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K-Pop en Manhattan
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Libro electrónico82 páginas58 minutos

K-Pop en Manhattan

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Sue Ying lleva años soñando con revalidar el éxito obtenido, en su Corea natal, con un grupo de K Pop infantil. Después de conseguir una beca para estudiar, lleva cinco años en Estados Unidos, donde se ha insertado a duras penas, en una disquera cazatalentos y, en donde, un productor apuesta por su proyecto de K-Pop femenino.
Todos los sueños y esperanzas, en un momento, se desvanecen en esta imposible historia de amor en NYC mezclada con el turbio negocio de trata de migrantes desde un paso fronterizo con México
¿Existirá alguna pequeña luz de esperanza para alcanzar la felicidad de lograr los sueños en la ciudad que nunca duerme?.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento7 oct 2021
ISBN9781005553937
K-Pop en Manhattan
Autor

Edgardo Ovando

Edgardo Ovando es un escritor, compositor, mezclador, remezclador y productor musical. Se licenció en Literatura y a publicado más de cuarenta y cinco libros, ya sea: Novelas, relatos cortos, nouvelles, cuentos o textos de poesías como también 20 (EPs y LPs, distribuidos, tanto en trabajos individuales y como miembro de los grupos: Killantú y Mitote) producciones musicales las cuales suman en total 150 canciones.Como consecuencia de su trabajo literario a recibido el reconocimiento, mediante tres importantes premios otorgados en su país de origen.

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    K-Pop en Manhattan - Edgardo Ovando

    1

    Esperar hasta Mañana

    Manhattan al atardecer

    Era un evento de monumentales características, realizado en el Madison Square Garden. Se entregaban, por las mejores producciones Pop del año, los premios All Around, a los exponentes musicales de los cinco continentes.

    Todas las cadenas de televisión y periódicos de medios relacionados, con el arte, cubrían, en transmisión directa, los detalles de la premiación.

    Por su parte, los periodistas tomaban las precauciones necesarias para abrigarse en una noche que sería larga y un tanto fría.

    Eduardo, con un grupo de músicos latinos, observa, a un costado de las escaleras el desfile de estrellas por la alfombra roja.

    En esa instante, llega Sue Yin, la, reciente, estrella, emergente, del K Pop en Norteamérica. Frágil, menuda, delicadamente etérea. Los comentarios surgen inmediatamente, por las conexiones instantáneas de las redes sociales: Dicen que cuando terminó de maquillarse se puso a llorar de emoción. Me parece una exageración, dijo una de la chicas latinas, de anchas caderas y disminuida cintura, quizá, un tanto envidiosa.

    Es hermoso el trabajo y lo bien manejado de su look, añadió otra invitado latino a la premiación.

    Eduardo, actuó de una forma distinta, avanzó hacia ella, con toda la personalidad de cruzar la alfombra roja y salir a su encuentro ante la mirada de todo el mundo.

    Al caminar, la alfombra se le hizo gigante. Podría, perfectamente, ser rechazado y transformarse en el hazmerreír, por los siglos de los siglos, en la historia de los Premios All Around. No tenía un plan B.

    Sue Ying miraba, disimuladamente, hacia los lados. No se sorprendía tampoco se asustaba, venía con las manos vacías, pero sí intentaba entender quién era y por qué se acercaba ese chico.

    Sin importarle nada, él se acercó a elogiar su maquillaje y su look en general: "No es por adulación, pero su look parece la de un ser celestial. Es mi sentimiento natural"

    — ¡Gracias! —respondió, escuetamente, la delgada y etérea surcoreana— ¿Me acompañas? Necesito alguien que me dé sombra para resaltar los medios tonos del maquillaje en las fotografías.

    Los ojos del chico latino, se llenaron de esperanza en la vida y sobre todo en el amor. Esas escuetas palabras, lo despertaron de un adormecimiento que ni siquiera sabía cuándo comenzó. No pudo negarse ante semejante privilegio.

    A su lado, también estaba Ben Arnold, su fotógrafo particular desde hace años. Éste, le indicaba que la abrazara o alejara según se dejara caer la luz de los reflectores en los diferentes sectores del recinto.

    Eduardo, así lo hizo y en uno de esos momentos, la abrazó y sintió la eterna quietud y calma del infinito concentrado en ese instante. Su natural tibieza y relajo se impregnó como el aire de verano en la cordillera. El instante fue eterno. No pensó en nada más que en ese preciso momento mientras se perdía en el aroma de su cabello.

    Se me acabó la memoria de la cámara, dijo sonriendo Ben el fotógrafo, después de cientos, si no miles de shots rompiendo el mágico momento.

    Gracias Ben, siempre será una bendición contar con la magia de tus imágenes. Gracias por venir, especialmente, de Córcega, dijo la muchacha, sin darle demasiada importancia a la presencia de Eduardo.

    — El agradecido soy yo Sue. Ya me resigné a que en esta vida, lo nuestro no pudo ser. Mi esposa te envía saludos y dijo que, cuando puedas, le envíes tu Disco autografiado.

    Sin querer interrumpir la conversación, Eduardo sacó su teléfono móvil y le pidió a Ben, les tomara una foto para eternizar ese momento. Uno de los más importantes en su vida y nada menos con, una de las nominadas, de ascenso meteórico del K- Pop en USA. Ben, amablemente y en silencio, como siempre, buscó el mejor ángulo y luminosidad para fotografiarlos y le dio click. Le devolvió el teléfono y se retiró. Sin antes murmurar: En todas salen igual.

    Eduardo, uno de los nominados a representante de la música urbana latina, una vez que se marchó el fotógrafo quedó a solas con ella y, a modo de despedida, la besó en su mejilla izquierda y cuando se dirigía con su labios a su mejilla derecha, sintió que Sue acercaba sus labios para encontrarse con los de él.

    Se detuvo y seguro de estar entendiendo el mensaje correcto, fue en busca de sus labios. Ella se retiró y le dijo: Todavía no, hay que esperar hasta mañana

    — ¿Qué pasa mañana?— preguntó intrigado Eduardo.

    Sue Ying, sin hacer ningún tipo de comentarios, desapareció rápidamente.

    Él la buscó, desesperadamente, por los múltiples espacios y salones habilitados infructuosamente. Estaban, todos, prácticamente, vacíos por lo que dedujo que se encontraría en otro sitio, en donde, con seguridad se estaría llevando a cabo el acto masivo. El show de premiación en vivo.

    2

    Un año antes de la Premiación

    ¿El comienzo del Sueño o la Pesadilla?

    Sue Ying  llevaba más de cinco años en  Nueva York,

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