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Venganza Inconclusa I (Poliamor en Wakama)
Venganza Inconclusa I (Poliamor en Wakama)
Venganza Inconclusa I (Poliamor en Wakama)
Libro electrónico204 páginas2 horas

Venganza Inconclusa I (Poliamor en Wakama)

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En esta novela (Thriller-romántico) Edgardo Ovando nos presenta dos historias que se van entremezclando. Por una parte, nos indica, con sus pros y contras, un atisbo de relaciones poliamorosas a través de, principalmente, tres personajes: Franco, un joven hijo de un pastor protestante que está en busca de su identidad de género y sexualidad. Alexa una abogada recién titulada, fría, manipuladora, conservadora que experimenta la trascendencia de la concepción de pareja binaria por decisión de su novio y La Vale, una chica veinteañera que, relajadamente, vive su sexualidad sin límites, pero que oculta un secreto..
De los personajes mencionados anteriormente, Franco es el único que es, totalmente, inexperto y virgen en las batallas del amor y, además, muy apegado a una romántica, cinematográfica e ingenua visión del amor. Este conocerá a Alexa, a la cual idealizará, considerándola su alma gemela, hasta que se da cuenta que está siendo manipulado para concretar una venganza.
Esa es la segunda línea de la novela, el suspenso del thriller y las decisiones que deberá enfrentar Franco, insertado, en este caso, en un limitado espectro de formas de comprender la afectividad.
¿Cumplirá con el deseo de la mujer que ama o tendrá un arrebato de lucidez?
El escenario donde se desarrollan, la mayoría, de las situaciones ocurren en, los alrededores de una eco aldea, al sur de Lima, Perú, llamada Wakama , donde Alexa tiene una propiedad de verano ubicada en los acantilados.
En este lugar, muy poco conocido, la mayoría de los y las habitantes de un sector de las cabañas son mujeres con procesos evolutivos en las áreas de la sanación y crecimiento espiritual, a quienes, los lugareños, llaman coloquialmente las “Holísticas”. Todas muy delgadas, altas, y de fenotipo anglosajón, excepto la morena colombiana Shakti , la cual jugará un rol, predominante, en este juego de intrigas, poliamor, suspenso y venganza.
Edgardo Ovando nos presenta un nuevo puzzle amoroso, repleto de giros, callejones sin salida y egos enfrentados. Con un final, absolutamente, inesperado manteniendo al lector absorto en la narración hasta la última frase.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento31 mar 2022
ISBN9781005828646
Venganza Inconclusa I (Poliamor en Wakama)
Autor

Edgardo Ovando

Edgardo Ovando es un escritor, compositor, mezclador, remezclador y productor musical. Se licenció en Literatura y a publicado más de cuarenta y cinco libros, ya sea: Novelas, relatos cortos, nouvelles, cuentos o textos de poesías como también 20 (EPs y LPs, distribuidos, tanto en trabajos individuales y como miembro de los grupos: Killantú y Mitote) producciones musicales las cuales suman en total 150 canciones.Como consecuencia de su trabajo literario a recibido el reconocimiento, mediante tres importantes premios otorgados en su país de origen.

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    Venganza Inconclusa I (Poliamor en Wakama) - Edgardo Ovando

    Venganza Inconclusa

    Venganza Inconclusa

    Poliamor en Wakama

    Edgardo Ovando

    Akashic Media Record

    Copyright © 2022 by Edgardo Ovando

    All rights reserved.

    © Venganza Inconclusa / Poliamor en Wakama

    Ésta es una obra de ficción para adultos (Todos personajes sobre 18 años) cualquier semejanza a hechos y personas reales, fallecidas o vivas, es absolutamente casual. Aunque en la obra se cita instituciones políticas, lugares geográficos, organizaciones religiosas y otras entidades públicas, las situaciones creadas en torno a ellas son, igualmente, ficticias y no deben interpretarse como representativas de las ideas o las acciones de dichas entidades.

    Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada en otro sistema o  transmitida de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, fotocopia, grabación o cualquier otro. (A excepción de breves pasajes para propósitos de revisión) sin la previa autorización del autor.

    Este e-book fue, primeramente publicado digitalmente, en 1999, bajo el nombre de Paranoia Blues, acompañado de un soundtrack homónimo con cuatro canciones.  

    Esta novela contiene escenas sexualmente explícitas y lenguaje para adultos, alusiones a drogas y poliamor que puede ser considerado ofensivos para algunos lectores.

    Venganza Inconclusa/ Edgardo Ovando.   

    La venganza conlleva dos tumbas: Una destinada para el enemigo que recibe la bala y la otra para quien la dispara.

    Mientras estás meditando la venganza, el diablo está meditando un recluta.

