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Yor-El,: Entre los buenos, el mejor
Yor-El,: Entre los buenos, el mejor
Yor-El,: Entre los buenos, el mejor
Libro electrónico178 páginas2 horas

Yor-El,: Entre los buenos, el mejor

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YOR-EL es el heroe de nuestros años juveniles cuando soñamos con aventuras espaciales que no parecen posible que las llegaremos a realizar porque ocurren demasiado en el futuro, porque no tenemos las tecnologia para llevarlas a cabo ni tenemos los suficientes años de vida por delante para tener la oportunidad de vivirlas. Pero si tenemos la imagina
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio.com
Fecha de lanzamiento7 dic 2021
Yor-El,: Entre los buenos, el mejor
Autor

Reynaldo Pareja

Reynaldo Pareja, PhD en Comunicación y Sociología del École des Études en Sciences Sociales, Paris. Maestría en Comunicación por la Universidad de Cornell, Estados Unidos. Licenciatura en Filosofía y Letras de la Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia. Todos los libros en español del autor se pueden ver y adquirir en: amazonbooks.com

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    Yor-El, - Reynaldo Pareja

    CAPITULO 1

    EL VIAJE

    Un descuido peligroso

    YOR-EL nunca pensó que el espacio profundo podría ser así de bello. Todas las imágenes láser, todas las fotos, todas las veces que había visto el cielo a través del telescopio cuando asistía a las clases de la Academia del Espacio en ARKTON, en nada se comparaban con el brillo resplandeciente y la diáfana luz que esas estrellas tenían mientras él guiaba con maestría su nave espacial.

    Donde quiera que miraba, a través del amplio ventanal de la cabina de mando de la nave, las estrellas lejanas, los planetas pequeños, las brillantes ruedas de las galaxias y los supernova con su nube multicolor, centelleaban e iluminaban el manto negro del espacio como si fuesen las bombillas de un gigantesco adorno de final de año colgado en la inmensa puerta del universo, que se extendía para todos lados y no parecía tener fin.

    Estaba tan embebido en el grandioso espectáculo que no se dio cuenta que del lado izquierdo venía un gran meteorito a una velocidad endiablada directo a impactarse con su nave. De seguir el curso que llevaba el meteorito iba a pegar de lleno en el costado con el peligro de perforar la coraza y afectar el sistema de presión de aire de la cabina. De ocurrir esto, su misión sería un total fracaso, pues se vería obligado a volver a ARKTON inmediatamente antes de haber iniciado el Viaje de Graduación de la Academia. YOR-EL seguía tan absorto en la contemplación de aquel maravilloso espectáculo que solo tenía ojos y atención para aquel manto de brillantes destellos. Estos le hacían sentir que flotaba en un inmenso mar de cristalinas luces que se prendían y apagaban sin cesar.

    La nave de YOR-EL seguía su rumbo guiada por el leve toque de las manos de su joven piloto. Esa nave era el resultado de la más adelantada tecnología espacial. Se guiaba por el contacto de las manos sobre la superficie dura del metal Lathium que era sensible a las vibraciones humanas y actuaba como conductor de señales de un circuito integral. Bastaba el cálido toque de sus palmas, pensar en la orden y el Lathium transmitía estos pensamientos directamente a la computadora central encargada de dirigir automáticamente toda la marcha de la nave. Desde el primer momento en que YOR-EL había puesto sus manos en el centro de comando de la plancha de Lathium, la nave había reaccionado a su toque, durante los ensayos, como si ella lo hubiese conocido desde hacía años. Era una comunicación profunda entre metal, computadora, manos y cerebro; que no necesitaba más que el roce de las manos de YOR-EL para que la nave respondiera inmediatamente.

    Esto fue lo que realmente lo salvó de un impacto seguro con la roca volante. Absorto como estaba en la contemplación de ese magnífico universo, no se había dado cuenta de la luz de alarma que el cerebro central había encendido indicando la inminente colisión del meteorito con la nave. El computador registró de inmediato que YOR-EL no había visto la señal de peligro porque no recibió ninguna orden de cambio de rumbo. Construido por técnicos que habían estudiado todas las posibilidades de equivocación de un joven piloto en su Viaje de Iniciación habían, afortunadamente, instalado en el computador un sistema correctivo que enviaba a las manos del piloto una pequeña descarga eléctrica que lo ponía en sobre aviso de que algo andaba mal.

