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Maradona: Fútbol y Política
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Libro electrónico310 páginas4 horas

Maradona: Fútbol y Política

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Algunos gestos de rebeldía de Diego Maradona se vieron en los enfrentamientos con el presidente del Barcelona, José Luis Núñez, plenipotenciario constructor catalán poco acostumbrado a desplantes como el que le ofrendó cuando no lo dejaba ir a un partido en Alemania por el retiro de Paul Breitner. Lo sufrió Eduardo Duhalde, gobernador de la provincia de Buenos Aires y luego presidente la Nación, Mauricio Macri, en su carácter de presidente del club Boca Juniors y como primer mandatario. Y aun el presidente de la poderosa FIFA, Joao Havelange, al negarle la mano en la entrega de medallas luego de haber perdido la final contra Alemania en el Mundial de Italia 90.
Viajar a Cuba, conocer a Fidel Castro, y recibir tanto calor en la isla con forma de lagarto —a la que "también Caribe llaman", al decir de Nicolás Guillén— contribuyó a modelar una idea que ya no dejaría jamás. Hasta se subió al tren del ALBA a Mar del Plata, se abrazó con Hugo Chávez (y Venezuela lo incorporó a su corazón a través de Telesur), con Evo Morales (con quien jugó en La Paz para no perjudicar a Bolivia, cuando hasta su gente cercana criticaba jugar en la altura), con Hebe de Bonafini y Tati Almeyda (Madres de Plaza de Mayo), con Estela de Carlotto (Abuelas de Plaza de Mayo), con Nestor Kirchner y Cristina Fernández.
En este libro, Julio Ferrer, de una manera ágil y atrapante, reconstruye muchas de esas historias atravesadas por lo político y lo futbolístico, recurre a la voz de Diego y a testimonios de políticos, periodistas y deportistas de distintas partes del mundo, para analizar y describir a Maradona no solo como deportista sino como sujeto político en su lucha contra los poderosos.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento23 nov 2021
ISBN9789874465771
Maradona: Fútbol y Política

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    Maradona - Julio Ferrer

    Imagen de portada

    MARADONA

    FÚTBOL Y POLÍTICA

    Julio Ferrer

    MARADONA

    Fútbol y política

    Prólogo de Guillermo Blanco

    PUNTO DE ENCUENTRO

    Ferrer, Julio

    Maradona fútbol y política / Julio Ferrer. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Punto de Encuentro, 2021.

    Libro digital, EPUB

    Archivo Digital: descarga y online

    ISBN 978-987-4465-77-1

    1. Biografías. 2. Fútbol. I. Título

    CDD 796.334092

    © Punto de Encuentro 2021

    Diseño de cubierta: Cristina Angelini

    Collage de tapa: Mírennos (con imagen de TV).

    Interiores: Hernán Díaz

    Cuidado de la edición: Carlos Zeta

    www.puntoed.com.ar

    ISBN: 978-987-4465-77-1

    Queda hecho el depósito que establece la Ley 11.723

    Libro de edición argentina

    No se permite la reproducción total o parcial, el almacenamiento, el alquiler, transmisión o la transformación de este libro, en cualquire forma o por cualquier medio, sea electrónico o mecánico, mediante fotocopias, digitalización u otros métodos, sin el permiso previo y escrito de la editorial.

    ÍNDICE

    Portada

    Portadilla

    Legales

    Maradona, el hombre que vivió sin descanso

    Aquel tatuaje del Che

    Maradona y el peronismo

    Maradona y la Revolución cubana

    Maradona y Telesur

    Maradona y Bolivia

    Maradona y la religión

    Maradona y la Asociación Internacional de Futbolistas Profesionales

    Maradona y la Universidad de Oxford

    Maradona y los derechos humanos

    Maradona y Gimnasia

    Libros de consulta

    Dedicatoria

    A la memoria fértil de Diego Armando Maradona

    Agradecimientos

    A Guillermo Blanco, amigo y maestro de periodistas quien me honró con su prólogo.

    A leyendas vivientes del fotoperiodismo como Víctor Bugge y Jorge Luengo, a los entrevistados y la agencia de noticias cubana Prensa Latina, por cederme gentilmente sus fotos de un valor incalculable.

    A Carlos Benítez, amigo siempre generoso, gestor cultural y responsable de la Editorial Punto de Encuentro, quien sin dudarlo se embarco en este proyecto para que fuera posible.