    (François de Malherbe)

    Índice

    Venganza Inconclusa

    PRIMERA PARTE

    Apariciones

    Paranoia Blues (Presente)

    Alexa Ferragni

    Estado de Gracia

    La llave: Tramadol y bebidas energéticas

    Colegio: Ocho años antes.

    Alexa & Randall

    Colegio. Ocho años antes.

    La muerte del primo

    Alexa Ferragni & El Chola Otaku

    En la Estación de Policía

    SEGUNDA PARTE

    La llegada (Uno)

    Doña Paula. Wakama.

    La llegada (Dos)

    Momentos previos

    Primeras Reflexiones

    Segundas Reflexiones

    Las Holísticas

    Shakti en Wakama

    Franco & La Vale (Uno)

    Wakama. Awakening from the earth

    Franco & La Vale (Dos)

    La Tranca. Labios a la Intemperie.

    Terapias Holisticas

    Consulta con Shakti, ahora en Lima

    La Vale & Randy

    La consolación de Alexa

    El plan.

    Tercera Parte

    Amante esporádico

    Semanas después. Viernes 19.00 horas. Wakama

    Nuevamente Shakti

    Casco Antiguo de Lima

    ¿La nueva novia?

    Wakama. Horas después. Sábado. 13.00 horas

    La señora Paula

    EL Capullo de albarraz.

    Alexa & Franco

    La culpa.Al día siguiente.

    El Chola Otaku en la mira

    Francotirador en Lima

    Post disparo

    Cuatro días después. En Wakama.

    Fin de la trampa

    Horas después.

    Amor, amistad, sexo y compromiso.

    Inolvidable placer

    El Capullo de Albarraz

    Franco y La Vale

    Franco & La Vale (Final)

    Domingo. 6.00 A.M. Wakama

    Alexa y Shakti

    Horas más tarde. En casa de Alexa.

    F I N

    Edgardo Ovando

    Obras Literarias de

    Venganza Inconclusa / Poliamor en Wakama (Volúmen 1)

    Venganza Inconclusa / Poliamor en Wakama (Volumen 2)

    Venganza Inconclusa

    Poliamor en wakama

    PRIMERA PARTE

    Presente / pasado

    Apariciones

    Paranoia Blues (Presente)

    La verdad  es  que Alexa, desde que tenía  uso de razón,  siempre, en su íntima esencia, había  esperado Algo Especial que fuera hermoso y diferente  en su vida. Podría  haberlo   llamado de otra forma, utilizar algún nombre técnico o clínico, pero ella lo llamaba, simplemente, así: Algo Especial.

    Bueno, llámese como se llame, lo importante es que  ese Algo especial, para ella, debía  ser: Absolutamente sincero, sensible, amoroso, dulce y amargo a la vez, tal como la vida misma.  El único, gran obstáculo, para alcanzarlo: Era su inmenso temor a confiar en los otros y principalmente, en sí misma.  

    Sentía un profundo miedo  a dar a conocer quién era ella misma en su esencia. Le costaba hablar, comunicarse, francamente, por temor a ser mal interpretada: Por lo mismo, se temía a sí misma, por las consecuencias que podría acarrear, si en un acto cualquiera tuviera demasiado confianza y diera a conocer parte de la esencia de su alma.  

    Alexa, desde pequeña,  siempre fue una buena chica, experta en inventar caminos diferentes a los establecidos, apostar por lo oculto y misterioso.

     A  veces, según su propia opinión, era  tan buena persona que   llegaba a ser ingenua al caminar los senderos de lo  desconocido e inaudito. Por lo tanto, en su pacífico reto al dolor que le provocaba la realidad, creó en sus sueños que su Algo Especial, debía cumplir con  tres  grandes requisitos:

     El primero o letra A: Era, como les dije  que la hiciera  feliz, ojalá inmensamente feliz y no hablo de una felicidad hueca: esa de  histéricos gritos, euforias de, pasajeras, risas, descontroladas pasiones sentimentales o salvaje sexo en estado animal,  sino más bien una manera de comportarse en paz consigo misma y, absolutamente balanceada consigo y  con los demás. Eso implicaba, en la medida de lo posible,  responsabilizarse por cada una, de sus acciones en la vida. Ser ella, por sí misma, aunque fuera  como fuera: un poco loca e inestable emocionalmente. 

    Sin lugar a dudas, necesitaba  encontrar  su destino y ser ella  quien decidiera, la dirección, de cada uno de sus pasos, sin que nadie, absolutamente nadie, influyera o se inmiscuyera en las  decisiones de sus actos. Ese era su objetivo y lo habría alcanzado fácilmente: Era la chica más estilosa de la secundaria, guapa, deportista, de buena familia y adinerada.

