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Engaño
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Libro electrónico333 páginas3 horas

Engaño

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Información de este libro electrónico

ENGAÑO es la historia de Claire, una chica envuelta en un accidente de motocicleta y, un año después, es introducida a un mundo de intrigas, secretos, y facciones tratando de moldear el futuro de la humanidad. Primer libro en la trilogía Polvo y Cenizas.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento20 feb 2021
ISBN9781005097455
Engaño
Autor

Alfredo Mujica

A publicist turned fiction writer because of fun, indulging in his passion for words and subversive stories. Is married and lives with a fat cat. Loves motorcycles and old cars. Resides in the tropics.

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    Engaño - Alfredo Mujica

    Diseño de portada: Laura Decán – Síguela en Instagram: @LauSanDec

    Gracias a:

    Mi espectacular esposa. Es mi ángel personal.

    Mi familia y amistades. Tienen una cantidad infinita de paciencia, entendimiento, y cariño.

    Max Griffin por ser un lector beta muy cool en WDC.

    Thomas Sweterlitsch por darme consejo cuando me sentía que quería tirar la toalla con la escritura.

    A ti por leer esto.

    Introducción a Polvo y Cenizas

    La trilogía Polvo y Cenizas está compuesta por tres novelas (ENGAÑO, GUERRA, y CODA), cada una con sus propias historias de acompañamiento. Es un gran universo ficticio. Las novelas principales están escritas con un punto de vista de primera persona, con cada capítulo escrito dentro de la cabeza del personaje mencionado en el título del capítulo. Las historias de acompañamiento por otro lado, son escritas en narración omnisciente semi-tradicional. Dicho antes de comenzar pues podría llegar a ser confuso. Disfruta el viaje.

    Hice lo mejor posible tratando de ilustrar lo que ocurre con el diálogo al diferenciarlo por formato, así que si te llegases a confundir, aquí hay una guía corta:

    Título del capítulo = Punto de vista del personaje

    Tipografía normal = Narración (pensamientos narrativos del personaje)

    Doble comilla = Diálogo verbal

    = Diálogo mental

    #Numerado y cursivas# = Ruido mental de fondo (pensamientos de otras personas)

    PRÓLOGO

    Diciembre, Puerto de Apapa – Lagos, Nigeria

    Es un día hermoso, realmente hermoso. dijo el Capitán del MV Olokun, Derrick Larsen.

    Si lo es, Capitán. Tan pronto termine la carga poco después de mediodía podremos irnos de aquí. respondió su primer oficial, Kevin Santino.

    ¿Cómo le va a nuestro aprendiz? preguntó el Capitán, apenas mostrando cualquier interés en su pasajero más reciente, recogido con el contenedor en el mar al sur de China.

    Verde hasta los huesos. Aunque parece prometedor. respondió Santino.

    ¿No lo éramos todos? Las apuestas son altas, Kevin, incluso anclar aquí es un riesgo que tomamos por nuestro mejor futuro; ¿acaso tú no te si- El Capitán fue interrumpido por ruidosos toques en la puerta, ¡entre! dijo levantando su voz.

    Disculpe Capitán, pero tenemos un problema; NIMASA y la Policía están aquí para hacer una inspección. dijo rápidamente el recién llegado, uno de los marineros más recientes a quien el Capitán Larsen confundía todo el tiempo.

    Larsen no desperdició ni un segundo. ¿Ves Santino? Todo es un riesgo. Muy bien, llámenme al aprendiz para que venga, y guía la inspección a todos los puntos convenientes; todo estará bien. ¿Entendido?

    Sí Capitán. ¡Por el regreso de nuestro señor! dijo Santino mientras saludaba.

    Por el regreso de nuestro señor. respondió el Capitán, dejando ir a Santino quien salió de la cabina junto al marinero, dejando solo al Capitán.

    Coño... exhaló el Capitán. Y es un día realmente hermoso.

    ***

    Unos toques tímidos en la puerta, seguidos por Larsen dentro de la cabina respondiendo con su acostumbrado entre.

    El recién llegado, solo un niño, tan solo 16 años, elegido por pertenecer a una de las familias más antiguas al servicio de la Cabal; nacido y criado con promesa y una misión. Incómodo, tímido, reservado, discreto, y necesitando muy poco; sin experiencia en ningún campo excepto asuntos de su sociedad. ¿Necesitaba verme, Capitán?

    "Si, esto no tomará mucho tiempo. Tenemos un pequeño inconveniente pero no hace daño tener cuidado; el Olokun está siendo abordado para inspecciones, así que necesitaré que vayas al paquete y te encierres adentro. Aquí está la otra llave del gatillo; si ves que están tratando de entrar... ya sabes qué hacer. Igual, trataremos de mantenerlos lejos de alguna manera."

