El amor en tiempos de Tinder

Por Lola Pazos

Manual urgente para triunfar en redes de contacto.

Doscientos años después del fallecimiento de Jane Austen, la autora de Orgullo y Prejuicio regresa al siglo XXI para retomar el tema del amor entre hombres y mujeres, uno de los asuntos recurrentes de su obra. Para su sorpresa, esta británica universal observa cómo, lejos de lo que ocurría en su siglo XIX, las parejas se conocen ahora gracias a una nueva herramienta, Tinder.

A través de los personajes de sus novelas y emails que va recibiendo de perfiles en Internet, Austen ofrecerá su particular visión sobre las redes de contacto. Todo para desentrañar la gran complejidad de la naturaleza y sentimientos humanos. El amor en tiempos de Tinder se convierte en un manual imprescindible de nuestro tiempo para quienes quieran seducir a través de las nuevas aplicaciones.

• Idioma: Español
• Editorial: Caligrama
• Fecha de lanzamiento: 16 nov 2017
• ISBN: 9788417164621

Lola Pazos

La verdadera autora de El amor en tiempos de Tinder eligió permanecer oculta a las miradas de su lectores para dar el gran protagonismo a quien verdaderamente lo merecía: la novelista y los perfiles de Tinder. De ella aprendió a utilizar la ironía y el humor para agilizar los textos, el gusto por los clásicos y la poesía, y la devoción por sus sobrinos. Completó su Licenciatura de Ciencias de la Información de la UCM con el Grado de Estudios Ingleses y Máster en Información Económica. Ha vivido y estudiado inglés, ruso e italiano en Gran Bretaña, Moscú e Italia. Actualmente trabaja y mucho.

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Esta es una obra de ficción. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Todos los personajes, nombres, hechos, organizaciones y diálogos en esta obra son o bien producto de la imaginación del autor o han sido utilizados de manera ficticia.

El amor en tiempos de Tinder

Primera edición: noviembre 2017

ISBN: 9788417120825

ISBN eBook: 9788417164621

© del texto

Lola Pazos

© de esta edición

, 2017

www.caligramaeditorial.com

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Impreso en España — Printed in Spain

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A mis tesoros.

Introducción

Ni mi nombre es Jane, ni mi apellido es Austen, pero admiro a esta escritora de finales del siglo XVIII y principios del XIX por encima de otros muchos autores. Quizás sea porque en una época de hombres, donde una mujer soltera representaba lo peor de la escala social, ella supo encontrar su sitio. Quizás por su alto grado de ironía y gran capacidad para reírse de sí misma.

Lejos de la imagen sensiblera que ha llegado a nuestro tiempo, la vida y obra de esta británica universal responde más al perfil de una revolucionaria que al de una adicta a las relaciones matrimoniales. Ni tan casamentera como transcendió en varias películas adaptadas, ni tan perversa o doppelgänger como los alter ego de sus propios héroes y heroínas.

Si Austen destacó por algo fue por su autenticidad. Frente al amor desesperado y suicida de coetáneos, como Byron o Shelley, ella prefirió la armonía. Austen nació el 16 de Diciembre de 1775 y murió el 18 de julio de 1817, casi al mismo tiempo que nacía el Frankenstein de Mary Shelley. Perteneció a una clase social a punto de desaparecer, la llamada pseudo—gentry, una especie de aristocracia rural, emparentada con la nobleza, cuyas costumbres se acercaban más a la inminente burguesía.

Históricamente convivió con la Revolución Francesa y Napoleón, así como con la Revolución Industrial, pero aparte de algunas pinceladas que aparecen en sus novelas, su obra no destacó por ser referente de grandes epopeyas o personajes históricos.

Su tema fue más bien la intrahistoria. La vida de una madre, un hermano, una amiga, un vecino, con sus problemas, tareas cotidianas, costumbres y conflictos internos. Todos buscando el sentido de sí mismos y haciéndose la misma pregunta que asola al ser humano desde tiempos inmemorables. ¿Podremos algún día entendernos? ¿Dónde está Mr Darcy? ¿Dónde Ms Bennet?

Austen lo buscó incansablemente en su vida, en sus libros. No paraba de preguntarse en qué lugar se escondería ese hombre soñado o esa joven anhelada. ¿Existen? ¿Son reales? Ella jamás encontró al suyo.

Murió soltera a los 41 años a pesar de haber tenido dos proposiciones matrimoniales que al parecer rechazó o no le convencieron lo suficiente. Dicen que un episodio de amor truncado por el fallecimiento repentino de su pretendiente le afectó considerablemente hasta renunciar por completo al amor. Posteriormente una enfermedad en el riñón la dejó agotada, con apenas fuerzas para acabar Persuasión, su última obra, y la que mejor refleja ese sentimiento de aceptación del devenir.

Fue Casandra, su hermana mayor y también soltera, quien la cuidó en sus últimos días. Con ella compartiría a través del género epistolar muchas de sus confidencias, cartas que Cas, como así la llamaba su querida Jane, decidió quemar en su mayoría tras el fallecimiento de Austen. Dejó sólo un centenar que hoy pueden leerse en la edición española de Época Editorial.

Del siglo XIX al XXI no sólo han pasado doscientos años, sino además un cambio radical en la forma de relacionarnos. Si bien el tiempo que Austen vivió era complejo para las relaciones sentimentales, dadas las limitadas comunicaciones, el protocolo social y los formalismos, hoy el apego a lo inmediato y el individualismo tampoco lo hacen sencillo.

