Objetivo: ir al planeta rojo
Marte es el último de los planetas rocosos del Sistema Solar (Mercurio, Venus, Tierra, Marte; los otros cuatro son gaseosos, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno). Es chiquito (su diámetro es la mitad de la Tierra) y en él se encuentra el Monte Olimpo, el volcán más alto que conocemos (es dos y media veces más grande que nuestro Monte Everest). Y tiene dos lunas: Fobos y Deimos.
Creemos que en algún momento Marte fue muy parecido a la Tierra. Debido a su geología, atmósfera, distancia del Sol y composición química es probable que nuestro vecino -hoy seco, desolado- haya en un momento albergado vida. (Como hoy es posible que también exista en Europa, una luna de Júpiter, y Encélado, una luna de Saturno, pero Marte está muchísimo más cerca si queremos buscar indicios de vida extraterrestre, aunque hay proyectos para, en el futuro cercano, enviar sondas a investigar esas lunas).
¿Vida en Marte?
Cuando comenzamos a ver a Marte con telescopios -hace unos siglos- creímos que sus aparentes cambios de color se debían a modificaciones en su vegetación por sus diferentes estaciones, y que las líneas en su superficie eran señales de una civilización avanzada. Que había “marcianos”.
Después, al comenzar nuestras sondas a sobrevolar u orbitar ese planeta, nos pareció que nunca hubo vida allá. Y ahora pensamos lo contrario.
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