EL MOTOR DE NUESTRO PAÍS
Hace poquitito, en otro artículo de portada, hablamos de los muchos ecosistemas que hay en nuestro país –bosques, selvas, matorrales, playas y varios más– y su enorme diversidad biológica, es decir, todo lo que está vivo: plantas, hongos, animales y otros organismos. Lo anterior viene al caso porque gracias a los enormes recursos naturales con que contamos –vivos o no, como los minerales, ríos y hasta las piedras– obtenemos materias primas que comercializamos tal cual o que transformamos para convertirlas en productos. Y de esto es de lo que vamos a hablar ahora: de lo que nuestro país produce.
Piensa en una mazorca de maíz: alguien la corta y te la vende así sin más; otra persona puede ofrecértela asada; una más la hierve, le pone limón, crema, queso y chile piquín; alguien la usa para hacer harina de maíz, otra más compra esta harina y hace masa para elaborar tortillas o tamales. ¡Hasta las hojas de la mazorca se venden para envolver los tamales! Y esos son sólo algunos de los productos a partir del elote.
QUÉ ES LA ECONOMÍA
Imagina primero una región (un municipio, estado, país, continente o el mundo entero) en la que se producen, distribuyen, comercializan y consumen bienes (cosas) y servicios (ciertos trabajos, como los médicos).
Ahora piensa de qué modo se administran y comparten los recursos; cómo se fabrican los productos y se realizan los servicios que se ofrecen. Por último, considera las opciones que tú tienes: ¿qué producto elijo? ¿Compro esto o me espero? ¿Le pido prestado a mi abuelita o ahorro? ¿Lo compro usado o nuevo? ¿Vendo mi balón de fut o no? ¿Cambio mi carrito rojo por
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