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¡El Cristo no conocido por...!: Parte I: Testigos de Jehová
¡El Cristo no conocido por...!: Parte I: Testigos de Jehová
¡El Cristo no conocido por...!: Parte I: Testigos de Jehová
Libro electrónico266 páginas3 horas

¡El Cristo no conocido por...!: Parte I: Testigos de Jehová

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Cuándo y por qué se llamaron cristianos.

Todas las diferentes religiones que tienen el nombre de cristianas, tienen a la vez, diferente concepto de la persona del Señor Jesucristo el unigénito Hijo De Dios. Solo la Biblia nos da la revelación exacta y profunda de quién es realmente el Señor Jesucristo. Ministrada esta a nuestro espíritu por el Espíritu Santo, que es quien nos revela la verdadera naturaleza Divina y eterna de Cristo, el Verbo Divino encarnado.

IdiomaEspañol
EditorialCaligrama
Fecha de lanzamiento1 nov 2019
ISBN9788417915834
¡El Cristo no conocido por...!: Parte I: Testigos de Jehová
Autor

Manolo Martínez Chordá

Manolo Martínez Chordá nació en Valencia el 1 de diciembre de 1948. A la edad de nueve años comenzó los estudios musicales en la Sociedad Musical Lira Saguntina en la ciudad de Sagunto (Valencia), en donde vivió después de nacer con sus padres, que eran ambos de esta localidad valenciana. Hasta que a los diecinueve años se trasladó a la ciudad de Palma de Mallorca para entrar por oposición a formar parte como músico trompetista de la banda municipal de esta ciudad. Hasta que se jubiló en el año 2013. En el año 1974 se casó con Teresa y tuvieron tres hijos. Ella partió a la presencia de Cristo en marzo de 2017. En el año 1981, ambos tuvieron la experiencia de convertirse al Señor Jesucristo por medio de su Evangelio y, desde entonces, ha dedicado toda su vida junto con su esposa y sus tres hijos a la familia, al trabajo profesional y a la Iglesia evangélica, a la que pertenece como responsable desde que se convirtió.

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    ¡El Cristo no conocido por...! - Manolo Martínez Chordá

    ¡El Cristo no conocido por...!

    ¡El Cristo no conocido por...!

    Parte I: Testigos de Jehová

    Primera edición: 2019

    ISBN: 9788417915490

    ISBN eBook: 9788417915834

    © del texto:

    Manolo Martínez Chordá

    © de esta edición:

    CALIGRAMA, 2019

    www.caligramaeditorial.com

    info@caligramaeditorial.com

    Impreso en España – Printed in Spain

    Quedan prohibidos, dentro de los límites establecidos en la ley y bajo los apercibimientos legalmente previstos, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, ya sea electrónico o mecánico, el tratamiento informático, el alquiler o cualquier otra forma de cesión de la obra sin la autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. Diríjase a info@caligramaeditorial.com si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

    Prólogo

    Siendo consciente de lo mucho que ya se ha escrito sobre este tema, que tiene que ver con la Naturaleza Divina del Señor Jesucristo; el Unigénito Hijo de Dios, y que, desde los primeros siglos del cristianismo, ya se debatía mucho sobre la realidad de que, si ¡Cristo es el verdadero Dios y la vida eterna! (1 Juan 5:20). ¡Que es quién realmente es!

    Sobre todo; por los seguidores de Arrio, alrededor de los Siglos III y IV dC. Yendo éstos en contra de la fe del cristianismo ortodoxo, referente a la Deidad del Señor Jesús y como consecuencia de La Trinidad, al negar también la persona del Espíritu Santo.

    Siempre me ha atraído el saber lo que creen en general las diferentes religiones en cuanto al Señor Jesús, que es el motivo por el que me ha movido a editar este mi primer trabajo, que está hecho sobre la religión de los llamados «testigos de Jehová», que provienen de este movimiento Arriano, pero con aún muchas más doctrinas y negaciones Bíblicas añadidas contra la ortodoxia cristiana.

    Aunque está hecho también pensando en cualquier otra religión, que; aunque crean también en la Trinidad, también necesitan conocer al Señor Jesucristo como lo revela realmente la Biblia. Pero principalmente en este primer estudio va dirigido a los que provienen de este movimiento Arriano. ¡Los «testigos de Jehová»!

