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Guita Sencillito
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Libro electrónico160 páginas3 horas

Guita Sencillito

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PRESENTACIÓN
La carretera era sumamente angosta; se atravesaba cualquier cosa: gente, perros, vacas sagradas, bicicletas, autos, buses llenos de peregrinos, y todos los transportes de locomoción tocaban bocina hasta el ensordecimiento, además del sofocante calor, que creaba una atmósfera de aturdimiento. Nadie diría que íbamos a uno de los lugares más sagrados y espirituales de la India y del mundo, donde nació y vivió un Dios Sol, el Amado Señor Krishna, representante del Cristo Interno para los hindúes.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento22 jul 2020
ISBN9789878390109
Guita Sencillito

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    Guita Sencillito - Rubén Cedeño

    Moscoso

    KRISHNA

    Mâthura, 18-7-2005

    MÂTHURA

    La carretera era sumamente angosta; se atravesaba cualquier cosa: gente, perros, vacas sagradas, bicicletas, autos, buses llenos de peregrinos, y todos los transportes de locomoción tocaban bocina hasta el ensordecimiento, además del sofocante calor, que creaba una atmósfera de aturdimiento. Nadie diría que íbamos a uno de los lugares más sagrados y espirituales de la India y del mundo, donde nació y vivió un Dios Sol, el Amado Señor Krishna, representante del Cristo Interno para los hindúes.

    Llegó un momento en que el bus que nos traía no pudo seguir más por la calle en la que veníamos, y el que guiaba nos dijo: Hasta aquí pueden llegar los autos; hay que seguir a pie. Nos bajamos del bus poniendo pie en tierra, pero no era cualquier tierra, era tierra sagrada, era Mâthura, donde había nacido Krishna.

    Sorteando pantanos de aguas empozadas, mierda de vacas, vendedores ambulantes de imágenes religiosas, gente y más gente, avanzábamos por este laberinto humano, hasta que al fin nos encontramos ante la imponente entrada de un templo que marcaba el lugar donde había nacido el Niño Krishna.

    Importantes medidas de seguridad resguardaban el templo con estrictas requisas policiales, prohibición de cámaras fotográficas y de video. Pasamos bajo un colorido arco que sostenía en su parte superior las estatuas en tamaño natural de la carroza de Aryuna con él adentro, y a su lado, Krishna. Ascendimos junto a cientos de peregrinos, todos hindúes, por una pendiente al aire libre. Al final de la cuesta, del lado derecho, se encontraba una imponente escalera que daba al templo principal, todo techado; en su interior hallamos un altar con unas gigantescas y coloridas estatuas de Krishna y su Complemento, ambos vestidos con sedas, joyas, bordados, y cientos de adornos brillantes y multicolores.

    Saliendo de allí, por un pasillo –especie de balcón a cielo abierto– avanzamos hasta un templo pequeño que tenía en su interior un corredor angosto y retorcido, por donde caminamos hasta llegar a una pequeña habitación de piedra, cargada de fuego, con un calor que consumía el cuerpo y avivaba el alma, una espiritualidad que abrazaba y aturdía, y sus paredes forradas de fotos de dioses hindúes en múltiples tamaños y diferentes monturas. Allí, sobre un altar de piedra –especie de gigantesco cubo– estaba el lugar donde vino a la encarnación hace cinco mil años, la maravilla de maravillas, el niño azul, la encarnación del gozo y del amor, el Amado Dios Sol Krishna. Una baranda alta impedía que uno tocara la piedra. Pedí que me cargaran, e hice reposar mi frente en tan sagrado lugar, lo besé, respiré y me llené de Krishna, más de lo que me daba cuenta. Esto fue el colmo del gozo.

    KRISHNA

    El Rey de Mâthura tenía a su esposa estéril, pero un demonio la violó asumiendo la forma de su marido, y así fue como nació el malvado Kamsa, cuyo placer era matar niños. Kamsa destronó a su padre y se convirtió en Rey de Mâthura. Al igual que muchos gobernantes de la actualidad, se hacía pasar por bueno y por gran servidor del pueblo, pero era un demonio que trabajaba ocultamente por la destrucción de su gente. Se denomina demonio a toda entidad que va contra la Voluntad de Dios, que nunca se interesa en recibir la Divina Enseñanza, ni la asimila. Las personas demoníacas están dispuestas a matar, engañar y traicionar a quien sea, con tal de satisfacer sus ambiciones de poder; son individuos crueles, que sacrifican todas sus relaciones por complacer sus apetitos personales.