    Pero Capitán... ¡No estamos cerca del objetivo!

    Lo sé hijo, lo sé. Pero si nos atrapan no tendremos ningún beneficio, al menos así podremos recolectar algunas almas; Lagos es un lugar bastante poblado de todos modos. No tanto como quisiéramos, pero es un avance.

    El recién llegado exhaló, la posibilidad de que la misión de su vida fuera cumplida prematuramente y de manera incompleta, por culpa de unos metiches. Está bien Capitán, es su decisión. Haré el ritual adentro y esperemos que no deba utilizar el gatillo.

    ***

    Apenas escucharon la palabra inspección, Zhang y sus compañeros corrieron bajo cubierta para buscar sus armas, el paquete de dinero, y un lugar para esconderse. No tenían ninguna razón para estar allí excepto haber perdido la oportunidad para bajarse del barco. Suficiente dinero para toda una vida haciendo absolutamente nada y transporte gratuito al Occidente, a cambio de solo entregar un contenedor, transferirlo en medio del mar, y hundir la ya-a-punto-de-hundirse-pero-aun-sirve barcaza que utilizaron para ello.

    Aún así, estando tan cerca de su meta, a tan solo unas horas de salir del puerto hacia América, y los Nigerianos se antojaron de querer inspeccionar la nave. Bueno... le dijo a sus compañeros chinos, llegamos así de lejos, no tiene sentido que nos atrapen vivos, ¿verdad? Yo no quiero compartir nuestro pago con un negrito queriendo un soborno, ¿verdad? Ustedes tampoco, ¿hmm? sus compañeros solo respondiendo con gestos y muecas, sin requerir palabras para expresas su acuerdo con Zhang.

    ***

    Es una simple rutina, hacemos unos pases con los perros, chequeamos irregularidades, sus documentos, y ustedes podrán continuar con lo suyo, ¿sí? un oficial joven, representando a NIMASA, recibió el montón de papeles dentro de una carpeta que Santino le entregó. Mientras que hablaba un grupo grande de policías armados empezaron a abordar, algunos de ellos con perros detectores.

    Si es tan simple, ¿por qué abordan tantos? preguntó Santino.

    Barco grande, muchos metros que cubrir, inspección más rápida. Créame, con este calor prefiero estar en el edificio administrativo en vez de en su cubierta, pero... aquí ya estamos. Ahora, si me permite, llevaré estos para el chequeo y se los devolveré cuando termine. No tomará mucho tiempo. Incluso antes de terminar de hablar el oficial ya estaba regresando con un paso apurado al tráiler funcionando como oficina móvil; la carpeta firmemente sostenida en sus manos.

    Santino se quedó allí parado, sin palabras; en toda su carrera nunca había escuchado acerca de una inspección que tomara solo unos minutos, y con tantos policías abordando no sería factible sobornarlos para que se bajaran.

    ***

    No puede pasar por aquí. el marinero le dijo al policía que trató de entrar por una de las puertas llevando a los pasillos bajo cubierta.

    ¿Disculpa? Esta es una inspección; revisamos todo el barco. Ahora apártate de mi camino. respondió el policía.

    Señor. no tenía otra opción sino dejarlo pasar. Si los chinos eran astutos ellos encontrarían alguna manera de esconderse o bajarse del barco.

    Y ven conmigo. obedeciendo, pensando rápido, tratando de mantener la compostura y engañar al policía distrayéndolo. Quizás todo saldría bien y no se encontrarían con los chinos o su contrabando. Quizás podría recibir un soborno, por esa actitud arrogante daba la impresión que buscaba cualquier excusa para intimidarlo hasta que le ofrecieran algo, si tan solo terminara de decirlo...

    ¿Qué es esto? el policía le preguntó por la cabina que mantenían como retiro para rituales.

    Este espacio está reservado para rezar; algunos de nuestra tripulación son muy religiosos así que esto les permite practicar en privado, ¿sabe?

    Ya veo. el policía no se veía convencido pero continuó por el pasillo. Abriendo puertas y mirando dentro de las habitaciones. Parece que lo mantienen todo limpio; me impresiona.

    Gracias. Si, lo intentamos. Es bueno para la moral. respondió el marinero.

    Pero es mierda. dijo el policía con una expresión estoica en su cara.

    ¿Disculpe? el marinero dijo sorprendido.

    Es mierda. No se pasan semanas en el mar y se mantiene todo perfecto. Esta nave no es nueva, todos ustedes son marineros de carrera, no es normal y tú lo sabes. el policía dijo señalando un hecho.

