Una Historia De Resiliencia Y Éxito

Por Isidro Hernández Pompa

Una historia de resiliencia, un sueño de amor, propósitos y metas a corto, mediano y largo plazo, un gran anhelo de superación, un constante esfuerzo académico y autodidáctico, me llevaron por un camino desconocido, y con un rumbo fijo: ¡alcanzar la realidad de mis sueños, el éxito profesional e independencia económica familiar!
Desde mis orígenes fui un niño, un adolescente, un joven y un adulto soñador y visionario. Mis sueños, mis propósitos y mis metas, siempre consistieron en combatir la ignorancia, la pobreza, la discriminación, la arrogancia y la injusticia social; no sólo en contra de mí persona y mi familia, sino también de toda la sociedad. Para todo esto, tuve que trabajar y luchar cincuenta años en forma constante e incansable contra muchos intereses opuestos, falsedades, envidias, codicias y horribles maldades de qué es capaz el ser humano; y por consecuencia en ocasiones estuvo en riesgo mi integridad física.
Después de haber superado con éxito, todos los obstáculos qué se presentaron en mi camino, el final significa para mí una felicidad plena: un esposo, padre, abuelo y bisabuelo ¡realizado, alegre y feliz!

• Idioma: Español
• Editorial: Palibrio
• Fecha de lanzamiento: 1 dic 2021
• ISBN: 9781506539294

Isidro Hernández Pompa

Isidro Hernández Pompa, también es autor de los libros: Minas de la Baja Tarahumara, Gambusinos y Mineros Mexicanos.

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Copyright © 2021 por Isidro Hernández Pompa.

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Fecha de revisión: 01/12/2021

Palibrio

1663 Liberty Drive, Suite 200

Bloomington, IN 47403

837503

ÍNDICE

I.PRESENTACIÓN

II.MIS PADRES UNA PAREJA MARAVILLOSA

III.SABIDURÍA NATURAL DE MI PADRE

IV.TOMÉ LA DECISIÓN DE SER UN HOMBRE FELIZ

V.UNA GRAN Y ACERTADA DECISIÓN

VI.TÉMORIS

VII.RANCHO LOS LIMONES

VIII.MI PROYECTO EDUCATIVO

IX.MI PRIMER AMOR

X.MI HERMOSA FAMILIA

XI.MIS HERMANOS Y SUS FAMILIAS

XII.MI VIDA PROFESIONAL

XIII.QUE ES SER UN MINERO

XIV.FORMACIÓN Y AMISTAD

XV.ENTREVISTA PARA LA TELEVISIÓN

XVI.A MIS QUERIDOS HIJOS

XVII.A MIS QUERIDOS Y AMADOS NIETOS

XVIII.TESTIMONIOS

XIX.CONCLUSIÓN

XX.TERCERA Y MEJOR EDAD

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Dedicatoria

A mis bellas y hermosas nietas y a mis elegantes

nietos, que son mi motivo, inspiración y

fortaleza para escribir esta historia.

Noyra Lizeth

Luis Donaldo

Verónica Zareth

Brenda Paola

Ilse

Juan Ramón

Danna Zoé

Daniel

Alexia

Alejandra

Fernanda

Aimeé Deneth

Isidro Amed

Brianda

Irlanda

Meredith Esmeralda y,

Sofía Nicole, mi primera y bellísima bisnieta.

I

PRESENTACIÓN

Lo primero que un escritor debe escribir son sus memorias, cuándo todavía se acuerda de todo. En una ocasión un sabio dijo: Cuándo puedas contar tu historia sin derramar lágrimas, sabrás qué por dentro ya tus heridas han cicatrizado. Sí acaso tuvieras el valor para darte la oportunidad de conocer el maravilloso diamante que hay en ti, simplemente recuerda que el origen de la belleza es el amor, y que la fuente más pura del amor está en Dios. Por tanto, sí Dios está en el corazón del hombre, desde antes de que el hombre fuera tal, sólo mira con humildad y honestidad hacía el fondo de tu corazón y descubrirás esa valiosa joya que eres tú.

