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El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, 17
El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, 17
El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, 17
Libro electrónico85 páginas1 hora

El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, 17

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El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha por Miguel de Cervantes Saavedra, decimoséptimo tomo. Este libro contiene los capítulos XLVIII al LIII de la segunda parte y un prólogo de Antonio Rodríguez.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento23 ene 2018
ISBN9786071653055
El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, 17
Autor

Miguel de Cervantes

Miguel de Cervantes (1547-1616) was a Spanish writer whose work included plays, poetry, short stories, and novels. Although much of the details of his life are a mystery, his experiences as both a soldier and as a slave in captivity are well documented; these events served as subject matter for his best-known work, Don Quixote (1605) as well as many of his short stories. Although Cervantes reached a degree of literary fame during his lifetime, he never became financially prosperous; yet his work is considered among the most influential in the development of world literature.

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    El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, 17 - Miguel de Cervantes

    MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA

    El ingenioso hidalgo

    Don Quijote de la Mancha

    17

    FONDO DE CULTURA ECONÓMICA

    Primera edición FONDO 2000, 1999

    Primera edición electrónica, 2017

    Contiene los capítulos XLVIII al LIII de la segunda parte de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Prólogo de Antonio Rodríguez, tomado de El Quijote, mensaje oportuno, México, 1984.

    D. R. © 1999, Fondo de Cultura Económica

    Carretera Picacho-Ajusco, 227; 14738 Ciudad de México

    Comentarios:

    editorial@fondodeculturaeconomica.com

    Tel. (55) 5227-4672

    Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra, sea cual fuere el medio. Todos los contenidos que se incluyen tales como características tipográficas y de diagramación, textos, gráficos, logotipos, iconos, imágenes, etc. son propiedad exclusiva del Fondo de Cultura Económica y están protegidos por las leyes mexicana e internacionales del copyright o derecho de autor.

    ISBN 978-607-16-5305-5 (ePub)

    ISBN 978-607-16-5288-1 (ePub, Obra completa)

    Hecho en México - Made in Mexico

    Por más que el aspa le voltee

    y España le derrote

    y cornee,

    poderoso caballero

    es Don Quijote.

    Por más que el aire se lo cuente

    al viento, y no lo crea

    y la aviente,

    muy airosa criatura

    es Dulcinea.

    BLAS DE OTERO

    ÍNDICE

    PRÓLOGO. Antonio Rodríguez.

    CAP. XLVIII.—De lo que le sucedió a Don Quijote con doña Rodríguez, la duela de la Duquesa, con otros acontecimientos dignos de escritura y memoria eterna.

    CAP. XLIX.—De lo que le sucedió a Sancho Panza rondando su Ínsula.

    CAP. L.—Donde se declara quiénes fueron los encantadores y verdugos que azotaron a la dueña y pellizcaron y arañaron a Don Quijote, con el suceso que tuvo el paje que llevó la carta a Teresa Panza, la mujer de Sancho Panza.

    CAP. LI.—Del proceso del gobierno de Sancho Panza, con otros sucesos tales como buenos.

    CAP. LII.—Donde se cuenta la aventura de la segunda Dueña Dolorida o Angustiada, llamada por otro nombre doña Rodríguez.

    CAP. LIII.—Del fatigado fin y remate que tuvo el gobierno de Sancho Panza.

    Plan de la obra.

    PRÓLOGO

    ANTONIO RODRÍGUEZ

    Para comprender el fenómeno de la transfiguración de Don Quijote en Sancho o, si se quiere, el tránsito del espíritu quijotesco al cuerpo material del humilde escudero, es necesario acompañarlo en el complejo y demorado proceso de su metamorfosis.

    En el momento en que trabamos conocimiento con Sancho, éste es un campesino pobre a quien las tierras que posee no bastan para el sustento de los suyos. Por ello ha tenido Sancho, en muchas ocasiones, que trabajar como jornalero en tierras ajenas.

