Sobre el castigo: Por una justicia penal que hable el lenguaje de la comunidad
Por Antony Duff
()
Información de este libro electrónico
Por el contrario, Antony Duff propone un enfoque en el que todos los participantes –funcionarios, presuntos delincuentes, víctimas, miembros de la comunidad– son ciudadanos y ciudadanas. Alguien es responsable por algo ante alguien, pero la atribución de responsabilidades y penas, para ser legítima, debe surgir de valores compartidos, en lugar de imponerse con un lenguaje arbitrariamente construido por jueces, abogados y doctrinarios del derecho.
Así, Duff pone el foco en el rol cívico de quien ha cometido una falta y es llamado a rendir cuentas por ello. Y explica que el autor de un delito tiene que ser interpelado como ciudadano, en un lenguaje que pueda comprender, y adoptar un papel activo respecto de sus deberes. A su vez, el sistema en su conjunto tiene el deber de tratarlo como miembro de la comunidad política en todas las etapas del proceso. Duff define una concepción rica y novedosa de la responsabilidad penal: si la persona acusada de cometer un delito no recibe el respeto o la consideración mínimos por su condición de ciudadano, el sistema de justicia y la comunidad toda pierden la posición moral desde la cual podrían pedir cuentas, juzgar y condenar.
Con un pie en la teoría y otro en los sistemas jurídicos reales, el autor demuestra su increíble capacidad para sorprender y poner el dedo en la llaga cuando se trata de sacar al derecho penal de su ilusión de autosuficiencia.
Relacionado con Sobre el castigo
Libros electrónicos relacionados
Castigar al prójimo: Por una refundación democrática del derecho penal Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesJuicio a la exclusión: El impacto de los tribunales sobre los derechos sociales en el Sur Global Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNo sólo su merecido: Por una justicia penal que vaya más allá del castigo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPor un derecho común para América Latina: Cómo fortalecer las democracias frágiles y desiguales Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPor una justicia dialógica: El Poder Judicial como promotor de la deliberación democrática Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTres globalizaciones del derecho y del pensamiento jurídico, 1850-2000 Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Ocho lecciones sobre ética y derecho para pensar la democracia Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Castigar y asistir: Una historia de las estrategias penales y sociales del siglo XX Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesConstitucionalismo y garantismo. Serie teoría jurídica nº 53 Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Constitucionalismo y Judicial Review Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDerecho, moral y política: Una revisión de la teoría general del Derecho Calificación: 5 de 5 estrellas5/5¿Reformar o abolir el sistema penal? Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Contra el gobierno de los jueces: Ventajas y desventajas de tomar decisiones por mayoría en el Congreso y en los tribunales Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La constitucionalización simbólica Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCárcel, derecho y política Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos bárbaros jurídicos: Identidad, derecho comparado moderno y el Sur global Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLiberalismo igualitario, discurso de odio y grupos discriminados: Una teoría contra el discurso de odio Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPosontológico, posfundacional, posjurídico: Más allá de la filosofía y la teoría del derecho colonial en la sociedad GloCal Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones¿Se puede terminar con la prisión?: Críticas y alternativas al sistema de justicia penal Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSaqueo: Cuando el Estado de Derecho es ilegal Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNeoconstitucionalismo, Derecho y derechos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesJusticia para erizos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesManifiesto por un derecho de izquierda Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Tendencias del derecho penal contemporáneo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTeoría del Derecho: identidad y transformaciones Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa relevancia de la dogmática penal Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones¿Cómo funciona el Tribunal Constitucional alemán? Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPara un análisis del discurso jurídico Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Ensayos sobre derecho para usted
¿Soy yo normal?: Filias y parafilias sexuales Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Epistemología jurídica: Los saberes del derecho en el siglo XXI Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Dignos de ser humanos: Una nueva perspectiva histórica de la humanidad Calificación: 4 de 5 estrellas4/5INTRODUCCIÓN AL DERECHO: Materiales didácticos de Derecho Civil y Tributario Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La ceremonia del porno Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUna filosofía del miedo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa utilidad del deseo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa enfermedad de escribir Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Mis chistes, mi filosofía Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Unos meses de mi vida: Octubre 2022 - marzo 2023 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesQueríamos un Calatrava: Viajes arquitectónicos por la seducción y el repudio Calificación: 5 de 5 estrellas5/5No leer Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los enemigos: O cómo sobrevivir al odio y aprovechar la enemistad Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La corrosión del carácter Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Laboratorio lector: Para entender la lectura Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Ocho lecciones sobre ética y derecho para pensar la democracia Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Los tabúes del mundo: Figuras y mitos del sentido del límite y de su violación Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Invulnerables e invertebrados: Mutaciones antropológicas del sujeto contemporáneo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl gran teatro del mundo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La pasión del poder Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Encuentro con el Otro Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cómo ordenar una biblioteca Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Frágiles: Cartas sobre la ansiedad y la esperanza en la nueva cultura Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El mito del hombre lobo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Como un ladrón en pleno día: El Poder en la Era de la Poshumanidad Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa nueva lucha de clases: Los refugiados y el terror Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Código Ratzinger Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Domina tus finanzas y maneja tu dinero Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLas cosas como son y otras fantasías: Moral, imaginación y arte narrativo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5CeroCeroCero: Cómo la cocaína gobierna el mundo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Comentarios para Sobre el castigo
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
Sobre el castigo - Antony Duff
(2001b).