    Se hizo necesario que la Guardiana Silenciosa de la Tierra fuera al Gran Sol Espiritual Central a pedir que una encarnación del Cristo Cósmico viniera, para corregir los males que en ese momento acaecían en el planeta, sobre todo en Mâthura, en la India, que era uno de los países más adelantados de su época.

    Cada vez que hay un disturbio, uno puede presentarse ante Dios y solicitar Su auxilio. Vishnu, el Cristo Cósmico, prometió nacer en la India como hijo de Vasudeva; antes de esto, muchos semidioses se comprometieron a encarnar para asistir a Vishnu en su misión. Vishnu se arrancó dos pelos, uno blanco y otro negro, y le dijo a los Dioses: Estos dos pelos míos encarnarán en la tierra y la liberarán de su dolor. El pelo blanco encarnará como Balarama; y el negro, como Krishna, que seré yo.

    NACIMIENTO

    Después de contraer matrimonio con Devakî, el príncipe Vasudeva iba hacia su casa con su esposa, en un carruaje conducido por su cuñado, el demoníaco Kamsa. Los seguía la dote matrimonial, que, entre otras cosas, estaba conformada por unos cuatrocientos elefantes, quince mil caballos y doscientas lindas muchachas. Desde el cielo se escuchó una voz que le dijo a Kamsa: El octavo hijo de tu hermana se llamará Krishna. Será una encarnación de Vishnu y acabará contigo. Kamsa intentó matar a su hermana, pero su cuñado, Vasudeva, trató de persuadirlo dándole las Enseñanzas Espirituales, y le ofreció entregarle todos sus hijos. Por más instrucción que reciban los ladrones resueltos y las personas imbuidas profundamente en el mundo de maya, esta no tiene efecto sobre ellos.

    Kamsa puso presos a su hermana Devakî y al esposo de esta, Vasudeva, en la misma habitación de piedra donde me encontraba ahora en Mâthura, y allí mismo procrearon un hijo por año; Kamsa, creyendo que uno de ellos podía ser la encarnación de Krishna, los fue matando uno a uno. Pero no eran hijos de Devakî y Vasudeva, sino que eran traídos de las regiones inferiores y eran alojados en la matriz de Devakî.

    Kamsa ocupó todos los reinos e hizo alianzas con todos los reyes demoníacos. Así consolidó el reino más poderoso de su tiempo, todo con las ansias de matar a Krishna, si nacía.

    El Dios Vishnu le advirtió a Kamsa que cuando naciera Krishna, ni se le ocurriera tocarlo, pues era una encarnación de Él; y que en la familia, en el reino e incluso entre los pastores del campo había nacido gente preparada para proteger y ayudar a Krishna en su misión. Krishna fue concebido por Devakî sin relación sexual, como dicen que sucedió con el Maestro Jesús.

    Aquí, sobre la piedra que besaba y acariciaba, nació Krishna vestido de seda dorada, que es el color de su Rayo, el Segundo Rayo de la Sabiduría y la Iluminación. Vino a la encarnación con cuatro brazos, sosteniendo la caracola, el cetro, el disco y la flor de Loto, parecido a Vishnu. Le pusieron por nombre Krishna, que quiere decir Negro. Muchas familias, cuando les nace un hijo oscurito, por cariño lo suelen llamar Negro; es el mismo caso de Krishna.

    Los padres de Krishna, Vasudeva y Devakî, adoraron a Krishna. Él les explicó que tres veces había nacido de ellos en anteriores reencarnaciones, y que esta sería la última, ya que ascenderían; luego de esto, se convirtió en un niño recién nacido normal.

    Parecía que esa energía del momento del nacimiento de Krishna estaba viva todavía en aquel salón, donde era plenamente perceptible. En ese momento, todos

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