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Un Vecindario Llamado La Chanequera
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Libro electrónico292 páginas3 horas

Un Vecindario Llamado La Chanequera

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Homero era un joven noble de corazn e ingenuo en muchas cosas de la vida
a comparacin con otros muchachos de su edad. Tena muchos deseos de trabajar
y ayudar a su familia. Tena tres aos de estudios universitarios cursando la carrera
de periodismo la cual a ste no le apasionaba en lo ms mnimo. Amaba la lectura
y era hbil con los nmeros. Sus maestros en la preparatoria le recomendaban que
estudiara alguna ingeniera pues era el mejor matemtico de su clase. Homero
recuerda las palabras de su padre:
Solo puedes elegir dos carreras, si quieres que te pague la universidad;
periodismo o la otra que creo que se llama comunicaciones . . .
Amlcar, el padre de Homero, era chofer de un hombre muy acaudalado quien
era de los hombres ms influyentes y respetados del pas. Amlcar llevaba un poco
ms de veinte aos como chofer de Don Toms a quien consideraba un buen patrn
o jefe. Amlcar siempre le deca a Homero:
Mi padre me dijo a tu edad que estudiara para ser mdico me enlistara para
ser militar . . . y por maje no le hice caso . . . por eso yo ser estricto contigo . . . y
s que esas son las carreras del futuro porque Don Toms dice que ahora si eres
periodista hasta Presidente de la Repblica puedes llegar a ser . . .
Homero dud mucho que ese fuera un consejo directo de Don Tomas, sino mas
un comentario al cual Amlcar consider como consejo.
Dile a tu patrn que le de trabajo mejor! Tiene varios negocios y podra
ayudarle! Interrumpi la madre de Homero, Mara.
Si ya le dije pero solo puestos de chaneque dice que tiene! respondi
Amlcar.
Chaneque es el sinnimo de guarda espalda, motorista o encargado de
seguridad.
Homero no objetaba esa posibilidad, ya que el pasaje en el cual ste viva el ochenta
por ciento de los inquilinos eran chaneques o choferes de alguien; es ms, por esa
razn, esa zona del vecindario ya estaba bautizada como LA CHANEQUERA.
IdiomaEspañol
EditorialXlibris US
Fecha de lanzamiento29 ago 2011
ISBN9781462847228
Un Vecindario Llamado La Chanequera
Autor

Valeriano Mojica

Esta novela es una ficción basada en leyendas urbanas de muchos países latino americanos por los cuales el escritor en alguna etapa de su vida paso y marcaron huella. Lastimosamente, en un pais gobernado por izquierdistas radicales, un Presidente de la República y algunos políticos allegados a éste se molestaron por algunas críticas u observaciones del autor y su salida fue forzada al exterior con amenazas de persecusión y muerte. A la fecha, Valeriano Mojica reside en Estados Unidos y continua su lucha por las libertades de expresión y libre pensamiento que estan siendo restringidas en muchos paises con gobiernos de izquierda en Latinoamerica. ¿Por qué los políticos no cumplen con sus promesas? ¿Porqué hombres con toda una vida de logros y muestras de rectitud, al entrar a la política terminan como tiranos? ¿Quiénes están detrás de todo el engranaje político y socio económico de muchos países? Estas son las inquietudes de las cuales usualmente se discuten cuando abordamos el tema de la política con amigos, familiares y, en ciertas ocasiones, con desconocidos. Durante mis años universitarios en Estados Unidos tuve la dicha de conocer a muchos latinoamericanos de Norte, Centro y Sur América; Mis conversaciones con ellos sobre los problemas sociales y económicos que ellos vivían era muy similares a los de mi país y esto me sembró la semilla del pensar que todo tiene un orden y que grandes intereses utilizan nuestros países como un tablero de monopolio. Al pasar de los años fui ejecutivo de una aerolínea y mis responsabilidades me mantenían viajando constantemente a reuniones por todo el Continente Americano; esto significaba muchas horas en las salas de espera de diversos aeropuertos . . . el aburrimiento me forzó a enfrentar mi personalidad introvertida y comencé a entablar conversaciones con desconocidos, que al igual que yo, estaban obligados a esperar en esas frías y aburridas salas rodeadas de quioscos de revistas, tiendas libres y comida rápida. El tema siempre era el mismo . . . política. Las conversaciones eran más profundas y reveladoras que en mis años universitarios pero el punto siempre era el mismo . . . corrupción, monopolios y tiranía. Las nacionalidades con quienes conversaba eran diferentes pero los males eran los mismos y las historias muy similares. Al pasar más años logré mi independencia profesional y pase a la categoría de empresario. Mi asenso económico era acelerado y dado a los altos índices de delincuencia, esto causo que sufriera un atentado contra mi seguridad y el de mi familia; por dicha razón, me encontré en la necesidad de contratar seguridad armada. En mi país a los guarda espaldas les llamamos `Chaneques´ y en otros les dicen despectivamente `Guaruras´. Decidí rotar constantemente a mis chaneques y también tratarlos de buena manera para saber quiénes eran esos hombres armados que entraban a mi hogar y a mi privacidad. Gracias a largas y agradables conversaciones pude romper ciertas barreras sociales y es así como estos me comparten sus historias de aventuras, tragedias, comedia, temor y terror. Esas experiencias me convencieron que ese juego al monopolio de poder si existía. Los amigos universitarios, los desconocidos en aeropuertos y mis guardaespaldas, hicieron volar mi imaginación y es así como un día decidí sentarme frente al ordenador y escribir el título del primer libro de una trilogía . . . Un vecindario llamado La Chanequera.

