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Mi dedo meñique a rayas es mi único amigo.
Mi dedo meñique a rayas es mi único amigo.
Mi dedo meñique a rayas es mi único amigo.
Libro electrónico354 páginas4 horas

Mi dedo meñique a rayas es mi único amigo.

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Información de este libro electrónico

Judd, un jóven deportista y popular, cree entenderlo todo. Es la estrella de su escuela, y está por encima de todos...pero de repente el mundo a su alrededor comienza a cambiar y no se detendrá. Sin ningún tipo de explicación todos se convierten en monstruos peludos...luego en bolas lanza gases...luego en lagartos neuróticos. Cada vez que Judd se duerme, se despierta en un mundo nuevo y más loco--un mundo lleno de adolescentes con poderes, otros con adolescentes asesinos, otro con gente pato, nudistas, más monstruos, y más. Es como un video juego muy retorcido sin razón o explicación. Las reglas no dejan de cambiar, y en lo único que puede confiar es en su dedo meñique parlanchín, quien tiene una actitud increíble. Juntos, Judd y Meñiquín (el dedo prefiere que lo llamen "Matadígitos") pelearán con todo a través de las locas realidades, tratando de encontrar la forma de volver a casa. ¿Pero qué pasará si volver a casa ya no es una opción? 

IdiomaEspañol
EditorialBadPress
Fecha de lanzamiento17 feb 2019
ISBN9781547573004
Mi dedo meñique a rayas es mi único amigo.

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    Mi dedo meñique a rayas es mi único amigo. - Robert Jeschonek

    Mi dedo meñique a rayas

    es mi único amigo.

    Por Robert Jeschonek

    Tabla de contenidos

    Capítulo 1  Capítulo 24

    Capítulo 2  Capítulo 25

    Capítulo 3  Capítulo 26

    Capítulo 4  Capítulo 27

    Capítulo 5  Capítulo 28

    Capítulo 6  Capítulo 29

    Capítulo 7  Capítulo 30

    Capítulo 8  Capítulo 31

    Capítulo 9  Capítulo 32

    Capítulo 10  Capítulo 33

    Capítulo 11  Capítulo 34

    Capítulo 12  Capítulo 35

    Capítulo 13  Capítulo 36

    Capítulo 14  Capítulo 37

    Capítulo 15  Capítulo 38

    Capítulo 16  Capítulo 39

    Capítulo 17  Capítulo 40

    Capítulo 18  Capítulo 41

    Capítulo 19  Capítulo 42

    Capítulo 20  Capítulo 43

    Capítulo 21

    Capítulo 22

    Capítulo 23

    Capítulo 1

    MAÑANA POR LA MAÑANA:

    Lo primero que Judd Ramsey ve al abrir sus ojos...

    Ahhhhh! A los gritos, se tira de la cama con sus piernas y brazos enredados entre en sus sábanas.)

    ...fue algo tan bizarro, tan difícil de creer...

    (Cae de rodillas sobre la alfombra, muy fuerte.)

    ...que lo hace cagarse en las patas. Y eso es decir mucho, porque Judd no suele asustarse con facilidad, pero ¡santa Catalina! ¿Qué harías...

    (Se pone de pie, camina a los tumbos hacia la puerta abierta de su habitación, y sale al pasillo. Su corazón late cada vez más fuerte, tiene que alejarse de esa cosa.)

    ...dime la verdad, ¿qué harías si te despertaras, luego de haber estado durmiendo muy tranquilito, y miraras hacia arriba y vieras una especie de monstruo peludo de color púrpura...

    (Corre, corre, corre, corre, correeee es todo lo que podía pensar en hacer para poder alejarse de ese horrible monstruo.)

    ...una especie de monstruo peludo púrpura colgado del techo, mirándote fijamente...y acaso mencioné...

    (¿Dando vueltas? ¿Las paredes están realmente dando vueltas mientras corre por el pasillo, o el pánico está causando algún tipo de ilusión óptica?)