    Siendo también consciente de lo mucho que ya se ha escrito sobre esta religión, de los que conozco a muchos, y tengo que decir que creen en Dios, como cualquiera, y que son muy correctos y amables, pues he tenido a uno de ellos como compañero de trabajo durante toda mi vida laboral y profesional y les tengo mucho aprecio y respeto, sobre todo a este compañero y a su familia. Y tengo que añadir que en el momento de hacer y publicar este estudio que, esta familia ya no están en la organización hace ya mucho tiempo, pues se han salido o….., después de muchos años de dedicación para la organización.

    Sabiendo además que, lo que creen, lo creen de corazón y que algunos lo predican con mucha convicción y con mucho ahínco. Y confieso que, en ese aspecto son admirables.

    Mi propósito en estas páginas, no es para criticarles, ni ofenderles, ni mucho menos para juzgarles, sino; para enfrentarles con la verdad revelada, sobre la naturaleza Divina de la Persona del Señor Jesucristo

    Pues es por amor a ellos que va dirigido este mi primer trabajo, para que; con la ayuda del Espíritu Santo, y con esta mi pequeña aportación, muchos puedan conocer al Cristo verdadero, así como está revelado en la Biblia y al conocerlo, puedan amarle con todo el corazón, con toda el alma y con toda la mente. (Mateo 22:37). Ya que a Cristo no se le puede amar, así como dice el versículo 39.

    ***

    Me he dedicado a escribirlo; sobre todo contando con la guía y la ayuda indispensable del Espíritu Santo.

    Y he decidido editarlo, viendo que todas las religiones tienen esta necesidad de conocer realmente al Cristo Bíblico.

    En principio y como digo, va dirigido a esta religión, pues el propósito de hacerlo es para que, si Dios lo permite, pueda ser de ayuda a estos hombres y mujeres que siguen a sus dirigentes, y que sin profundizar por si mismos en saber quién es realmente el Señor Jesús, ni tampoco profundizar por si mismos en la mayoría de sus doctrinas; se dejan llevar por sus maestros con el error de creer, que el Señor Jesús es una criatura más de Dios, siendo como es; el Hijo Unigénito de Dios. (Juan 3:18) (1 Juan 4:9).

    Y no solamente está dirigido para los que creen así como ellos, sino también para los creyentes que realmente creen en la Trinidad de Dios, a ellos deseo también que les pueda ser de ayuda y fortaleza para su fe al leer las páginas este mi modesto libro.

    Y también con el deseo de que, pueda ser de bendición a cualquier persona que con corazón sincero y sin prejuicios doctrinales, se acerque a Dios y a Su Palabra la Biblia, para encontrar la verdad, pues esta Verdad es el mismo Señor Jesús (Juan 14:6-7).

    Y así conocerle realmente, y también conocer al Padre, a los cuales solamente puede darlos a conocer al corazón del hombre ¡el Espíritu Santo! (Juan 16:1-15).

    ***

    Después de mucho pensar en cómo titular estos estudios; el Espíritu Santo me llevó al texto de (Hechos de los Apóstoles 17:23).

    Donde el Apóstol Pablo aprovecha la ocasión para hablarles a los Atenienses «del Dios que no conocían» al cual ellos habían levantado un altar, de los muchos que había en todo el Areópago, que decía: AL DIOS NO CONOCIDO.

    Dándome a la vez el sentir de que, en las religiones, donde los hombres levantan tantos altares a tantos ídolos, y que, llamándose cristianos o no lo sean «no conocen al Cristo que revela la Biblia». Entonces les pueda ocurrir lo mismo que a aquellos religiosos que tenían tantos altares levantados a tantos dioses.

    Basándome pues en este texto, he titulado así este estudio:

    ¡El CRISTO NO CONOCIDO POR….!

    Sobre todo, con el deseo de que el Dios eterno, Padre de nuestro Señor Jesucristo bendiga a muchas almas que lean este modesto estudio, y se glorifique en muchos corazones, por Su Espíritu Santo. ¡Amén!

    Introducción

    ¿Quién es el Señor Jesucristo?