    Pobre y hombre de bien (si es que, como dice Cervantes, se puede dar este título al que es pobre), Sancho tiene muy poca sal en la mollera, y algunas ambiciones, todo lo cual le pareció suficiente a Don Quijote para atraerlo a su lado. Justamente por pobre y medio loco se deja seducir por la promesa de una ínsula que le sería dada en gobierno. Por la ínsula a que el pueblo se siente con derecho abandona el escudero a su mujer y a sus hijos. Por ella se va con Don Quijote hacia los campos de Montiel, en pos de un miraje que algún día dejará de serlo.

    LA CODICIA

    Siguiendo sus pasos, lo vemos desvalijar a los sacerdotes que acompañaban al muerto; presenciamos la escena en que se apodera de los dineros del Caballero del Bosque, en la Sierra Morena; no nos pasa inadvertida la codicia con que pretende recibir de Don Quijote, por el burro robado, los tres pollinos que aquél le ofrece de indemnización; contemplamos el desconsuelo con que ve el feliz término de las desventuras de Dorotea, de quien tantas mercedes esperaba; asistimos al egoísmo con que procura acomodarse mejor que todos en la venta, mientras Don Quijote, siempre generoso, hace la guardia del supuesto castillo; lo oímos, en la contienda de Camacho y Basilio, pronunciarse por aquel que es más rico: (Me atengo a Camacho, cuyas ollas son abundantes, espumosas, con gansos y gallinas […] y las de Basilio […] agua chirle); escuchamos, en fin, las sórdidas exigencias de quedarse con todo el dinero del buen Don Quijote, por lo cual éste le dice: ¡Oh, hombre que tiene más de bestia que de persona! Lo vemos hacer picardías y burlarse de su generoso amigo; presenciamos con dolor aquella escena en que arremete contra el caballero, lo echa a tierra y le pone la rodilla sobre el pecho. Éstos son, sin duda, aspectos prosaicos, que poco a poco se van atenuando, hasta que Sancho adquiere la sublimación. Pero en este mismo aspecto de su personalidad —la más conocida—, ¿no será acaso Sancho mucho menos vulgar y repugnante de lo que se supone?

    RAZONES DE SANCHO

    Parece sórdido que Sancho haya exigido de Don Quijote un sueldo que hace remontar hasta el momento en que el caballero le prometió el gobierno de la ínsula. Sí, parece sórdido; pero pensemos que él tiene mujer e hijos a quienes debe sustentar. Él mismo lo confiesa: El amor de mis hijos y de mi mujer me hace que me muestre interesado. El amor de sus hijos y de su mujer, si no sublima, por lo menos justifica en alto grado las materiales aspiraciones de Sancho. También el alzamiento de Sancho contra el caballero parece repugnante e indigno. Ni las burlas de los ociosos duques, a quienes no debemos llamar tontos —tal clasificación les dio Cide Hamete—, sino sádicos y cobardes; ni el encantamiento de Dulcinea, ni la victoria del caballero de la Blanca Luna, ni los muchos reveses que sufrió Don Quijote provocan tanta pesadumbre como ese episodio de discordia íntima, que al romper la unidad pone en peligro la esencia de ambos.

    ¡Don Quijote atacado y vencido por la otra parte de sí mismo! ¿Habrá mayor derrota? Es doloroso; sin embargo, debemos reconocerlo: Sancho procedió en legítima defensa: "No pongo rey ni quito rey —dijo él— sino ayúdome a mí mismo".

    ¿Quién procedería de otra manera sabiendo que querían azotarlo sin beneficio de nada ni para nadie?

    También los marineros de Colón y de Gama se sublevaron contra sus capitanes. Un análisis desapasionado nos demuestra que tales sublevaciones se justifican en relación con la época y a las circunstancias en que se produjeron. Para esos marineros navegar a ciegas por el océano desconocido, con objeto de extender la fe a los pueblos remotos, era tanto como para Sancho recibir tres mil azotes con la finalidad, nada comprensible, de que así la señora Dulcinea volviera a ser la sin par princesa del Toboso.

    LA COBARDÍA DE SANCHO

    También para su llamada cobardía tiene Sancho razones que alegar. Tomemos el episodio de los batanes en Sierra Morena, en

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