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Anastasio Somoza García: Un dictador made in USA
Anastasio Somoza García: Un dictador made in USA
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Libro electrónico291 páginas4 horas

Anastasio Somoza García: Un dictador made in USA

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La dictadura de los Somoza tuvo varias etapas. En este estudio de la parte fundacional de la misma se realiza una mirada escrutadora a los eventos ocurridos en torno al ascenso de Anastasio Somoza García al poder. Nuevos documentos evidencia que Somoza García era una criatura formada por y para los norteamericanos y sus designios en Nicaragua y la región. De ahí, que la frase atribuida a Franklin D. Roosevelt -y nunca desmentida-, de que este personaje era un hijo de p... pero su hijo de p... (en un sentido de maldad), es aplicable a este personaje oscuro en sus inicios y a la protección continua del imperio norteamericano a quien fuera fundador de una dinastía que comenzó con sangre derramada por marines interventores y patriotas, y terminó también con sangre. Hay abundante documentación, análisis sereno y tesis de trabajo para los investigadores futuros. Creemos que cuando se estudie más la génesis de esta dictadura y de las demás, será una referencia necesaria.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento26 ene 2019
ISBN9780463651186
Anastasio Somoza García: Un dictador made in USA

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    Se mira un excelente libro, pero no tengo el dinero para leerlo en línea. Muchas gracias y saludes desde Nicaragua.

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Anastasio Somoza García - Ternot MacRenato

Ternot MacRenato

Anastasio Somoza García : Un dictador made in USA

SÍNTESIS

Este estudio echa una mirada escrutadora a los eventos ocurridos en torno al ascenso de Anastasio Somoza García al poder. Busca comprender la dinámica operativa de la sociedad nicaragüense que hizo posible este acontecimiento. Se enfoca en cómo Anastasio Somoza García utiliza a los Estados Unidos para conseguir sus objetivos y apoderarse del poder en vez del cómo los Estados Unidos sean quienes lo usen a él.

El estudio también examina el comportamiento de la élite política de ese período que incluía —y no se limitaba a— los usos de los vínculos familiares, el mecenazgo político y el nepotismo, y el uso del Estado como patrimonio familiar.

Los años en que Somoza sube al poder son examinados en el contexto de las políticas de esa época. Estas políticas incluyen el comportamiento de los dictadores en América Central, así como las reacciones de las naciones centroamericanas en lo referente a la toma del poder por los dictadores vecinos.

El comportamiento de los Somoza reflejaba una doble moral que jugó un papel importante en el ilegal ascenso de Somoza García al poder.

Este trabajo tiene como argumento central que Somoza manipuló a los hacedores de la política exterior de los Estados Unidos o a sus representantes en Nicaragua, hasta tal punto que antes no habría podido ser creído o reconocido.

Somoza fue extraordinario para jugar bien las cartas de los Estados Unidos. Su constante tête-à-tête con el Ministro de la legión americana dio la impresión que toda actuación suya tenía el visto bueno de los Estados Unidos. Somoza dio tal impresión de diferentes maneras, en su trato con otros políticos o en sus pronunciamientos públicos.

Cualquier negativa de la Legación Americana fue siempre blanda o escrita de tal forma que el pueblo nicaragüense nunca lo tomó en serio. Tal vez las diferencias culturales explican como el pueblo nicaragüense interpretaba cualquier expresión de la Legación Americana respecto a Somoza.

Indiscutiblemente, Somoza se aprovechó de cualquier situación ambigua presente en las políticas de los Estados Unidos. Nadie antes que Somoza García había jugado con las cartas americanas tan bien y exitosamente como él.

La manipulación tan astuta de Somoza de la Guardia Nacional es examinada en grandes detalles. El acostumbraba a ayudar de manera efectiva para organizar nacional y departamentalmente a los comités locales que apoyaban su candidatura presidencial. Los retos más serios al liderazgo de Anastasio Somoza García, también son acá examinados de manera exhaustiva.

PRÓLOGO

Cuando terminé de leer el libro que hoy ustedes tienen en sus manos, se vinieron a mi mente muchas ideas que quiero compartir.