    Sin esperar una fracción de segundo después de dada la alarma y no habiendo recibido orden de alteración de curso, el computador envió la descarga eléctrica que YOR-EL sintió inmediatamente. Se despertó de su ensoñación, vió la alarma prendida, y miró al mismo tiempo al panel de situaciones de peligro. De inmediato se dió cuenta que el meteoro de la pantalla estaba prácticamente encima de la nave. Sin perder el control YOR-EL manipuló el ángulo de sus manos sobre la plancha de Lathium y la nave obediente giró instantáneamente en ángulo de 90 grados en el preciso momento en que el meteoro zumbaba por encima de la nave para perderse en el negro horizonte. YOR-EL dejó salir un suspiro. Se rió algo nervioso y le dijo a Mishka, - Ese sí que pasó cerca, ¿verdad Mishka?

    Mishka, que se había percatado instintivamente de un peligro que no comprendía, pareció decir que sí con su cabeza, mientras sus ojos negros parpadeaban nerviosos.

    YOR-EL aplicó el control automático de manera que la nave siguiera el rumbo indicado y a la velocidad necesaria en dirección al primer planeta de su Viaje de Iniciación: a YANKLA.

    Mishka, con sus pies planos dando pasos cortos pero rápidos, siguió a YOR-EL que atravesaba la cabina y se sentaba en un cómodo asiento colocado contra la pared del fondo. De un salto ágil Mishka fue a caer sobre las piernas de YOR-EL como queriendo consolarlo del susto que acaba de pasar. Mientras le rascaba la cabeza peluda, volvió a repetir lo que le había dicho un minuto antes, - ¿Verdad que pasó cerca, Mishka? Una vez más el inteligente animal pareció asentir con su cabeza dándole la razón.

    - ¿Y tú, qué opinas, Q.X.T.? - Preguntó YOR-EL al pulido robot que estaba firme al lado del asiento y que durante todo el incidente no se había movido ni dicho una sola palabra porque estaba programado para responder a la pregunta directa de su amo o a una orden. Aunque sus circuitos habían registrado los segundos de conmoción; sin embargo, no dijo nada hasta que YOR-EL le hizo la pregunta a la que respondió.

    - Ciertamente Sr. YOR-EL, de no haber usted reaccionado con la velocidad que lo hizo, ese meteorito nos hubiera hecho un hueco en el costado.

    YOR-EL, entre molesto y riéndose, lo interrumpió diciéndole - Mira Q.X.T. este viaje va a ser muy largo, para que te la pases diciéndome Sr.... Suena respetuoso pero no me siento tan viejo ni tan necesitado de que me digas 'Señor'. Sé que como robot estás programado para dirigirte a mí así. Pero en adelante la orden es que me digas YOR-EL, a secas. ¿Está bien?

    - Como usted ordene, Sr. YOR-EL… - y dándose cuenta enseguida del error que cometía, se corrigió, - Como ordenes YOR-EL.

    - Eso está mejor Q.X.T. Ahora, pongamos algo en claro Si en el futuro me encuentro en peligro y no me doy cuenta, te doy ahora la orden, Q.X.T., de que me avises enseguida del mismo, ¿comprendido?

    - Perfectamente registrado, Sr… perdón, YOR-EL. Me va a llevar algo de tiempo borrar la orden que tengo impresa para substituirla por la nueva.

    - No importa, Q.X.T. pronto la tendrás bajo control. Ahora miremos dónde se encuentra YANKLA en el espacio.

    El tesoro de YANKLA

    Enseguida YOR-EL puso sus manos sobre el Lathium y dió la orden mental de que apareciera el mapa del universo en el cuadrante 238-Z correspondiente a la nebulosa de Dromedanda. Allí, en majestuosa tercera dimensión, suspendida en medio de la cabina de la nave se fue dibujando como por arte de magia la región del espacio donde se encontraba el planeta YANKLA. Con matemática precisión el mapa-láser fue dividiendo la Nebulosa en porciones cada vez más pequeñas hasta que apareció en un extremo un punto brillante. Se fue agrandando lentamente y creció al tamaño de un globo de cumpleaños mostrando una delgada capa de nubes que lo rodeaba y un par de lunas amarillas que parecían suspendidas por hilos invisibles.

