Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Guarida De Héroes
Guarida De Héroes
Guarida De Héroes
Libro electrónico49 páginas33 minutos

Guarida De Héroes

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Aqu les presento unas letras robadas del libro del ayer. Las hazaas de ese pasado, ya ido con el viento de antao, atestiguan acciones verdicas. Si bien nunca he hecho nada distinto de escribir, no tengo vocacin ni virtud de narrador e ignoro las normas gramaticales. Pero me he embarcado en esta empresa porque confo que el drama es interesante. Me empeo en contar la interminable lucha de una humilde familia que busc refugio contra los vientos tormentosos de la pobreza y procuro buscar un desenlace a los muchos sucesos que llevaron sinsabores e inquietudes. He de incluir el desquite a la montona y soberbia vida en la Isla del Espanto, como suelen llamarla hoy los paisanos que, en multitudes, huyen o escapan del fiero len del desempleo. En esta narracin, la familia se asemeja a reos de la pobreza sin indulto.

Primera parte (1949): describe el enigma de un obrero, picador de caa, agricultor y tomador de guape (ron pitorro hecho en la montaa); mujeriego, pelen durante las borracheras, amigo de los amigos y padre de nueve muchachos.

Segunda parte (1951): cuenta las tristezas y los sacrificios de una viejita que derrama dolorosas lgrimas al ver partir a su hijo al servicio militar. La sangre boricua cubre el campo de batalla. La narracin culmina con el regreso.

Tercera parte (1971): la pesadez y la angustia de la viejita continan aos ms tarde. Dos de sus hijos combaten en una jungla y desafan a un temible enemigo.

Cuarta parte (presente): el hijo pequeo emigr a Nueva York. Al encontrarse solo, contempl su resistencia, busc sosiego en la labor de construccin, quiso romper las barreras del analfabetismo y cursar en el colegio. Sin embargo, le aconsejaron que continuara en su oficio porque no tena capacidad para las matemticas; no posea adiestramiento, solo ansiedad y ambicin.
IdiomaEspañol
EditorialXlibris US
Fecha de lanzamiento19 ago 2015
ISBN9781503594746
Guarida De Héroes
Autor

José Adín Oliveras

José Adín Oliveras emigró a los Estados de la Unión a temprana edad. Realizó estudios de ingeniería electro-mecánica y es galardonado con un certificado de honor en la ciencia de mecánica. Se graduó con un bachillerato en la Universidad de Nueva York City College. Obtuvo licencia de inspector de viviendas por el estado de Nueva York. Trabajó para la autoridad de vivienda ejerciendo el título: supervisor de construcción. Después de veintisiete años de servicio, se retira. Su entretenimiento: escribir ensayos sobre su inolvidable Puerto Rico, la pintura al óleo y amante a la lectura de veleros antiguos y de piratas navegando el mar Caribe e inmensos contornos de islotes. Comentarios a: jadinsr@yahoo.com

Relacionado con Guarida De Héroes

Libros electrónicos relacionados

Biografías y memorias para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Guarida De Héroes

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Guarida De Héroes - José Adín Oliveras

    A mis padres que he de idolatrar una eternidad, a mi hermana y tutora, Maria Angelica, que me inspiro publicar mis versos y cuentos:

    Antonio (Toñin), Ariel, Ramon Luis, Milton, Luis Tomas, Eddie, Maria del Socorro.

    Prólogo

    Aquí les presento unas letras robadas del libro del ayer. Las hazañas de ese pasado, ya ido con el viento de antaño, atestiguan acciones verídicas. Si bien nunca he hecho nada distinto de escribir, no tengo vocación ni virtud de narrador e ignoro las normas gramaticales. Pero me he embarcado en esta empresa porque confío que el drama es interesante. Me empeño en contar la interminable lucha de una humilde familia que buscó refugio contra los vientos tormentosos de la pobreza y procuro buscar un desenlace a los muchos sucesos que llevaron sinsabores e inquietudes. He de incluir el desquite a la monótona y soberbia vida en la Isla del Espanto, como suelen llamarla hoy los paisanos que, en multitudes, huyen o escapan del fiero león del desempleo. En esta narración, la familia se asemeja a reos de la pobreza sin indulto.

    Primera parte (1949): describe el enigma de un obrero, picador de caña, agricultor y tomador de guape (ron pitorro hecho en la montaña); mujeriego, peleón durante las borracheras, amigo de los amigos y padre de nueve muchachos.

    Segunda parte (1951): cuenta las tristezas y los sacrificios de una viejita que derrama dolorosas lágrimas al ver partir a su hijo al servicio militar. La sangre boricua cubre el campo de batalla. La narración culmina con el regreso.

    Tercera parte (1971): la pesadez y la angustia de la viejita continúan años más tarde. Dos de sus hijos combaten en una jungla y desafían a un temible enemigo.

    Cuarta parte (presente): el hijo pequeño emigró a Nueva York. Al encontrarse solo, contempló su resistencia, buscó sosiego en la labor de construcción, quiso romper las barreras del analfabetismo y cursar en el colegio. Sin embargo, le aconsejaron que continuara en su oficio porque no tenía capacidad para las matemáticas; no poseía adiestramiento, solo ansiedad y ambición.

    PRIMERA PARTE

    Capítulo 1

    VIDA CAMPESTRE

    La luz del amanecer cubría la intemperie y unos finos rayos de sol penetraban a través de las hendijas de la pequeña casa construida de yaguas y madera con techo de zinc. Tenía un diseño semejante a una cabaña: en la sala-comedor, una cortina, más bien una remendada sábana, servía de pared a dos pequeños cuartos con dos camas y una hamaca; en la parte derecha de la sala, una pequeña ventana asegurada con un trozo de madera horizontal. Afuera, se escuchaba el monótono sonido de palomas desfilando por el techo de zinc, el canto de los gallos, el ladrido de los perros y el mugir de la vaca; el caballo, encabritado, pastaba por los bordes del barranco y relinchaba.

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1