    Como de lo que trato a través de este modesto estudio es de que, todos los que lo lean puedan conocer quién es el Señor Jesucristo conforme a la revelación Bíblica. En ninguna manera pretendo revelar nada de lo que ya está revelado en la Santa Palabra de Dios, realmente lo que deseo es exaltar con éste mi testimonio; la persona gloriosa del Señor Jesucristo. En esta introducción presento unos cuantos nombres, naturaleza e identidad y ministerios del Glorioso Señor Jesucristo, para que pueden ayudar además de cada capítulo, a conocer con la ayuda del Espíritu Santo, quién es ¡El Cristo no conocido por..! Y por ende, poder conocer la Divina Trinidad en Dios.

    EL SEÑOR JESUCRISTO ES:

    El Único Hijo de Dios. (Zacarías 12:10). (Juan 1:14). (Juan 3:16, 18). (1 Juan 4:9).

    El amado Hijo de Dios. (Mateo 3:17. 17:5).

    El Altísimo. (Lucas 1:76) (Efesios 4:10). (Hebreos 4:14).

    El Hijo del Hombre. (Mateo 9:6) (Marcos 9:9) (Lucas 6:5) (Juan 1:51.) Etcétera.

    El Salvador. (2 Samuel 22:3) (2 Reyes 13:5) (Salmos 25:5) (Salmos 140:7) (Isaías 45:21) (Lucas 2:11) (Lucas 1:69) Etcétera.

    El Mesías. (Daniel 9:25,26) (Juan 1:41) (Juan 4:25) (Juan 9:22).

    El Maestro. (Mateo 8:19) (Marcos 10:17) (Lucas 3:12) (Juan 1:38). Etcétera.

    El Cristo. (Mateo 1:16) (Marcos 8:29) (Lucas 2:11) (Juan1:41). Etcétera.

    El que perdona los pecados. (Salmos 32:5) (1 Reyes 8:34) (Mateo 9:2) (Lucas 24:47) (Hechos 10:43) (Lucas 7:47,48). Etcétera.

    El Único camino que lleva al cielo al creyente. (Juan 14:6).

    El Señor. (Éxodo 23:17) (Amós 7:4) (Miqueas 1:2) (Isaías 56:8) (Romanos 14:8) (1 Corintios 16:22). Etcétera.

    La Única Verdad. (Juan 14:6).

    La Única Vida. (Juan 14:6).

    El dador de la Vida abundante. (Juan 10:10).

    El Autor de la Vida. (Hechos 3:15).

    El Señor de gloria. (1 Corintios 2:8).

    El Autor de la salvación de los hijos de Dios. (Hebreos 2:10).

    El Autor y consumador de la fe. (Hebreos 12:2).

    La resurrección y la vida. (Juan 11:25, 26)

    La promesa de la vida está sólo en él. (2 Timoteo 1:1).

    El Yo soy. (Juan 4:26. 6:20. 8:24, 28, 58. 13:19. 18:5).

    La Roca. (Deuteronomio 32:18) (Salmos 89:26. 95:1) (Lucas 6:48) (Mateo 16:18)

    El que justifica al pecador. (Romanos 5:1, 9) (Gálatas 2:16, 17).

    La manifestación de Dios. (1 Timoteo 3:16)

    La Piedra angular. (Salmos 118:22) (Marcos 12:10) (Lucas 20:17) (Hechos 4:11) Etcétera.

    El Rey de reyes y el Señor de señores. (Daniel 2:47) (1 Timoteo 6:15) (Apocalipsis 19:16).

    El Soberano. (Job 31:28) (1 Timoteo 6:15).

    La Única Puerta. (Juan 10:7, 9)

    La Única Vida. (Juan 14:6)

    El Buen Pastor. (Juan 10:11, 14).

    La Única Esperanza. (Salmos 39:7. 62:5.) (Mateo 12:18-21)

    La Resurrección. (Juan 11:25).

    La Gracia. (1 Corintios 16:23) (2 Corintios 13:14) (Gálatas 1.6) Etcétera.

    El Verbo de Dios encarnado. Juan 1:14).

    El Amor de Dios. (Juan 3:16).

    El Consolador. (Juan 14:16).