    - Ahí esta YANKLA - dijo YOR-EL con satisfacción. - ¿Qué impresión te da Q.X.T.?

    El robot miró fijamente la esfera y buscó la respuesta en su archivo mental. - Es un planeta de atmósfera aún en desarrollo que requiere máscaras de oxígeno para caminar. Me permite preguntar YOR-EL, ¿qué vamos a buscar a un planeta tan primitivo?

    Mishka, que aparentemente no había dicho nada en toda la conversación, hizo alarde de su agilidad saltando del suelo encima de la mesa de mando sin mucho esfuerzo y con sus ojos negros grandes hizo la misma pregunta de Q.X.T.

    - Eso, mis queridos Mishka y Q.X.T., es lo que vamos averiguar enseguida. Acomódense mientras busco el sobre que contiene las instrucciones de lo que debemos hacer allí. Ahh, pero antes déjenme ordenarle a la computadora que haga el salto de hiperespacio si queremos llegar antes de ponernos viejos a esta velocidad. Y diciendo esto, YOR-EL puso sus manos sobre el extraordinario Lathium y mentalmente dio a la nave la orden de que hiciera el salto al hiperespacio en donde iría a una velocidad mayor que la luz lo que les permitiría llegar al planeta en una fracción del tiempo normal. No bien había terminado la frase cuando se sintió un ligero empujón como si la nave hubiese sido lanzada por un deslizador en un parque de niños.

    YOR-EL verificó que todo estaba en orden: que la computadora tenía la nave bajo control y que la velocidad era la correcta. Satisfecho, se acercó al lado izquierdo de la silla e hizo leve presión con sus dedos sobre la pared y de allí saltó un cajón. Tomó el sobre dentro de él, dió media vuelta y se sentó de nuevo sobre la cómoda silla. Mishka no perdió un segundo para saltar y quedar sentado sobre las piernas de su amo.

    Con cierta solemnidad, YOR-EL abrió el sobre de instrucciones que cada uno de los 20 cadetes había recibido antes de partir rumbo a un planeta diferente, con una misión propia que cumplir. Era el primero de tres planetas por visitar, requeridos a todo Cadete para poder graduarse en la Academia del Espacio de ARKTON.

    YOR-EL sacó un papel timbrado con letras doradas en la parte de arriba que decía Academia del Espacio de ARKTON. Debajo, con mucho cuidado, estaba escrito su nombre y unas instrucciones. Miró con seriedad a Q.X.T. y Mishka y les dijo, - Bueno muchahos, escuchen bien, que esto es lo que tenemos que hacer cuando lleguemos.

    Cadete YOR-EL:

    Su primera prueba para poder aspirar a graduarse en la Academia del Espacio es ir al planeta YANKLA, que se encuentra en el cuadrante 238-Z de la nubelosa de Dromedanda....

    - Bueno, hasta aquí no nos dicen nada nuevo de lo que ya sabíamos, - YOR-EL se interrumpió así mismo, mientras sonreía a los dos, y continúo la lectura.

    Allí cadete, YOR-EL, tiene que encontrar un Cristalil de 16 puntas implantado en las Cuevas de Igor. Estas se encuentran 30 grados al Este del meridiano 70 y del sexteto 40 en su compás de exploración espacial. Dentro de dichas cuevas, en un sitio que usted descubrirá, hallará El Crystazilium. Está protegido por una urna que una adivinanza le dirá como abrirla. Tan pronto lo tenga en sus manos tiene que meterlo en la caja de metal especial que encontrará en el segundo cajón de la alacena al lado de la cocina de la nave...

    - Por favor Q.X.T., ve y tráeme esa caja mientras yo verifico que nuestro rumbo esté correcto.

    Mientras Q.X.T. obedecía e iba por la caja, YOR-EL se paró del cómodo asiento. De dos pasos largos estuvo frente al panel de los controles. Una rápida mirada le confirmó que todo estaba bajo control.

    - Una maravilla el cerebro de esta nave, no te parece Mishka? - Él aprobó con un movimiento de cabeza y un 'Klack' hecho con su lengua que hizo sonreír a YOR-EL.

    Q.X.T. regresó con la caja que había solicitado YOR-EL. Se la entregó con cuidado, como si fuera consciente de que era algo especial. Él la recibió en sus fuertes manos, y se sentó en el

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