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    Un Vecindario Llamado La Chanequera - Valeriano Mojica

    Un Vecindario Llamado

    La Chanequera

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    Valeriano Mojica

    © 2011 by Valeriano Mojica.

    Library of Congress Control Number:   2011911471

    ISBN: Hardcover    978-1-4628-4721-1

    ISBN: Softcover      978-1-4628-4720-4

    ISBN: Ebook           978-1-4628-4722-8

    All rights reserved. No part of this book may be reproduced or transmitted in any form or by any means, electronic or mechanical, including photocopying, recording, or by any information storage and retrieval system, without permission in writing from the copyright owner.

    This is a work of fiction. Names, characters, places and incidents either are the product of the author’s imagination or are used fictitiously, and any resemblance to any actual persons, living or dead, events, or locales is entirely coincidental.

    This book was printed in the United States of America.

    To order additional copies of this book, contact:

    Xlibris Corporation

    1-888-795-4274

    www.Xlibris.com

    Orders@Xlibris.com

    102188

    CONTENTS

    Capítulo uno    La Universidad y la Fábrica de Trabajo

    Capítulo 2    La Chanequera y el Universo

    Capitulo tres    La República de El Socorro y sus dos caras

    Capítulo cuatro    El patrón Don Alberto López-Fustenberg y Sophia

    Capitulo Cinco    El congresista de izquierda Alfredo Real

    Capitulo Seis    Ex Congresista Ignacio Ramírez

    Capítulo Siete    Periodista y futuro candidato presidencial Ernesto Girón

    Capitulo Ocho    Fin de año

    Capitulo Nueve    Para unos La Cortesana para otros La Diva Sandra Roca

    Capitulo Diez    Misterioso EmpresarioSalvador Colibre

    Capitulo Once    El asesinato deDon Tomas Alberto Fustenberg

    Capitulo Doce    Homero Giancarlo Gómez Gulietti

    Dedicatoria y agradecimiento

    He vivido una vida repleta de problemas, pero no son nada comparado con los problemas que tuvo que afrontarse mi padre para lograr que mi vida empezase. (Bartrand Hubbard).

    Quiero dedicarle este libro a mi padre, un ejemplo a seguir de rectitud, valor y sacrificio . . . un hombre humilde que me enseño que un padre puede ser también el mejor amigo y confidente.

    Te amo Papá.

    Quiero agradecer a mi madre por ser el roble de nuestro hogar y por haberme enseñado lo que es amar sin egoísmos.

    Te amo Mamá.

    Quiero que mis hermanos sepan que siempre serán parte de mi vida y que espero mi hija logre ser parte de las suyas . . .

    Quiero responderle a Sarah que logre encontrar en la escritura mi verdadera y única pasión . . . Gracias amiga.

    NOTA DEL AUTOR

    ¿Por qué los políticos no cumplen con sus promesas? ¿Porqué hombres con toda una vida de logros y muestras de rectitud, al entrar a la política terminan como tiranos? ¿Quiénes están detrás de todo el engranaje político y socio económico de muchos países?

