Fantasma en Luna Nueva (Volumen 01) Del más allá, al menos cá.

Por Edgardo Ovando

“Felipe después de su fallecimiento, en el accidente ferroviario ocurrido a causa del colapso de la estructura que sostenía las vías del metro en México, el lunes 3 de mayo de 2021. No está dispuesto a dejar abandonadas a su esposa e hijas, sino que se esfuerza por seguir siendo parte de su familia, ayudándolas, desde sus nuevo espacio dimensional.
Por tal motivo, le entrega información confidencial, para mejorar, su alicaída situación económica en la cual se encuentran e intenta que su espíritu siga ligado con Milena (la madre de sus hijas) sobretodo para protegerlas y ayudarlas desde: “El más allá, hacia el menos cá”.
Sin embargo, el desenlace de su fantasmal irrupción en un plano que no le pertenece, será escalofriante.”

• Idioma: Español
• Editorial: Edgardo Ovando
• Fecha de lanzamiento: 19 jun 2022
• ISBN: 9781005544157

Edgardo Ovando

Edgardo Ovando es un escritor, compositor, mezclador, remezclador y productor musical. Se licenció en Literatura y a publicado más de cuarenta y cinco libros, ya sea: Novelas, relatos cortos, nouvelles, cuentos o textos de poesías como también 20 (EPs y LPs, distribuidos, tanto en trabajos individuales y como miembro de los grupos: Killantú y Mitote) producciones musicales las cuales suman en total 150 canciones.Como consecuencia de su trabajo literario a recibido el reconocimiento, mediante tres importantes premios otorgados en su país de origen.

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Capítulo 1

Milena

Ciudad de México.

La verdad es que Milena y sus hijas, nunca habían asistido a los cumpleaños de las compañeras de curso, por la sencilla razón de que vivían, extremadamente lejos; para ser exactos, en el exclusivo sector de Tlalpuente, al sur de la Ciudad de México.

Allí, sólo podían darse el lujo de vivir, aquellos que tenían mucho, pero extremadamente mucho, dinero y obviamente, vehículos 4 x 4 para acceder a las empinadas propiedades construidas en las alturas de la montaña.

Sin embargo, ahora era distinto, Milena había bajado hasta el casco antiguo de la capital y a pesar de que no habían invitado a su hija menor al cumpleaños, (pues nunca asistía); en esta oportunidad, participó por primera vez, como si fuera una apoderada más del grupo, actividad que por años, anteriormente, había eludido.

En la mesa del comedor la madre de la cumpleañera descargó toda su creatividad logística, para que cupieran todas las invitadas y, en este caso, las no formalmente invitadas también.

A Milena, le habían encargado llevar unas bebidas, las cuales no le generó dificultad llegar con ellas. Se sentía parte del grupo. Integrada y no clasificada como la pobrecita viuda del accidente de la línea 12 del Metro.

Las compañeritas invitadas apenas llegaron, se ubicaron alrededor de la zona de: Papas fritas, Cheetos, galletas y otros similares de harina con y sin gluten.

En todo caso, la actitud gentil y distendida hacia Milena, no fue algo que surgiera de manera improvisada, si no que todo lo contrario: Fue profundamente, estudiada, por el resto de los apoderados una vez que confirmó, repentinamente, la asistencia con sus dos hijas.

De antemano madres y padres del curso se pusieron de acuerdo en cómo se comportarían con ella. Acordaron que para comenzar, no le harían preguntas de: ¿Qué se siente estar viuda o si Felipe, su marido fallecido, efectivamente, era un estafador de seguros? o ¿En qué iba la demanda por el desplome del viaducto del distrito de Tláhuac, por donde circulaba el tren descarrilado? Sólo una condolencia sencilla, para que no pareciese sospechoso, el cual lo entregaría la dueña de casa a nombre de todas las demás madres y padres y, absolutamente, nada más.

Una vez comenzada la actividad, Milena fue encantadora y resplandeció como siempre en la fiesta de cumpleaños. Poseía un aura con una energía seductora y un extenso bagaje, con un sinfín de anécdotas de viajes al extranjero. Estos hechos, la transformaron rápidamente, en el centro de atención. Pero, no sólo por eso, también ayudó a limpiar mesas y vasos. Sirvió bebidas y golosinas a las otras niñas y hasta lavó, secó y guardó algunos platos.

Después de guardar la losa en los muebles de cocina, cuando volvió al grupo de adultos, se integró a una conversación acerca de un programa de televisión, de horario prime, en donde una psíquica se contactaba con los muertos.

Un apoderado se apresuró a criticar