En primer lugar, había terminado de leer un libro que no habla solamente del poder omnímodo de un Somoza padre, que tuvo tanto impacto en la historia del siglo XX en Nicaragua: como funcionario público de tercera, jefe político, diplomático, general de división, político o Presidente de la República por 16 años. Sino también como manipulador sagaz de las incomprensiones, desatinos, e imprudencias de una política exterior norteamericana hacia Latinoamérica variopinta de monroísmo, wilsonianismo y roosvelismo.

Este es el libro de un Somoza que no sólo manipuló sino que usufructuó y manejó bien y mal los hilos del poder: con destreza para unos, y maldad para otros.

Se recoge un episodio paradigmático de la vida política de Nicaragua, como gesta, y a veces como acto circense. El poder político se vuelve número mágico, porque los que le ven, se aturden y anonadan al presenciar como el mago, hace trucos oscuros que a todos deja perplejos, mientras les roba la libertad y la dignidad.

Hay dos Anastasio Somoza García: el uno que crece en sus obsesiones por el poder, y el otro que se diluye en sus desmanes contra sus propios compatriotas nicaragüenses.

¿Es este el modelo al azar de todos los dictadores o necesitan los hacedores del mal urdir bien los tiempos para que coincidan uno a uno los zarpazos a la ley, al respeto humano y a la voluntad mayoritaria?

¿Son castas las manos de los sastres de elite que fabrican los trajes de los caudillos que se multiplican en el espejo real de nuestros tiempos?

No es sólo una obra biográfica de un poderoso que engendra una dinastía. Es también la historia de un pueblo sin poder que, a veces, alienta y consiente que los poderosos hagan sus propias dinastías. Es un tratado sobre el poder, de los muchos Somoza de tamaños distintos que ha habido en la historia de Nicaragua. Y cuyos nombres varían o se repiten, pero giran todos como en un carrusel del pasado que nos dicta y aturde con su marcación cíclica.

No es justo decir que la historia se repite. Los correcto es afirmar que la historia la repetimos.

No es una obra que verse sobre una época histórica; es más bien una época llena de obras políticas que desnudan todas las atribuciones humanas de todos los tiempos: es cuasi literatura histórica o cronología política deformada. ¿Es también una obra que recoge hechos desprendidos de un escenario teatral?

Es la tragedia de los que luchan por el poder y en la que el juego perfecto se sostiene por la traición, la vanidad y el egoísmo, como los tres pilares fundamentales de la más descarnada verdad humana y los cálculos políticos. ¿O hay otra posibilidad histórica en otros tiempos y en otros lugares?

Y aunque es una disertación histórica, tiene ribetes y esencias de tratado de temas internacionales. Mientras Somoza se arrimaba al alero del poder, en los Estados Unidos campeaba la inseguridad social, la corrupción, y la primera gran crisis financiera moderna daba sus primeros pasos. Y los países vecinos se salpicaban de sus maniobras y sus argucias mientras veían cómo se mostraban éstas muy complacidas elites o, más bien, castas políticas de débiles principios éticos.

En esa época ya habían desfilado personajes repetibles, con nombres que nos pueden parecer controversiales, desagradables o simpáticos—como Sacasa, Chamorro, Díaz o Moncada—si los quisiéramos ver a la luz de los antagonismos y los sentimientos humanos. Es la repetición en nuestras coordenadas de personajes que alguna vez tuvieron tanto poder —o algunos sólo lo acecharon o anhelaron tanto— y de otros que lo ejercieron con sagacidad, maestría o vileza. Aquí hay un poco de los Richelieu, los Chardin, los Mazzarino, los Medici, pero con tizne de cacao y achiote, en toda la gama de cortesanos que va y viene por los pasillos de la historia con sus zapatillas afiladas y sus pequeñas almas envinagradas de envidia y falso patriotismo.

Es un libro que habla a ratos de las voces interiores de un país pequeño, y visto con paciencia y arrogancia por ojos más pálidos y fríos, pero no menos turbios que aquellos a quienes apunta, denigra o atisba de sus escritorios en el Departamento de Estado.