    ...acaso mencione que los ojos del monstruo son naranjas brillante y además giran? ¿Y qué hay de su aliento que parece ser una mezcla de gasolina con un toque de chicle?

    (Ay Dios, Diosito, Dios mío, ¡Aléjate! ¡Debes alejarte de él!)

    ¡Así es! Harías exactamente lo que Judd está haciendo ahora; salir corriendo a lo loco antes de que esta cosa loca ponga sus...

    (¿Hay alguien cantando ópera?)

    ...ponga sus tentáculos... ¿?

    (A la izquierda, a la izquierda, la puerta del frente, la puerta del frente)

    ...ponga sus tentáculos todo alrededor tuyo, pero espera un momento, ¿qué pasaría...

    (Ay no, de repente la puerta del frente se abre y sale volando, sólo que lo hace hacia abajo, del techo hacia el piso, y luego, y luego...)

    ...qué pasaría si quedaras atrapado en los tentáculos de otro, igualito al anterior...

    (...y luego un segundo monstruo entra corriendo, igual de peludo, igual de púrpura y con los mismos ojos naranja como el que estaba en su habitación, y éste lo agarra antes de que pueda escapar, y dice...)

    ...y dice...

    ¡Buen día, hijo! ¡Eso es lo que dice!

    (Y lo dice con...a la mierda, no puede ser...)

    Y lo dice con la voz de su...

    ¡La voz de su mamá!

    ¿A dónde te vas corriendo en esta hermosa mañana?

    Judd se queda congelado, agarrado por el tentáculo del monstruo súper freaky. Sus ojos están tan grandes como dos lunas llenas mientras se queda ahí parado, atrapado en lo que sería la situación más loca de su vida hasta ese momento.

    Todo se puso más loco cuando su perro labrador color chocolate, Esfinge, aparece y Judd se da cuenta de dónde provenía la ópera.

    (Era Esfinge el que cantaba.)

    ¿Qué te pasa cariño? La cosa púrpura y peluda da vuelta su cara como un molinete, y su boca

    (la cual parece un croissant verde)

    queda arriba, y sus ojos naranjas quedan abajo.

    Y es ahí cuando finalmente hablo yo. Porque sé lo alterado que Judd está a este punto. Sé que necesita alguien con quien hablar para poder calmarse, y ese alguien tiene que ser yo. Porque la verdad es que nadie está tan unido a él, como lo estoy yo.

    ¡Oye, amigo! Le grito lo más fuerte posible. ¡Oye, amigo, te estoy hablando!

    Al principio Judd no sabe de dónde proviene mi voz. No tiene ni idea. Así que le hablo otra vez.

    ¡Hola genio! ¡Judd! ¡Amigo! Todo lo que quiero hacer es darle un buen golpecito en su cabeza, para que entre en razón, pero eso tal vez sería demasiado cruel. Si tan solo pudiera hacerlo, pero no, no puedo. ¡Escúchame!

    Finalmente, mira hacia abajo y me ve. Sus ojos se agrandan aún más, lo cual creí que no fuera posible.

    (Siento un toque de electricidad a través de sus nervios, el espasmo del músculo, el crujido del hueso moviéndose...)

    Luego, levanta su brazo, y sube su mano al nivel de sus ojos.

    (...y yo también agrego algo de movimiento propio, de un lado a otro...)

    Y esta vez, cuando le hablo, me escucha bien clarito. Y me ve bien clarito.

    Así es, amiguito. Me puede ver, su dedo meñique en su mano izquierda, le está hablando. Hermano, escúchame bien. Las rayas azules suben y bajan por todo el largo de mi cuerpo

    (Lo cual no es mucho)

    y se doblan al hacer un puño

    (¿Puedo evitarlo si pretendo hacer gestos cuando hablo?)

    y largo las palabras sabias que he estado queriendo decir.

    "¡Tienes que calmarte, Judd!"

    Todavía no sé si es por el shock de ver a su dedo meñique con rayas azules hablándole...

    (Como dije antes, estamos bien unidos)

    ...o por el extraño bicho púrpura que lo tiene bien agarrado, o el labrador marrón cantante de ópera...