    Entonces, a simple vista, todo sería perfecto, si es que no fuera porque  el miedo irreversiblemente, a causa de dos situaciones concretas en su vida, la carcomían, silenciosamente, por dentro. 

    El primero, fue que su madre fue declarada culpable y enviada a prisión por un caso de corrupción en el ayuntamiento de Cuzco. Luego cuando se levantó su prisión preventiva, para iniciar el juicio propiamente tal, escapó con un pasaporte falso, por un paso en Ecuador y se fugó hacía Malta, lugar en donde, supuestamente, reside actualmente.

    Y, el otro acontecimiento que la marcó, cuatro años después, fue la pérdida de  quien se había transformado en su mejor amigo: su primo Ronald. Sin lugar dudas, fue un golpe bajo o una estocada a traición en sus intenciones de alcanzar esos pequeños momentos que la hacían sentir  feliz.   

    Ahora, era frecuente, que  pasara, largas noches sin dormir, sabiendo que no podría llamar a Ronald para compartir pastillas o drogas. Se había ido para siempre, dejándola, sin ganas de nada, encerrada, para siempre,  entre las cuatro paredes de su incertidumbre.  

    Pero volvamos a sus requisitos del Estado especial: El segundo o letra B, era permitirse estar triste, profundamente abatida, decaída. Aceptar, sin protestar, cada uno de  sus momentos de solitaria introspectiva, emborracharse o drogarse si fuera necesario y permanecer, todo el tiempo que deseara, sumida  en la melancolía.  Intentando mitigar el dolor para sobrevivir a la  pena, calmada, relajada y quietamente;  llorando, si fuese necesario, sin cuestionar  que extrañaba a su madre o su primo que necesitaba  a alguien con quien comentar su miedo o  decirle que estaba muy bajoneada o que la vida carecía de sentido. 

    Y el tercer modo de su Algo Especial era, un estado muy específico, una manera de sentir que ella llamaba el camino del medio, letra C o Paranoia Blues y consistía en no aceptar ninguno de los dos anteriores modos de ver el mundo. Ni el A ni el B. Si no que vivir, plenamente, en  la desesperación y descontrol, por  la imposibilidad de no poder estar, establemente, en ninguno de los otros dos estados de ánimo. Vivir, alegre y pacíficamente, en el caos como los grandes artistas atormentados. Sentirse viva en la demencia de sus acciones.

    Para ella, la idea de, la Paranoia Blues era sentirse profundamente triste por estar feliz o alegrarse, infinitamente, por sus estados de tristeza. Allí había un reto que nunca fue  justamente valorado: Amar lo doloroso de la imperfección, pues conlleva, intrínsecamente, un estado de gracia. Un estado especial

    Para eso, necesitaba aceptarse, primeramente a ella misma y a todos los seres humanos, pero con  el compromiso, ineludible, de transformar todo lo que odiamos de nosotros mismos por una sonrisa que llenara el alma de quienes la veían y se extendiera tanto dentro como  fuera de nosotros.

     Aparentemente, esa actitud, podría considerarse una contradicción, pero Alexa , pensaba que ese temerario estado de ánimo  era similar  a lanzar un boomerang tan fuerte como fuera  necesario y, antes que regresara de su vuelo, darle la espalda, sin preocuparse del retorno  porque a veces el viento o por otras  múltiples situaciones,  puede incidir  que no volviera  a tus manos o, por otro lado, podría  romperle  la nuca. 

    Por ese modo de actuar, era considerada, extremadamente, audaz entre sus pares a la hora de tomar decisiones, por ejemplo: Por sus compañeras del equipo de volleyball, en dónde a causa de sus temerarias decisiones, llegaron a ser las mejores del campeonato, ganándose el respeto y admiración de sus pares.

    Alexa Ferragni

    Estado de Gracia

    Alexa, a raíz de sus cuestionamientos, en un momento dado, se preguntó si: ¿Quizá eso de esperar Algo especial que nos  hiciera felices linealmente y permanentemente  en el tiempo, sería exclusivamente, intrínseco a Todos los seres humanos?  

    Pero el mismísimo tiempo,  se encargó de demostrarle lo contrario. Concluyó  que no podría afirmar ni confirmar a ciencia cierta, si: Todos los seres humanos estábamos conscientes de esperar ese  mismo Algo especial que buscaba. Sea lo que fuere, aceptó que la humanidad buscara la felicidad, cada uno y cada cual en su propia manera  aquello que, a cada uno, los hiciera  sentir bien o felices. Ella por su parte ya tenía su forma de hacerlo.