    A Carlos Zeta, notable editor, que ayudó con su profesionalismo.

    Maradona, el hombre que vivió sin descanso

    En estas páginas se podrán encontrar algunas historias vividas por Diego Armando Maradona tanto en el ámbito futbolístico como político por distintos países del mundo.

    La relación del Diez con el peronismo, el movimiento de masas más importante de la Argentina, fundado por el tres veces presidente de la Nación, Juan Domingo Perón, su amor por Evita, su apoyo al kirchnerismo y sus encuentros con Néstor Kirchner y Cristina Fernández.

    Su historia de vida con el comandante Fidel Castro y la Revolución Cubana, su amor incondicional hacia la isla rebelde que supo ser su segunda Patria.

    Su amistad con el ex presidente de Bolivia, Evo Morales y algunos pormenores del partido disputado en marzo de 2008 en tierras bolivianas, cuando Diego junto a Evo y distintas figuras del deporte, del periodismo y la política, jugaron un amistoso, desafiaron y ganaron la pulseada contra la poderosa FIFA para que Bolivia pudiera seguir siendo territorio libre y pudieran disputarse las eliminatorias previas al Mundial de Sudáfrica 2010.

    Su experiencia comunicacional junto al periodista uruguayo Víctor Hugo Morales, formando una dupla en los programas De Zurda y de La Mano del Diez para los Mundiales de Brasil 2014 y Rusia 2018, emitidos por la cadena televisiva latinoamericana Telesur.

    Sus batallas contra la FIFA en defensa de los derechos de los futbolistas a nivel mundial, formando junto al futbolista francés, Eric Cantona, la Asociación Internacional de Futbolistas Profesionales.

    La jornada histórica vivida en Inglaterra cuando la prestigiosa Universidad de Oxford lo distinguió como Maestro Inspirador de los que todavía sueñan.

    Su relación con la religión católica, sus críticas al Vaticano y Juan Pablo II, sus renacidas expectativas con el Papa Francisco y sus encuentros en Roma.

    Su amor por las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y su historia durante el Mundial de México 86 con un grupo de exiliados argentinos por razones políticas y sus pequeños hijos en el país azteca.

    También su última experiencia como entrenador del club Gimnasia Esgrima de La Plata, donde pudo corroborarse una vez más la pasión del hincha argentino por su Mesías futbolístico.

    Todos los capítulos cuentan con la voz de Maradona, extraída de sus declaraciones a los medios de comunicación y con cincuenta testimonios de deportistas, políticos y periodistas que ayudan a reconstruir aquellos momentos vividos por el Pelusa.

    Diego Armando Maradona fue el artista por excelencia del fútbol mundial que partió a sus 60 años para convertirse en un mito inmortal. Con su zurda mágica e inigualable y su corazón noble, regó de alegría y sueños este suelo y también dejo infinidad de historias por distintos rincones del planeta… aquí el público lector podrá encontrar y disfrutar algunas de ellas.

    Julio Ferrer

    Agosto de 2021

    Aquel tatuaje del Che

    Calica cumplió 92 en abril. Y recuerda que ya pasó una década desde que lo llevaron a Ezeiza a conocer a Diego, por entonces seleccionador del plantel argentino que se preparaba para el Mundial de Sudáfrica y le pudo regalar su libro De Ernesto al Che para que también lo pueda compartir con sus jugadores. De regreso pensaba qué lazo tendría ese exjugador que habría maravillado al Che, y que, en su cuerpo, lo mostraba con orgullo, marcado a fuego. No recordaba otra persona que se hubiera tatuado así a su gran amigo, al que allá por el 53 acompañara en su segundo y último viaje subiendo por el costado izquierdo de América del Sur hasta despedirse allá en Venezuela, desde donde Ernesto seguiría hacia México para, tras conocer a Fidel, formar parte de la epopeya cubana.

    El Che y Diego, pensó. Si hasta fue la Cuba revolucionaria la que le abrió los brazos cuando necesitó más que una mano, aunque el mal estaba muy metido dentro de él y el destino ya estaba escrito, acaso advertido por quienes le conocíamos la esencia y no lo mirábamos desde los balcones ventajeros y mediáticos de la historia.

