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Visión geopolítica de Von Bülow y militarismo alemán en las dos grandes guerras
Visión geopolítica de Von Bülow y militarismo alemán en las dos grandes guerras
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Libro electrónico381 páginas5 horas

Visión geopolítica de Von Bülow y militarismo alemán en las dos grandes guerras

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Desde las guerras que desató Napoleón en Europa, hasta la aparición de Otto Von Bismarck en el escenario político mundial, predominó en Alemania la tendencia a ser un Estado fuerte, con poderío militar terrestre y sin mayor proyección sobre los mares, pero las necesidades derivadas de los desarrollos en todos los campos de otros países y los resultados de las para la época consuetudinarias guerras europeas, incidieron en que los intelectuales de Alemania Occidental reflexionaran de manera científica para robustecer el Estado militarista que bullía al oriente del país.
De contera, la llegada al trono del controversial y malhumorado Káiser Guillermo en 1888, complicó no solo las relaciones de su monarquía con los gobernados dentro del país, sino las relaciones internacionales de Alemania, al entrometerse en problemas de otras potencias europeas con sus colonias en África y Asia.
Con la conflictiva personalidad del Kaiser Guillermo se puso de manifiesto por primera vez para las ciencias sociales, como el comportamiento de un jefe de estado con capacidad militar y poder territorial, pondría en vilo la paz, la estabilidad y la proyección geopolítica de un país.
Como consecuencia de estos desaciertos y el enfoque particular que se quiso dar a las teorías geopolíticas de los geógrafos alemanes de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, Alemania terminó siendo satanizada como la principal responsable del estallido de la Primera Guerra Mundial, y como consecuencia, su pueblo padeció todas las arbitrariedades escritas e impuestas por ingleses, franceses, rusos e italianos en el Tratado de Versalles, países ansiosos de minimizar a los derrotados, al punto que el gobierno de Estados Unidos gestor de la victoria aliada, se negó a firmar dichas imposiciones contra los alemanes.
Por parejo, la derrota militar en el campo de batalla y las obsesivas imposiciones del Tratado de Versalles, generaron en la academia alemana y en amplios sectores de la vida pública y privada del país, un deseo ilimitado de venganza contra los agresores y de reivindicación del nombre de la gran Alemania en el entorno mundial.
El general alemán Paul von Hindenburg quedó encargado de cumplir las disposiciones impuestas al ejército alemán, pero en paralelo con esta labor, Hindenburg desarrolló un plan estratégico de crecimiento silencioso y progresivo de la tecnología militar para una nueva guerra y la capacitación metodológica de nuevos cuadros de mando para entrenar y comandar las tropas, mientras que el gobierno central alemán, se dedicaba a acopiar recursos humanos y administrativos para encarar el nuevo reto.
Obviamente los propulsores de las teorías geopolíticas alemanas, como es el caso de Bernhard Heinrich Karl Martin von Bülow, tuvieron amplia aceptación entre quienes planeaban y desarrollaban el singular proceso político de movilización nacional a mediano y largo plazo.
La situación se fue tornando más compleja para los escenarios geopolíticos de Europa durante las décadas de 1920 y 1930, porque en ese periodo denominado la preguerra, surgió con fuerza la doctrina política y geopolítica del nacional socialismo o nazismo, que afincada en las teorías geopolíticas del crecimiento y expansión del Estado alemán, la obsesión derivada del pensamiento político y egocéntrico de Hitler, el destino de una raza aria privilegiada con la destrucción total de los judíos, y la ambición de dominar militarmente el mundo, al mismo tiempo que se ejecutaban cuestionados procedimientos científicos para cambiar el curso de la especie humana en el planeta.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento26 ene 2020
ISBN9780463133606
Visión geopolítica de Von Bülow y militarismo alemán en las dos grandes guerras
Autor