    Para muchos, ser una buena persona y estar consciente del prójimo le entregaría como premio el cielo, la redención eterna. Para otros seres humanos, convertirse en  esa persona que siempre  soñaron; algunos, creerán que  crecer espiritualmente es el camino, alcanzar el nirvana, el yoga, casarse con la persona amada  o también podría ser algo material o simplemente, ninguna de las anteriores. Obtener algún puesto de trabajo, dinero, salud...etc. Las respuestas a la búsqueda de ese Algo especial pueden  parecer infinitas y se darían en exacta relación de  cuántos seres vivos existan. Lo que sí, para ella, era una verdad absoluta y transversal, es que, de  todos los seres humanos,  de cada uno y cada cual, dependía hacer un mejor o peor mundo en donde habitar, ya sea se estuviera plenamente consciente de esa verdad o no.

    Sea cual fuera, entonces, su manera de pensar, inevitablemente, tarde o temprano, cada uno,  beberá de su propia medicina y conseguirá que su realidad y la de los demás,  esté próxima al infierno o cercana al  paraíso.

    Según creía Alexa, cuando estaba en su modo B, (el de suma tristeza) lo más simple que pensaba era que, la raíz de los males eran las injusticias.  Sean éstas  de todo tipo, sociales, políticas, económicas, raciales...etc

     Ella misma  había estado en muchas ocasiones a punto de lograr pequeños, egoístas y mezquinos objetivos: Llegar a ser la mujer adulta  que  siempre deseó: Famosa, profesional, abogada, millonaria  y por fin, alcanzar ese pleno  éxito en la vida que nos ha vendido el sistema capitalista, pero, desafortunadamente, hasta el momento en que escribo este texto, siempre  había  quedado a medio camino.

    Afortunadamente, para ella, esas derrotas que, en un comienzo, ciertamente, la deprimieron profundamente, hasta rasgarle, como sables hirientes,  el alma con cada  una de  sus lágrimas derramadas hoy en día son una motivación para no rendirse.

     Más aún, hoy en día, la impotencia de alcanzar la madurez, en lugar de hacerla sentir derrotada, por el peso del fracaso, afligirla   o hacerla sentir culpable, como el mundo en general, se encargaba, con sus negativas e hirientes  voces de alentarla a continuar. A no detenerse, en sus convicciones. En llegar hasta las últimas consecuencias con tal de lograr su objetivo trazado.

    Alexa, además de criticar, con toda su ciega vehemencia  y enjuiciar a  los y las perdedor@s y tratarlos como fracasados;  en el caso de ella, esos resultados adversos, le habían enseñado y  animado, en ocasiones, a duras penas, a levantarse y sentirse, más que medianamente, orgullosa por cada uno de sus fracasados intentos. Aprendió, con cada una de sus acciones, a mejorar a valorar la vida como un desafío para ser precisa y rigurosa en sus planes. Aprendió a rebelarse y a revelar en favor de ella los misterios ocultos. Entender lo que la vida es: Con sus diferencias e indiferencias, injusticias, dolores sobretodo siendo mujer en una sociedad machista y clasista, pero disfrutando también las  alegrías que podía experimentar, pero sobre todo, riendo hasta llorar y  si lo sentía, también llorando por sus tristezas, llorando todo el tiempo que deseara, ya sea con  razón o sin ningún motivo aparente para alcanzar ese estado de gracia que sólo alcanzaba con el uso de drogas.

     Buscaba ser reconocida ante todos y, en todos los campos, era un alimento que su débil  ego, de adolescente y de mujer adulta requería insaciablemente. No le bastaba ser la capitana del equipo y llenarse de logros y medallas, quería ser la primera en cuanto a las calificaciones, pero por más que lo buscó, eso nunca ocurrió. Siempre hubo, como  es costumbre,  dos o tres cerebritos que obtenían mejores calificaciones y, obviamente, sus, egocéntrica, ilusiones se desmoronaban en pedazos. 

    En ese momento, ocurría el tormentoso derrumbe de su autoestima y personalidad y cualquiera que le hubiera  regalado una gota de bondad o, un trazo de fingido amor, en esos momentos de inmensa vulnerabilidad emocional, la hubiera, embaucado, capturado y manipulado a su antojo  para conseguir sus fines. 

    Sin embargo, para Alexa, en algunos momentos, también existían instancias, extremadamente especiales y era tan  espectaculares, o más placenteros que ninguna droga le pudiese provocar. Eso ocurría, cuando del llanto, de la inmensa tristeza, producto de su alma desmoronada, del cual comentábamos anteriormente: pasaba a la risa, y de su profunda pena, podía generar una:   Maravillosa, y poderosa  felicidad. Pocas veces lo había experimentado, eran contadas, no más de cinco y a eso, lo llamaba las transiciones del camino del medio o la Paranoia Blues.

    Alexa, indagando en esos estados, según lo que había advertido con el transcurrir del tiempo,   se producía cuando se conjugaban  dos situaciones: Primeramente, cuando, sin

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