    No sé qué decirle, oficial; pero hasta donde sé, no es ilícito mantener el barco limpio. siguieron caminando, eventualmente bajando al pasillo que lleva hacia la cocina/comedor. Ponemos mucha importancia en la disciplina y el orden. Nuestra tripulación es-

    ¡Párense allí! ¿Quiénes son? el policía levantó su carabina cuando quien sea que haya visto no se detenía, y comenzó a perseguirlos, eventualmente alcanzando la cocina/comedor. Gritos inentendibles frente a él en otro lenguaje le hizo saber al marinero que había encontrado a Zhang y a los otros. Coño... no pudo evitar murmurar, dejando salir un respiro que no sabía que estaba aguantando. Son trabajadores de carga, cálmese, son chinos.

    ¿Y por qué gritan? ¿Por qué están ar- Una sola bala pasó a través del cuello del policía, su sangre salpicando la cara y el uniforme del marinero. El cuerpo del policía cayó al piso sin resistencia, habiendo muerto instantáneamente.

    ¡¿Qué coño están haciendo?! el marinero le preguntó a Zhang, claramente en pánico, mirando la pistola humeante en su mano.

    Cállate o te disparo. Y ustedes muchachos, lleven al negrito al congelador. Zhang seriamente ordenó a sus compañeros.

    Sabes que alguien pudo haber oído ese disparo, ¿no? el marinero le dijo en una postura defensiva y evitando ser amenazante.

    No lo creo. Vamos a limpiar esto, tú anda a cambiarte el uniforme y lávate. Estaremos abajo. Zhang bajó el arma mientras buscaba una mopa cuando la puerta a la cocina/comedor se abrió otra vez.

    ¿Qué pasa aquí? ¡Levanten las manos! otro policía entró y comenzaron los disparos, el marinero en una posición de arrastre en el piso, cubriendo su cabeza con las manos, esperando que ninguna bala lo alcanzara. ¡Necesito refuerzos! ¡en la cocina/comedor! ¡me están disparando! después de gritar a través de la radio el policía recién llegado siguió disparando su carabina, sin estar seguro a dónde estaban tomando refugio Zhang y sus compañeros. Las conchas calientes de latón de las balas de 9mm caían al piso, su metálico sonido ahogado por el ruido de los disparos.

    Tres oficiales más entraron desde otros pasillos e intentaron flanquear al grupo de Zhang, pero uno de sus compañeros agarró un cilindro corto de gas y lo lanzó hacia uno de los oficiales. Con la válvula abierta, solo tomó un chispazo de uno de los disparos salidos de la carabina de ese oficial para hacerlo explotar.

    ***

    Sintiendo un temblor debajo de ellos, el resto de los policías en la cubierta levantaron sus armas y empezaron a recolectar y suprimir a la tripulación del Olokun. Incluso el Capitán terminó en el piso de la cubierta superior, su pecho contra el piso, sus manos esposadas detrás de la espalda. Uno de los perros policiales comenzó a ladrarle a un contenedor anaranjado con la pintura desvanecida, el contenedor ubicado cerca del lado de puerto en esta cubierta. Ese policía notó lo raro de ese contenedor: su puerta estaba sin candado ni etiqueta. Sin embargo, cuando fue a abrirlo...

    ***

    Una bola de fuego cubrió la nave y las otras cercanas. El resplandor blanco acompañándola dejó cegados a quienes mirasen en dirección al puerto justo en ese momento incluso estando a varios kilómetros de distancia.

    La explosión cubrió al menos dos kilómetros de radio, una onda de presión destruyendo todo a su paso, el aire empujando los restos, y la onda de calor incendiándolo todo. Nada viviendo dentro de ese radio sobreviviría.

    El parque de diversiones cerca del puerto quedó aplanado instantáneamente por la explosión; luego los escombros fueron propulsados en la dirección contraria. Siendo un sábado, la gente, niños, familias, mascotas... lanzadas, trituradas, quemadas, vidas extinguidas en un instante fuera por la onda de calor, de choque, o los vientos huracanados disparando escombros a velocidades mortales.

    Un par de kilómetros más lejos podrían sobrevivir - con quemaduras de tercer grado en todo el cuerpo, y habiendo recibido una alta dosis de radiación. La onda de calor causó que los animales tuvieran sus pelajes y pieles incendiándose, corriendo a todos lados haciendo sonidos similares a los de los bebés gritando a todo pulmón, desesperados, sin saber como extinguirse el fuego ellos mismos, desordenadamente buscando maneras de morir rápidamente. Edificios y vehículos incendiándose instantáneamente, estallando cuando tuberías de gas y tanques de combustible se recalentaban y reventaban.