Luis Alberto Villamarin Pulido

Luis Alberto Villamarín Pulido, natural de Fusagasugá - Cundinamarca, coronel retirado del Ejército colombiano, con 25 años de experiencia militar (1977-2002), más de la mitad de ellos dedicado a las operaciones de combate contra grupos narcoterroristas en Colombia, y después de su retiro del servicio activo, profuso investigador de temas relacionados con la geopolítica del Medio Oriente, el Asia Meridional y el continente americano; el terrorismo internacional islámico y comunista, historia y proyección estratégica de grupos islamistas como Al Qaeda, Isis, Hizbolá, el conflicto árabe israelí y la Primavera Árabe, así como la amenaza nuclear del régimen chiita de Teherán.Sus obras Narcoterrorismo la guerra del nuevo siglo, Conexión Al Qaeda, Primavera Árabe: Radiografía geopolítica del Medio Oriente, ISIS: la máquina del terror yihadista, el Proyecto Nuclear de Irán y Martes de Horror (atentados terroristas del 9-11), son referentes para el estudio, conocimiento de la complejidad política, geopolítica y geoestratégica del convulso Medio Oriente.Algunas de sus obras han sido traducidas a inglés, francés, alemán, portugués y polaco. Su libro En el Infierno traducido a inglés como In Hell, es base para una película en Hollywood-California, y los demás textos son utilizados como material de estudio en diversas universidades del mundo.

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    Visión geopolítica de Von Bülow y militarismo alemán en las dos grandes guerras - Luis Alberto Villamarin Pulido

    Visión geopolítica de Von Bülow y militarismo alemán en las dos grandes guerras

    Coronel Luis Alberto Villamarin Pulido

    www.luisvillamarin.com

    Visión geopolítica de Von Bülow y militarismo alemán en las dos grandes guerras

    © Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

    Colección Geopolítica Internacional N° 20

    © Ediciones LAVP

    www.luisvillaamrin.comn

    Tel 9082624010

    New York City USA

    ISBN: 9780463133606

    Smashwords Inc

    Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida ni en todo ni en sus partes, ni registrada en o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio sea mecánico, foto-químico, electrónico, magnético, electro-óptico, por reprografía, fotocopia, video, audio, o por cualquier otro medio sin el permiso previo por escrito otorgado por la editorial.

    Visión geopolítica de Von Bülow y militarismo alemán en las dos grandes guerras

    Nota del autor

    Los estrategas geopolíticos

    Berhnhard Heirich Bülow

    La política alemana

    Política exterior alemana

    Alemania como potencia mundial

    Necesidad de la flota de guerra

    Política tradicional de Inglaterra

    Alemania e Inglaterra

    Carácter pacífico de la política mundial de Alemania

    Alemania y los Estados Unidos

    Alemania y el Japón

    Política continental y política mundial

    La crisis bosniana

    La Triple Alianza

    La doble Alianza

    La cuestión de Marruecos

    Triple Entente

    Política Interior

    I. Introducción

    Pasado político del pueblo alemán

    Inteligencia política y sentimiento político

    II. El pensamiento nacional y los partidos.

    El elemento conservador en la historia pruso-alemana

    El gobierno y los partidos

    El Centro

    Contribución a la historia de la política de defensa alemana

    El movimiento socialista y los obreros

    III. Economía política.

    Florecimiento económico y desarrollo industrial

    La riqueza y la salud de la nación

    Protección a la agricultura

    Importancia de la agricultura en caso de guerra

    La política económica y la política de los partidos

    IV. La política del gobierno en las Marcas Orientales

    Dominio político y propiedad nacional

    La labor de Prusia

    La lucha por la cultura alemana

    Conclusión

    El milagro económico alemán

    Resultados del milagro económico alemán de la postguerra

    Bibliografía

    Nota del autor

    Este libro es un análisis académico de la evolución de la teoría y la práctica de la geopolítica en Alemania, país donde se consolidó con mayor claridad la idea inicial de la geopolítica como una disciplina del saber dependiente de varias ciencias entendida como la causalidad de la geografía en política, pero debido a la participación de esa nación en las dos grandes guerras mundiales del siglo XX, el tema se satanizó y erróneamente se identificó con militarismo.