Resiliencia, es la capacidad de hacer frente a las adversidades de la vida, transformar el dolor en fuerza motora para superarse y salir fortalecido de ellas. Una persona resiliente comprende qué es el arquitecto de su propia alegría y de su propio destino.

El peor daño que se le hace a una persona es darle todo. Quien quiera anular a otro sólo tiene que evitarle el esfuerzo, impedirle que trabaje y que produzca, que proponga, que se enfrente a los problemas o posibilidades de cada día, que tenga que resolver. Regálale todo: alimentación, diversión y todo lo que pida. Así le evita usar las potencialidades naturales que tiene, que sacar recursos que desconocía y desplegar su creatividad. Quien vive de lo regalado se anula como persona y se vuelve perezosa. Aquellos sistemas que por amor o demagogia le regalan todo a la gente, la vuelven la más pobre entre las pobres. Esta es una de las caras de la miseria humana: carecer de iniciativa, desaprovechar los talentos, potencialidades y capacidades con que están dotados casi todos los seres humanos.

La naturaleza en el desarrollo de sus obras es lenta pero continua, no importa el tiempo que utilice en su realización, ya que ella dispone del necesario. Por todo el planeta se pueden apreciar las que esta mano nos ofrece, nos parecen enormes para nosotros, pero para ella son mínimas. Constantemente está evolucionando. Cambia los mares a otros vasos y los convierte en desiertos y los vuelve a llenar, levanta cordilleras y las acaba, esculpe la roca y labra grandes cañones, suelda las rocas entre sí, cambia la topografía del suelo, en todo lo hace utilizando el factor tiempo.

La América del norte encierra entre otras, dos portentosas obras; las profundas barrancas de Chihuahua y el Gran Cañón del Colorado en los Estados Unidos de América. Iguales de admirables pero muy distintas en su formación: con relación a la primera, o sea las barrancas, según los científicos se debió tal vez a un arrugamiento originado por la contracción del globo en su enfriamiento o movimientos orogénicos en épocas remotas, pues los enormes periodos geológicos nos hacen dudar de la realidad de su origen; existen muchas teorías que prevalecen por algún tiempo y se dan por aceptables, mientras vienen otras nuevas que echan por tierra a las anteriores y así sucesivamente, resultado que por fin no conocemos con seguridad la verdadera causa de estos fenómenos naturales.

En el principio, basado en las teorías del famoso físico ingles Isaac Newton, considerado como uno de los padres de la física. Que además de la física había estudiado y practicado la alquimia de manera exhaustiva; en busca de la fórmula de la piedra filosofal. La piedra filosofal, es una de la que se dice qué es capaz de convertir metales bases en metales preciosos; y hoy está considerada como una pseudociencia. En la actualidad, parte de esto se aplica en los procesos metalúrgicos para la separación de los metales preciosos.

De los 83 pueblos mágicos que tiene México, 76 son pueblos mineros, qué surgieron de la minería. En un antiguo e histórico pueblo minero mágico, enclavado en la profundidad de una de las barrancas más abruptas de la Sierra Tarahumara del Estado de Chihuahua, conocida como cinturón aurífero de la Sierra Madre Occidental de México. Nací el 15 de mayo de 1943, siendo mis queridos y amados padres: María Rosario Pompa Cervantes y Tomás Hernández Lizárraga, mi madre originaria de Urique y mi Padre originario de Batopilas; ambos pueblos enclavados en las profundidades de las barrancas de sus nombres y descendientes de familias de mineros. Coincidentemente, ellos se conocieron en la mina Lluvia de Oro, se casaron en la Iglesia de Tubares el día 2 de abril de 1938; estableciendo su domicilio en la histórica población de Batopilas. Personas humildes y trabajadores honestos de la minería tradicional que habían heredado de sus antepasados, también mineros de diferentes épocas mineras bonancibles y decadencias experimentadas durante la historia de la minería mexicana, en esta región del Estado de Chihuahua.