    Estas son las inquietudes de las cuales usualmente se discuten cuando abordamos el tema de la política con amigos, familiares y, en ciertas ocasiones, con desconocidos. Durante mis años universitarios en Estados Unidos tuve la dicha de conocer a muchos latinoamericanos de Norte, Centro y Sur América; Mis conversaciones con ellos sobre los problemas sociales y económicos que ellos vivían era muy similares a los de mi país y esto me sembró la semilla del pensar que todo tiene un orden y que grandes intereses utilizan nuestros países como un tablero de monopolio.

    Al pasar de los años fui ejecutivo de una aerolínea y mis responsabilidades me mantenían viajando constantemente a reuniones por todo el Continente Americano; esto significaba muchas horas en las salas de espera de diversos aeropuertos . . . el aburrimiento me forzó a enfrentar mi personalidad introvertida y comencé a entablar conversaciones con desconocidos, que al igual que yo, estaban obligados a esperar en esas frías y aburridas salas rodeadas de quioscos de revistas, tiendas libres y comida rápida. El tema siempre era el mismo . . . política. Las conversaciones eran más profundas y reveladoras que en mis años universitarios pero el punto siempre era el mismo . . . corrupción, monopolios y tiranía. Las nacionalidades con quienes conversaba eran diferentes pero los males eran los mismos y las historias muy similares.

    Al pasar más años logré mi independencia profesional y pase a la categoría de empresario. Mi asenso económico era acelerado y dado a los altos índices de delincuencia, esto causo que sufriera un atentado contra mi seguridad y el de mi familia; por dicha razón, me encontré en la necesidad de contratar seguridad armada. En mi país a los guarda espaldas les llamamos `Chaneques´ y en otros les dicen despectivamente `Guaruras´.

    Decidí rotar constantemente a mis chaneques y también tratarlos de buena manera para saber quiénes eran esos hombres armados que entraban a mi hogar y a mi privacidad.

    Gracias a largas y agradables conversaciones pude romper ciertas barreras sociales y es así como estos me comparten sus historias de aventuras, tragedias, comedia, temor y terror. Esas experiencias me convencieron que ese juego al monopolio de poder si existía.

    Los amigos universitarios, los desconocidos en aeropuertos y mis guardaespaldas, hicieron volar mi imaginación y es así como un día decidí sentarme frente al ordenador y escribir el título del primer libro de una trilogía . . . Un vecindario llamado La Chanequera.

    VALERIANO MOJICA

    PRÓLOGO

    Homero era un joven noble de corazón e ingenuo en muchas cosas de la vida a comparación con otros muchachos de su edad. Tenía muchos deseos de trabajar y ayudar a su familia. Tenía tres años de estudios universitarios cursando la carrera de periodismo la cual a éste no le apasionaba en lo más mínimo. Amaba la lectura y era hábil con los números. Sus maestros en la preparatoria le recomendaban que estudiara alguna ingeniería pues era el mejor matemático de su clase. Homero recuerda las palabras de su padre:

    Solo puedes elegir dos carreras, si quieres que te pague la universidad; periodismo o la otra que creo que se llama comunicaciones . . .

    Amílcar, el padre de Homero, era chofer de un hombre muy acaudalado quien era de los hombres más influyentes y respetados del país. Amílcar llevaba un poco más de veinte años como chofer de Don Tomás a quien consideraba un buen patrón o jefe. Amílcar siempre le decía a Homero:

    Mi padre me dijo a tu edad que estudiara para ser médico ó me enlistara para ser militar . . . y por maje no le hice caso . . . por eso yo seré estricto contigo . . . y sé que esas son las carreras del futuro porque Don Tomás dice que ahora si eres periodista hasta Presidente de la República puedes llegar a ser . . .

    Homero dudó mucho que ese fuera un consejo directo de Don Tomas, sino mas un comentario al cual Amílcar consideró como consejo.

    ¡Dile a tu patrón que le de trabajo mejor! ¡Tiene varios negocios y podría ayudarle! Interrumpió la madre de Homero, María.

    ¡Si ya le dije pero solo puestos de chaneque dice que tiene! respondió Amílcar.

    Chaneque es el sinónimo de guarda espalda, motorista o encargado de seguridad.

    Homero no objetaba esa posibilidad, ya que el pasaje en el cual éste vivía el ochenta por ciento de los inquilinos eran chaneques o choferes de alguien; es más, por esa razón, esa zona del vecindario ya estaba bautizada como LA CHANEQUERA.