    Para este ejercicio académico es conveniente analizar lo sucedido en Europa como consecuencia de la política exterior alemana en las dos grandes guerras, a la luz de la evolución de las ciencias sociales, y desde luego, las consecuencias históricas y políticas de las decisiones que se tomaron en Alemania desde finales del siglo XIX, hasta después de la Segunda Guerra Mundial

    Para comenzar el análisis, se plantean las siguientes consideraciones respecto a la geopolítica en su conjunto y su contexto:

    Desde la aparición de las organizaciones sociales estructuradas por el ser humano en el planeta, siempre ha existido la interacción geopolítica entre las comunidades, pero solamente hasta finales del siglo XIX y como consecuencia directa del crecimiento de los alcances de las ciencias sociales, geógrafos de varios países europeos y Estados Unidos comenzaron a estructurar teorías científicas primarias acerca de la relación de la política con la geografía, de la distribución de los seres humanos acorde con la lucha para vencer los obstáculos que pone la geografía, de la vitalidad de los Estados interdependiente con los recursos económicos disponibles, del cordón umbilical del poder político con el control territorial y de la estructuración de los Estados-Naciones.

    Para lograr esos cometidos, con base en argumentos rigurosamente compilados, los geógrafos de la época, concluyeron que la geopolítica como disciplina del saber y del actuar de los Estados, es una combinación de ciencias, enfocadas en el desarrollo y bienestar de sus comunidades y en la defensa nacional de los Estados.

    En ese ambiente de tensiones y fricciones internacionales entre los Estados europeos inmersos en alianzas y ambiciones compartidas, propias del desarrollo del llamado siglo del liberalismo (1820-1918), por primera vez se habló no solo en los ámbitos militares y de planeación de campañas estratégicas para mover tropas en los teatros de guerra, sino en las universidades y centros de pensamiento político de la innegable correlación de medios y fuerzas que integran el desarrollo nacional con defensa nacional, como consecuencia de factores y objetivos geopolíticos concretos.

    Así surgió la primera teoría derivada de la entonces llamada geografía política, que la geopolítica es la causalidad de la geografía en la política, y por extensión es un factor decisorio en el arte de gobernar los Estados, pues está atada con la política interior, la política exterior el desarrollo socioeconómico y la defensa nacional, de cada ente territorial definido en términos geográficos, políticos, culturales, sociales y económicos donde existe una comunidad con organización sociopolítica e intereses comunes compartidos.

    Para no caer en la equivocación de conceptuar a los gestores de la geopolítica alemana como los impulsores del militarismo y de la guerra persé, es conveniente examinar el trasiego de los hechos y hacer una visión general de Alemania, para tener una idea más clara de porqué y cómo sucedieron los eventos que coadyuvaron a configurar la proyección geopolítica alemana durante la primera mitad del siglo XX, que al juzgarla a la ligera, podría coadyuvar a legitimar la avaricia de quienes vieron las sucesivas caídas de Alemania en las dos guerras mundiales, la posibilidad de endosar a los geopolíticos de ese país la responsabilidad por todos los males de Europa contemporánea.

    Por lo tanto, es conveniente examinar a Alemania desde sus orígenes para dilucidar su proyección. El oriente alemán es una zona de predominio agrícola, donde durante siglos imperó la mentalidad militarista y el convencimiento que Alemania debería ser gobernada por medio de un sistema monárquico.

    Entre tanto al occidente del país se desarrolló un proceso industrial-comercial y científico, que permitió a los académicos y dirigentes políticos, fortalecer el ingente talento alemán y la posibilidad de acrecentar la influencia económica, cultural, comercial y científica de los alemanes en el resto del planeta. Sin embargo, durante largos periodos se impuso la mentalidad prusiana de los ejércitos fuertes para defender una nación poderosa regida por un monarca.

    Desde las guerras que desató Napoleón en Europa, hasta la aparición de Otto Von Bismarck en el escenario político mundial, predominó en Alemania la tendencia a ser un Estado fuerte, con poderío militar terrestre y sin mayor proyección sobre los mares, pero las necesidades derivadas de los desarrollos en todos los campos de otros países y los resultados de las para la época consuetudinarias guerras europeas, incidieron en que los intelectuales de Alemania Occidental reflexionaran de manera científica para robustecer el Estado militarista que bullía al oriente del país.

    De contera, la llegada al trono del controversial y malhumorado Káiser Guillermo en 1888, complicó no solo las relaciones de su monarquía con los gobernados dentro del país, sino las relaciones internacionales de Alemania, al entrometerse en problemas de otras potencias europeas con sus colonias en África y Asia.

