Planeta Robot: The Contact Chronicles of Robot Planet, #1

Por Louis Edward Rosas

En preparación para la primera misión tripulada a Marte, el último explorador robótico de la NASA, el Mars Prospector ha sido enviado al Planeta Rojo para estudiar posibles zonas de aterrizaje. Pero cuando la cámara del explorador captó algo inquietante, se desencadenan una serie de eventos perturbadores para el Dr. Wayne Parsons y su pequeño equipo del JPL que ponen en peligro tanto la misión como sus vidas. El autor Mishima Americano, Louis Edward Rosas, presenta esta breve historia de intriga, ciencia y una siniestra campaña para suprimir la verdad, que pondrá en duda si estamos realmente solos en el universo.

• Idioma: Español
• Editorial: BadPress
• Fecha de lanzamiento: 26 abr 2021
• ISBN: 9781071598061

Vista previa del libro

PLANETA ROBOT

Primera Edición en Español

LOUIS EDWARD ROSAS

Copyright © 2019 Louis Edward Rosas

Todos los Derechos Reservados.

ISBN: 9781796380378

DEDICATORIA

Para mi entrañable esposa, Tina,

Para quien nada de este trabajo sería posible.

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CONTENIDOS

NOTA DEL AUTOR

La siguiente historia que está a punto de leer no es cierta.

Este es un trabajo de Ciencia Ficción. Los eventos descritos en este libro nunca ocurrieron. Aunque algunos elementos tienen alguna base en la realidad, cualquier parecido con alguna persona viva o muerta es mera coincidencia.

CAPÍTULO I

eL PLANETA Rojo

––––––––

Marte, el planeta rojo. Es un mundo estéril, frío, desolado y desprovisto de vida. Un lugar inhóspito, sin embargo, ésta era la mejor esperanza y la mayor aspiración del hombre para crear un segundo hogar que algún día podría asegurar la supervivencia de la raza humana. Durante más de medio siglo, decenas de satélites, módulos de aterrizaje y vehículos exploradores han examinado la superficie y cartografiado su terreno desértico y afloramientos rocosos. Durante mucho tiempo han buscado señales de que la vida existió allí alguna vez con la esperanza de que pudiera volver a existir. Estos primeros esfuerzos habían buscado rastrear elementos que luego pudieran utilizarse para terraformar el planeta muerto en un nuevo mundo de nuestra propia creación. Tal hazaña nos llevaría del reino de la ciencia ficción a la colonización del espacio.

Fue esta ambición audaz la que sentó las bases para la próxima generación de exploración espacial tripulada. Y si bien aún quedaban por superar grandes desafíos tecnológicos, el Laboratorio de Propulsión a Reacción (JPL por sus siglas en inglés) de la NASA continuó promoviendo ese objetivo con la última misión de reconocimiento en previsión de la primera misión tripulada que aún se está a años de lograrse. Serían los últimos reconocimientos robóticos antes de la selección final de la primera zona de aterrizaje para los componentes principales del Mars Habitat programado para ser lanzado durante la próxima ventana de lanzamiento proyectada. Nos sumamos a la misión actual ahora.

Desde la oscuridad del espacio, la solitaria nave espacial que transportaba el vehículo explorador Mars Prospector había llegado al cuarto planeta desde el sol. Durante seis meses, había atravesado una gran distancia de casi ciento cuarenta millones de millas de la Tierra. Ahora estaba a la distancia de ataque, entonces, la nave se alineó para un perfil de inserción estándar disparando sus cohetes de control de actitud en preparación para la precaria entrada a la delgada atmósfera marciana.

Mars Prospector y su subsiguiente misión hermana Mars Homesteader se lanzaron al espacio sobre cohetes de carga pesada con un mes de diferencia entre sí en el Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral, Florida. Esto se hizo durante la estrecha ventana de lanzamiento donde los dos planetas estaban alineados más cerca el uno del otro. Su misión principal era examinar los posibles sitios de aterrizaje ecuatoriales que fueron preseleccionados en las Zonas de Aterrizaje en Marte o MLZ (Mars Landing Zones, su acrónimo en inglés) antes de las próximas misiones tripuladas futuras para establecer los primeros puestos de avanzada del Hombre en un mundo lejos de casa.

De vuelta en la Tierra, los nervios vibraron como castañuelas españolas entre los que estaban sentados en el Control de la Misión dentro de los confines del Laboratorio de Propulsión a Reacción de la NASA en Pasadena, California. Allí, los científicos del JPL observaban ansiosamente las grandes pantallas de visualización en el techo, con sus polos rojas a juego con la misión, con gran anticipación de los críticos seis minutos de terror durante la entrada. Es la fase más crítica de la misión en la que solo podían contener la respiración colectiva y esperar. Entre los muchos especialistas en el Vehículo Explorador sentados