Cuando empieza nuestro día por lo general lo primero que hacemos es tomar un baño, bueno, a menos que vivas en Rusia y estés a menos 40 grados probablemente no se te antoje tanto y de igual manera nadie se daría cuenta que tienes 1 semana sin bañarte (a esa temperatura nadie percibe olores), pero bueno, supongamos que estamos en una situación normal, te duchas y pues obvio es temprano y que flojera la vida a esa hora, pones alguna canción para cantar mientras el agua te golpea y ayuda a despertar de tu letargo, continuas tu rutina diaria y pues como estas tratando de cumplir tus resoluciones de año nuevo tienes que tomar tus 2 litros de agua, como has decidido economizar pues traes tu bote rellenable, este lo vas cargando durante el día en cualquier lugar, porque ¿Un vaso de agua no se le niega a nadie verdad? Sales del trabajo y vas al gym (obvio), saliendo tienes que ducharte una vez más, y pues con esta rutina tienes doble ropa que usar y lavar, así que ahora tienes que hacer lavandería mínimo 3 veces por semana (que flojera). Despues de todo aun tienes que cocinar, lavar platos, limpiar tu casa, y al final del día te das un lujito tomándote una cerveza (para conciliar el sueño mejor).

¿Te has puesto a pensar cuánta agua usas, y que actividades se ven afectadas con el uso de este recurso? ¿Te imaginas estar en una situación donde no puedas, no hablemos de durar 10 o 15 minutos duchándote, pero incluso no poder si quiera bañarte por dos o tres días? O ¿Qué pasaría si no pudieras lavar tu ropa en dos semanas? Pero la situación más cruel y critica, llegar el punto donde tu consumo de agua sea racionado a menos de los dos litros de agua diarios que el comercial de “Bonafont” te recomienda.

Los baños diarios y el consumo libre de agua para satisfacer nuestra sed a gusto pueden convertirse en un futuro no muy lejano en simples situaciones anecdóticas increíbles para un grupo de niños que nos escuchan con una expresión de asombro y una generación de adolescentes claramente avengentados y maltratados por la vida que nos ven con recelo y cierto odio al escucharnos como en nuestros tiempos cargábamos lavadoras de dos o 3 prendas, para no combinar colores ¡obvio! Mientras nos aventábamos un baño al son de una rola de Octavarium de Dream Theater. Todo esto mientras en las noticias se escucha cada vez más la tensión de la política global al borde de una guerra nuclear por la gestión del recurso que se ha vuelto más valioso que lo que nunca soñó serlo el viejo y obsoleto petróleo.

Alfredo Chitika es un experto en la gestión del recurso hídrico (A.K.A. el Agua), estudiando su maestría en una universidad de la ONU en Holanda, en esta platica nos propone el panorama actual acerca de cómo estamos administrando el agua y que escenarios se nos proponen para poder enderezar el abuso que hasta ahora le hemos dado a este recurso, el acceso que cada día se vuelve más difícil y los retos de utilizar el agua del mar como un plan B, y de cómo las personas ahora le dan un sentido solo de costo y no de valor al agua. También propone como podría generarse un conflicto bélico importante no necesariamente por resguardar un sistema de distribución de agua si no como la globalización y los intereses internacionales se ven mezclados al punto de que inversiones extranjeras en el lugar correcto combinados con conflictos de intereses de potencias mundiales desembocarían en una guerra nuclear.

 

Pero la pregunta más importante que habría que respondernos primero es ¿Quién es el dueño del agua?

Acompañanos en este episodio donde trataremos de traer al agente 00 tiradero de agua (chiste muy local de Chihuahua) de nuevo a unirse a esta lucha contra la inminente crisis por el acceso a este líquido tan valioso!

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