Está claro que socialmente existía entonces una mayor desventaja para la mujer. Sin posibilidad de trabajar, salvo de ama de llaves, profesora o institutriz, al género femenino en ese tiempo no le quedaba otra alternativa que casarse o quedar expuesta a la pobreza.

A Austen eso le amargaba. Nunca quiso contraer matrimonio por conveniencia, así que perpetró una estrategia para obtener ingresos y ganarse la vida con lo que mejor sabía hacer: escribir. A pesar de ello, la publicación de sus primeros libros no le sirvió para vivir —vendió su primera obra, Northanger Abbey por sólo 10 libras—, y tuvo que aceptar la generosidad de su hermano para retirarse a Chawton con su madre, hermana y cuñada.

Posteriormente, los ingresos de sus siguientes obras fueron subiendo al tiempo que su propia proyección literaria hasta el punto que su novela Enma está dedicada al entonces Príncipe Regente, George IV.

Jane Austen quedará para la posterioridad como la precursora de nosotros mismos. Mujeres y hombres independientes que no queremos que otros asuman el rol de mecenas. Por eso me resulta tan emocionante emprender este proyecto e inventar cómo ella hubiera reaccionado a la evolución de las relaciones en este siglo XXI.

En otras palabras: ¿Qué haría Austen en la Era Tinder? ¿Cuáles serían sus recomendaciones? ¿De qué manera aconsejaría describirse? ¿Qué fotos les animaría a subir? Se me ocurren miles y miles de preguntas, que a través de la literatura austeniana —en cursiva y letra clásica Blackadder ITC— y las experiencias en Tinder —en negrita y letra Próxima Nova—, voy a intentar desentrañar. Los personajes de Jane Austen os ayudarán, ya lo veréis, a descubrir la compleja naturaleza humana mientras que las experiencias de la Era Tinder os servirán para comprender el nuevo proceso de las relaciones en internet. Todo ello escrito para suscitar la reflexión y la comprensión entre los unos y los otros.

Mi objetivo no sólo persigue constatar cuáles son las diferencias que imperan entre el hoy y el ayer en las relaciones entre géneros, sino acercar la obra de esta ilustre novelista a quienes aún no la conozcan e instar a releerla de nuevo a los que ya la hayan leído. Pero de una forma mucho más calmada, deteniéndose en cada una de sus frases, utilizando una mayor agudeza visual, como aconseja Helena Kelly, en Jane Austen, The Secret Radical.

Nada como sus textos para responder a las incógnitas que plantean actualmente las múltiples aplicaciones de contactos —Tinder, Meetic, eDarling, OKCupid, Sapio—. Nada como su ironía para amenizar un chat por internet, nada como su destreza del lenguaje para conversar.

En el libro The Jane Austen Rules. A classic guide to modern Live, de Sinéad Murphy se ofrecen pistas de cómo Austen hubiera actuado en la época que nos ha tocado vivir, también en "Mr Dary´s Guide to Courtships by Fitzwilliam Darcy, pero en ninguno de ellos se contempla la práctica tinderiana", cuyo principial motor es la nueva aplicación Tinder, lanzada en 2011 y que ha quitado el polvo y la mala imagen a las empresas de contacto.

Ahora, en 2017, todo el mundo está en Tinder. Todo el mundo que quiera relacionarse con el otro mundo, sin importar edad, estudios, trabajo, clase social o país. Es una nueva manera de conocer a gente, la fórmula que necesitaba este mundo globalizado e hiperconectado para entrelazarse.

A través de nuestros móviles, podemos llegar a cualquier lugar, conocer a gente de Europa, Asia, América, con distintas costumbres, diferentes horarios y culturas totalmente divergentes. Es la aldea global que soñó McLuhan.

El hombre, la mujer, seres sociales y comunicativos, ya no entienden la vida sin una conexión a datos. Contenidos de ocio, de amor, de sexo, contenidos al fin y al cabo, de emociones humanas.

Para escribirlo, yo también me convertí en Tinder, aunque previamente debieron darse las circunstancias apropiadas para ello. Mi marido uruguayo un buen día cogió la puerta y se fue a por mate. Fue la última vez que le vi. Todavía tendrían que pasar casi cuatro años de su estampida, pero a mediados de 2016 una amiga me enseñó la aplicación, la vi sencilla, normal, sin caspa y decidí bajarla.

Mientras cuidaba a mi padre enfermo, empecé a chatear con mi primer match, que para los neófitos es eso que ocurre cuando ambos coinciden en los me gusta. Él se encontraba de camino a Roma, en el aeropuerto, sin duda, le elegí porque en su foto llevaba un libro, sin duda no me equivoqué.

Fue un hombre culto y encantador, casi se convirtió en un primo hermano, a quien consultar las dudas de Tinder. Pero, ¿para qué despejar todo ahora? Adéntrate conmigo al misterioso mundo de Tinder y Jane Austen, conoce qué recomendaría esta revolucionaria, indaga en sus personajes, descubre cómo es amar en tiempos de Tinder…

Primera Parte

Capítulo I

Genuinos, que no ingenuos

Ahora sí. Mi nombre es Jane Austen. Antes de empezar este capítulo, quiero advertiros de algo. Si alguno