    (Ahora que pienso, puede ser por las paredes, que no sólo dan vuelta, sino que ahora se arrastran.)

    ...pero fue ahí cuando Judd Ramsey, un muchacho que nunca se había desmayado en toda su vida...

    Se desmaya.

    ¿Puedes culparlo?

    Capítulo 2

    24 horas antes:

    Piensa por un momento en la canción más cool que conozcas. La canción más cool, interpretada por el cantante más cool, ese que te encantaría ser. Ahora escúchala en tu mente. Imagina que está sonando, como en una película, y la cámara se va acercando a un personaje que está acostado en una cama. Y simplemente lo sabes, sólo por el sonido de esa música, que este personaje va a ser muuuy coool.

    Ahí está, ahora lo ves, en la cama. Se dio vuelta, y ahora vemos su espalda, su rostro no se ve todavía...pero se nota que es un adolescente, eso sí. Diecisiete, o dieciocho años, con un hermoso cabello rubio y ondulado. Está durmiendo sobre sus sábanas color azul, y sólo lleva puesto sus calzoncillos (de esos slips, de color negro) y podemos ver que tiene una espalda y brazos bien marcados. Este pibe sí que se ejercita ¿no?

    (Sigue con esa música cool resonando de fondo, no lo olvides.)

    Bien, ahora veamos un poco a su alrededor, aprovechando que nuestro muchacho está durmiendo. El sol de la mañana penetra a través de unas mini persianas al lado de su cama. Las persianas están bajas en uno de los lados, pero del otro están a medio subir; el cordón está enredado entre las tiras.

    ¿Qué hay por ahí? Mira hacia la pared que está en frente al pie de la cama. Comienza por arriba con esos posters: estrellas de básquet, estrellas de fútbol americano, estrellas de baseball, ¡chicas hot en bikinis! O sea, toda la pared está cubierta con ellos, todos mal pegados, y algunos arriba de otros. ¿Alguna vez habrá sacado al menos un poster? ¿Será medio vago o tendrá mejores cosas en qué ocupar su tiempo?

    Ahora mira un poquito el escritorio que se encuentra en esa esquina. Otra vez, vemos un poco de caos. Hay una laptop abierta, todavía encendida, con una imagen de una chica que está muy buena (¡y está lavando un auto! ¡En bikini!); vemos un par de joysticks enredados con el teclado, otro colgando del cable. ¡Y mira ese Smartphone, nena! Escuchamos el ringtone (puede ser esa canción re cool que tanto amas, ¿por qué no?) pero el niño dormido no lo escucha, y vemos un mensaje:

    Tarde! Besis!"

    (¡Es de alguien llamada Eva!)

    Pero no lo ve. Está demasiado ocupado con sus ronquidos.

    Así que sigues mirando. ¿Qué más hay en el escritorio? Envoltorios de caramelos, latas de bebidas energizantes aplastadas,  unos auriculares, un paquete de chicles. Una mochila roja cerrada que está a punto de caerse, no se ve muy llena. No hay libros a la vista, tal vez haya uno en la mochila, pero no lo sabemos. Uno o dos como mucho.

    (No dejaste de escuchar tu música cool, ¿no?)

    Sigamos. Ten cuidado con las zapatillas de básquet tiradas en el piso. Hay una de lado, y ahí está la otra, a unos metros.

    Ahora nos disponemos a mirar la otra pared, también llena de posters, salvo por la puerta del closet que está en el medio. Más deportistas, chicas...agregamos un auto rojo, de esos antiguos muy copados...y algunos raperos también, en blanco y negro, viéndose bien malo.

    Lo que nos lleva al mueble en donde guarda su ropa. ¿O debería decir el santuario? Tiene cinco cajones de alto (tres semi abiertos, con ropa saliendo de ellos) y arriba de todo está repleto de trofeos dorados. De fútbol, básquet, fútbol de nuevo, baseball, lucha, fútbol, básquet. Ni siquiera hay lugar para todos. Mira hacia abajo, ¿ves la caja que está en el piso? ¡Tiene más trofeos!