    El libertador. (2 Samuel 22:2) (Salmos 18:2) (Romanos 11:26) (Romanos 6:18) (2 Corintios 3:17). Etcétera.

    La Luz de la Verdad. (Salmos 36:9) (Eclesiastés 2:13) (Juan 3:19. 12:36).

    La Luz de la Vida (Juan 1:4. 8:12).

    La Vida eterna. (1 Juan 1:2).

    La Luz del mundo. (Juan 3:19).

    La Sabiduría de Dios. (Isaías 11:2) (1 Corintios 1:21, 24)

    El Poder de Dios. (1 Corintios 1:24).

    El Padre eterno. (Isaías 9:6)

    El Dios poderoso. (Isaías 9:6)

    El Emanuel: ¡Dios con nosotros! (Isaías 7:14) (Mateo 1:232)

    El Cordero. (Juan 1:29, 36) (Apocalipsis 6:1. 14:4. 17:14. 21:22) Etcétera.

    El León. (Apocalipsis 5:5)

    La Cabeza del cuerpo-la Iglesia- (Colosenses 2:8-19)

    El Esposo. (Mateo 9:15. 25:1) (Marcos 2:19, 20.) (Juan 3:29) (Apocalipsis 19:7). Etcétera.

    El Deseado. (Hageo 2:7) (Isaías 53:2)

    El Creador. (Isaías 42:5. 45:18) (Juan 1:3, 10).

    El sustentador de la creación. (Colosenses 1:17) (Hebreos 1:3)

    El que lo llena todo con su presencia. (Efesios 1:22, 23).

    El Omnipresente. (Mateo 18:20).

    El que murió. (Romanos 5:6, 8) (1 Corintios 15:3) (2 Corintios 5:15) (Gálatas 2:21). Etcétera.

    El que resucitó. (Hechos 2:32) (Romanos 14:9) (1 Corintios 15:4, 14, 17) Etcétera.

    El que ha de venir. (Hebreos 10:37) (Apocalipsis 1:8). Etcétera.

    El Todopoderoso. (Apocalipsis 1:8).

    El que controla la naturaleza. (Mateo 8:27)

    El que camina sobre las aguas. (Mateo 14:25-27).

    El que alimenta a multitudes sin apenas recursos. (Juan 6:9).

    El que resucita a los muertos. (Juan 11:42).

    La Esperanza del creyente. (Salmos 65:5) (1 Timoteo 1:1) (Tito 2:13). Etcétera.

    El Libertador. (2 Samuel 22:2) (Romanos 6:18 8:2). Etcétera.

    El pan de vida. (Juan 6:48). Etcétera.

    El Agua de vida. (1 Corintios 10:4).

    La Piedra viva. (1 Pedro 2:4).

    La cabeza de la Iglesia. (Efesios 5:23).

    El que tiene la llave. (Apocalipsis 3:7).

    Etcétera, etcétera, etcétera.

    El Señor Jesucristo es el Único y Todo suficiente para satisfacer toda nuestra necesidad humana, en todo nuestro ser: espíritu, alma y cuerpo. (1 Tesalonicenses 5:23). ¡Él se hizo carne! (Juan 1:14). Sinceramente; creo que, con esta introducción, sería más que suficiente para ver realmente y conforme a la Biblia, quien es el Glorioso Señor Jesucristo. Él tiene el nombre que es sobre todo nombre. (Efesios 1:20, 21) (Filipenses 2:9-11). ¡Jesús!

    Capítulo I

    ¿De quién se ha de testificar o ser testigo?

    (Lucas 4:22) Y todos daban testimonio favorable acerca de él y se maravillaban de las palabras llenas de gracia que procedían de su boca, y decían: «Este es hijo de José, ¿verdad?». NM

