Mi marca país

Por Carlos Melendez Trochez

Esta conmovedora obra pone a la disposición del lector algunas verdades sobre la problemática actual de Honduras. No obstante, no se limita a exponer los hechos más difíciles del país, sino que también aporta una solución práctica para todas las personas, desde aquellas que humildemente trabajan la tierra, hasta los políticos que llevan a cabo la hazaña de gobernar toda una nación.

Niños, jóvenes, adultos, estudiantes, profesionales, empleados y emprendedores, son aludidos en estas páginas con un mensaje de empatía y unión que, esperamos, llegue a su corazón.

• Idioma: Español
• Editorial: Carlos Melendez Trochez
• Fecha de lanzamiento: 6 sept 2022
• ISBN: 9781005030520

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Primera edición: julio de 2022

ISBN: 9798-54-87-19607

Copyright © 2022 Carlos Meléndez Trochez

Editado por Editorial Letra Minúscula

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Dedico este libro a las víctimas de los huracanes Iota-Eta y a los héroes caídos por la pandemia de la COVID-19 en 2020 y 2021.

Los trabajadores de la salud libraron una dura batalla para rescatar unos trecientos cincuenta mil contagiados con el virus, en esta lucha también se reportaron alrededor de ocho mil quinientos muertos.

Estos guerreros vivieron en los hospitales por meses, para atender los pacientes y no contagiar a sus seres queridos. Lo estremecedor es que algunos de ellos murieron rescatando a otros.

Fue una escena apocalíptica ver morir a sus compañeros y no poder hacer nada; a eso le sumamos el dolor, porque no pudieron enterrar a sus muertos debido al estado de sitio decretado durante la pandemia.

A los valientes soldados que con sudor y lágrimas lograron sobrevivir en la batalla, con orgullo les damos las gracias por sus servicios.

Índice

PRÓLOGO

1. EL PRINCIPIO DE LA ECONOMÍA SOCIAL

2. ricos y pobres

3. riqueza y redistribuciÓn

4. igualdad ante la ley

5. liderazgo

6. CÓMO EMPRENDER CON ÉXITO

7. la nueva honduras

8. la televisión

9. gobierno

10. SISTEMA DE SALUD

11. TÍTULO universitario

12. TecnologÍa

13. con quiÉn andas es quiÉn eres

14 La reconstrucciÓn

15. viviendas

16. DESHUMANIZACIÓN

17. CONDUCTA INAPROPIADA

BIBLIOGRAFÍA

PRÓLOGO

El propósito de esta obra es educar, es decir, ayudarle al lector a entender algunos problemas en nuestros países y motivar a nuestros compatriotas a realizar buenas acciones para mejorar la sociedad.

Ricos y pobres somos parte del mismo ecosistema donde todos tenemos derechos y responsabilidades, aunque si unimos nuestras fuerzas podremos construir un nuevo mundo. El primer paso para lograrlo, sin embargo, es cambiar nuestros pensamientos y manera de actuar, trabajando en equipo podremos recuperar lo que hemos perdido. La idea de estas líneas es ayudar a la población joven a entender que son el futuro, serán la fuerza para el desarrollo de nuestros pueblos, debemos darles las herramientas necesarias para que puedan lograrlo.

Únete a la campaña y haz tu parte.

Mi sueño es que todos, incluyendo nuestra descendencia, leamos e interioricemos este libro.

Espero que sembremos árboles en todo el país, que seamos amigos, compañeros de lucha y que enfrentemos la adversidad unidos. Es la unica manera en que se logra un cambio significantivo y un mejor lugar para vivir.

Juntos haremos la cadena humana más grande de la historia moderna.

1. EL PRINCIPIO DE LA ECONOMÍA SOCIAL

—¿Papá, la comida es gratis? —preguntó mi hija.

Respondí después de un silencio:

—No, hija, la comida no es gratis; debemos ir al supermercado a comprarla.

Luego me hizo la siguiente pregunta:

—Entonces, ¿cómo se alimentan los animales si ellos no pueden comprar la comida?

La observé con asombro.

—Tienes razón, al momento de tu pregunta estaba pensando en los seres humanos, no en los animales.

Mi reflexión sobre esto me lleva al principio de todo, a la parte esencial de la vida.

La vida se trata de sobrevivir día a día, ir al bosque a recolectar comida, agua, leña, socializar y reproducirnos. Claro que necesitamos una cueva o choza para protegernos de la intemperie, un lugar que nos asegure que estaremos vivos por la mañana siguiente, para luego salir a cazar o ir a buscar agua, leña, frutas y todas las cosas primordiales para la vida.

