Año/Cero

LA ÚLTIMA SACERDOTISA DE KILDARE

Sabía que no sería fácil dar con alguna de ellas. Sumidas en la más absoluta discreción, las guardianas de la Llama Sagrada de Kildare fueron desterradas de su lugar de culto por el celo normando hacia mediados del siglo XIII, lo que no les impidió seguir arribando a este sitio para continuar con sus rituales de veneración a la diosa Brigid mediante el encendido de la Llama Sagrada, aun a riesgo de sus propias vidas.

El recinto actual alberga una hermosa iglesia que planta cruciforme – edificada sobre el arcaico enclave pagano–, un milenario cementerio, una torre de vigilancia datada en el siglo X y el templo del fuego, donde antiguamente se rendía culto a Kildare, la deidad celta. Un pequeño muro de piedra gris, a modo de seto, circunvala el lugar exacto donde la flama debía permanecer perpetuamente encendida. En su interior me encontré con numerosos objetos religiosos, entre los que destacaban ofrendas de monedas y flores, rosarios con advocaciones marianas, algún que otro pequeño juguete, así como varias ramas anudadas con lazos de colores, dejando patente el rastro de las

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