    Con la conflictiva personalidad del Kaiser Guillermo se puso de manifiesto por primera vez para las ciencias sociales, como el comportamiento de un jefe de estado con capacidad militar y poder territorial, pondría en vilo la paz, la estabilidad y la proyección geopolítica de un país.

    Como consecuencia de estos desaciertos y el enfoque particular que se quiso dar a las teorías geopolíticas de los geógrafos alemanes de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, Alemania terminó siendo satanizada como la principal responsable del estallido de la Primera Guerra Mundial, y como consecuencia, su pueblo padeció todas las arbitrariedades escritas e impuestas por ingleses, franceses, rusos e italianos en el Tratado de Versalles, países ansiosos de minimizar a los derrotados, al punto que el gobierno de Estados Unidos gestor de la victoria aliada, se negó a firmar dichas imposiciones contra los alemanes.

    Por parejo, la derrota militar en el campo de batalla y las obsesivas imposiciones del Tratado de Versalles, generaron en la academia alemana y en amplios sectores de la vida pública y privada del país, un deseo ilimitado de venganza contra los agresores y de reivindicación del nombre de la gran Alemania en el entorno mundial.

    El general alemán Paul von Hindenburg quedó encargado de cumplir las disposiciones impuestas al ejército alemán, pero en paralelo con esta labor, Hindenburg desarrolló un plan estratégico de crecimiento silencioso y progresivo de la tecnología militar para una nueva guerra y la capacitación metodológica de nuevos cuadros de mando para entrenar y comandar las tropas, mientras que el gobierno central alemán, se dedicaba a acopiar recursos humanos y administrativos para encarar el nuevo reto.

    Obviamente los propulsores de las teorías geopolíticas alemanas, como es el caso de Bernhard Heinrich Karl Martin von Bülow, tuvieron amplia aceptación entre quienes planeaban y desarrollaban el singular proceso político de movilización nacional a mediano y largo plazo.

    La situación se fue tornando más compleja para los escenarios geopolíticos de Europa durante las décadas de 1920 y 1930, porque en ese periodo denominado la preguerra, surgió con fuerza la doctrina política y geopolítica del nacional socialismo o nazismo, que afincada en las teorías geopolíticas del crecimiento y expansión del Estado alemán, la obsesión derivada del pensamiento político y egocéntrico de Hitler, el destino de una raza aria privilegiada con la destrucción total de los judíos, y la ambición de dominar militarmente el mundo, al mismo tiempo que se ejecutaban cuestionados procedimientos científicos para cambiar el curso de la especie humana en el planeta.

    Como era de esperarse, se desató la Segunda Guerra Mundial, y al final de la misma, Alemania fue derrotada, dividida y por segunda vez en menos de 30 años, sometida a los arbitrios de las potencias ganadoras. Por elemental lógica y para evitar el resurgimiento de nuevos brotes de apego a la geopolítica alemana, los ganadores de la segunda gran guerra, se propusieron a publicar materiales y a despotricar de la geopolítica como tal, sin reconocer claro está, que las medidas por ellos adoptadas para garantizar, la paz, la libertad y el respeto a la autodeterminación de los pueblos también tenía elementos geopolíticos de ambiciones propias, y hasta peor de expansionistas como fue el caso de la Unión Soviética, que inició la guerra fría tendiente a universalizar la dictadura del proletariado, como lo habían advertido Hitler y Churchill.

    Vistas las anteriores consideraciones, es preciso aclarar que a finales del siglo XIX existían en el mundo diversas concepciones geopolíticas con ambiciones geoestratégicas similares, pero expresadas de diferente manera y acorde con los intereses de cada nación. Ninguna de las potencias de aquella época estaba exenta de expandirse a partir del mismo credo del espacio vital. El problema de Alemania fue haber exteriorizado su intención.

    Por ejemplo, mientras en Alemania los geógrafos se interesaban en dar enfoques más universales a la geografía política, como razón y esencia de la existencia del Estado en un continente convulso como fue por muchos siglos Europa, en Estados Unidos el almirante Alfred Mahan construía escuela de pensamiento geopolítico, a partir del criterio que era necesario amenazar militar y comercialmente el poderío, británico para fortalecer la presencia activa de Estados Unidos en todos los continentes.