    ¡¿Quién rayos es este pibe?!

    De repente, la puerta se abre, y casi te pega en la cara (está casi al lado del mueble) y el grito de una mujer se escucha, desvaneciendo un poco la tan buena música que estabas escuchando...

    ¡Judd! ¡Es la última vez que te digo! ¡Levántate!

    Finalmente el muchacho de la cama se da la vuelta por completo, y puedes ver su rostro por primera vez.

    (En este momento la canción súper genial suena más fuerte, enfatizando el segundo en el que la estrella del día mira a su audiencia.)

    Y sí, es lindo. Aún medio dormido, sí que es un tipo buenmozo. Mira esos pómulos y suave nariz puntiaguda. Qué buen bronceado, ¿no? Hace que sus cejas y cabello rubio resalten como cien veces más de lo normal. ¿Sabías que tiene unos grandes hoyuelos a los lados de su boca? Quizás no llegas a verlos,  pero...a ver...¡ahí están!

    Y ahora sigamos con los ojos. De repente se abren, y guauuu.

    (¿Lo reconoces de algún otro lado? ¿Quizás de la tele? ¿De alguna película? ¿De alguna banda de música?)

    Tan azules. El color azul más brillante que hayas visto, brillan como esos diamantes que los raperos usan en sus dedos meñiques en sus videos musicales...

    (El meñique es el más cool, ¿no? Yo noto ese tipo de cosas.)

    ...azul profundo y brillante, lo que algunos llaman azul eléctrico, y algo en esos ojos, debes admitirlo. Son como unos imanes, que te van atrapando, como que hay algo detrás de ellos, algo con lo que alguna vez te has cruzado, y quieres ser parte de esa escena, sea lo que sea...

    (Lo necesitas.)

    ...quieres saber cómo se ve el mundo a través de esos ojos electromagnéticos. Como tú te ves.

    Pero la mujer que espera a la puerta no debe sentir lo mismo, al menos no en ese momento. ¡Ya se te hizo tarde para la escuela, Judd! ¡Tus hermanos ya se fueron hace rato! No suena nada feliz. ¡Muévete ya mismo!

    Judd le sonríe, moviendo otro músculo. No te preocupes, ma.

    Listo, ¡me cansaste! De repente, la mamá de Judd entra dando pasos largos y aplaudiendo fuertemente. ¡Levanta ese trasero holgazán de una vez o te hecho a patadas!

    Lista para ir a trabajar, lleva puesto un traje gris, tacos altos negros, y su cabello recogido y muy bien peinado. Es alta y delgada, con un bello rostro con mejillas prominentes, muy como su hijo, pero sin sus ojos, oh, esos ojos, los de ella son de color avellana, y sin nada de brillo. Es bastante linda para ser una mujer de...

    (¿Treinta? ¿Cuarenta? ¿Cincuenta? ¡No! ¡Ni ahí!)

    ...y no solo linda, sino que muy enojada también.

    ¡Vamos! Má sigue aplaudiendo. ¡Arriba! ¡Arriba! ¡Arriba! ¡Judd! ¡De pie!

    Aquí es donde realmente lo admiro. El tipo ni gruñe, ni grita, en lo más mínimo. Sólo sigue sonriendo, mientras ella golpea sus manos con sus perfectas uñas bien cerca de su cara. Otros chicos no lo tomarían tan bien, ¿no?

    Pero Judd no es el caso. Está bien, está bien. Sale flotando del colchón en un suave y agraciado movimiento. Ya estoy levantado, ¿ves? Y se sienta ahí, con esa sonrisa de bueno, sólo que ahora que no está acostado puedes ver que la sonrisa se tuerce para la derecha. Y no puedes evitar darte cuenta...

    (¿Quién podría?)

    ...de que sólo lo hace más encantador.

    ¿Feliz?  Su voz está en un rango medio, ¿ya dije que es tenor? Te preguntarás cómo es que sé esto.

    (¡Agárrate!)

