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La llama externa de Doña Paca
La llama externa de Doña Paca
La llama externa de Doña Paca
Libro electrónico86 páginas1 hora

La llama externa de Doña Paca

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A la periferia  madrileña  se traslada Samuel un joven  treintañero que para su suerte  encuentra  hogar enfrente de una pareja  en el ocaso  de sus vidas; Doña Paca y Don Paco un matrimonio  aparentemente  huraño,  pero nada más  lejos de  realidad  son un espectáculo; puro humor , sexualismo y mucha ternura desde el punto  de  vista del joven  vecino  que se aficiona a espiarles.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento19 dic 2020
ISBN9798201995041
La llama externa de Doña Paca

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    La llama externa de Doña Paca - mohamed bouzitoune

    Tabla de Contenido

    LA LLAMA EXTERNA DE DOÑA PACA

    Bueno, ya le estoy cogiendo gustillo a esto de hablar y hacer preguntas al mismo tiempo.

    Hoy me apetece hablar de sexo.

    ¡¡¡Ya está!!!

    Es todo lo que tenía que contar sobre mi vida sexual.

    Es broma, ¡algo hay!

    El otro día me preguntó mi vecina: —¿Cómo es acostarse en francés? Yo le contesté:

    —¡Pues es lo mismo que en España, pero se acuesta en camas de Francia!

    —... No, me refiero a cómo se dice «¿Quieres hacer el amor conmigo?», pero en francés.

    —Paca, ¿no le preguntas a tu marido eso en español y lo vas a querer hacer con un desconocido francés?

    Viendo su cara de pena por querer aprender todo lo sexual, le dije yo: —Pues se dice:  Voulez-vouz couchez avec moi ce soir

    —¡Ya está, gracias!

    Me esbozó una sonrisa, para preguntarme a continuación:

    —Vecino, ¿tú desde cuándo no has puesto a alguna mujer mirando hacia Cuenca? —La miré pensando «¡qué cachonda es la Paca!» y le solté:

    —Pues fíjate que hace tanto tiempo que no hago el amor que si encuentro alguna, la voy a poner mirando Al filo de lo imposible, porque no hay manera.

    —Pues estamos igual... ¡¡¡Aquí no hay quién moje!!! —me contestó entre muchas risas. —¡¡¡Yo, la última vez que mojé —me cuenta— fue cuando perdió el Barça por ocho!!! Y aprovechando que Paco es del Madrid, le dije: «Hoy perdió el Barça por ocho, ¡¡¡cómeme to el chocho!!!». Y claro, entre gol y gol del Bayern me regaba el jardín.

    —Ja, ja, ja, ja —le dije—, doña Paca, es usted bastante cochina, está bien para que lo sepa.

    —Oye, ¿tú qué sabes de Helena?

    —¡Pues que viene del griego!

    —Ah. Por eso no se podía sentar.

    —No, que su nombre procede de Grecia. ¡Usted siempre pensando en lo mismo, doña Paca!

    —Tú que eres muy joven, ¿qué es el Kamasutra?

    —Pues significa que te voy a follar, ¡te pongas como te pongas!

    —¡¡¡Qué guay, qué interesante!!!

    —Doña Paca, me voy, no vaya a ser que acabe jodido... Y no de la manera que más me gusta.

    —Hasta luego, otro día hablamos de sexo...

    —Bah... ¿más? —le dije.

    Son las ocho y dos minutos, amanece un nuevo día... ¡Qué maravillosa es la vida!

    ¡¡¡Y que rutinaria es a veces!!!

    Otra vez, como de costumbre, veo a doña Paca aparecer por la esquina de nuestro edificio:

    —¡¡Buenos días, hijo!!

    —¡Buenos días, doña Paca! 

    —¿Qué tal?, ¿cómo está usted hoy?

    —Pues, hijo, vengo con un disgusto...

    —¿Qué le ha pasado?