Es un aleccionador texto que recoge episodios de unos pocos años en los que se gestaba una república de vericuetos conservadores y liberales, unos cuantos pactos, muchas frustradas revoluciones, altisonantes golpes de estado; improvisadas y diz-que legítimas juntas de gobierno; infantes de marina de todos los estados y de todas las repúblicas vecinas que maldicen al país pero compiten en él por el oro, el poder y la gloria, como en una novela más al Sur, de Graham Greene.

Entre todos los libros de historia de la Nicaragua fogosa y salobre, esta obra se destaca porque recoge con mucha exactitud y precisión las opiniones y observaciones de tantos actores u observadores que vieron como aquí se intercalaban dramas y comedias. Todo se apuntaba en Washington, México, San José o Guatemala, en cuadernos zurcidos en sus lomos, y que con plumas de negra tinta apuntaban y guardaban nuestros azares y torpezas.

Y la figura de Anastasio Somoza García despunta desde su juventud—que sin querer se había iniciado en el baile al igual que su muerte lo encontró en este— marcado, a lo largo de toda su vida, por la suerte y la astucia. Maquiavelo hablaba de virtùy opportunità, como los dos grandes rectores de un plano cartesiano que él supo aprovechar para la política. Parece un mito que quedó plantado para repetirse: vivir entre muchos caudillos y pocos bienhechores, Robin Hoods que huyen por los países vecinos y luego intentan volver con expediciones revolucionarias, y coups-d’états que fracasan, patriotas que van a la cárcel cuando son menos afortunados; o mueren cuando más suerte tienen. Otros fruncen sus destinos al entintar sus nombres en lodos y cloacas.

Por momentos aparece la figura de Sandino, empequeñecida a veces por sus pocas destrezas sociales y su marcada ingenuidad política; engrandecido, en otras, por su valentía y dignidad para enfrentar a los soldados de ojos grises, y por su repudio a las tiranías y los regímenes que coartan la libertad.

Este libro del Doctor Ternot Mc Renato recoge con rigor científico social esas dos virtudes que Rubén Darío veía como cualidades indispensables en todo historiador de buena fibra: fidelidad y exactitud.

El profesor Mc Renato no intenta dar opiniones propias con sentimentalismo sesgado; sino hilvanar los hechos para después inferir los ritmos del pasado y poder comprender mejor las vivencias del presente, y atreverse luego —cada quien— a prever las eventualidades del futuro. Es un trabajo que él inicia, y que cada uno de nosotros debe completar para sí y para todos.

Todo el que se atreva a leer y saborear este libro, se dará cuenta que saltará de él con una nueva visión, una nueva perspectiva, no únicamente de los Somoza, ni de un período de la historia de Nicaragua, sino convencido que nosotros hemos sido parte de este tejido que se urde y desurde desde hace tanto tiempo y que nadie lo puede hilvanar en un gran lienzo que no se pueda deshacer jamás.

Este libro del Doctor MacRenato es una obra completa en cuanto a rigurosidad científica: precisa y aguda a la vez. Incluso, en la parte en que describe a Somoza García y a Sandino, tiene trazos novelescos, lo que le genera un aura de encanto y misterio. El relato del encuentro de Doña Salvadora con su pretendiente en el Hospital de Filadelfia, me parece magistral.

Tampoco el autor pretende prejuiciarse, ni ser sentencioso, ni moralista, sino ver los hechos tal como son: a la luz de la verdad y la pureza, en la que el cristal del tiempo no juega un papel de árbitro sino de guía. El mérito del autor es proyectar los eventos como brújulas en la historia de Nicaragua, con ética y análisis inteligente, y con un sabor humanístico, que nunca pierde rigor u objetividad.

Esa es la misión noble del historiador. Nuestro papel es ser testigo de aquellos que atestiguan, como el Heródoto que hay en cada uno de nosotros, como el cómplice, y el bienhechor, como el indiferente y el idealista que hay en cada uno de los que sabemos que el tiempo se dobla hacia todos lados.

Desde cualquier ángulo podemos ver el universo. Porque la historia es el ADN colectivo, el instante que se repite o la esperanza que se anuncia.

