Decora los Corazones

Por Rachelle Ayala

Los opuestos se atraen y las chispas vuelan en el pequeño y encantador pueblo de Christmas Creek.
Holly Jolly vive para la Navidad. Es la única época del año, en lo que a ella respecta.
Gordon Gills no necesita una razón para odiar la temporada navideña. Él no ve el punto.
Gordon regresa a la mansión que heredó y encuentra a Holly haciendo un desastre con sus adornos navideños. Desafortunadamente, el testamento de su tía abuela estipula que debe divertirse cada Navidad si quiere conservar su herencia.
Holly está decidida a infectar al cascarrabias de Gordon con cada dosis de alegría navideña que pueda reunir y mostrarle de qué se trata realmente la Navidad.
¿Prevalecerá Gordon y convertirá a Holly en un Grinch, o una pizca de magia navideña le mostrará a Gordon que no hay amor de pelea, especialmente cuando está envuelto en un hermoso paquete pelirrojo de acebo alegre?

• Idioma: Español
• Editorial: Rachelle Ayala
• Fecha de lanzamiento: 26 ene 2023
• ISBN: 9781667449678

Rachelle Ayala

Rachelle Ayala is the author of dramatic romantic suspense and humor-laden, sexy contemporary romances. Her heroines are feisty, her heroes hot. Needless to say, she's very happy with her job.Rachelle is an active member of online critique group, Critique Circle, and a volunteer for the World Literary Cafe. She is a very happy woman and lives in California with her husband. She has three children and has taught violin and made mountain dulcimers.Visit her at: http://www.rachelleayala.net and download free books at http://rachelleayala.net/free-books

Vista previa del libro

Decora los Corazones

Escrito por Rachelle Ayala

Copyright © 2023 Rachelle Ayala

Todos los derechos reservados

Distribuido por Babelcube, Inc.

www.babelcube.com

Traducido por Maria Calderón

Babelcube Books y Babelcube son marcas registradas de Babelcube Inc.

––––––––

Otros Libros de Rachelle Ayala

Ficción Contemporánea

Escondido bajo su Corazón

Romances Navideños

Aislada Navidad

Decora los Corazones

Navidades Veteranas

Un Padre para Navidad

Una Mascota para Navidad

Una Boda para Navidad

Los Hart

Tortolitos Navideños

Sabueso de San Valentín

Gatito de Aventura Primaveral

Navidad Chow Chow

Sabueso Nupcial de San Valentín

Cachorro de Amor de Verano

Días de Perros de Amor

Cachorros y Besos de San Valentín

Feliz Año del Ganso

Romances Deportivos

Jugando con el Novato

Jugar sin Reglas

Jugando al Amor

Jugando a Atrapar

Jugar para Salvar

Interceptado por el Amor – Parte 1

Interceptado por el Amor – Parte 2

Interceptado por el Amor – Parte 3

Interceptado por el Amor – Parte 4

Interceptado por el Amor – Parte 5

Interceptado por el Amor – Parte 6

Chicos Malos de Alquiler

Chicos Malos de Alquiler: Ryker

Chicos Malos de Alquiler: Ken

Libros de Escritura

Escribir una novela romántica en 1 mes

366 maneras de conocer a tu personaje

Historias de amor: Cómo escribir una novela romántica

Amor Peligroso: Escribiendo un Suspenso Romántico

Decora los corazones

Una historia de amor navideña

Romance de Christmas Creek # 1:

rachelle ayala

Prensa de corazones encantadores

>>><<<

Copyright © 2016 por Rachelle Ayala

Reservados todos los derechos.

ISBN-13: 978-1537238739

ISBN-10: 1537238736

Ninguna parte de este libro puede ser utilizada o reproducida de ninguna manera sin el permiso por escrito del autor, excepto en el caso de citas breves incluidas en artículos críticos o reseñas.

Los personajes y eventos retratados en este libro son ficticios. Cualquier similitud con hechos reales o personas reales, vivas o muertas, es coincidencia y no es intención del autor.

Todas las marcas comerciales pertenecen a sus respectivos propietarios y se usan sin permiso bajo el uso justo de marcas registradas.

Póngase en contacto con Rachelle en:

http://smarturl.it/RachAyala

Dedicación

marilyn gana,

un fan que eligió Deck the Halls

como su villancico favorito

Nota del autor: Aunque técnicamente, Gordon es el sobrino bisnieto de la señorita Marney, la terminología es difícil de usar, así que he simplificado su relación con ella como sobrino nieto.