    Juan el Bautista, también dio testimonio de él. (Juan 1:7, 8, 15, 19, 23, 26 y 27). La mujer Samaritana (Juan. 4:39). El Padre (Mateo 3:17) (Juan. 5:37). Las Escrituras (Juan. 5:39). Sus obras (Juan. 10:25). La gente en la resurrección de Lázaro (Jn.16, 17, 18). El Espíritu Santo y los Discípulos (Juan. 15:26,27) (Juan. 19:35) (Juan. 21:24). Los Profetas (Hechos 10:43). Pablo hablando a los judíos (Hch.18:5) (Hechos. 20:21). Pedro y los Apóstoles (Hechos 5:31,32,) (2 Pedro1:17). Juan (1 Juan 5:9-11) (1 Juan 5:6). Los Apóstoles, testificando de su resurrección (Hechos 2:32. 3:15. 4:33. 13:30,31) (1 Corintios 15:15). El propio Evangelio. (Marcos 1:1). En Romanos 1:1. 16:25) (Hechos 8:12) (2 Tesalonicenses 1:8) . Y sobre todo, el propio Jesús (Juan 8:14) Etcétera.

    En el Nuevo Testamento, no hay ninguna referencia de que ningún discípulo, ningún Apóstol, ni ningún creyente en definitiva, diera testimonio de Jehová o de Yahvé. «Todos daban buen testimonio sólo de Jesús» (Lucas 4:22).

    La Biblia dice que; a causa de dar testimonio de Jesús, o sea, de ser testigo de Jesús se sufrirá. (Mateo 10:22) ((Marcos 24:9) (Lucas 6:22, 21:17). (Juan 15:23).

    Y sólo por este hecho de sufrir por el nombre de Jesús, se es bienaventurado. Reina Valera, o muy feliz Nuevo Mundo (1 Pedro 4:12-19 (14).

    Esta bienaventuranza, o plena felicidad, es sólo por ser testigo de Cristo Jesús, y sufrir por el nombre de Cristo, pero no es por el nombre de Jehová, ni por ser testigo de Jehová, aunque les digan que si se sufre por el nombre de Jehová se es bienaventurado o muy feliz.

    Simplemente esa creencia de que, en el nombre de Jehová se pueda llegar a sufrir o por el nombre de Jehová o por la causa de Jehová se llegue a ser muy feliz o bienaventurado, esa creencia, simplemente no es Bíblica.

    Eso en cuanto menos, es no conocer bien la Biblia ¿O sí?, o no haber leído bien la Palabra ¿O sí?, o conociéndola y leyéndola, entonces; les falta la revelación que solo da el Espíritu Santo.

    Así es como también lo dice el propio Señor Jesús en (Marcos 13:9). Dice que; «se sufrirá por su causa, y por dar testimonio de Él a ellos» (a los religiosos y gobernantes) ¡testimonio de Jesús! (Lucas 21:12,13) «por causa de su nombre» y (2 Timoteo 1:8) «no hay que tener vergüenza de dar testimonio de nuestro Señor» Etcétera.

    En la Biblia, en ningún lugar dice que, se sea bienaventurado por sufrir por causa del nombre de Jehová o por ser testigo de Jehová, ni por ninguna religión, pues a ellos sus dirigentes les han convencido de que están en la religión verdadera y si la gente los desprecian, los aborrecen, los rechazan, los maltratan, los odian o sufren por el nombre de Jehová, deben considerarse muy felices, pues al sufrir por el nombre de Jehová predicando en su nombre, les dicen que: Cuando venga «el fin de este sistema de cosas». Esta palabra no existe en la Biblia. En el original dice «el fin del mundo» (Mateo 28:20). O «el tiempo del fin». (Daniel 8:17). Esto ya no es una mala lectura, o mal entendimiento de la Palabra, sino que cuanto menos, es una «mala traducción».

    Este fin del que dice el Señor Jesús, no es «el fin del sistema de cosas» como ellos dicen, ya sea religioso, o político, o económico, o social como ellos dan a entender, sino que es «el Fin del mundo», o «el tiempo del fin», que al fin y al cabo ambas palabras significan lo mismo.

    Les dicen que al final Jehová les va a recompensar, dándoles la tierra a ellos para siempre, pero para recibir esta recompensa, les han puesto la idea y les han convencido de que, deben estar predicando y siendo «testigos de Jehová». O sea; como condición para que, a lo mejor (pues tampoco están seguros de nada los mismos dirigentes) Jehová les conceda la vida permanente para vivir en esta tierra que, posiblemente Jehová les dará solo a ellos, pero eso será, si es que se lo merecen claro.