    Inclusive los alumnos de Mahan en Estados Unidos estudiaban los conceptos geográficos del alemán Friederich Ratzel, quien para finales del siglo XIX persistió en todos sus escritos y exposiciones académicas, acerca de la importancia de la geografía en las sangrientas guerras que habían asolado a Europa. E inclusive fue más allá y sostuvo que la geografía política absorbe conceptos de mar y tierra para la guerra

    A los conceptos de Ratzel se agregaron las proyecciones océano-políticas del Almirante alemán Alfred von Tirpitz, oficial de confianza del káiser Guillermo quien desde los inicios de su carrera como oficial naval dedicó ingentes esfuerzos a la tecnificación del armamento naval, la construcción de submarinos y las operaciones navales de combate, siempre relacionadas con el aprovechamiento de los factores geográficos en operaciones militares de guerra naval, para conquistar orillas lejanas y proyectar el poder nacional allende los mares.

    Y para demostrar que el fenómeno de la cultura geopolítica no era exclusiva de los alemanes, sino que fue la consecuencia directa de un fenómeno político y diplomático internacional, en Inglaterra el geógrafo Halford Mckinder, planteó a finales del siglo XIX, que para concretar el control del mundo se requería dominar una Isla Central, donde se concentra el Poder Eurásico, denominado un Hearthland

    Desde allí se puede gestar un sistema político central, a partir de un Estado-eje, que desde luego sería Alemania. Téngase en cuenta que esto no lo dijo un alemán sino un británico. Por lo tanto, agregó Mckinder que hay una importancia capital de la historia en la práctica geopolítica, habida cuenta que se juntan factores geográficos, humanos, antropológicos, etnográficos, sociales, económicos y culturales.

    En consecuencia, para Mckinder la geopolítica es una ciencia que aporta elementos de prospectiva en la guerra y la política, y, por extensión la geografía, por lo tanto un invaluable recurso que ayuda al arte de gobernar

    Por la misma época surgió en los escenarios académicos europeos, el geógrafo sueco Rudolph Kjellen, autor del libro Ocho potencias contemporáneas, revisó a la luz de las ciencias sociales, la incidencia de los imperios turco, ruso, austrohúngaro, británico, Francia, Alemania, Italia y Estados Unidos, para concluir que el Estado es un organismo biológico en el que su sistema de gobierno depende de las características de su geografía interna y la de los Estados circundantes.

    Pero fue el alemán Karl Haushofer, quien con base en los anteriores criterios y las teorías del príncipe Heinrich Karl Martin von Bülow, alcanzó mayores connotaciones internacionales en la teoría y la práctica de la geopolítica, razón por la cual se convirtió en el autor predilecto de los nazis, razón por la cual no solo se satanizó a Alemania sino a los criterios geopolíticos como tal, al asociarlos con ambiciones militaristas per sé. Y una mentira repetida se vuelve realidad.

    Haushofer enriqueció sus conceptos con base en múltiples viajes por Europa y Oriente Lejano, hasta el punto que se puede afirmar que a partir de sus experiencias académicas e investigativas fue el gestor de las prolongadas y secretas relaciones entre Japón y Alemania desde comienzos del siglo XX, hasta su desenlace en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945)

    Producto de las lecturas de lo que escribió Heinrich Karl Martin von Bülow, los viajes e investigaciones académicas, Karl Haushofer escribió varios libros de geografía especializada enfocados en asuntos geopolíticos y la instrucción dada a sus lectores, para constituir grupos interactuantes de difusión de esta disciplina.

    Tras la derrota de Alemania en la Primera Guerra Mundial y debido a las arbitrariedades de los vencedores, Haushofer incrementó su trabajo académico como parte complementaria de la idea subrepticia del alto mando alemán de la resurrección militar de 1919 en adelante

    Así Haushofer difundió la idea que la geopolítica es un concepto intelectual y un método de gobierno, el cual interpretaron los nazis como la extrema necesidad de unir científicos con publicistas políticos, para desarrollar la propaganda nazi durante las décadas de 1930 y 1940.

    De repente, en toda Alemania la juventud y en general los cuadros directivos del partido Nacional Socialista conocido como el nazismo, identificaron la geopolítica como la combinación de diversas ciencias sociales para alcanzar fines políticos estratégicos del Estado, mediante su utilización sincronizada.