    Desde la presencia de Carlos Calica Ferrer van surgiendo mojones por donde transitar al Diego y lo social, al malabarista de la izquierda que acaso sin saberlo ya estaba jugando otro partido con la misma pierna afuera, con similar bandera. Cinco años antes de su llegada, sus padres habían decidido dejar su tierra natal en busca de mejorar su calidad de vida, y desde la correntina Esquina recalaron en un lugar frágil del conurbano bonaerense, llamado Villa Fiorito. Sin advertir que en poco tiempo sus sueños de mejoría se estrellarían junto con la caída del peronismo y la traicionera daga empuñada por militares y civiles antecesores de males reciclados.

    Hasta que a fin de octubre del 60 la parturienta Dalma Franco lanzó un grito de doloroso placer, como de gol, ante la llega de su primer hijo varón, luego de cuatro mujeres… Mientras estaba en su vientre, el ministro Álvaro Alsogaray lanzaba una frase tan antipopular como su vida: hay que pasar el invierno. En ese contexto apareció el Pelusa, que apenas una década después ya estaba gestando su tumultuosa vida junto a una pelota a la que se aferró en los momentos pico de su existencia. No fue casual sino causal el lugar donde nació, el policlínico Eva Perón, de Lanús. Tampoco que su primera vuelta olímpica la diera en los Juegos Evita, que la mujer más épica de la historia argentina había inventado desde su Fundación a fines de la década de 1940.

    Diego, apodado Pelusa, tenía 13 años y siete meses cuando una imagen trágica de la historia latinoamericana se le apareció de pronto: en Santiago de Chile, frente al hotel Carrera, y detrás la Casa de la Moneda con resabios del bombardeo de las tropas pinochetistas que derrocaron a Salvador Allende. Había ido a jugar con sus Cebollitas por un acuerdo algo forzado entre el gobierno argentino, con un Perón agonizante, y el del dictador Pinochet. Quedó la imagen del plantel posando de espaldas, con los chiquitos vestidos con ropa a medida de la firma Thompson y Williams. Polera blanca, saco azul, pantalón gris… No entendían demasiado esos niños…

    Ya jugando en primera división, uno de los pesos pesado de Argentinos Juniors, el general Carlos Suárez Mason (condenado luego por crímenes de lesa humanidad), fue quien hizo posible que continuara un tiempo más en el fútbol argentino. Por su intermedio, la línea aérea estatal Austral fue sponsor del club y eso contribuyó para pagarle el contrato y que permaneciera jugando en la Argentina.

    En la cabecita del chiquito aún no había lugar para la elaboración de estos mojones de la historia, hasta que, en medio de contradicciones lógicas, se producía el advenimiento de la democracia, y el conocimiento de varios referentes como, por ejemplo, Raúl Alfonsín, en un alto en su paso por el Barcelona y a pocos meses de que el gran exponente radical fuese elegido presidente. Después —lo que para la grey intelectual puritana sería infernal— tuvo alguna condescendencia para el ministro Domingo Cavallo, y hasta para el presidente Carlos Menem (no olvidar que llegaron al poder del brazo de un movimiento tan amplio llamado peronismo, aunque con el tiempo decidieron jugar por el sector derecho del campo).

    Acaso haya sido Europa lo que fue modelando un Diego político. Primero, afianzando sus entreveros con el poder de turno reflejado en el presidente del Barcelona, José Luis Núñez, plenipotenciario constructor catalán poco acostumbrado a desplantes como el que le ofrendó el argentino cuando no lo dejaba ir a un partido en Alemania, en ocasión del retiro de Paul Breitner. Su popularidad crecía, y también su enfrentamiento con el poder establecido. De ahí en más, tomaría un camino sin regreso, más allá de su escasa base política. Las diferencias entre la Cataluña del poder económico y la serratiana, amiga de lo sudamericano a través de la simbiosis con Joan Manuel Serrat, de lo popular, tan cercano a lo suyo, fue una de las cuñas que luego se acrecentaron en una Nápoles despreciada por la Italia próspera del norte, reflejada en la Juventus de Agnelli. También hubo un sesgo de su compañero de selección Jorge Valdano, por la admiración que significaba alguien como él, pero tan profundo en sus análisis, una característica habitual de Diego, la de fijarse en aquellos que se salían del molde, en este caso para bien, y otras no tanto.