    CAPÍTULO UNO

    La Universidad y la Fábrica de Trabajo

    Las vacaciones habían terminado y era hora de regresar a continuar con los estudios universitarios. Las últimas tres semanas Homero las había aprovechado para poder reparar unas goteras que había en casa de sus padres. Es más, goteaba en su habitación y la de sus padres, la sala, cocina y comedor. Así que esas tres semanas fueran agotadoras. Para suerte de Homero, otros vecinos le pidieron que les ayudase con el mismo problema y este accedió a cambio de poder quedarse con los sobrantes de las reparaciones (Ya que el presupuesto de su casa era solo para reparar la habitación de sus padres). El muchacho estaba por terminar tercer año de periodismo y esperaba que no hubiese sorpresas en la Universidad Nacional de El Socorro pues ya había perdido casi dos años de estudio dado a que la universidad había permanecido cerrada por constantes manifestaciones estudiantiles y un incendio que afecto las instalaciones de su facultad. Las calificaciones de Homero eran casi perfectas porque éste no solo era aplicado sino que su coeficiente estaba muy por arriba de la curva del promedio; En la escuela lo consideraron como uno de los estudiantes más inteligentes de su promoción pero esto simplemente no fue suficiente para que alguien le pudiese guiar a solicitar algún tipo de beca universitaria. Su lectura era rápida, su compresión afilada, tenía una asombrosa habilidad matemática y un sentido común basado en razón. Su madre lo había educado muy bien y era respetuoso de las cosas y las personas, tuvo muchas admiradoras por ser un gran atleta y ser un joven bien parecido; sus maestros siempre pensaron que su potencial era para dar más que ser un periodista pero a veces, el universo nos tiene preparado caminos no deseados que nos llevaran a un punto en el cual solo nosotros mismos podemos decidir cuál será nuestra meta final.

    Eran las seis de la mañana y Homero se encontraba bajando de un auto bus a seis cuadras de la universidad. Este decidió caminar el resto de la trayectoria ya que tenia aproximadamente una hora y cuarto de estar sentado en aquella butaca de fibra de vidrio dentro de la ruta 47B.

    <

    Identificación, dentro del zapato.>>

    Este era el recuento mental que hacia Homero pensando en la probabilidad estadística del ochenta y dos porciento de ser asaltado en su caminata de seis cuadras. Este se imaginaba que el silencio a su alrededor era porque las demás personas que también caminaban iban haciendo el mismo recuento de inventario personal.

    Unos días antes las maras, un grupo considerado como delictivo y parte del crimen organizado, habían sentenciado toque de queda para el transporte colectivo y amenazado con incendiar las unidades que circularan; por esta razón, tal vez esas butacas de fibra de vidrio se sentían mas incomodas de lo usual.

    Definitivamente la vida es bella . . . Especialmente en este pequeño país llamado El Socorro.

    Homero, al terminar su recorrido y salir triunfante de no ser asaltado, se encuentra frente a un gran arco lleno de pinturas grafiti en el cual todavía se lograba leer en forma arqueada Universidad Nacional de El Socorro, América Latina La palabra Nacional había sido manchada y sobre ella se podía leer Bolivariana.

    En la oficina de inscripción de materias, habían jóvenes estudiantes colaborando administrativamente. Eran muchos y parecían ser parte de algún equipo de futbol ya que todos usaban camisas o camisetas color rojo, pero Homero estaba claro que ninguno de esos muchachos jugaba al futbol.

    ¿Que quieres? le dijo uno al ver lo de pie frente a su escritorio.

    – Estudiar.—contesto

    – ¿Sós parte de alguna Brigada Universitaria?

    – No.—respondió Homero

    – Hey, compañero Vladimir, ven a hacerle el estudio socio económico a este chamaco.—Luego el tipo se levanto y le cedió la silla a Vladimir. A todo esto, Homero permanecía de pié.

    – ¿Donde vivís?—pregunto Vladimir con indiferencia.

    – Urbanización Novo mundo, colonia La Paz, pasaje La Esperanza dos, casa número diez.

    – La Esperanza dos . . . hum . . . . ¡Ah! ¡Vivís en la Chanequera!

    – Si.—respondió el muchacho.

    – ¿Y tu papá de quien es chaneque?—preguntó Vladimir.

    – Don Tomás Fustenberg

    – ¡No se diga más! ¡Hey, compañero Lenin! ¡A este le toca la cuota más alta! ¡El tata trabaja para un oligarca!

    – ¡Pero somos pobres, Yo no puedo pagar cuota, por favor reconsidere!