Yo nací sin fortuna y sin nada, en una casa humilde, desafiando al destino con la ayuda de mis padres. Al más infeliz he ayudado, pero de pronto me vi entre gente de mucho dinero, entre pobres me siento dichoso, con pobres y ricos me quito el sombrero, ellos saben que soy cabal y sincero, y así he labrado mi propio destino.

Como todos los niños, que nacían y vivían en aquella época y en aquella apartada región del Estado de Chihuahua, anduve descalzo por veredas, caminos y calles, cruzando corrientes de agua de todo tipo, pero mi gran pasión, darme un chapuzón en arroyos cercanos a mí domicilio. Los niños de Batopilas no sabían discriminar por raza o riqueza, teníamos los mismos juegos. Correr descalzos y vencer arroyos y ríos crecidos. Algunos niños nos salieron alas y dejamos nuestro nido. El tiempo transcurrió y regados por el mundo, ya crecidos, tenemos coincidencias en nuestros recuerdos que evocan nuestros sentidos. Los árboles frutales y de ornato adornando las viviendas. Las misas con el padre Perfecto Arellano. Las mujeres en las tardes contando cuentos y leyendas, mientras los niños, ya de noche siguiendo el vuelo de las luciérnagas y murciélagos.

Con la llegada de los europeos a estas tierras de América y norte de México en 1632, llegaron también las bestias que utilizaron para el transporte de personas y carga sobre su lomo, o bien jalando carretas en las planicies que hacían camino al rodar. En esta accidentada región serrana de Chihuahua se fueron abriendo vías para el tráfico de animales denominadas Caminos de Herradura, precisamente porque esta pieza de hierro, así llamada, se aplicaba a sus pezuñas para evitar el desgaste. Estos caminos eran reducidos, riesgosos y peligrosos.

Los caminos que conectaban a las misiones religiosas, en esta región eran de la orden de los Jesuitas, formaban una red que enlazaba territorios muy amplios, siempre en apoyo a la acción colonizadora. Dos eran las rutas principales de las misiones de Chihuahua. Una referida a El Camino Real, que unía el centro del virreinato con su extremo hacia el norte en Nuevo México; y la segunda, que unía a las misiones jesuitas de Sonora con las del centro y sur de la Nueva Vizcaya.

Así se viajó por muchísimos años y al que esto escribe en su época de niño le tocó recorrerlos desde mi pueblo Batopilas, hasta Choix, Sinaloa, el mercado más próximo, llevando productos regionales y trayendo otros para el hogar. Estos viajes se hacían con muchas penalidades, aunque nos impulsaba mucho la necesidad y la fuerza de costumbre.

Por este medio salieron también, los metales preciosos (oro y plata) extraídos de diversos centros mineros, viajes que las empresas mineras hacían periódicamente y recibió este movimiento el nombre de Conducta, consistente en la remisión a cargo de una persona qué debía acreditarse de reconocida honradez y ampliamente conocedora de esta actividad, le seguían los arrieros que manejaban el trabajo, eran aptos y llevan para su protección de sus ropas el ajuar compuesto de pechera y rodillera de baqueta, llevando siempre en sus manos el tapujo de baqueta para tapar los ojos del animal que se defendía al cargarlo y arriar la recua.

En aquella época, las personas nacían, crecían y vivían en aquellos apartados y lejanos pueblos de la sierra experimentaban un gran esfuerzo para sobrevivir, en condiciones muy difíciles. Los que tenían negocios comerciales eran considerados los ricos del pueblo, éstos tenían a su servicio grupos de personas que transportaban las mercancías en la espalda humana, en burros y mulas, desde Estación Creel, Chihuahua, Choix, Sinaloa y Álamos, Sonora; estos lugares ya contaban con caminos para Vehículos de Motor y eran los abastecedores de los insumos para consumo de los habitantes de aquellas apartadas regiones del Estado de Chihuahua. Las primeras personas que se dedicaban al transporte de estas mercancías eran los sirvientes de las casas comerciales y los segundos los llamados arrieros.