    Algunos gestos de rebeldía se vieron en los enfrentamientos con Eduardo Duhalde, gobernador de la provincia de Buenos Aires y luego presidente de la Nación; con Mauricio Macri, tanto en su carácter de presidente del club Boca Juniors como de primer mandatario, o con el presidente de la poderosa FIFA, Joao Havelange, al negarle la mano en la entrega de medallas luego de haber perdido la final contra Alemania en el Mundial de Italia 90.

    Viajar a Cuba y conocer a Fidel Castro, y recibir tanto calor en la isla con forma de lagarto a la que también Caribe llaman, al decir de Nicolás Guillén, le fue modelando una idea que ya no dejaría jamás. Hasta se subió al tren del ALBA a Mar del Plata, se abrazó con Hugo Chávez (y Venezuela lo incorporó a su corazón a través de Telesur), con Evo Morales (con quien jugó en La Paz y calló para no perjudicar a Bolivia cuando hasta su gente cercana criticaba jugar en la altura), con Hebe de Bonafini y Tati Almeyda (Madres de Plaza de Mayo), con Estela de Carlotto (Abuelas de Plaza de Mayo), con Néstor Kirchner y Cristina Fernández, para incluirse en un equipo en el cual pudo haber participado aún con más intensidad en otras circunstancias.

    Cuando fue comprado por el Barcelona, a mediados de 1982, recibió de Gimnasia y Esgrima de La Plata una plaqueta antes de un partido de Primera B ante Tigre. Como tantas otras vivencias, acaso fue premonitorio. Sería Gimnasia el club donde se despidió del fútbol, y fue cerca del Tigre donde murió y se transformó en mito. En el mundo, como alguna vez también lo fue el Che en tiempos menos mediáticos, pero de un mundo ardiendo. Eso es lo que está pensando Calica, en estos tiempos pandémicos, tomando un café en Santa Fe y Pueyrredón, de Buenos Aires, recordando aquel tatuaje de su amigo el Che en el cuerpo de Diego, y que tanto lo marcó volviendo de Ezeiza.

    En este libro, Julio Ferrer, de una manera ágil y atrapante, reconstruyó muchas de esas historias atravesadas tanto por lo político como lo futbolístico, utilizando la voz de Diego y testimonios de políticos, periodistas y deportistas de distintas partes del mundo que fueron protagonistas.

    Este periodista platense que ha escrito algunas biografías de grandes maestros del periodismo latinoamericano como Osvaldo Bayer, Gregorio Selser o Stella Calloni (este último trabajo nada menos que con el prólogo de Fidel Castro) incursionó en la vida del astro futbolístico para sus 60 años, publicando D10S. Miradas sobre el Mito Maradona. Ahora se adentra de una manera distinta y novedosa: analiza y describe a Maradona no solo como deportista sino como sujeto político y su lucha contra los poderosos.

    Guillermo Blanco

    Agosto de 2021

    MARADONA Y EL PERONISMO

    Maradona y el kirchnerismo

    Con el correr de los años, la madurez política de Diego Armando Maradona continuó en defensa no solo de una Argentina sin pobres ni excluidos, también de una Latinoamérica grande y unida.

    Diego mantuvo un fuerte vínculo político y afectivo con Fidel Castro (a quien consideraba como su segundo padre) líder histórico de la revolución cubana. También consideraba al Che Guevara como fiel exponente del Hombre Nuevo.

    Con respecto al peronismo, partido político mayoritario de la Argentina, fundado por el general Juan Domingo Perón, uno de los principales movimientos de ampliación y respeto de los derechos y beneficios de la clase trabajadora a partir de 1945, Maradona se identificó con esta corriente política popular por herencia familiar. Siempre reivindicó la figura de Evita, mujer revolucionaria, porque su mamá —Doña Tota— la amaba por el amor incondicional a los más necesitados y por haber recibido de La abanderada de los más humildes una máquina de coser, lo que significaba poder tener una herramienta de trabajo que dignifica al ser humano.

    Junto a Cristina Fernández y Néstor Kirchner

    Junto a Cristina Fernández y Néstor Kirchner (gentileza Víctor Bugge).