Serie romántica Christmas Creek

Deck the Hearts, #1

Su oportunidad de Navidad, #2

Un villancico de Christmas Creek, #3

Kitty, hace frío afuera, #4

Una travesura de Christmas Creek, #5

Soldado de Juguete Navidad, #6

El leñador navideño de Red, #7

Corriendo a través de la Navidad, #8

El deseo navideño de Dottie, #9

Capítulo uno

Cubre los pasillos con ramas de acebo

—Fa la la la la, la la la la. —Holly Jolly cantaba vivamente desde lo alto de una escalera de tijera de tres metros y medio. Estaba adornando el vestíbulo de entrada de la Mansión Gills con guirnaldas retorcidas de ramas de acebo.

Todos los años, la ciudad de Christmas Creek celebraba una fiesta navideña de gala en una de las mansiones victorianas construidas por los magnates de la madera que llegaron a la costa de Redwood de California a finales del siglo XIX. Holly, como presidenta y directora ejecutiva de Los Duendes de Holly Jolly, recibió el encargo del ayuntamiento de garantizar el ambiente festivo de Christmas Creek.

Este año no sería una excepción, a pesar del fallecimiento de la anciana Marney Gills, la decana de la tradición navideña y la historia local en el Imperio Redwood. Le había dejado todo su patrimonio a un sobrino nieto que vivía en Los Ángeles. Su abogado no se había opuesto a que la mansión se usara en la fiesta de Christmas Creek de este año, así que aquí estaba Holly, tejiendo oropel y acebo sobre los clavos que se habían puesto en fiestas navideñas anteriores.

Ya había enrollado fragantes guirnaldas de pino alrededor de la barandilla y había colocado coronas de todo tipo sobre las paredes con paneles de madera oscura. Un árbol de Navidad de catorce pies esperaba ser podado en la sala de estar, y había escarchado todas las ventanas con una mezcla de sal de Epsom y jabón para platos.

Ahora tenía que hacer grandiosa la entrada principal. Después de estirarse para enganchar las guirnaldas de acebo alrededor de las ventanas de la catedral, se inclinó en la otra dirección para colocar oropel plateado sobre los brazos de la antigua araña de cristal con cuentas.

—Cubierta los pasillos con ramas de acebo. Fa la la la

¡Bam! La puerta principal de roble macizo se estrelló contra su escalera. Holly agitó los brazos, dejó caer el oropel y agarró el candelabro salvajemente. La escalera se estrelló contra el suelo de madera primero, y luego el candelabro se desprendió del techo, manteniendo a Holly alejada de su muerte solo el tiempo suficiente para que ella rezara para no romperse el coxis.

Golpeó el suelo que gruñó como un gran oso. Millones de cristales cayeron en cascada sobre ella, collares de cuentas, formas de diamantes y globos en forma de pera, golpeándola como granizo seco.

—La la la la. —La última parte de la canción se tambaleó en el aliento de Holly, una respuesta tardía ya que ahora, estaba luchando con la maraña de cuentas de cristal en su rostro.

—¿Quieres dejar esa fa la la la? El suelo, que resultó ser un hombre, gruñó, sus fornidos brazos se unieron a los de ella para desenredarse del candelabro en ruinas.

—¿Fuiste tú quien me tiró de la escalera? —Holly apartó su rebelde cabello rojo y miró fijamente al brusco caballero sobre el que había aterrizado.

Si él no la estuviera mirando como si fuera una bruja alada, sería considerado guapo. Pero tal como estaba ahora, sus cejas estaban juntas y una profunda mueca estropeaba su fuerte rostro con la proverbial barbilla hendida.

—¿Qué crees que estás haciendo en mi casa?

Holly se puso de pie de un salto, con el corazón acelerado. —¿Eres Gordon Gills?

—Y estás invadiendo. —Gordon, supuso, recogió una cadena de cristales—. Espero que tengas un seguro porque se trata de un antiguo candelabro de un palacio ruso, un regalo de un zar a mi tatarabuelo, el Gordon Gills original de Gills Mills, el aserradero que fundó esta ciudad.

—¿Disculpe? —Holly dejó que el rojo en su cabello hablara—. Casi me matas, irrumpiendo y derribando mi escalera. Espero que tengas seguro. Podría haberme roto todos los huesos del cuerpo, desde el coxis hasta el cuello.

—Bueno, no lo hiciste, porque te atrapé y salvé tu gran trasero. —Se frotó el trasero, que sin duda