1. Un derecho penal democrático
¿DEBE EL DERECHO PENAL SER EXCLUYENTE?
En los hechos, nuestro derecho penal suele ser excluyente: excluye de los derechos y beneficios de la ciudadanía a aquellos contra quienes ejerce su poder. Esta situación tiene su ilustración más vívida en nuestro uso del encarcelamiento, sobre todo (pero no sólo) en los regímenes dramáticamente opresivos y deshumanizadores de las prisiones supermax [de supermáxima seguridad] (véase, recientemente, Butler, 2012): en ellas el preso queda, tanto en lo material como en lo simbólico, excluido de la participación en la vida y las relaciones cívicas corrientes. Esto adquiere fuerza retórica en el infame lema "tres strikes y estás out: estás
fuera de la sociedad civil, excluido de ella. Pero esta situación puede continuar aun después de que formalmente el castigo haya llegado a su fin: una persona que ha cumplido su pena de cárcel (un
ex convicto, en el curioso léxico que discutiré más adelante) quizá compruebe que todavía está excluida de aspectos de la sociedad civil tan vitales como la vivienda pública, el bienestar social o la educación, muchos tipos de empleo y hasta el derecho al voto (Chin, 2012; Hoskins, 2014). La exclusión también es evidente en la retórica política del derecho penal: el castigo penal es algo que
nosotros, los ciudadanos cumplidores con la ley, les imponemos a
ellos, los otros peligrosos de quienes debemos estar protegidos; o, visto desde el otro lado, se recibe como algo que
ellos, los poderosos, nos infligen a
nosotros, los desfavorecidos. Por eso el lenguaje de la guerra –bien conocido a esta altura:
guerra" contra las drogas, el terrorismo o el delito– es a la vez revelador y alarmante. Aquellos contra quienes se libra una guerra no son (o han dejado de ser), justamente, nuestros conciudadanos; son enemigos, algo ajeno a nosotros.[6]
Alguien sostendrá quizá que las cosas no pueden ser de otra manera: el derecho penal debe excluir a las personas contra las cuales se lo activa. A veces se utiliza ese deber
en sentido descriptivo, para recordarnos rasgos al parecer inevitables de nuestro mundo social y político: el derecho penal es y sólo puede ser una técnica (un arma, para seguir con el lenguaje de la guerra) por medio de la cual los poderosos oprimen a los desvalidos y los gobernantes controlan a una población sometida; de esto se seguiría que, si vamos a dedicarnos a hacer teoría normativa sobre el derecho penal, debemos promover su abolición, junto con todo el aparato de poder estatal, o bien buscar maneras de mejorar su funcionamiento inevitablemente opresivo. Más a menudo, sin embargo, el deber
se entiende de manera normativa: el derecho penal tiene que ser excluyente, porque quienes cometen delitos pierden su estatus de ciudadanos (Goldman 1982; Morris, 1991). Eso es lo que implica la retórica de la guerra
: los delincuentes se excluyen de la comunidad con nosotros al atacarnos, y por nuestra parte debemos defendernos de ellos; nuestra defensa es responsabilidad del Estado, que la ejerce por medio del derecho penal. (Dejo de lado el hecho de que esta concepción de los delitos y de quienes los cometen es selectiva: no se considera que todos quienes cometen lo que la ley define como un delito se excluyan a sí mismos o que se justifique que los excluyamos; esto sólo cabe para quienes cometen los tipos de delitos que nosotros
no cometemos.)
Mi objetivo es resistirme a ambos tipos de deber
, sostener que podemos y deberíamos aspirar a un derecho penal democrático que sea inclusivo y no excluyente; un derecho penal apropiado para que los ciudadanos de un sistema político republicano se lo impongan a sí mismos y unos a otros. Así, también prestaré atención a algunos de los diferentes roles sociales y jurídicos (roles con una fuerte dimensión normativa) que los ciudadanos pueden desempeñar en relación con el derecho penal.
Antes de embarcarme en esa tarea es preciso hacer dos advertencias. Primero, al hablar de nuestro derecho penal
tengo la dolorosa conciencia de que el alcance de ese nuestro
tal vez sea discutible. Hablo sobre la base de una razonable familiaridad con la justicia y el derecho penales ingleses y norteamericanos, que en mi opinión tienen con mucha frecuencia ese carácter excluyente; a lo cual alguien podría replicar que esto es un reflejo de las patologías particulares y específicamente nacionales del derecho penal en esos países (véase Stuntz, 2001), y que no es válido, o no lo es tanto, para el derecho penal de otros países que se las ingeniaron para evitar el estilo angloamericano de exceso punitivo. No tengo dudas de que hasta cierto punto eso es verdad, al menos en el caso de algunos otros países; pero tampoco de que la tendencia a la creación de un derecho penal excluyente no es una patología singularmente angloamericana. Con todo, aún vale la pena embarcarse en la empresa de trazar los contornos de un derecho penal auténticamente inclusivo, a fin de hacernos una idea más clara de lo que ese derecho debería aspirar a ser, sin importar lo lejos o cerca que nuestros
derechos penales vigentes puedan estar de cumplir esa