    Poco antes de su cumpleaños 60, el 17 de octubre de 2020, en otro aniversario del Día de la Lealtad Peronista, Maradona habló de su pasado vinculado al peronismo y de la política en democracia y reiteró que siempre apoyó al país, más allá de haberse sacado fotos con los diferentes presidentes democráticos: Yo no fui a pedirles una foto, fueron ellos los que me invitaron. También sostuvo: Mi viejo fue peronista, mi vieja adoraba a Evita, y yo fui, soy y seré siempre peronista.

    Ese peronismo de bienestar social e inclusión de derechos renació con la llegada de la corriente política del kirchnerismo, durante la presidencia de Néstor Kirchner (2003-2007) y los dos mandatos de Cristina Fernández (2007-2011/ 2011-2015).

    Había que reconstruir un país atravesado por políticas neoliberales, privatizaciones, desigualdad social, deuda interna y una política exterior alineada a los mandatos del Consenso de Washington que mantuvieron los gobiernos del peronista Carlos Menem y la Alianza de los radicales de Fernando de la Rúa y los frepasistas con Chacho Álvarez y Graciela Fernández Meijide.

    Las políticas de Estado de Néstor Kirchner, entre otros logros, garantizaron empleo, reducción de la pobreza, nacionalización de empresas, como el servicio de Correos, Aguas Argentinas y servicios públicos. Aumentó el presupuesto para Educación, asumió la defensa de los Derechos Humanos y trabajó junto con las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y otros organismos, anuló los indultos del menemismo a través del Congreso de la Nación, declarando que era inconstitucional conceder perdón a los crímenes del terrorismo de Estado. Promovió las relaciones multilaterales en el mundo y generó un bloque regional latinoamericano junto a Hugo Chávez (Venezuela), Lula (Brasil), Evo Morales (Bolivia) y Rafael Correa (Ecuador), entre otros países, creando la Unión Suramericana del Sur (Unasur) e impulsó la defensa del Mercado Común del Sur (Mercosur).

    Durante los mandatos de Cristina, una de sus primeras medidas fue la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, la ley de Movilidad Jubilatoria, la recuperación del sistema previsional (AFJP) en manos del Estado.

    En la línea de ampliación de derechos sociales, se destaca la implementación de la Asignación Universal por Hijo (AUH) complementada con el lanzamiento de la Asignación Universal por Embarazo para protección social (AUE), las Leyes de Matrimonio Igualitario, de Identidad de Género, de Servicios de Comunicación Audiovisual (con el objetivo de desmonopolizar la información y garantizar la pluralidad de voces, que reemplazó a la ley que regía hasta entonces que era una norma establecida durante la última dictadura militar). Todas medidas sancionadas con una amplia y plural mayoría parlamentaria. El Plan Conectar Igualdad para que alumnos y docentes de escuelas públicas de todo el país cuenten con una netbook que les permita acceder al mundo digital del conocimiento.

    La recuperación de empresas públicas, como Talleres Navales Tandanor (2007), Aerolíneas Argentinas (2008), Fábrica Militar de Aviones de Córdoba (2009) y la nacionalización del 51% de las acciones de la petrolera YPF, que se decidió de la mano de la aprobación de la Ley de soberanía Hidrocarburífera que declaraba también de interés nacional la recuperación del autoabastecimiento energético.

    Cristina siguió fortaleciendo los lazos y el trabajo junto con Madres, Abuelas y otros organismos de derechos humanos para Memoria, Verdad y Justicia contra los crímenes de la dictadura cívico-militar. Consolidó la integración regional con los países miembros de la América latina, con la participación sostenida y activa de nuestro país en las cumbres del Mercosur, a las que se sumaron espacios como la Unasur. En ese ámbito, se destacan los respaldos recibidos por nuestro país en el reclamo diplomático por la soberanía de las islas del Atlántico sur, convirtiendo a la cuestión Malvinas en una causa regional.

    Maradona se identificó política y emocionalmente con Néstor y Cristina. Les brindó su apoyo durante los doce años de gobierno kirchnerista, poniendo su cuerpo y voz en defensa de ese modelo de país que siempre rechazó la derecha argentina, la mayoría del empresariado evasor que identifica al trabajador como un costo laboral, la clase media o el medio pelo argentino, los medios de comunicación concentrados y el Departamento de Estado de los Estados Unidos.

    Diego y Néstor

    Héctor Icazuriaga, el Chango para los amigos, es un político y abogado peronista, que fue gobernador de la provincia de Santa Cruz entre mayo y diciembre de 2003 para luego ser titular de la Secretaría de Inteligencia (ex SIDE) actualmente Agencia Federal de Inteligencia (AFI) durante once años en los mandatos presidenciales de Néstor Kirchner y Cristina Fernández.