Las personas que tenían ranchos se dedicaban a producir ganado caprino, bobino, equino y vacuno. Así como la siembra de cereales generalmente de temporal: maíz, trigo, frijol, papa, garbanzo, chícharos, frutas y legumbres; casi siempre para autoconsumo y para pago a las personas que trabajaban con ellos en los ranchos. La siembra y cultivo de comestibles en la sierra, es una práctica esencial en la economía de las familias y de los pueblos.

Las personas que no tenían nada de lo anterior, como lo era yo, se dedicaban a vivir del producto qué la propia naturaleza les ofrecía. La minería en pequeña escala y el trabajo de extraer pequeñas cantidades de oro y plata de la profundidad de las minas abandonas qué habían sido exploradas y explotadas en épocas pasadas, corriendo todos los riesgos; para sobrevivir con sus esposas e hijos y, generalmente éstas eran familias numerosas. Así como también, del cultivo de cereales, legumbres y frutos que ellos mismos habían aprendido a cultivar. La naturaleza siempre es extraordinaria y prodigiosa, en aquellas regiones serranas se producen muchos frutos comestibles de origen silvestre, esto quiere decir que nadie los siembra, ni los cultiva.

Generalmente esta es una amplia variedad de árboles frutales y sus importantes frutos que maduran en diferentes épocas del año, éstos son muy importantes por su riqueza en altos contenidos de antioxidantes, ácidos (málico, palmítico, p-cumárico y mirístico), vitamina C, vitamina A, capaz de neutralizar los radicales libres y dotar al organismo humano de un poder defensivo en contra de la degradación de las células. La mayoría de estos frutos ejercen una función anticancerígena muy efectiva otorgada tanto por estas vitaminas como por su riqueza en flavonoides, entre los que destaca la quercetina y el poder antinflamatorio que contiene. En la mayoría de los casos este era un factor importantísimo y maravilloso para la sobrevivencia de la fauna y para el ser humano.

Así, como también estaban presentes los efectos y consecuencia de pobreza que había dejado la revolución mexicana de 1910. En aquellos rincones y pueblos olvidados de la Sierra Tarahumara y, de la Sierra Madre Occidental de México; todavía en las décadas de 1940 y 1950, sobrevivían algunas viudas de los revolucionarios qué participaron en la guerra y que habían caído en combate durante la época revolucionaria. Éstas eran mujeres ya muy mayores de edad, humildes y pobres; vestían todas ellas de color negro: faldas y blusas largas y, rebozos que cubrían su cabeza. Estas mujeres guardaban en sus humildes casas con mucho cuidado, el único tesoro que les había quedado de sus esposos caídos durante la contienda armada: sombreros de falda ancha, carrilleras vacías, pistolas y carabinas calibre 44, carabinas 30-30, espadas, pantalones y camisas de color oscuro con botonadura de plata. Estas mujeres cuidaban este preciado tesoro con mucho esmero y delicadeza por ser el único patrimonio que ellas tenían en su vida.

Estas mujeres sobrevivían confeccionando, lavando y planchando ropa a las personas ricas de sus pueblos y, algunas vendiendo galletas y panes de harina que ellas mismas preparaban.

Hoy reconozco, que desde niño he sido un visionario, observador, soñador, luchador y emprendedor, no solo para mí familia, sino para la sociedad en general. Aun siendo un niño, todo aquello significaba un futuro incierto, un camino sin rumbo fijo y sin salida a ninguna parte. Estuve rodeado de conformismo, resignación e ignorancia para vivir una vida de pobreza extrema y carente de todos los conocimientos elementales