    Entonces, para Haushofer, la autarquía del Estado se enfocaba en desarrollar el poder propio sin importar que tanto se afecta a los vecinos, pues para su existencia todo Estado fuerte requiere de un espacio vital sin importar las fronteras pues el pez grande se come al chico.

    Asimismo, agregó Haushofer y eso hizo parte de la doctrina nazi, que para controlar el mundo entero, el Estado Alemán debía identificar los núcleos geoestratégicos derivados de la teoría de las panregiones, en esa época denominadas por el cómo panarabismo, panafricanismo, panamericanismo, y la unión pan asiática de la Esfera de la Co-prosperidad japonesa

    Así sin entrar en calificaciones apriorísticas, antes de examina los criterios de la Escuela de Comando de las Fuerzas Militares de Estados Unidos y transcribir los planteamientos de la incidencia de la geografía en la política alemana del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX prescritos por Heinrich Karl Martin von Bülow, partimos de la base de algunos criterios geopolíticos tales como:

    1. La historia de los pueblos está ligada a proyección geopolítica

    2. La geopolítica no es dogmática. Es dinámica.

    3. La personalidad de los líderes influye en la geopolítica

    4. La inteligencia estratégica es determinante en la geopolítica

    5. El arte de gobernar es interno y externo gravita alrededor de la geopolítica

    6. La geopolítica articula la defensa nacional y desarrollo nacional

    7. Toda nación necesita tener planes de movilización

    Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

    Los Estrategas geopolíticos

    Tomado de Creadores de la Estrategia Moderna-Tomo II

    Por Derwent Whittlesey

    La geopolítica es una creación del militarismo y un instrumento de guerra. Como su nombre lo indica es un ramal tanto de la geografía como de la ciencia política, a pesar de haber sido creada y desarrollada en gran parte por geógrafos. Algunas veces se la hace aparecer como una hermana gemela de la geografía política, pero es mucho más joven que aquélla, pues ha alcanzado su madurez en la generación comprendida entre las dos guerras mundiales.

    Mucho tiempo antes de que la geopolítica hiciera su aparición y recibiera su nombre, la geografía ocupó un lugar cada vez más importante en la vida de los pueblos de Europa Central, especialmente entre los alemanes. Su carácter de ciencia moderna lo asumió realmente en la Europa Germánica donde formó parte de la corriente de ideas del pensamiento filosófico y científico, en general proveniente de Immanuel Kant.

    Un período de formación ─en el cual la geografía, si bien seguía siendo principalmente descriptiva, fue sistematizada─ abarcó la primera mitad del siglo diecinueve, contemporáneamente con cambios críticos políticos y militares que transformaron la Europa Germánica, de un vecindario de pequeños Estados dinásticos, en una asociación de vigorosos Estados nacionalistas.

    En la última mitad del siglo, la geografía hizo brotar las ramas que le dieron la forma que hoy día ostenta. Durante esas décadas Alemania fue industrializada y unificada y surgió como una gran potencia. El nuevo imperio alemán derivó su poder de una base dual: la autoridad política tradicional en el este agrario, y la fuerza económica cimentada en la riqueza mineral y en el comercio de ultramar del Oeste marítimo.

    La geografía, tal vez más que cualquier otro asunto, está influenciada y a la vez asimila toda circunstancia anexa. Es por lo tanto natural, que los geógrafos alemanes, que actuaron en medio de la agitación por la unificación y expansión política alemanas, adquirieran un interés especial y absorbente por la geografía política. Hicieron de ella una de las varias y nuevas ramas de una disciplina en rápido crecimiento.

    Hacia fines del siglo diecinueve, el creciente interés de Alemania por el poder naval, corría parejo con la vieja preocupación alemana por el poder terrestre. En esa oportunidad, el geógrafo Friedrich Ratzel formuló, por primera vez, la idea de considerar a la geopolítica como un estudio científico. En su Politische Geographie (Geografía política), enunció y discutió la mayor parte de los tópicos principales, que desde entonces han sido considerados como esenciales dentro del tema. Entre ellos, consideró a la guerra inevitablemente como un aspecto importante, tanto de la política, como de la geografía.