Cuando vivimos en comunidad los hombres se dividen las tareas diarias, mientras unos pescan, otros cazan, otros recogen agua limpia para beber, otros recolectan las frutas de los árboles altos, medicinas, leña para sus hogueras, construcción de viviendas, botes, siembra de hortalizas, etc.

Mientras las mujeres cocinan, recolectan las frutas que están bajo los árboles, cosechan algodón, luego lo convierten en hilo y tejen nuestra ropa, cuidan los niños, los ancianos y realizan las tareas que requieren poca fuerza física, pero muchas destrezas.

Después de completar las tareas diarias se reúnen a socializar, beber y festejar que sobrevivieron un día más.

¿Por qué escribo sobre algo tan primitivo en el siglo XXI? Con el internet y la modernización. ¿Quién quiere leer sobre esto?

Ese es el punto. Estamos tan cómodos, concentrados en internet, televisión y redes sociales, nos sentimos seguros porque somos más inteligentes que las generaciones anteriores. Estamos tan relajados que se nos olvidó de dónde venimos, cómo llega la comida al supermercado.

Nadie recuerda que, para hacer un pastel, se necesita arar la tierra para sembrar el trigo y esperar 6 meses para cosecharlo. Después de muchos cuidados especiales, vienen los procesos de recolección, secado, molienda y transporte al supermercado, y lo mismo sucede con el azúcar, huevos, soda, saborizantes, colorantes, leña o gas para hornearlo.

Ahora nuestra mentalidad nos hace creer que solo debemos bajar una aplicación para teléfonos inteligentes y ordenarlo en línea. Y muchas personas simplemente utilizan la tarjeta de sus padres, ¡ya está! Muy fácil.

¿Sabes que se necesitan 500 litros de agua para un kilo de trigo?

He ahí donde estamos fallando, queremos todo fácil, que sean otras personas quienes cultiven nuestra comida mientras nosotros holgazaneamos.

El problema es que todos pensamos igual, somos más sabios que nuestros abuelos y nuestros padres, pero no sembramos árboles frutales o de ninguna clase, una planta de tomates, plátanos, cebolla y todas esas que crecen en nuestro jardín naturalmente. Ahora solo sabemos que cuando hay escasez de comida los precios suben y cuando hay abundancia se abaratan. Lógicamente, debemos producir más de lo que consumimos.

Nos quejamos porque a nuestros padres no les alcanza para comprarnos el nuevo teléfono móvil, pagar el recibo de internet, la luz, comprar ropa y zapatos de marca, porque así nos exige la sociedad.

De eso se trata este libro, de reescribir nuestra historia como sociedad. Cambiemos el rumbo, trabajemos juntos para mejorar nuestro país, mejorar a nivel personal, como familia y como pueblo.

¿Cómo podemos cambiar y mejorar?

Primero, debemos comprender que la economía es el sistema de producción, distribución, explotación y comercialización de nuestros recursos naturales, bienes y servicios, usando nuestros esfuerzos y con el uso de las herramientas disponibles.

Para mejorar la economía, debemos mejorar la producción y calidad de nuestros servicios, no importa qué produzcamos, todos formamos parte del mismo ecosistema.

Recordemos que algunos países son ricos porque producen más que otros, si queremos ser competitivos como estas naciones, tendremos que mejorar y actualizarnos.

EJEMPLO BÁSICO DE LA ECONOMÍA

Abrahán le toma un día de trabajo ir al bosque a cortar madera para la hoguera de su casa o para construir una mesa, una silla o cualquier artículo de madera para el hogar.

Juan es carpintero y se toma un día de trabajo para construir una silla, más un día de trabajo de Abrahán para cortar y transportar la madera, eso equivale a dos días de trabajo por silla.

Cuando Abrahán tiene mucha madera en su casa, y Juan tiene más sillas de lo que necesita. Lo intercambian con Ramón el pescador, él trae alrededor de 6 libras de pescados por día.

Ramón puede intercambiar 6 libras de pescado por un viaje de leña y 12 libras de pescado por una silla.

Cuando el pescador no quiere comer mariscos, los intercambian con alguien que produce leche, frijoles, maíz, carne, huevos, o cualquier otra cosa que tenga el mismo valor de intercambio.

Así es como nace el dinero, en vez de permutar pescados por sillas, se cambia productos por una cantidad de dinero que representa un día de trabajo de una persona.

La madera es gratis, pero debes ir al bosque a cortarla y transportarla; el pescado también es gratis, pero debes ir al mar a pescar.

Al intercambiar pescado por leña solo intercambian trabajo por trabajo. Los precios se calculan basándose en el tiempo que se invierte para cada producto.

Hay algunos