    —Pues hoy me han preguntado en la peluquería qué era el sesenta y nueve, y no supe qué decirles.

    —¡¡Ah, eso!! Pues es un Win to win, es algo beneficioso para ambos cónyuges.

    —¿No será un juego de la Play Station?

    —No. Es una postura sexual del Kamasutra, donde predomina el sexo oral, que lo practican los dos cónyuges al mismo tiempo.

    —Ah, entonces eso debe dar mucho gusto... Como cuando voy a las rebajas.

    —Más o menos —le contesto.

    —Oye, ¿por qué se llama sesenta y nueve, justamente, y no veintidós que es capicúa?

    —Pues, según la etimología india, se llama así porque los números seis y nueve, si les das la vuelta, van a parecer lo mismo.

    —Ah. Gracias, hijo. ¡Cuánto sabes y de lo poco que te ha servido!

    —Gracias, por la parte que me toca. No tiene filtro.

    —De nada, hijo.

    —¿Va a poner en práctica eso del sesenta y nueve con su marido?

    —¿Yo? ¿Con mi Paco?... No... Deja, hijo, que los únicos números que va a haber esta noche serán los que le toquen en la primitiva. Además, con Paco esa postura no es beneficiosa para ambos, eso no sería un Win to win sería un Lost to win. ¡Claramente!

    —Ja, ja, ja, ja, ja, ¡es usted una exagerada!

    —No, hijo. No lo soy. ¿Tú lo has visto en calzoncillos?

    —No. ¡Dios me libre! Soy demasiado joven para tanto trauma...

    —Y luego me dices a mí que soy una exagerada. Ahora que me acuerdo, en la peluquería dicen que el sexo está en la cabeza.

    —¡Con usted, el sexo está desde los pies hasta la cabeza!

    —¡Ah! ¡Por eso nos lavan y masajean tanto la cabeza!

    —Ah, no, se refieren a que el sexo está en la imaginación femenina.

    —¿Más imaginación que hacerlo con Paco mientras estoy pensando que me estoy tirando al Richard Gere ese?

    —¡Qué fina es usted!

    Son las 17:05 horas y por primera vez no veo a doña Paca aparecer por ningún lado ni asomarse por su balcón.

    ¡Qué raro!

    En cambio veo a su marido, don Paco, salir de su garaje.

    —¡Buenas tardes, don Paco! ¿Qué tal está usted de su rodilla?

    —Hola, joven, pues te mentiría si te digo que bien.

    —¿Qué, no ha mejorado? Pues el otro día, al médico que vive encima de nosotros, en el tercero, le escuché decir que el mejor remedio para mitigar el dolor es haciendo el amor.

    —¡Hala, otro como la Paca! Si es que Dios los crea y ellos se juntan...

    —¿Y qué hizo usted?

    —Pues fui al médico para que me recetara algo, porque, como tú sabes, para aguantar a Paca se necesita una droga extra.

    —No exagere, hombre, ¡si es un amor de mujer!

    —Bueno, entonces le pedí al médico unas vitaminas para tener apetito.

    —¿Y...?

    —¡Pues que me recetó otro antidepresivo! 

    —¿Y las tomó?

    —Me tomé dos de golpe para que me hicieran efecto. ¿Y sabes lo que me pasó?

    —No, ¿qué le pasó?

    —Pues que, en vez de tomarme las blancas para la depresión, tomé las pastillas azules.

    —No, ¡¡no puede ser lo que creo que me va a contar!!

    —¡Sí... sí, tuve una erección que ni con la séptima copa de Europa del Real Madrid del 1998! ¡No había quién bajara aquello!

    —¿Y doña Paca? 

    —Fue al campo a conocer a sus nuevos cerditos recién nacidos... Ya sabes, la cabra tira al monte...

    —¿Y cómo acabó lo de tu alegría artificial?

    —¡Pues me hice treinta y dos pajas! Con tristeza... ¡¡¡pero treinta y dos pajas!!!

    —Ja,

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