Orlando López-Selva (MSc)

Profesor de Política Exterior

y Relaciones Internacionales

Universidad Americana (UAM)

Masaya, Nicaragua, mayo de 2012

PREFACIO

En este estudio han sido utilizadas fuentes de los Estados Unidos y de Nicaragua. Debido al papel dominante de los Estados Unidos en Nicaragua, encontré amplios recursos en la correspondencia diplomática entre la Legación Americana en Managua y el Departamento de Estado, que están directamente relacionadas a Somoza y a sus actividades políticas. Muchos documentos han sido publicados en Papers Relating to the Foreign Relations of the United States; y aquellos publicados entre 1909 y 1939 han sido utilizados de manera extensa acá. Los Archivos Nacionales Grupo 59 Carpeta Decimal 817.00 tienen una extensa colección de documentos sobre Somoza, que comienzan con las carpetas serie 817.001/Somoza A. También de los Archivos Nacionales, Record Group 84, publicados por la University Press of America y editados por Paul Kesaris, Confidential U.S. Diplomatic Post Records: Central America, Nicaragua, 1930-1945, han sido de extrema utilidad para darle seguimiento al asombroso ascenso de Somoza hacia la cumbre del poder.

Dos colecciones en los Manuscritos y la sección de Archivos de la biblioteca de la Universidad de Yale fueron de mucha utilidad para este estudio. Referencias de los Stimson’s Diaries se remontan hasta el contacto inicial de Somoza con los más importantes oficiales que visitaron Nicaragua. La reacción positiva de Henry L. Stimson con el jovenzuelo Somoza marca el comienzo de una peculiar relación con los oficiales americanos, que duraría hasta el asesinato del fundador de la Dinastía. Stimson también publicaría sus memoria de la vista a Nicaragua en American Policy in Nicaragua (New York: Charles Scribner’s sons, 1927). Estos dos trabajos están complementados por Robert H. Ferrell, The American Secretaries of State and Their Diplomacy: Frank B. Kellogg and Henry L. Stimson, XI (New York: Cooper Square Publishers, 1963).

La segunda colección de la Universidad de Yale, los Lane Papers, es la del ex Ministro en Nicaragua, Arthur Bliss Lane. Él fue, tal vez, el más cercano funcionario norteamericano a Somoza, durante el ascenso del General al poder. Fue testigo y estuvo cerca de muchos eventos clave en la vida política de Somoza. Sus Documentos Privados se complementan con la voluminosa correspondencia oficial disponible en los National Archives en Record Group 59 y 84. Su vinculación cercana con Somoza le da una visión interior acerca de la personalidad de Somoza y sus movidas de poder. Su correspondencia oficial arroja luz no sólo por lo que dice sino también por lo que deja por fuera. No abarca tanto, pero es muy útil Willard Beaulac, en su Career Ambassador (New York: The McMillan Co., 1951). Él estuvo en el servicio exterior en la Legacion de Managua como Encargado de Negocios bajo el Ministro Hanna, y su contraparte en el Ministerio de Relaciones Exteriores era Anastasio Somoza. Su libro, más un larguísima entrevista con el autor, nos da una percepción, desde adentro, invaluable sobre la personalidad de Somoza. Los documentos Franklin Delano Roosevelt en la Biblioteca Roosevelt, Hyde Park, Nueva York, contienen una limitada cantidad de útiles escritos, particularmente todos los que tienen que ver con la visita de Somoza a Washington en 1939.

Las fuentes nicaragüenses para el período incluyen documentos oficiales publicados, al igual que muchas entrevistas con individuos que conocieron a Somoza —o participaron en, o tuvieron conocimiento de primera mano— de los eventos descritos. Esta disertación trasciende los registros escritos del período al incorporar entrevistas exclusivas con aquellas personas muy cercanas a Somoza: su viuda, su hermana y su hijo.