    – Ese no es mi problema . . . vivís de un oligarca y con verte, al parecer, el oligarca se cogió a tu pinche madre . . . ¡SIGUIENTE!—respondió Vladimir mientras miraba a Homero con odio genuino y celos de hombría dado a que algunas señoritas ahí presentes miraban al muchacho detenidamente y se secreteaban entre sí.

    Homero salió helado de esa oficina y se preguntaba ¿por qué tanta injusticia? Pagar la cuota más alta, setenta dólares americanos, sumado con los gastos adicionales de útiles y transporte podrán hacerle necesitar de su padre un aporte de ciento cincuenta dólares americanos mensuales. Era más que el doble de lo presupuestado. Aunque no le encontraba gusto alguno a su carrera, a este le causaba pesar ver más lejana la posibilidad de ser un profesional, el primer Licenciado en su familia. Sabía que debía encontrar alguna forma de no perder esa esperanza y el camino realista y correcto era buscar empleo y así poder pagarse sus estudios universitarios.

    -Por favor Señor, dame una señal, ayúdame.—Murmuró Homero mientras caminaba de regreso a la parada de bus seis cuadras cuesta arriba.

    Al parecer funcionó, un volante le fue entregado en la siguiente esquina por unos promotores de eventos y en éste decía:

    ¡Ven a la Fábrica de Trabajo! Temporalmente te estaremos esperando en el Centro de Convenciones de El Socorro, el día ocho de septiembre.

    —¡Ahora es ocho! Exclamo el joven con gran entusiasmo y corrió con gran afán . . . un afán de catorce cuadras . . . hasta que realizo que era mejor esperar el siguiente auto bus ya que todavía faltaban otras doce para llegar al lugar que le solucionaría su problema.

    Al llegar, se encontró con cientos de jóvenes haciendo colas en diferentes puntos del lugar. Si eres un joven profesional, espera en esta línea Este rotulo se encontraba en ocho de las diez mesas de atención en las cuales habían largas colas. << Bueno, solo tendré que hacer dos colas.>> Pensó Homero caminando hacia una de éstas.

    Luego de tres horas en fila, éste llega al frente de esta y una joven muy sonriente le atiende y dice, mientras le entrega una aplicación: Hi, Welcome to Extream! We are here to make your dreams come true! Homero frunció el rostro ya que no captaba lo que ella decía.

    ¡Trabajo hay! . . . Si eres bilingüe, verdad `honey´. Exclamó con tono fuerte un muchacho que estaba al lado de Homero. Este se veía un poco alterado.

    <>

    Después de ese pensamiento Homero procedió a moverse a la décima fila ya que su inglés era decir dos cosas: Hello y I love You. (Hola y Te Amo)

    El muchacho molesto que había estado a su lado en Extreme ahora se encontraba junto a este en la décima y última fila.

    ¡Bienvenidos al FoSiglo! Decía la carpeta detrás de las personas encargadas de entregar las hojas de solicitud de trabajo. Vestían uniformes coloridos y de apariencia nueva, pero al ver los rostros inexpresivos y con caras de pocos amigos, el muchacho al lado de Homero dio la vuelta y comento: Te apuesto los veintidós centavos que llevo conmigo que esto es algo del gobierno . . . mi mamá trabaja en un ministerio y esa es la cara que luce siempre. Luego sonrió y regresó su vista al frente.

    Efectivamente, el muchacho tenía razón, era un proyecto del gobierno de la República del El Socorro. Este se llamaba Fondo Solidario del Siglo, conocido también como FoSiglo. Este fondo era un proyecto de construcción y mejoramiento de vida en la parte norte del país que ayudaría, por medio de la construcción de una mega carretera, mejorar la vida de todas aquellas personas que vivían en la zona; Según ciertos `indicadores´ estas personas vivían en extrema pobreza. Lo secundario y no tan relevante (a conveniencia de unos pocos) es que dicho programa llevaría progreso y agilizaría el comercio entre El Socorro y sus países vecinos.

    Usted perfectamente puede trabajar con nosotros en los turnos de noche y estudiar durante el día, ¿Qué le parece? preguntó el inexpresivo empleado de FoSiglo quien al parecer había recibido algún tipo de inducción y se había logrado memorizar los saludos u ofrecimientos.

    – ¿Qué se hace en los turnos de noche?—Preguntó Homero.

    – Trabajaras como obrero constructor de carreteras y así darás tu granito de arena para mejorar este tu hermoso país llamado El Socorro.—dijo el hombre con una sonrisa finjida.

    – ¿Cuántas horas dura el turno?