    Hoy retirado de la política cuenta algunos momentos vividos con Diego y los ex presidentes, y el respeto y afecto que se tenían:

    Soy oriundo de la localidad de Chivilcoy, provincia de Buenos Aires, y a Diego Maradona lo fui a ver durante un partido que jugó Argentinos Juniors contra la selección de Chivilcoy. El equipo de Diego ganó por 3 a 1. El resultado no importaba porque uno quería ir a ver jugar a ese extraordinario jugador que era Maradona.

    También estuve en la cancha de Vélez Sarsfield en el famoso partido entre Boca y Argentinos, cuando el Loco Gatti le había dicho gordito a Diego y en ese encuentro le convirtió cuatro goles, uno mejor que el otro para la victoria de su equipo por 5 a 3.

    Luego, como hincha de Boca, lo pude disfrutar desde la popular de la Bombonera cuando defendió la camiseta xeneize y pudo festejar el campeonato metropolitano de 1981 con Miguel Brindisi, el Pichi Escudero, entre otros.

    Con respecto a mi vida política, he sido testigo privilegiado de algunos encuentros entre el Diez y los ex presidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández. Diego era muy querido por Néstor, hombre de fútbol, fanático de Racing de Avellaneda que se deslumbro por la técnica y destreza futbolística de Maradona. Y Cristina, aunque no era muy futbolera, lo quería también por su coraje y enfrentamiento contra los poderosos del sistema y la emocionaba el ferviente amor que sentía Diego por sus padres y su familia.

    El 27 de octubre de 2010, la mayoría del pueblo argentino se estremeció de dolor por la triste noticia del fallecimiento del ex presidente de la Nación, Néstor Kirchner a los 60 años.

    Las lágrimas de millones despidieron a un hombre que había hecho de la política una herramienta de transformación social, política, cultural y económica en beneficio de los argentinos, con grandes avances en la construcción de una sociedad más justa, igualitaria e inclusiva.

    El velatorio se extendió por 48 horas en el Salón de los Patriotas Latinoamericanos del Bicentenario de la Casa de Gobierno y acompañaron a la presidenta Cristina Fernández y sus hijos Máximo y Florencia, funcionarios y amigos del ex presidente fallecido, los principales mandatarios de la región, como el venezolano Hugo Chávez, el brasileño Ignacio Lula Da Silva, el boliviano Evo Morales, el paraguayo Fernando Lugo, el uruguayo José Pepe Mujica, el ecuatoriano Rafael Correa, el chileno Sebastián Piñera, el colombiano Juan Manuel Santos, figuras del deporte y el espectáculo, miembros de la Corte Suprema, gobernadores, dirigentes de la oposición y miles de ciudadanos.

    Maradona también despidió a Néstor Kirchner y acompañó a Cristina y su familia. Así lo recuerda el Chango Icazuriaga:

    Recuerdo algunos encuentros de Diego y Néstor en el despacho presidencial, pero uno de los momentos que me quedaron grabados para siempre en mi memoria fue luego de la desaparición física de Néstor el 27 de octubre del 2010. El 28 comenzaron a velarse sus restos en el Patio de los Patriotas Latinoamericanos en la Casa Rosada, donde estuvieron muchos presidentes, funcionarios, figuras del espectáculo y del deporte. Cuando llegó Maradona muy conmovido, estuvo media hora junto a Cristina en esas horas tan tristes y difíciles. Cuando Diego se retiró, algunos funcionarios —entre los que me contaba— lo acompañamos hasta la salida y allí fue abordado por todos los periodistas de distintas partes del mundo. Me quedé a su lado porque quería oír su testimonio y lo primero que le preguntaron fue qué había representado Néstor Kirchner para él; Diego con esa sabiduría de mundo que tenía, dijo que fue un Gladiador haciendo una comparación con el Che Guevara.

    Cuando a mí me preguntaban sobre Néstor, con quien compartí amistad y gestión política por más de treinta años, yo lo definía como un militante. Pero a partir de lo que escuché decir a Maradona, considero que es una de las mejores definiciones sobre Néstor.

    Textualmente Diego expresó a la prensa luego

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