Este estudio también se benefició de las reminiscencias de testigos que recordaban la niñez y la adolescencia de Somoza. Estos individuos incluían a su hermana mayor Amalia; a su prima Genoveva Bendaña (Doña Beba) viuda de Herrera; Federico Arana Román, primo de Somoza un ávido y entusiasta de la historia quien nos dio una perspectiva aguda sobre el primer nombramiento político de Somoza dado por su tío abuelo; un vecino de la familia que visitó el hogar en su niñez, René Rodríguez; un pariente lejano, y también miembro de la Guardia Nacional de Nicaragua, Carlos Emilio Tellería. Roberto Martínez Lacayo, quien de joven fue compañero de cuarto de Somoza en Filadelfia, también suministró información acerca de los días de Somoza en esa misma ciudad. Tiempo después, él habría de servir en un Triunvirato instalado por Somoza Debayle1. Domingo Ibarra, en un tiempo secretario privado de Somoza, tuvo conmigo la cortesía de varias entrevistas extensas y me presentó a personas que conocieron a Somoza durante sus primeros años en la política. Era originario de León y vivía ahí cuando Somoza regresó a Nicaragua procedente de Filadelfia en 1918. Ibarra también fue testigo de las dificultades del General con la familia Debayle.

Somoza regresó a Nicaragua en 1918 y se estableció en León, pueblo natal de su futura esposa. Entrevistas con miembros de la familia, personas cercanas a él y otros testigos, me permitieron reconstruir ese período de su vida. Entre esos entrevistados estaba su prima Angelita Bendaña de Alemán, quien vivió por breve tiempo con la pareja recién casada, Anastasio y Salvadora. Durante este período de su vida, antes de que entrara a la política, la vida de Somoza no parecía tener mucho sentido. Pasó tomando licor una gran parte del tiempo, en juegos de azar y socializando con sus amigos. Un metedero favorito era la zapatería de Camilito Somarriba. El hermano de Camilo, Francisco Somarriba, nos dio una entrevista como testigo. Otro lugar favorito donde Somoza acostumbraba pasarla, era la carnicería de Benito Gallo. La hija de Benito, Manuela Gallo de Saravia recordaba las visitas frecuentes de Somoza, su tranquila personalidad y su estilo de vida despreocupado. Rufino Pérez también vivió en León y trabajó para los Debayle. Y estaba claro de la actitud de los Debayle hacia Somoza y la reacción amarga de este. La información de Uriel Herdocia nos llega por la vía de sus padres y parientes. El también es originario de León, y fue miembro del Congreso nicaragüense. Todas sus entrevistas complementaron mucho la información suministrada por los otros testigos.

La historia del único hijo ilegitimo de Somoza, José, quien años más tarde llegara a ser General en la Guardia Nacional fue contada por la viuda de Somoza, Doña Salvadora Debayle; Doña Amalia Somoza y la media hermana de José, Margarita Rodríguez. Habiendo tenido un hijo fuera de matrimonio y siendo todavía un adolescente, esto llevó al padre de Somoza a enviarlo fuera del país a continuar sus estudios. Estas entrevistas fueron complementadas por el curriculum vitae oficial de José Somoza, publicado en la Revista Acción Cívica, año II, números 8, 9 (enero de 1972). La experiencia vivida en Filadelfia tendría un gran impacto en la vida de Anastasio Somoza García. Unos pocos testigos me permitieron construir ese significativo período de su vida. Entre estos estarían, su hermana Doña Amalia, quien estaba consciente de las circunstancias alrededor de su viaje a los Estados Unidos; su esposa, quien hizo una reminiscencia acerca del primer encuentro en un hospital de Filadelfia; y el ya mencionado Martínez Lacayo.

Algunas entrevistas fueron hechas con algunos ex oficiales de la Guardia que participaron en la guerra contra Sandino y luego le sirvieron a Somoza. El ex Capitán Lisandro Delgadillo jefeó al escuadrón que ejecutó a Sandino. El capitán Gabriel Castillo, oriundo de El Salvador, también participó en la guerra y condujo un infructuoso golpe de Estado contra Somoza. El hermano mayor del Teniente Coronel Bernardino Larios, Sargento de la Guardia, Fernando Larios, participó en la guerra de Sandino y ejecutó a un abusivo oficial de la Infantería de Marina. En febrero de 1930, el Sargento Larios fue enjuiciado por la primera Corte Marcial de la Guardia Nacional nicaragüense. Durante el otoño de 1978, su hermano menor, el Teniente coronel Bernardino Larios, fue enjuiciado en la última Corte Marcial llevada a cabo por la Guardia Nacional por su infructuoso golpe de Estado contra el General Anastasio Somoza Debayle.

