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Biografía de Sandino
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Libro electrónico51 páginas1 hora

Biografía de Sandino

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Augusto C. Sandino había nacido el 18 de mayo de 1895, en el pequeño pueblo de Niquinohomo, formado por chozas de paja y lodo, de campesinos que trabajan como peones agrícolas en las plantaciones de café, región que es también de maizales, tabacales y platanares, localizada en el Departamento de Masaya, el más densamente poblado de la república. Junto a la iglesia colonial que se levanta frente a una humilde plaza, hay unas pocas casas de teja que pertenecen a los ladinos acomodados, que poseen tierras de alguna extensión y comercian con cereales que compran a los pequeños productores antes de la cosecha, (una ironía del destino haría que en un pequeño radio territorial que no alcanza diez kilómetros, nacieran, Sandino en Niquinohomo, y en otros pequeños poblados más hacia el Sur, José María Moncada en Masatepe y Anastasio Somoza, en San Marcos).

IdiomaEspañol
EditorialLibros
Fecha de lanzamiento15 dic 2018
ISBN9780463605905
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    Biografía de Sandino - Sergio Ramirez

    SERGIO RAMÍREZ

    BIOGRAFÍA DE SANDINO

    Desde los tiempos de la conquista española el destino de Nicaragua ha estado marcado por su posición geográfica y por las características de su territorio; colocada entre los océanos Atlántico y Pacífico, la comunicación natural entre el río San Juan y el Gran Lago de Nicaragua despertó desde el primer momento en los españoles la ambición de lograr un paso entre los dos -mares, llamado en las cartas y relaciones de la conquista, el estrecho dudoso.

    Al producirse en el siglo XIX la expansión del capitalismo mundial, ya en proceso de franca liquidación el poderío colonial de España en América, la necesidad de contar con vías marítimas más económicas y rápidas para el transporte de materias primas, hace que Inglaterra, como dueña de los mares, fija su mirada en la construcción de un canal interoceánico a través de Nicaragua. El canal se convierte así en el eje de las pretensiones de Inglaterra sobre el mar Caribe, que es ya su orare mostrum y también en el eje de sus disputas con el naciente dominio imperial de los Estados Unidos.

    Así cuando los cinco países que bajo el régimen colonial español formaban el Reino de Guatemala declaran su independencia en el año de 1921, la disputa entre Inglaterra y los Estados Unidos comenzará a afectar el curso de la política interna de estas provincias, que anexadas fugazmente al imperio de Iturbide en México, se proclaman luego en República Federal Centroamericana, según el modelo de la constitución política de los Estados Unidos. Pronto se iniciarla una cruenta sucesión de guerras civiles, la iglesia católica y los viejos terratenientes criollos empeñados en combatir a los caudillos liberales que son los abanderados del federalismo; entre la sangre y la anarquía, la República Federal sólo resulta un experimento efímero, y después del fusilamiento del General Francisco Morazán, las antiguas provincias se separan y la reacción vuelve a ocupar el poder en cada una de ellas, pobres, obscuras y aisladas, tiranizadas por fanáticos religiosos, como sería el caso de Guatemala con el gobierno de Carrera.

    Uno de los países desmembrados de la federación, que más padeció guerras civiles fue Nicaragua. Los españoles habían fundado en su territorio dos ciudades, Granada, a orillas del Gran Lago y abierta a la comunicación del Atlántico a través del río San Juan, la ruta canalera; y León, primeramente junto al Lago Xolotlán y trasladada en el siglo XVII un poco más hacia el occidente, por causa de erupciones volcánicas, y cuya salida hacia el Pacífico era el importante puerto colonial del Realejo.

    Estas dos ciudades, poco comunicadas entre sí, organizaron su vida económica en forma autónoma, realizando en forma independiente su comercio a través de sus propios puertos; y ejercían su control político independiente sobre las regiones rurales de cuya agricultura eran dueñas, creándose así una división a la vez rural y política: ambas ciudades aparecían como sustitutos de un estado nacional inexistente. El resto del país no era más que una inexplorada e ignota extensión territorial, pues las únicas tierras cultivadas eran las de la franja del Pacífico, lugar de los asentamientos coloniales donde también se había congregado la mayoría de la población mestiza pobre que rendía su mano de obra en las haciendas de añil y de cacao, productos coloniales que seguían siendo la base de la economía nicaragüense, junto con la explotación ganadera. Hacia las selvas del Atlántico, serían por el contrario los ingleses quienes empezarían a ejercer su dominio sobre las tribus indígenas de aquella región, la más grande del país.

    Los ricos comerciantes de Granada, respaldados por el clero, se habían opuesto primero a la independencia y luego repudiaron los ensayos liberales de la facción leonesa, formada por agricultores. Tales inquinas hegemónicas hacen que al romperse la federación, las dos ciudades reclamen para sí la capital, como forma de afirmar su dominio político y arrogarse al estado nacional.

    Los finqueros y comerciantes arrastraban a los campesinos a la vorágine de las guerras civiles, haciéndoles morir inútilmente bajo sus banderas señoriales, en el año de 1854, el partido conservador de los

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