ELLE GOURMET

NAVIDAD, NAVIDAD NAVIDAD...

Para la mayoría esta palabra mágica es sinónimo de vistosos paquetes con lazos de colores, luces y espumillón, bolas de cristal esmaltado, niños, villancicos, cabalgatas, cotillones y esa especie de alegría tonta que, desgraciadamente, desaparece en cuanto el nuevo año empieza a subir la cuesta de enero. Para mí, sin embargo, Navidad es sinónimo de comida, y, cuando digo comida, digo MUCHA COMIDA. Demasiada. Gracias a Dios –esePara nosotros, los Caprile, todo un clan lleno de primos, padrinos, tíos, primos segundos, tíos segundos y demás parentescos inverosímiles, como italianos asentados en España, empezaba muy pronto, tal vez a finales de agosto o primeros de septiembre. Se aprovechaban los viajes de cualquiera de nuestras tres protagonistas, mi madre y mis dos abuelas, para encargar por adelantado ese delicioso y exquisito ejemplar de la bizcochería europea que es, sin duda, el rey del nada más y nada menos que… ¡Ay, Hoy, gracias a esta antipática globalización, cualquier supermercado de barrio luce en sus estanterías desde noviembre cajas y cajas de este suculento bizcocho, pero en la España de los primeros 70 traer desde Italia un puñado de burlando los controles (y las de las fronteras de tierra, mar y aire no era tarea fácil. Los encargos tenían que hacerse con mucha antelación y un sigilo propio de los más altos secretos de estado, y los caminos y aventuras que seguían aquellos benditos bollos eran dignos de una película de James Bond: escondites inverosímiles, sobornos, llamadas a altas horas de la noche y un personaje misteriosísimo muy atractivo llamado Ochando, con bigote de película y voz cazallera, que trabajaba para mi abuelo y movía Roma con Santiago (en este caso, nunca mejor dicho) para cumplir con su arriesgada misión: que el dichoso bollo fuera el protagonista absoluto de la Navidad de los Caprile. En mitad de la operación, allá por el mes de octubre, más o menos, surgía siempre la misma polémica: ¿cuál era la mejor marca? Durante algunos años fue Motta; luego, Alemagna; años más tarde estas dos fueron desbancadas por Tre Marie... A mí personalmente me sabían todos los igual, pero los matices de su esponjosidad, su altura, la calidad de sus pasas o el color más o menos dorado o marrón de su corteza eran motivo de eternas y acaloradas discusiones entre abuelos, padres, tíos y demás parentela. En Italia suele rematar el almuerzo (hoy lo definiríamos con esa cursilada del del día 25. Después de la misa mañanera, las familias se reúnen para saborear el caldo de cardos y el pastiche de higaditos de pollo o el paté casero, la el capón relleno con todas sus guarniciones, la carne cocida con compotas de fruta agridulce: la que pica de morirse... Nosostros, como italoespañoles, hacíamos doblete de comilonas, la cena de Nochebuena y el almuerzo de Navidad, y españolizábamos los menús añadiendo mariscos, jabugo y, a veces, algo de pescado. Y, por supuesto, todo tipo de turrones, mazapanes y polvorones, mezclados con los guirlaches y los chocolates italianos: Siena, de Turín, Pero siempre dejábamos (un poquito de) espacio para el auténtico rey de la Navidad, regio, con su graciosa forma de hongo, inmenso y amenazador, bajo su coraza marrón crujiente escondía la más deliciosa y esponjosa de las masas, salpicada aquí y allá con uvas pasas. El clásico, el de toda la vida; nada de rellenos de chocolate, nada de frutitas escarchadas, o azúcar glas, o natas o cremas pasteleras: esas aberraciones heréticas vendrían mucho después a destruir para siempre tantos y tantos maravillosos recuerdos. Y, terminado (el nacimiento, la Navidad), empezaba la preparación del (el fin de año), con sus famosas y suculentas lentejas con Pero esa ya es otra larga y sabrosa historia..., suculenta... Buon Natale!

Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.

Más de ELLE GOURMET

ELLE GOURMET1 min. leídos
Una Década Prodigiosa
Estamos de celebración. ELLE GOURMET cumple diez años predicando la buena vida con estilo. Arrancamos nuestra aventura foodie cuando comenzaba el boom gastronómico que ha revolucionado el universo lifestyle. Por aquel entonces, anunciábamos en las pá
ELLE GOURMET2 min. leídos
Invitado
Nuestro país es una de las cunas de la gastronomía. No he ido a ningún lugar de España en el que no comiera de maravilla, pero, cuando pienso en mis platos favoritos, inevitablemente mi mente se traslada a mi Jerez natal. En esa tierra de sol radiant
ELLE GOURMET4 min. leídos
Vintagemanía
Para 6 personas.Nivel de dificultad: medio.Tiempo de elaboración: 90 min 2 LÁMINAS DE MASA DE HOJALDRE. PARA LA CREMA PASTELERA: 500 ML DE LECHE ENTERA, 4 HUEVOS, 120 G DE AZÚCAR, 40 G DE ALMIDÓN DE MAÍZ, 1 VAINA DE VAINILLA. PARA EL ALMÍBAR: 150 ML

Libros y audiolibros relacionados