    Porque no sólo es un campeón en cada deporte que practica, ¡sino que también es la estrella solista en el coro escolar!

    (¡No puede ser, hermano!)

    ¡No me hace muy feliz comenzar el día así! Aún al decir las palabras, ya se puede ver la ira en sus ojos disipándose. No puede estar enojada por mucho tiempo. ¿Qué haré contigo, Judd?

    Otra vez mostrando esa sonrisa pícara. ¿Dejar pasar este episodio y prepararme una buena taza de café para poder despertarme?

    Mírala a mamá, no la engaña. Quizás la cautiva en cierta forma, pero no la engaña. Háztelo tú mismo. Lo dice mientras se frota las puntas de sus dedos por su cien. ¡Y hazlo rápido!

    ¡Señora, sí, señora! Judd se sienta derecho y hace un saludo al mejor estilo militar. ¡Enseguida, señora! Luego pega un salto y comienza a chasquear sus dedos y a bailar imitando a un bailarín de flamenco tocando sus castañas.

    Mamá suspira y niega con su cabeza...

    (¿No te da la sensación de que no es la primera vez que hace esto?)

    ...pero de repente se ríe y le revolotea su cabello. Sí que eres alguien bastante particular, lo sabes ¿no?

    Judd deja de bailar y mueve su cabeza hacia un lado. ¿Alguien particularmente asombroso, o particularmente loco?

    Mamá mira directo a sus brillantes ojos azules, y asiente. Definitivamente tienes algo de loco, Judd. Pellizca su mejilla y lo suelta rápidamente. "Pero de buena forma."

    "¿Se puede ser loco de buena forma? Judd niega con su cabeza lentamente, pretendiendo estar algo insultado. No puedo creer que mi propia madre me haya llamado loco."

    ¡Supéralo, niño! Dice mamá por sobre sus hombros mientras abandona la habitación a pasos agigantados.  "Todos tienen algo de loco, muy en lo profundo."

    Y...se fue.

    (Ahora ella llegará tarde, ¡bien hecho Judd!)

    ...y Judd le grita. "¡Eso es un completo abuso psicológico! Llamaré a servicios sociales, ¡juro por Dios, que lo haré!"

    ¿Lo habrá escuchado?

    Justo antes de azotar la puerta del frente, vuelve a gritar: "¡Entonces YO llamaré al Ministerio de Seguridad para que venga a llevarse este terrorista de mi maldita casa!

    (¡Puerta azotada!)

    Eso hizo que Judd se vaya riendo hasta la ducha.

    (Mientras lo ves caminar al baño, la música cool sigue escuchándose. La cámara no lo sigue hasta adentro, pero podemos escuchar el agua correr. Por última vez la música empieza a subir, mientras...)

    Sus calzoncillos negros vuelan hasta el pasillo y chocan contra la pared como si hubiera arrojado una bandita elástica.

    (...y luego todo oscurece mientras escuchamos el agua y la música continuar su melodía en sintonía.)

    Capítulo 3

    UNA HORA MÁS TARDE

    ¡Boom! La puerta de la escuela se abre violentamente, y ahí entra Judd, iluminado por el maravilloso sol de primavera. Trae su cabello perfectamente peinado por el viento, provocado por haber traído las ventanas bajas de su Mustang color rojo (su gran orgullo y felicidad) al venir. ¿Ya viste como rebota al caminar?

    (¡Siempre lo hace!)

    Su cabeza bien en alto...

    (¡Como siempre!)

    ...camina muy casualmente hasta la puerta de la administración y se inclina hacia adentro, sosteniéndose con sus dos manos sobre el marco. Cielos, ¡qué manera de hacer brillar esa sonrisita!

    ¡Ahí estás! dice la mujer detrás del mostrador—Debbie, de unos veinte años, con su largo y oscuro cabello, y bonitos lentes. ¡Oye, Sally! Le grita a la mujer trabajando con la computadora en el escritorio detrás de ella.

    Pero, sí. Sally se hace la enojada, pero es una dulce. Un poquito pasada de kilos, con cabello canoso, y unos cincuenta y tres...