    Este tópico es brevemente mencionado, en varios puntos de su Trabajo, y en la segunda edición (año 1903), la palabra guerra aparece como un subtítulo, juntamente con las palabras Estado y comunicaciones.

    Este y todos los demás tópicos, son presentados con objetividad, tal como corresponde a una obra de erudición. Su temperamento científico, le exigía tratar los fenómenos políticos totalmente en su aspecto geográfico, sin hacer en ellos referencia a nación alguna.

    Al final de su vida, Ratzel se dejó desviar del estrecho sendero de la geografía científica, a causa de la explosión del entusiasmo por el poder naval alemán que abarcó a todo el país . Esto aparece, sin embargo, como habiendo constituido para él una aberración momentánea. Concentra nuestra atención hacia el peligro de confundir la geografía política con la lealtad política, pero no llegar a hacer de Ratzel un geopolítico. Su desviación de la disciplina científica está lejos de ser el método seguido por los geopolíticos, quienes se jactan del empleo de sus descubrimientos como utilidad en los presuntos intereses del Estado alemán.

    Aunque Ratzel no fue un geopolítico, contribuyó sin embargo, significativamente en la geopolítica, debido a que para fundamentar el sistema geopolítico sus creadores hicieron suyos ciertos conceptos básicos de Ratzel.

    Quizás la más importante de estas directivas fue su opinión de que el Estado es, en cierto sentido, un organismo. Este concepto ha aparecido en varias ramas de la ciencia, y presumiblemente deriva del "darwinismo y de otros adelantos biológicos del siglo diecinueve". Ratzel creyó ver una analogía útil en la similitud entre las estructuras geográficas y políticas, por una parte, y en los organismos biológicos, por la otra, Aunque en la práctica exageró este principio, conocía bien sus limitaciones. Más tarde, los geopolíticos dejaron de advertir la diferencia vital existente entre los mundos político y biológico, y basaron su sistema en el supuesto de que el Estado es un organismo.

    Es también básico en el análisis de Ratzel, el concepto del "espacio" (Raum) ocupado por grupos políticos, que constituye el tema de la quinta y última parte de su tratado. Esta idea fue aceptada por los geopolíticos, y rebautizada como "espacio vital" (Lebensrautn).

    Su manera de encarar el problema daba por sentado, sin embargo, el derecho del Estado al Lebensraum, pues Ratzel se dedicaba al estudio de las relaciones del espacio para con los Estados.

    Ratzel influyó profundamente en el pensamiento geográfico, no sólo de la Europa Central, sino también del mundo de habla inglesa, de Francia y de países aún más lejanos.

    Es universalmente reconocido como el fundador de la geografía política. Es también el progenitor de la geopolítica, aunque no su fundador. A pesar de señalar una diferencia decisiva entre el saber desapasionado y el adoctrinamiento selectivo, corresponde observar que la línea divisoria entre la geografía política y la geopolítica, no siempre es fácil de notar. Ciertos estudios hechos en el período de transición entre la publicación del trabajo Politische Geographie de Ratzel y la Primera Guerra Mundial, no puede ser clasificados con certeza, en una u otra categoría.

    En la época en que Ratzel revisaba y publicaba de nuevo su tratado, el geógrafo británico Halford J. Mackinder desarrolló la tesis del poder mutable de los Estados contemporáneos. Se opuso a las entonces populares ideas de Mahan, llamando la atención sobre el advenimiento de rivales que amenazaban la supremacía británica en los océanos del mundo.

    Otros imperios han tenido su día, y lo mismo puede suceder con el de Gran Bretaña... La fase europea de la historia está quedando de lado, tal como ha ocurrido con las fases fluviales y mediterráneas. Poco tiempo después, amplió su significado en un memorable escrito leído ante la Royal Geographical Society (Real Sociedad Geográfica).

    Por primera vez, y con visión profética, reconoció en esa conferencia que la terminación del período de las exploraciones que abarcaban todo el mundo señalaba la formación, sobre la Tierra, de un sistema político cerrado, y que el transporte mecánico estaba alterando la fuerza relativa del poder terrestre y el poder naval.

    Hizo notar la posibilidad del vuelco del equilibrio del poder en favor del Estado-Eje. Ilustró su tesis con un mapa del mundo, apoyándola con argumentos que planteaban el concepto de un poder Eurásico Nuclear Terrestre (Heartland Eurasic) y su amenaza potencial al poder naval.