    El agua super calentada en el cuerpo hizo que el hongo fuera mucho más grande; la gente en Lagos, al haberlo notado, entraron en pánico y, confundidos, la ciudad y pueblos alrededor del puerto fueron transformados en caos. Todo el orden descartado por el miedo. Apurados por la huida, la gente fue triturada por la estampida humana. Algunos aprovecharon la oportunidad de saquear, sin saber que cualquier cosa electrónica era totalmente inútil. Otros explotaron este colapso del orden para satisfacer viejas rivalidades con violencia prácticamente incastigable. Todos afectados por lo que había ocurrido. Un ataque nuclear, la primera señal del comienzo del fin del mundo.

    Los temblores causados por la explosión se sintieron incluso más lejos, haciendo al mundo saber qué había ocurrido antes de que las noticias surgieran acerca de lo que sería conocido como la calamidad de Lagos.

    1. CLAIRE

    Febrero, Maine Medical Center – Portland, Maine, EEUU

    Blanco.

    Trozos de pintura seca cayendo del techo.

    Líneas negras apareciendo donde la pintura se está quebrando.

    El techo que me ha mantenido compañía durante las horas cuando las enfermeras no vienen a verme.

    Un año sin dormir. Un año acompañada por el techo. La agonía diaria de contar las líneas del techo dentro de mi limitado campo visual. La agonía de escuchar a las enfermeras charlando entre ellas cuando vienen a limpiarme y rotarme. La emoción de escuchar algo nuevo que suceda con ellas, o una nueva voz cuando alguien se une a su equipo. Pero no hay simpatía de parte de ellas; solo están haciendo su trabajo con precisión clínica. Para ellas solo soy una paciente más, un número más, un objeto más.

    Parálisis. Accidente en moto. Casi una decapitación interna. No hace falta soporte vital. Reflejos pupilares. Rotar para evitar escaras. Gotas para los ojos. Mantenga al paciente limpio. Intubación nasogástrica para alimentación e hidratación. Enjuague y repita.

    Verde.

    Baldosas verde pastel. Casi blancas.

    Una pared cubierta de baldosas donde la cosa más interesante es mirar el hongo crecer. Supuestamente estéril.

    Rotarme no es particularmente difícil. Tener solo un brazo, el torso, y la cabeza, hace que un cuerpo sea ligero.

    Que aburrimiento.

    Nadie me ha visitado. No había nadie a quién llamar. Soledad total esperando a fallecer.

    Hasta ahora.

    Negro.

    Alto, en forma, con una barba blanca bien recortada.

    Oro.

    Muchos zarcillos en sus orejas.

    Negro.

    Una chaqueta de cuero negra muy pesada para este calor.

    Blanco.

    Una camisa medio abotonada.

    Rojo.

    Una joya guindando de una cadena de oro.

    Nunca vi sus labios moverse, su sonrisa mostrando un asqueroso diente dorado.

    ¿Acaso este tipo sabe lo que estoy pensando?

    Dejó de sonreír, una cara seria mostrándose en ese rostro invulnerable al tiempo.

    <¿Buscarme?>

    Me quitará los órganos, me violará, y me matará para comerme con pasta.

    Podría reírme de eso. Pasta. Ya se me olvidó el sabor. Mi mamá solía hacer una pasta boloñesa con tomates que podría matar a alguien para poder comerla una vez más.

    Cosas. Hacer cosas. Por alguien. Sin siquiera poder parpadear. Este tipo me quiere tener como objeto sexual. No va a pasar.

    Exasperación.

    Que poca paciencia. Puedo ver en sus ojos que estoy empezando a molestarlo. Eso siempre es divertido. Me hace sentir un poco culpable: Primera persona en más de un año que viene a hablar conmigo y lo primero que hago es pensar lo peor. Quizás si me perdí un poco dentro de mi prisión mental. Una prisión cerebral, paredes de grasa mojada rodeada de líquidos y encerrada por huesos.

    <… ¿grasa mojada? Bien, mira lo que vamos a hacer, piénsalo, yo iré a dar una vuelta, y tu sigue pensándolo. Una vez más, te aseguro que no te voy a hacer daño, que te voy a cuidar, y que saldrás de aquí.>

    Azul.

    Blue jeans. Oscuros. Ya no tengo las piernas para mostrar algo así. ¿Qué será tan importante para que él insista en sacarme de aquí?

    Verde.

    Baldosas verde pastel.

    En el peor de los casos, me podrían torturar. Violar. Terminar de quebrar lo poquito que me queda de dignidad y finalmente volverme loca. Indudablemente peor

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