    (¡Justo ayer le trajo de regalo unos potes de mantequilla de maní por su cumpleaños!)

    ...¡sí que le cae bien este muchachito! Ganaste la apuesta hoy. Lo mira como si estuviera realmente enfurecida, pero luego le guiña un ojo.

    Sigo pensando que si están apostando para ver a qué hora llego, debería recibir algo de esas ganancias. Judd abre bien sus ojos y asiente con ganas.

    ¡En tus sueños, querido! dice rápidamente Sally.

    (Otra vez con un guiño.)

    La próxima, tal vez. Judd encoge sus hombros y encara para irse...

    Debbie aclara su garganta bien fuerte. ¿No se olvida de algo Sr. Ramsey?

    La cabeza de Judd vuelve a aparecer.

    (¡Con la misma sonrisa!)

    Tengo que firmar mi llegada tarde. Y se acerca al mostrador.

    Debbie baja su voz y ahora le susurra. ¡Sabes que ya te cubrí! Luego apoya un pase sobre el mostrador...pero deja sus manos sobre él. ¡No te hagas el tontito conmigo! ¡Hazlo bien o te vas a casa!

    Judd revolea sus ojos como si no esperaba que esto sucediera. Oh, sí. Está adorando cada minuto que pasa jugando este juego que lo dejará libre de toda culpa.

    Veamos. Busca algo en el bolsillo delantero de sus jeans, pero su mano sale vacía. Oh. Luego busca en su bolsillo trasero y frunce el ceño. Pues, ¿en dónde lo puse?  Palpa el frente de su camisa apretada con rayas negras estilo europeo, como si realmente pensara que va a encontrar lo que está buscando ahí. No tengo nada.

    Pierdes el tiempo. Debbie hace sonar sus dedos y señala el bolsillo frontal derecho de sus jeans. ¡Ándale! ¡Ándale!

    ¡Pues claro! Judd mete su mano en el bolsillo y saca dos mini barras de chocolate. ¡Que cerca estuvo eso! Apoya las barras sobre el mostrador.

    (¡Sonriendo!)

    ...y agarra el pase de llegada tarde.

    Sally lo deja libre y agarra las barras con la velocidad de una cobra.

    Mueve tu trasero y vete a clases antes de que cambie de parecer. Y señala la puerta con su cabeza.

    No hace falta decírmelo dos veces. Sonriendo, Judd sale al pasillo, y las saluda de espalda con su mano sobre su cabeza.

    *****

    Justo cuando comienza a caminar por el pasillo de la Secundaria West Beach, suena el timbre de finalización de clase, seguido por el ruido lejano de cientos de estudiantes agarrando sus cosas, y saliendo rápidamente de sus salones.

    Un momento después, las puertas se abren, y ese sonido lejano se convierte en una explosión de bullicios. Adolescentes llenan el pasillo como una jauría de búfalos...búfalos mascando chicle, hablando y riendo, y mandándose mensajes de texto con sus smartphones.

    Judd camina a través de ellos como todo un rey, sonriendo, asintiendo, y saludando con unos apretones de manos súper cool...

    (¡¿Cuántas formas de saludar sabe?!)

    ¡Hola, Judd! Un muchachito un tanto petiso, con cabello marrón y un gran problema de acné, salta delante de él. De nuevo, ¡gracias amigo!

    De nada. Judd ni se acuerda del nombre del chico o por qué le está agradeciendo, pero le muestra una gran sonrisa, y choca sus puños igualmente.

    Unos segundos después, una niña muy tímida con un largo cabello negro, se cruza en su camino. Se detiene y trata, muy esperanzada, de que sus miradas se encuentren.

    Judd ya la ha visto antes. Está casi seguro de que está en su mismo grado. ¿Cómo estás? Le lanza una gran mirada a lo Príncipe Azul.

    Los ojos de la niña se mueven, y le sonríe, luego él sigue su camino, sintiendo que hizo una buena acción.

    (¡Sabes muy bien que le alegró el día! ¡Ya está mandando mensajes de texto a lo loco!)