Serios estudios de la raíces de Somoza se han, hasta ahora, limitado a unos cuantos trabajos publicados en Nicaragua. Entre estos encontramos: Gilberto Vega, Bernabé Somoza y Nuestros Hombres (Managua: Talleres Nacionales, 1950); Jorge Eduardo Arellano, Genealogía de Somoza, Revista Conservadora 69, (Junio 1966); Hildebrando Castellón, Bernabé Somoza Apuntes Históricos (París; n.p., 1930, José Coronel Urtecho, La Familia Zavala y la Política del Comercio Centroamericano", en la Revista del Pensamiento Centroamericano, Managua 29 (junio y julio 1972). Enrique Aquino, Un hombre de Estado Ante la Historia Datos Biográficos del General Anastasio Somoza, Publicaciones del Partido Liberal de Nicaragua: Talleres Nacionales, 1944) y Datos Biográficos del Excelentísimo Señor Presidente de la República de Nicaragua, General de División, Anastasio Somoza (Managua: Talleres Nacionales, 1938), suministran unos pocos pero útiles detalles biográficos y también los datos oficiales de la vida del General. El trabajo de Aquino se complementa con el Who is who in Central America de Ronald Hilton. Todos los trabajos anteriores se complementaron y corroboraron con entrevistas de miembros de la familia.

Las fuentes nicaragüenses que cubren el período en discusión incluyen a Eduardo Pérez Valle con su Expediente de Campos Azules Historia de Bluefields en sus Documentos (Managua: n.p. , 1978), una colección de fuentes primarias que cubren la caída de Zelaya y el comienzo de la intervención de los Estados Unidos en Nicaragua. José María Moncada, Los Estados Unidos en Nicaragua (Managua: Tipografía Atenas, 1941), puntos de vista sobre la intervención por el caudillo y Presidente de Nicaragua quien fuera instrumental en el nombramiento de Somoza como Jefe de la Guardia. Máximo Navas Zepeda, Los Cancilleres de Nicaragua Influencias y Reminiscencias 1838-1936 (Managua: Papelera Industrial de Nicaragua 1976), incluyen un breve esbozo biográfico de funcionarios nicaragüenses clave de ese período, la mayoría de los cuales pertenecen a familias nicaragüenses de cabecera, complementado por la Revista de la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua, la Revista Conservadora, y la Revista del Pensamiento Centroamericano.

Entre las fuentes nicaragüenses que abordan los eventos en torno al golpe de Estado de Somoza y la elección, hay algunas fuentes primarias, de las cuales se destacan Juan Bautista Sacasa, Cómo y Por Qué Caí del Poder (EL Salvador: San Salvador, 1936), es un recuento breve del ex Presidente acerca de su derrocamiento y defensa de su régimen. Los obstáculos constitucionales que tratan de la candidatura de Somoza son presentados en el libro de Mariano Argüello Vargas, Estudio Jurídico Político del Miembro Liberal en el Consejo Nacional de Elecciones Doctor Mariano Argüello Vargas, Sobre la Candidatura del General Anastasio Somoza a la Presidencia de la República (Managua: Junta Directiva y legal del Partido Liberal Nacionalista, 1936). La visión propia de Somoza sobre Nicaragua puede ser encontrada en su mensaje de toma de posesión, Mensaje Inaugural del Presidente Somoza al Congreso Nacional el 1ro de Enero, 1937. Álbum de Nicaragua Homenaje al Presidente Somoza 14 de Septiembre de 1945 (Managua: Editorial Nuevos Horizontes, n.d.). El argumento lógico detrás de la reforma constitucional de 1939, un artificio usado por Somoza para prolongar su término en el cargo y retomado inmediatamente después de su elección, se encuentra en Discursos Cruzados entre el Presidente de la Asamblea Nacional Constituyente Roberto González, y el Excelentísimo Señor Presidente de la República General de División Anastasio Somoza (Managua: Talleres Nacionales, marzo 30, 1939). Los puntos de vista de Somoza sobre el tema también surgen de una entrevista unos días después de que la Constitución de 1939 fuera redactada. La entrevista apareció en Guardia Nacional Boletín del Ejército de Nicaragua (octubre 1939).

Las fuentes nicaragüense que tratan sobre la corrupción de Somoza abundan. Entre las de mayor valor están las obras

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