    – Ocho horas y hay transporte de regreso a la capital, saliendo a las 4:30 a.m.

    – ¿Cuánto es la paga?

    – Ciento ochenta y siete dólares antes de descuentos.

    – ¿Quincenal o semanal?—preguntó Homero

    – Mensual

    – ¿Comida?, ¿Aunque sea solo un tiempo?

    – No

    – ¡Paso! Exclamo Homero. ¡Son unos explotadores!—dijo después.

    Acepto, ¿cuándo comienzo? escucho Homero a su lado. Al voltear su mirada se dio cuenta que era aquel muchacho molesto en la cola del Call Center quien tenía una madre que trabajaba en un ministerio.

    Así nos toca a los pobres, si no estudiamos y embarazamos a la novia. Dijo éste a Homero con un tono de derrota y ojos cristalinos como el agua.

    << ¡Tengo que terminar mi carrera!>> Se dijo Homero en su mente al ver detenidamente a través de los ojos de aquel muchacho.

    Homero llego a su casa y les dio las malas noticias a sus padres. Estos no actuaron sorprendidos pero la tristeza opacaba sus ojos. Veremos qué pasa hijo. No te preocupéis que el Señor es Grande y te iluminará el camino al éxito. Dijo María, la madre de Homero, con mucha fe y paz. Los tres se sentaron a cenar y ya no se escucho palabra.

    CAPÍTULO 2

    La Chanequera y el Universo

    Eran las ocho de la noche de un catorce de septiembre y Amílcar salió de su casa a fumar un cigarrillo a la entrada del pasaje. En dicho pasaje había aproximadamente veinte familias, diez en un segundo nivel las cuales estaban cinco a un lado y cinco al otro; en el nivel inferior era la misma distribución. Un pasaje adornado con macetas, llenas de hermosas flores tropicales, separaba a un lado con el otro; La casa de Amílcar estaba en el segundo nivel, por esa razón, las goteras eran compañeras incondicionales durante los inviernos. Usualmente para estas fechas la lluvia era copiosa, pero esa noche se admiraban las estrellas con todo su esplendor.

    Amílcar admiraba aquel paisaje celestial cuando un vecino se le acerca y le dice: Amílcar, ¿me regalas lumbre? Amílcar le sonrió y saco su encendedor del bolsillo. Cinco minutos después había ocho vecinos más junto a Amílcar saludándose con abrazos y bromas entre sí. ¡Este sí que es un milagro! dijo Amílcar, Después de muchos años todos coincidimos con vacación para el día de mañana, día del Salvador del Mundo.

    – ¡En vez de cigarrillos, porque no mejor unas cervecitas bien heladas!—dijo uno de los señores.

    – ¡Démosle!—contestaron todos como niños pequeños.

    – ¿Por qué no mejor hacemos una parrillada mañana en el pasaje y ahí disfrutamos con las cervecitas? Todos necesitamos estar con nuestras familias esta noche para que las señoras no nos reprochen todo el día de mañana.—dijo Amílcar.

    – Estoy de acuerdo, ¿le damos mañana, compañeros?—Secundó uno de ellos.

    Todos aceptaron y se quedaron ahí parados fumando sus cigarrillos sin decir palabra . . . desde arriba parecían un espejo del universo pues los puntos encendidos de tantos fumadores juntos los hacía ver como un conjunto de estrellas. Había buena sensación que la parrillada sería un éxito en aquel vecindario llamado la Chanequera.

    Era 15 de septiembre por la mañana y en la Chanequera no había pasividad, solo movimiento; Chaneque corriendo aquí, chaneque moviendo allá, todos preparando la parrillada del medio día aunque, al ver de lejos, los movimientos de estos parecían un operativo militar. Las esposas de todos estaban ayudando con la limpieza del pasaje y preparación de los alimentos; al parecer la sugerencia de Amílcar, la noche anterior, había funcionado . . . Todas estaban satisfechas con sus espositos . . . algunas hasta silbando.

    Homero, desde su casa observaba desde la ventana que daba el pasillo y lograba ver como la gente se esmeraba en el primer nivel. – Son las once y cuarenta, ya casi.—Se dijo a sí mismo. –Ojala no se vayan a pasar de cervecitas porque si no les entra la de preguntar que nunca acaba y como soy el mayor de los hijos de la vecindad, seguro me pregunta sobre la universidad.—Se podía ver que Homero estaba tenso con toda la situación.

    "¡Señores, por favor presentarse a la

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