    Mientras Judd continúa caminando por el pasillo, no deja de sonreír y saludar. Todo el tiempo sus ojos van de izquierda a derecha, de derecha a izquierda, buscando alguien en particular. Tiene que ser Eva, ¿no? La que le mandó el mensaje.

    ¡Pero espérate un momentico! La ve en la puerta del salón de la profesora Pomeroy, puede ver su cabello rubio moverse, se está riendo de alguna tontería que haya dicho su amiga...pero él se mueve para el lado contrario, ¡a propósito!

    (¡Pero está súper hot amigo! ¿Qué le pasa?)

    En cambio, se va hacia el otro lado del pasillo, y dobla a la izquierda. Sale disparado a otro pasillo con un plan bien definido en su mente, obviamente sigue sonriendo y saludando...

    (¿Habrá alguien a quién no salude?)

    ...y siempre buscando a alguien con esos brillantes ojos azules. Escanea cada uno de esos rostros, cada uno de esos casilleros, cada una de esas puertas, buscando esa única persona que él quiere ver más que nada en el mundo entero.

    (Al menos en ese momento.)

    De repente, alguien aparece por detrás de él y grita. ¡Yahhh! Sus dedos tocan su cuerpo, haciendo cosquillas en las costillas. ¡Jaaaa! Judd no se aguanta la risa y no moverse para todos lados. La chica lo tomó totalmente desprevenido...

    (Lo que normalmente es su truco, no el de ella.)

    ...pero rápidamente da vuelta las cosas. Girando, la agarra del brazo, deteniendo las cosquillas, y la acerca hacia él. ¡Te tengo!

    Ella le sonríe. Su flamante cabello colorado acompaña perfectamente la expresión en su rostro.

    (También lo hermosa que es. ¡La rubia mensajera de Eva más vale que se cuide!)

    ¡No me tienes nada! La chica risueña dice rápidamente. Me cansé de esperarte y ¡yo corto contigo!

    Ya habías cortado la relación, dice Judd. Por lo tanto, volviste a ella.

    Ella lo empuja suavemente. Lleva puesto un traje de porrista con los colores de la escuela- naranja y púrpura. "¡Así no es como funciona! ¡Estás loco! Sí que perdiste toda noción de la realidad."

    Judd la acerca hacia su cuerpo. "Si yo estoy loco, ¿cómo estás ?"

    "Yo estoy bien cuerda. La chica entrecierra sus ojos y acerca su cabeza. ¿De qué color es el cielo en tu mundo?"

    Rojo. Dice mientras recorre con su mano el cabello rojo furioso de ella. Todo lo que veo es rojo, Kaela.

    Kaela Sheridan no se aguanta ni un segundo más, y lo beso en la boca, parada en puntas de pie, obviamente. Lo hace ahí nomás, en frente a todos los que pasan...

    (Y es un beso muuuy largo...)

    ...y los chicos a su alrededor los miran y señalan...

    (...casi tan largo como para romper la regla de no andar besuqueándose en el pasillo de la escuela y tener que quedarse después de hora como castigo.)

    ...y hasta algunos chicos comienzan a aplaudir, lo que hace que Kaela finalmente afloje un poco. Eso es todo amigos. No hay más acción para que se endulcen los ojos.

    Los chicos siguen aplaudiendo mientras pasan por su lado. Están yendo a algún lugar—no es a clases, es demasiado temprano para almorzar—y Judd no sabe a dónde se dirigen.

    Tampoco le importa demasiado, ya que no deja de susurrarle a Kaela cosas al oído. Su cabello huele tan bien, casi como un ramo de rosas, y lo está matando. ¿Qué vas a hacer después de clases?

    Animarte. Kaela le susurra al oído derecho. Lo vas a necesitar después de perderte tu propia reunión.

    Judd se queda congelado. La adrenalina comienza a recorrer por su flujo sanguíneo como una línea de gasolina recién encendida por un fósforo. Todos sus músculos dejan de funcionar, todos sus sentidos se salen de control.

    (Me recuerda a

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