La batalla de Guadalajara
MUSSOLINI PRETENDÍA que sus tropas fueran esenciales para tomar Madrid y que Franco tuviera con él una deuda difícil de compensar, por lo que Roatta presentó un plan de ataque moderno e imaginativo.
EN MARZO DE 1937, TRAS LA BATALLA JUNTO AL RÍO JARAMA QUE HABÍA CORTADO SU AVANCE, EL EJÉRCITO SUBLEVADO DECIDIÓ INTENTAR TOMAR GUADALAJARA Y ENVOLVER MADRID POR EL NOROESTE. Era una buena oportunidad para conseguir abrir el acceso a la capital mediante un rápido golpe de mano y buena parte del esfuerzo bélico se le encargó al Corpo Truppe Volontarie italiano, cuyo parque motorizado no tenía comparación en España.
Al mando de los cerca de 40.000 hombres del CTV estaba el general Mario Roatta, que contaba con jefes y oficiales profesionales. Sus fuerzas eran la división de asalto Littorio, del ejército, a las órdenes el general Anibale Bergonzoli, apodado Barba Eléttrica, y las divisiones de milicias fascistas Dio lo Vuole del general Rossi, Fiamme Nere del General Coppi y Penne Nere del General Nuvoloni. Disponía de un batallón de carros ligeros Fiat-Ansaldo L-3/35, una compañía de blindados Ansaldo-Lancia IZ, otra de autoametralladoras y de numerosa artillería. Además, contaba con el apoyo de la Aviación Legionaria italiana que agrupaba todas las fuerzas aéreas italianas en España, a excepción de las que se encontraban en la isla de Mallorca.
Solo existía una pega, los hombres que formaban la con , habían sido reclutados precipitadamente y estaban mal preparados. Su primer y único cometido hasta entonces había sido, un mes antes de embarcar hacia España, participar como figurantes en el rodaje de E, dirigida por y filmada en las llanuras del Lazio. Una película mediante la que el buscaba difundir las glorias pasadas que servían de modelo a su sueño imperial. No sin cierta razón, el general argumentó siempre que en Guadalajara no dirigía soldados, .
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