silencio
Autor

Sandra Azofeifa

Feminista, activista y poetisa, Sandra Azofeifa ació en Escazú, Costa Rica, el 27 de Enero de 1950. Cursó estudios de Relaciones Internacionales en la Universidad Autónoma de Centro América, Ciencias Políticas en la Universidad de Costa Rica y posee un B.A. en Estudios de la Mujer, Women's Studies de la Universidad de Nevada, en Las Vegas, donde reside desde hace diecisiete años. Sus publicaciones Las Memorias de una Tica en Las Vegas, Un viaje en Escoba, Rincones, Rompiendo el Silencio y Los Heliotropos son un resumen de pasajes de su vida, expresados en forma de versos, poemas y ensayos que describen situaciones y experiencias vividas, denuncian la violencia doméstica, el incesto, la discriminación, el racismo, el sexismo y toda forma de abuso que viven las mujeres en las sociedades patriarcales. Así mismo, invita a otras mujeres a escribir sus historias personales y a compartir las experiencias vividas bajo el sistema patriarcal. En su opinión, toda mujer es feminista y toda mujer puede escribir y narrar su propia historia, creando una cadena de poder y fuerza para alcanzar los sueños de una sociedad más justa e igualitaria, con mejores y mayores oportunidades para todas las mujeres. Su mayor ambición es que su libro Los Heliotropos llegue a todas las mujeres sin importar su raza, credo, estatus social o económico, o su nivel de educación. Especialmente a las mujeres que están sufriendo algún tipo de abuso, que sepan que no están solas, que la realidad se puede cambiar, y que se puede salir adelante.

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    Rompiendo el silencio - Sandra Azofeifa

    Título original: Rompiendo el silencio

    Primera edición: Abril 2016

    © 2016, Sandra Azofeifa

    © 2016, megustaescribir

             Ctra. Nacional II, Km 599,7. 08780 Pallejà (Barcelona) España

    Esta es una obra de ficción. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Todos los personajes, nombres, hechos, organizaciones y diálogos en esta novela son o bien producto de la imaginación del autor o han sido utilizados en esta obra de manera ficticia.

    Quedan prohibidos, dentro de los límites establecidos en la ley y bajo los apercibimientos legalmente previstos, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, ya sea electrónico o mecánico, el tratamiento informático, el alquiler o cualquier otra forma de cesión de la obra sin la autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. Diríjase a Thinkstock, (http://www.thinkstock.com) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

    ISBN:   Tapa Blanda             978-8-4911-2498-6

                 Libro Electrónico     978-8-4911-2497-9

    ÍNDICE

    Dedicatoria

    Prólogo

    Poesía

    Mi pueblo

    Dolor

    Alas

    Cuando el amor se va

    Por Unos Ojazos

    El Otoño

    Las Caminatas

    El Artico

    El Minero

    El Otoño y sus Colores

    La Llamada

    Ella

    Escazú y Santa Ana

    Ropa Tendida

    La Casona Vieja

    La Bohemia

    La Luna

    La Paloma

    La Mal Amada

    María

    Gente Transparente

    Frutas Tropicales

    La Vejez

    ¿Nacer o no nacer?

    ¡Descolonízate!

    Mujeres en el Exilio

    Las Luces de Neón

    Con los Ojos Cerrados

    Cavilaciones nocturnas

    ¡Así es mi tierra!

    Las Ninguneadas

    ¿Qué buscamos?

    Los Bailarines

    Tus zapatos

    Si estuvieras aquí

    Realidades

    Soy mujer y basta!

    Te Extraño

    Todo es igual

    Volando Alto

    El orgullo y las pelotas

    Los espejos del alma

    Extraños

    Revisión

    La Primavera

    La Cobija Eléctrica

    La Poeta Maldita

    Gritos en el Silencio

    El Otoño en el Parque Zion

    Angustias

    La Boda

    Rompiendo el Silencio

    Historias y Reflexiones

    El Ebanista

    El Pícaro

    Frida

    La Mujer de los Zapatos Rojos

    La Niña y el Entrenador

    Los Cromos

    El Director del Periódico

    ¿Quiénes son feministas?

    El Amante Fantasma

    El Perfil de un Macho

    Dando y dando

    Un fin de semana en California

    Personajes de mi pueblo

    La Casa Blanca de la Esquina

    La Encalada

    Los Carteros y los Dramas

    Las Jóvenes de mi Pueblo

    El Hotel de Playa

    El Pintor

    El Seminarista

    Las mujeres del casino

    Las limosnas y las bolsas

    Mujeres de Espíritu Libre

    Los Chefs

    Las Playeras

    Mujeres de Hierro

    ¡Se busca padrino y madrina con plata!

    Los Paseos Cortos

    El Quinto Patio

    Amalia

    El Piloto

    Mi amigo especial

    Sueños y Frustraciones

    El Extraño Pasajero

    El Anuncio en el Periódico

    Dedicatoria

    Este libro está dedicado con todo cariño y respeto a todas aquellas personas que han sido víctimas de abuso sexual.

    Prólogo

    Aprendimos desde muy pequeñas a andar siempre a la defensiva, con recelo, con desconfianza y con cuidado. Aunque como era tan pequeña no lograba entender bien porqué o cuál era exactamente lo que significaba un sátiro.

    Sólo recuerdo que cuando tenía unos cinco años de edad, mi madre hizo un gran escándalo con los vecinos y amenazó con llevar a la policía a uno de ellos que se suponía me hizo algo horrible y malo. Recuerdo las incesantes preguntas y recuerdo que yo a todo decía que no.

    Yo no entendía qué era todo aquéllo.

    Sólo sabía que algo muy malo me pudo haber sucedido si no me rescatan a tiempo de la casa del vecino. Los sátiros de mi comunidad no eran cualquier sátiro, no… no eran gente desconocida.

    Eran los hombres que veíamos a diario y con quienes interactuábamos, pues eran nuestros familiares, parientes consanguíneos o parientes políticos. Eran nuestros vecinos, nuestros amigos, nuestros padrastros, y hasta nuestros empleados.

    Mis hermanas y yo siempre vivimos temerosas, asustadas, en estado de alerta, pues sabíamos que a esos hombres les gustaba samuelear mirar por los hoyos de las paredes cuando nos bañábamos o nos cambiábamos de ropa y a veces hasta pasar rozando nuestros cuerpos. Toda mi niñez y adolescencia fue un martirio con esa sensación de peligro latente.

    Igual cuando caminábamos por las calles de San José, alguna vez fuimos objeto de un manoseador que pasaba casi que corriendo, o en los autobuses de servicio público. Una vez me manoseó un hombre que pasó casi que volando de lo rápido que iba, mientras yo observaba una vitrina en una tienda de la avenida segunda. Con toda mi vergüenza y cólera por la agresión fuí a quejar con un policía cercano y éste muerto de la risa me dijo ¡Ah! yo no puedo hacer nada porque yo no soy policia soy tráfico. Era tal la confusión y encima la vergüenza que yo tenía como si la culpable del delito hubiese sido yo, que no reparé en el uniforme del hombre y no pude hacer la distinción. También en las múltiples ocasiones en que tomábamos algún bus, pues algunos hombres aprovechan las aglomeraciones para tocar a las mujeres en sus partes nobles.

    Finalmente, después de muchos años, algunos de esos sátiros fueron desenmascarados, cuando las víctimas ya adultas decidieron

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