Mientras lees esta frase inicial han recorrido 30 kilómetros. Fueron lanzadas al espacio en 1977 (ahora, unos 60 km) y son los objetos humanos más alejados de la Tierra (90 km). Eran otros tiempos: existían la URSS y Yugoslavia, Jimmy Carter se estrenaba como presidente de Estados Unidos (150 km), México creaba el DIF y Pelé jugaba su último partido como futbolista profesional en el Cosmos de Nueva York (210 km).
Son la Voyager 1 y su hermana la Voyager 2, los artilugios creados por el ser humano que se encuentran más lejos de la Tierra: las sondas se hallan desde hace algunos años en el espacio interestelar, fuera ya de nuestro Sistema Solar, y viajan hacia las profundidades del universo a unas velocidades de 59,500 km/h la primera y 56,300 km/h la segunda. La Voyager 1 está a unos 23,383 millones de kilómetros de la Tierra o 156.3 unidades astronómicas (156.3 veces la distancia de la Tierra al Sol), y la Voyager 2 a 129.8 unidades astronómicas, es decir, a 19,430 millones de kilómetros.
De otro mundo
Hace casi 45 años de su lanzamiento y no solo el mundo es otro, también lo es, y muy especialmente, la tecnología que usamos: ambas sondas emiten una señal constante, pero el transmisor de la Voyager 1 tiene una potencia de apenas 22.4 watts: cuando dicha señal alcanza la Tierra es tan débil que la NASA sólo puede captarla mediante su antena más grande, una de 70 metros, o combinando