    Quince años después amplió su argumentación, y formuló sus predicciones en el libro Democratic Ideáls and Reality (Ideales y Realidad Democrática).

    Su objetivo buscado fue "medir la importancia relativa de las principales características de nuestro globo terráqueo, en consonancia con los acontecimientos de la historia, incluyendo la historia de los últimos cuatro años, y considerar luego como podríamos ajustar mejor nuestros ideales de libertad a estas perdurables realidades de nuestro planeta".

    La guerra había llevado al campo de la política práctica, loa descubrimientos del geógrafo político. Eso, por una definición, es llamado geopolítica. Mientras tanto la original enunciación del concepto del "Heartland" (Núcleo Terrestre), tal como Mackinder lo formulara en 1904, había sido aceptado por los geopolíticos alemanes, quienes lo adaptaron para servir los intereses de Alemania. De esa manera y tal como ellos lo propusieron pasó a ser uno de los principales sistemas para la organización mundial.

    En víspera de la Primera Guerra Mundial, el geógrafo británico James Fairgrieve, escribió un libro que llevaba el título significativo de Geography and World Power (La Geografía y el Poder Mundial).

    La mayor parte de esa obra es un bosquejo de la geografía política de las principales zonas políticas de la tierra, en tiempo pasado y en el presente. En el último capítulo, el autor realiza un intento para descubrir cuáles son las posibilidades de cambio o de progreso en el futuro. Escrito independientemente al mismo tiempo y publicado sólo unos pocos meses antes, existía un estudio sobre las ocho potencias contemporáneas más grandes, del que fue autor un científico sueco en política, llamado Rudolf Kjellén.

    Ese trabajo fue traducido al alemán antes de que terminara el año 1914. Parece ser más que una coincidencia, el hecho de que estos libros hayan sido escritos precisamente antes de que las grandes potencias fueran a la guerra, en una escala hasta entonces desconocida en la historia. Aparecen más bien como habiendo sido las respuestas a un interés que se estaba despertando en el medio ambiente natural como base del poderío nacional, en la nueva era de un sistema político cerrado a realizarse en el mundo. Dos años más tarde Kjellén escribió su sistema político The State as an Organism (El Estado como Organismo).

    El autor reconoció cinco subdivisiones de la política, a una de las cuales la llamó geopolítica. Tal como se lo ha definido, el vocablo parece haber estado destinado a ser empleado como un sinónimo de la geografía política .

    Kjellén resultó influenciado en forma progresiva por la guerra, y publicó otros trabajos en los cuales empleó la geopolítica para defender la causa alemana. Todo su trabajo pone en evidencia la entusiasta conversión a la ciencia natural, liberada por la rigurosa técnica de la ciencia.

    Considera al Estado, por ejemplo, como un organismo, adoptando la analogía de Ratzel como si hubiera sido un principio fundamental o una ley natural. No sólo le dio a la geopolítica un nombre, sino que defendió también los conceptos del espacio, más tarde incorporados a la política nazi: especialmente la autarquía. Mientras Mackinder sugería el empleo de la geografía como una ayuda para el arte de gobernar, Kjellén formulaba un sistema del arte de gobernar basado en la geografía.

    Al llegar la-Primera Guerra Mundial a su fin, la unión de la geografía con la política creó la geopolítica. Esta tomó cuerpo en Alemania, donde la derrota y el rearme monopolizaron la atención de su población, en el período comprendido entre esa guerra y la que habría de sobrevenir. Tanto los términos como las ideas sustentadas por Kjellén, fueron entusiastamente adoptadas por un grupo de geógrafos alemanes, quienes desearon emplear sus conocimientos sobre la Tierra, para ayudar la restauración de Alemania a la categoría de una gran potencia.

    II

    El intenso interés por las cuestiones militares no era en Alemania una cosa nueva. Los Estados del Este de Alemania comenzaron a actuar como baluartes contra las hordas no-alemanas que presionaban hacia el oeste, desde el corazón de la Eurasia. Siguieron actuando como puntas de lanza, en el impulso reflejo de la expansión alemana hacia el Este: la Drangnach Osten tan aceptada por historiadores alemanes. Siglos de atenta

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