«No escribí con la intención de crear polémica»
La tercera novela de Sarah Vaughan, Anatomía de un escándalo, está siendo un boom literario, especialmente en el mundo anglosajón, pues se anticipó sin saberlo al #MeToo y a las mujeres que alzan la voz ante los abusos laborales y de poder. Es un drama judicial trepidante e inteligente, que retrata a la perfección el clasismo y los abusos imperantes en los pasillos de la política británica, así como lo anacrónico y machista de la judicatura. La historia estalla cuando James, un atractivo miembro del gobierno, con una vida perfecta, es acusado de violación. Su mujer, Sophie, le apoya incondicionalmente. La fiscal de la acusación, Kate, parece obsesionada con acabar con él.
Sarah Vaughan fue durante años corresponsal política de Licenciada en Literatura Inglesa por la Universidad
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