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South American Joe: Jack Adams: un chileno en la Segunda Guerra Mundial
South American Joe: Jack Adams: un chileno en la Segunda Guerra Mundial
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Libro electrónico89 páginas1 hora

South American Joe: Jack Adams: un chileno en la Segunda Guerra Mundial

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Información de este libro electrónico

Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, Jack Adams —chileno de padres ingleses— decidió enrolarse en la Real Fuerza Aérea Británica para combatir contra la Alemania nazi. Participó en numerosas operaciones hasta después del desembarco en Normandía, cuando su avión fue derribado en las cercanías de París. Setenta años después, esta investigación cuenta su historia y su sorprendente final.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento30 mar 2017
ISBN9789567402762
South American Joe: Jack Adams: un chileno en la Segunda Guerra Mundial

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    Muy bueno si lo que te interesa es la historia, lo recomiendo al 100%.

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South American Joe - Patricio Jara

© 2017, Patricio Jara

© De esta edición:

2017, Empresa El Mercurio S.A.P.

Avda. Santa María 5542, Vitacura,

Santiago de Chile.

ISBN edición impresa: 978-956-7402-75-5

ISBN edición digital: 978-956-7402-76-2

Inscripción N° A273.443

Primera edición: enero 2017

Edición general: Consuelo Montoya

Diseño y producción: Paula Montero

Portada: Francisco Javier Olea

Fotografías interiores: gentileza familia Adams Langley, El Mercurio de Antofagasta, El Mercurio de Santiago y Glenn Arcos.

Diagramación digital: ebooks Patagonia

www.ebookspatagonia.com / info@ebookspatagonia.com

Todos los derechos reservados.

Esta publicación no puede ser reproducida ni en todo ni en parte, ni registrada en, o transmitida por, un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia, o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito de Empresa El Mercurio S.A.P.

Para Elena, que ya sabe leer.

Para Rebeca, que pronto aprenderá.

Jenny, cariño, si tuviera otras posibilidades no se me pasaría por la cabeza escribir así. Pero no soy un soñador, Jen. Estoy seguro de que con el tiempo la RAF, los combatientes y los bombarderos juntos ganaremos esta guerra. Pero todavía no se ve el fin y, antes de que termine, las pérdidas serán enormes. No creo que valga la pena hacer planes para el futuro. Si me ocurre algo, quiero que te arregles el pelo, que te maquilles, que te pongas un sombrero y sigas adelante. Necesitarás mucho valor, pero sé que sabrás llevar las cosas del mejor modo. Soy optimista, pero si no tengo suerte, quiero que sepas que estoy preparado para cualquier cosa.

John Bufton, piloto de la Royal Air Force, 23 años.

Carta enviada a su novia un mes antes de morir en combate en 1941.

Dos tipos de hombres se van a quedar en esta playa: los muertos y los que van a morir. Así que muevan el culo y salgamos de aquí.

Coronel George A. Taylor

Omaha, 6 de junio de 1944

Un avión en llamas cruza el cielo. No es el primero ni será el último en esta noche francesa iluminada con la intermitencia de los reflectores antiaéreos. Un avión en llamas cruza el cielo y deja una gruesa estela de humo. Es un avión inglés, un bombardero Lancaster cuyo vientre aún anida cargas por liberar sobre las estaciones alemanas instaladas en Saint-Leu d’Esserent, cincuenta kilómetros al norte de París. Aunque los proyectiles de las baterías antiaéreas no han causado bajas en la tripulación, la caída es inevitable. Los instrumentos dejaron de funcionar y parte del fuselaje comienza a desprenderse. El piloto Trevor Marshall sigue el fulgor de los incendios en tierra. Busca un sitio donde aterrizar, pero abajo no hay más que caseríos desperdigados, campesinos que se negaron a evacuar la zona pese a las advertencias que los aliados les hicieron con una lluvia de panfletos cuyo mensaje en inglés no entendieron o bien que el viento mandó demasiado lejos para haber sido recogidos a tiempo. El operador de radio Leslie Zeffertt y el ingeniero Gordon Howell intentan restablecer contacto con la base de Metheringham, al otro lado del canal de la Mancha, pero no hay modo. A sus espaldas, uno de los artilleros busca su paracaídas sin hallar más que restos chamuscados. Es el teniente chileno Jack Adams y sabe que no hay otra alternativa que saltar. A la 1.20 de la madrugada del 8 de julio de 1944, el Lancaster comienza a perder altura.

La guerra está ganada, pero este avión está perdido.

La sombra del aviador

Supe de la historia de Jack Adams sesenta años después de su muerte. El domingo 23 de mayo de 2004, El Mercurio de Antofagasta publicó una nota a propósito del homenaje que un colegio local rendiría a un ex alumno caído en Francia durante el último tramo de la Segunda Guerra Mundial. El texto iba acompañado de la fotografía de un hombre vestido con una gruesa chaqueta de aviador. Había sido enviada por el propio Adams desde algún lugar de la Europa en guerra. Tenía una dedicatoria:

To my old man with love,

Jack.

Recorté la página y la pegué frente a mi escritorio. Se trataba de la épica de un hombre que murió cuando ya habían muerto casi todos los que iban a morir.

La historia de Jack Adams habla por las

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