Esencia

Por Rubén Cedeño y Fernando Candiotto

Presentación “Esencia Interna”, de Rubén Cedeño, es la compilación de doce charlas dictadas consecutivamente por el autor en la ciudad de Buenos Aires, otras ciudades de la República Argentina, Montevideo y Santiago de Chile, entre los meses de julio y agosto de 2018. Los capítulos de este libro fueron escritos para este propósito, y todas las meditaciones fueron grabadas en estudio y puestas a la disponibilidad del público. La finalidad de este texto no es comunicar un conocimiento teórico, sino ejercitar y kinesiar la información contenida en cada capítulo, a medida que fluye, por medio de decretos, meditaciones y respiraciones.

• Idioma: Español
• Editorial: Editorial Señora Porteña
• Fecha de lanzamiento: 20 mar 2020
• ISBN: 9789874973566

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Catañy

RESPECTO A LA OBRA

Esencia Interna, de Rubén Cedeño, es la compilación de doce charlas dictadas consecutivamente por el autor en la ciudad de Buenos Aires, otras ciudades de la República Argentina, Montevideo y Santiago de Chile, entre los meses de julio y agosto de 2018. Los capítulos de este libro fueron escritos para este propósito, y todas las meditaciones fueron grabadas en estudio y puestas a la disponibilidad del público. La finalidad de este texto no es comunicar un conocimiento teórico, sino ejercitar y kinesiar la información contenida en cada capítulo, a medida que fluye, por medio de decretos, meditaciones y respiraciones.

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ESENCIA

Buenos Aires, 13/8/2018

1. Existe Una Esencia que es, realmente, el meollo de la religión, la mística, la devoción, la creencia, la fe; que está en el trasfondo de los genuinos credos; y que es el núcleo central de la espiritualidad de los auténticos devotos, creyentes, santos y maestros. Esa Esencia de la genuina espiritualidad, intocada por las especulaciones teológicas, no corrompida por las creaciones de las mentes tóxicas de algunos practicantes llamados religiosos, es lo real, lo auténtico, lo que verdaderamente llena interiormente, lo que da respuesta a las aspiraciones devocionales, lo que redime y mantiene a salvo; es la verdadera fe.

2. A Esa Esencia, la mente, los sentimientos, la teología, pueden ponerle el nombre de Dios y llamarla de diferentes formas, como: El Todo, La Nada, El Cosmos, El Padre, La Madre Divina, La Energía, El Gran Arquitecto, Aquello, Lo Absoluto, Parabrahman, Īshwara, La Presencia Yo Soy o alguna otra denominación; da igual, es la misma Esencia y responde al que la inquiere, le apasiona, a quien se entrega a ella.

3. Esa Esencia es la Naturaleza Originaria de la Totalidad de la Vida, conocida como Dios, el Ser Universal; y de tu Ser también, llamado el Ser Interno, tu Yo Soy, la Mónada. Lo importante no son los nombres sino la consciencia que se tome de esto. Detente en esto, piénsalo, reflexiónalo, concéntrate, medítalo, contémplalo y asúmelo.

4. Esa Esencia es la que percibe el verdadero beato católico, judío, musulmán, hinduista, buddhadharmista, seguidor de lo que se llama Nueva Era o de cualquier otra fe. Esa Esencia es la misma para todos, lo que cambia es el revestimiento, según la práctica religiosa que se tenga o no se tenga. Como Esa Esencia es la misma para todos los que tienen un despertar interno, es inútil, agresivo, cruel e inhumano criticar la creencia que otro practica porque es distinta a la de uno, siempre y cuando sea completamente genuina esa fe.

5. Cuando una persona tiene un aproximamiento genuino a Esa Esencia, en ella hay unidad y confraternidad con todos, sabiduría, inteligencia, concienciación, afecto, proximidad, belleza, pureza, elevación, verdad, mística, devoción, orden, perdón y amor compasivo. Si no hay algo de esto, no hay nada de percepción de Esa Esencia. Cuando la supuesta conexión con Esa Esencia es falsa, no vale la pena ocuparse del asunto, ni siquiera para condenarlo o explicarlo; es inútil, lo mejor es ignorarlo o callar, porque la honestidad preclara de la aproximación a Esa Esencia no se puede obligar, falsear ni imitar. Ella, por sí misma, es honestidad, cristalinidad, transparencia en todos los asuntos.

6. Esa Esencia puede sentirse, revelarse, manifestarse, aproximarse o ser como el Santísimo Sacramento del Altar o la Eucaristía, como un Crucifijo, como una imagen de Jesús, María o un Santo, para los católicos; como la Biblia para los cristianos o evangélicos; como la Tebá o Bimá donde se lee la Torá, para los hebreos; como una figura del Señor Gautama para los practicantes del Buddhadharma; como o el nombre de Al-lāh o como el mihrab, el sitio hacia donde dirigen la oración los islámicos; como el Shiva Lingam o el japamālā de un hinduista; o como la Lámina de la Presencia Yo Soy, de un Maestro o Santo. Esa Esencia, como Esencia al fin y al cabo, es de todos y para todos.

7. Esa Esencia es, en sí misma, los Aspectos de la Vida, a los que se puede llamar Dones del Espíritu Santo, Aspectos de Dios o Siete Rayos. Esa Esencia también es las Leyes, o los Principios Universales o Naturales.

8. Cuando se está deprimido, sin consuelo, desespiritualizado, sin fe, decaído, se puede encontrar un refugio por medio de cualquier expresión de Esta Esencia –sea un templo, una oración, un mantra o un libro–, y así contactarla, obteniendo con ello consuelo, curación, elevación, iluminación, fe, salvación, sabiduría, redención o perdón. Pero es un requisito indispensable poseer una característica de los santos y maestros de casi todas las religiones: no tener trato con el engaño, la separación, el desamor, la crítica y tantas otras cosas.

9. Todos pueden acceder a Esa Esencia y recibir sus incontables beneficios; solo hace falta tener bondad y pureza interna; si no se posee esto, a Esa Esencia se le dificulta mucho actuar.

SIN CONSCIENCIA DE LA ESENCIA

10. Cuando a una persona, un sacerdote, facilitador o conferencista, se le ve oscuridad en el rostro, falta de alegría interna, o está mal encarado, esto se debe a que está desconectado de Esta Esencia, aunque diga, de la boca para fuera, ser esto o lo otro espiritualmente. Lo que se ve no necesita explicación, no se pregunta, se sabe.

11. A quien no tiene la consciencia de la vinculación con La Esencia no le brillan los ojos ni nada, no se lo ve feliz, no tiene convocatoria, y mucho menos de la gente noble; no consuela, no es original, todo lo copia, no sana a nadie, sea sacerdote, obispo, papa o gurú. Por eso, lo más importante es la vinculación de la consciencia con La Esencia; entonces, todo comienza a brillar, se nota una felicidad básica, se empieza a consolar, a sanar, y se tiene consejo de bienes y acopio de virtudes, no importa si la persona es papa, gurú, maestro o rabino.

12. Cuando supuestamente por Esa Esencia se condena o se provocan guerras religiosas, cuando hay división por posiciones fanáticas, la consciencia de Esa Esencia, de forma sutil y delicada, sin que se lo perciba, se ausenta y deja a la persona en la aridez. Por eso, todos los que han tenido y tienen consciencia de La Esencia son perdonadores, tienen Amor Compasivo, no discriminan, no se separan, andan