    O sea que, según ellos, Jehová en este caso estaría en deuda con ellos y obligado a recompensarles, y sería como es obvio por estar creyendo toda la vida y predicando siendo «sus testigos».

    El predicar y sufrir por Jesús y por el Evangelio, (no por Jehová) ha de ser sólo por agradecimiento.

    Agradecimiento a Aquel que nos amó y dio su vida por todos, y que, por creer en él, el mismo Dios le concede la vida eterna (Juan 3:16).

    Es por ese motivo que, el creyente se siente impelido por el Espíritu Santo a anunciar esta Gracia de Dios en Cristo que le ha alcanzado y por eso se siente constreñido por el amor de Cristo a predicar de él a los demás. (2 Corintios 5:14-21).

    Pues sólo los que reciben esta maravillosa Gracia dada por Él, se ven movidos por el Espíritu Santo a predicar y a ser testigos de Jesús, a pesar de las consecuencias que puedan acarrear sobre sus vidas.

    Así como le ocurría a Pablo. (2 Corintios 5:11-21). Pues esas consecuencias por malas que sean, serán como Él ha prometido; para nuestra plena bienaventuranza, o plena felicidad.

    Con esta promesa, sus dirigentes; se aseguran de unos «predicadores afanosos» para así intentar conseguir la posibilidad, de que sólo ellos van a vivir para siempre en «la tierra habitada». Otra expresión inventada por ellos (sus dirigentes), para darles ánimo para que así salgan mucho a predicar y hagan más adeptos, como lo son ellos.

    Para convencerlos más aún, les dicen que ellos (los no ungidos) van a vivir para siempre en el Paraíso aquí en la tierra. Y sin embargo se ve que, no han leído que el Paraíso está en el tercer cielo, que es donde está Dios, y donde estuvo Pablo en el espíritu, donde vio y oyó cosas inefables que el hombre no puede explicar. (2 Corintios 12:2-4).

    Ni tampoco se han dado cuenta que, el malhechor al que el Señor Jesús le prometió que, estaría con Él en el Paraíso. (Lucas 23:43). Pues como digo, no se han dado cuenta que, se refería al Paraíso que está en el tercer cielo, porque le dijo que estaría con Él, y obviamente, el Señor Jesús está en el cielo. Entonces; si el Paraíso al final estuviese aquí en la tierra, según les dicen ellos a sus seguidores, el Señor Jesús también habría de estar aquí en la tierra, (cosa que ellos a la vez niegan) para que el malhechor también esté con Él, que fue lo que el Señor Jesús le prometió.

    Sin embargo; ellos dicen que no, que el Señor Jesús reinará o reina ya desde el cielo.

    O sea, otra contradicción en sus doctrinas. Pues cuando Adán y Eva pecaron ellos fueron echados del Huerto del Edén, pero no del Paraíso, pues tanto el Huerto de Edén, como el resto de la creación de Dios, fueron afectados por el pecado que cometieron, pero no así el Paraíso. Pues el Paraíso, es el lugar donde está Dios y el Señor Jesús. (Apocalipsis 2:7). «El que tenga oído, oiga lo que el Espíritu dice a las congregaciones: Al que venza, le concederé comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios’. NM

    Volviendo al tema de ser testigos.

    Sin embargo; esta realidad de ser bienaventurados o muy felices, es dada por el mismo Señor Jesús, no por Jehová. Y solamente es dada para los que hayan de sufrir por causa del nombre de Jesús. Y no sólo en el futuro inmediato a ellos, sino también ahora y siempre. Hasta que Él venga de nuevo, así como prometió. (Lucas. 21:17) (Juan. 15:21) (Hechos. 9:16).

    El único lugar en la Biblia en donde se menciona la palabra de «testigos de Jehová», es en (Isaías 43:10,12 y 44:8).

    Estos testigos, como dice en el contexto de estos dos capítulos y concretamente en los dos primeros versículos de cada capítulo; se refiere sólo a los judíos, pues a quienes está hablando Dios es a ¡Jacob, Israel! (Isaías. 43:1, 44:1) O sea: ¡A los judíos!

    A estos testigos judíos que son las doce tribus de Israel (Isaías 43:1) Jehová no les manda ir en su nombre a predicar sobre

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